Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

05 abril 2011

Entrega vs orgullo

Hace poco tuve un sueño asombroso.  Soñé que nadaba en el mar con varios devotos, y con algunos leones y tigres.  Todos nos divertíamos mucho.  De pronto alguien me gritó: "¡Ahí vienen!  ¡Ya empezaron!"
Alzamos la vista y vimos en el horizonte una serie de olas gigantescas.  Todavía estaban lejos, pero se aproximaban con rapidez.  Eran inmensas, se elevaban en el aire a una altura de no menos de sesenta metros.  Todos los demás eran esplendidos nadadores, pero yo no.  No tenía idea de cómo sortear las olas, no tenía posibilidad de escapar.  Las olas parecían tomar velocidad a medida que se acercaban, y mientras más cerca estaban, más grandes se veían.  Decidí que lo mejor que podía hacer era entregarme por completo al mar, y dejar que las olas me cubrieran como si ya no tuviera vida.  Conscientemente empecé a entregarme al océano.  Me quedé totalmente serena, inmóvil y sin peso, para que el mar pudiera pasar sobre mí y hacer conmigo lo que quisiera.  En lo más profundo de mi ser sabía que esa era la actitud más valiente que podía tener:  permanecer en ese estado de tranquilidad, en ese estado de meditación, y resistir la tentación de luchar.

En ese estado de paz total, aún oía gritar a los demás: "¡Ahí vienen!  ¡Ahí vienen! ¡Ahí vienen las olas!"  De pronto las olas gigantescas, tan altas como torres, empezaron a romper sobre nosotros.  Todos lucharon por mantenerse a flote.  Finalmente todos lograron dejarse llevar por las olas y salir de allí.

Yo estaba sola bajo el tumultuoso mar; sin embargo, no me sentía indefensa en absoluto.  Mi estado era de una profunda tranquilidad, un estado de profunda meditación.  Mi ser entero estaba bañado por esa energía incondicional al mar y por el contentamiento absoluto en esa entrega.  Había sido mi elección.  Había decidido entregarme conscientemente y, simplemente, estar allí.  Mucho tiempo después encontré que había sido llevada con suavidad a la playa, completamente ilesa.  Mi estado no se había alterado.  Fue la más profunda y dichosa experiencia de estar plenamente protegida.  De manera espontánea, desde las profundidades de mi interior, surgieron estas palabras:  "Soy la hija del mar.  Soy el espíritu del océano".

Todos estaban felices de verme con vida.  Entonces miramos a nuestro alrededor y vimos que uno de los leones, que también había sido arrastrado a la orilla, estaba allí tendido entre horribles dolores.  Al parecer, tenía rota la espalda.  El león creyó que podía luchar contra las olas y vencerlas con un gran alarde de valentía y fuerza.  Pero ahora yacía allí, terriblemente herido.  Apenas podía moverse.  Nos acercamos a él.  Al vernos dijo: "Aprendan todos de mí esta lección.  El mar no me hizo daño, lo que me hizo daño fue mi propio orgullo".


Cuando te sientes indefenso niegas la gracia de Dios.  En el instante en que te vuelves hacia la fuente de la gracia, en el instante en que te vuelves hacia la luz infinita de Dios que hay dentro de tu corazón, encuentras la paz y toda la protección que necesitas.


Swami Chidvilasananda
(Valentía y Contentamiento)

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