Pero ¿cómo voy a amar a los demás si no me amo a mí mismo?
Lo primero es ser amoroso contigo mismo.
No seas duro; sé suave.
Interésate por ti mismo.
Aprende a perdonarte -una y otra y otra vez- siete veces,
setenta y siete veces, setecientas setenta y siete veces.
Aprende a perdonarte a ti mismo.
No seas duro; no te muestres antagonista con respecto a ti mismo.
Entonces florecerás. Y en ese
florecimiento atraerás alguna otra flor.
Es natural. Las piedras atraen a las piedras;
las flores atraen a las flores.
Y entonces hay una relación que tiene encanto,
que tiene belleza, que tiene bendición.
Y si puedes encontrar una relación así,
tu relación crecerá y se convertirá en oración,
tu amor se convertirá en éxtasis,
y a través del amor
sabrás qué es Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario