En el siglo XVII un fabricante de caramelos,
decidió hacer un caramelo que tuviera un significado, para que los creyentes lo
identificaran y recordaran cada vez que comieran uno. Usualmente este dulce se encuentra en Navidad.
El simbolismo más obvio de los caramelos es su
forma. Si lo volteamos se ve como un “J” de Jesús.
Si vemos el caramelo de la otra manera este
caramelo nos recuerda la vara del Pastor. Según la historia, los primeros en escuchar la noticia del
nacimiento de Jesús fueron los pastores que guiaban sus ovejas en la
noche. Jesús se llamo así mismo El Buen
Pastor y en la Biblia muy comúnmente se comparan las acciones del Mesías a las
de un pastor buscando a sus ovejas perdidas, alimentándolas y guiándolas,
incluso cargándolas
La dureza del
caramelo, nos recuerda que Jesús es la roca en la cual nos podemos refugiar. En lugares rocosos, como Israel, la gente busca
refugio de sus enemigos en las cuevas o laderas peñascosas. También las rocas nos recuerdan de la solidez
de las promesas de Dios, que es la piedra angular y fundamento firme para aquellos
que lo siguen. La estabilidad y firmeza de Dios también.
El área blanca del caramelo nos recuerda el nacimiento virginal y sin pecado de Cristo. También nos recuerda que nosotros llegamos a
ser puros, tan blancos como la nieve, mediante la sangre de Cristo.
El caramelo tradicional tiene 3 pequeñas líneas
rojas que nos recuerdan las heridas de Jesús, a través de las cuales
nosotros somos curados, y la línea más gruesa representa toda la sangre
derramada por Jesús en el Calvario.
Algunas veces también el caramelo tiene una
línea verde, que nos recuerda que Jesús es el regalo de Dios para nuestras
vidas, el verde significa dar.
El sabor dulce del caramelo, nos recuerda que el Señor nos alimenta a través del evangelio de
Salvación y Paz. Su palabra es dulce
como la miel.
El sabor a menta, es similar al hisopo que se utilizaba en los tiempos de Jesús. En el antiguo testamento, el hisopo estaba
asociado con la purificación y sacrificio.
El sabor a menta nos recuerda que Jesús es el
cordero sacrificado en la Pascua.
El fabricante de
este dulce pretendía que recordáramos que Jesús es el Buen Pastor, y es la roca
en quien podemos apoyarnos y sustentar nuestra vida, que él Nació puro y vivió
en pureza hasta el día que derramó sus sangre por nosotros, y que a través de
ese sacrificio el nos limpia, y si estamos cerca de él, podemos disfrutar de su
agradable sabor que es el que endulza y refresca nuestra vida.
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