Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

07 noviembre 2011

Prudencia

El arte de vivir es, sobre todo, el arte de acertar en nuestras constantes elecciones.  Si un marino es bueno cuando domina el arte de gobernar su barco, del hombre también se podrá decir que es bueno cuando domina el arte de gobernar su propia vida.  El marino necesita conocer la nave y conocer la mar, y también saber a dónde quiere llegar y por qué rutas.  Paralelamente, si el hombre quiere sacar el máximo partido de su libertad, debe conocerse y conocer la realidad, saber qué es lo mejor que puede hacer y elegir los medios oportunos.

Es propio de la libertad tender puentes hacia el futuro.  Puentes desde lo que soy hacia lo que quiero ser.  Pero lo que quiero ser, todavía no es.  ¿Cómo puedo, entonces, dirigirme hacia lo que todavía no es?  El verbo prever es la respuesta.  Prever significa ver lejos (procul videre), anticipar el porvenir (pro videncia).  Y de esas raíces latinas surge la palabra prudencia: el arte de dar los pasos oportunos para conseguir lo que todavía no tengo.

La prudencia es un obsequio difícil de poseer, porque el gobierno más difícil es el gobierno de uno mismo.  Supone colocar y mantener a la razón en el vértice de una pirámide donde se amontonan las libertades, los deberes, las responsabilidades, los sentimientos, los gustos, las afinidades, las manías, las rarezas, las aficiones: toda una fauna difícil de gobernar.

La caprichosa evolución del lenguaje ha hecho que la prudencia pueda ser identificada con dos de sus corrupciones: el apocamiento y la astucia ruin.  Pero, en su origen, prudencia designaba la cualidad máxima de la inteligencia, el arte de elegir bien en cada caso concreto, una vista excelente para ver bien en las situaciones más diversas, una difícil puntería capaz de apuntar en movimiento y acertar sobre un blanco también movil: la vida misma.

El hombre prudente es reflexivo, pues aunque el no y el sí son breves de decir, a veces se deben pensar mucho.  Así sentencia Marco Aurelio: "prudencia quiere decir atención a cada cosa y ningún tipo de descuido".  

Pedir consejo es propio del que aspira a conducirse con prudencia.  Confucio lo recomienda vivamente: "¿Cómo puede haber hombres que obren sin saber lo que hacen?  Yo no querría comportarme de ese modo.  Es preciso escuchar las opiniones de muchas personas, elegir lo que ellas tienen de bueno y seguirlas; ver mucho y reflexionar con madurez sobre lo que se ha visto".

(555 Joyas de la sabiduría)



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