Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

27 abril 2012

Pasión sin barreras

Caballetes con poleas y pinceles atados a sus deformados dedos fueron algunos de los ingenios que tuvo que emplear el pintor francés Auguste Renoir (1841-1919), para seguir creando. Durante 25 años, este maestro impresionista padeció una artritis reumatoide que lo incapacitaba cada vez más.

Este mal que afecta las articulaciones, debió iniciarse hacia 1892, cuando el pintor tenía unos cincuenta años de edad, pero se volvió más agresiva en la década siguiente y durante los últimos años de su vida lo dejó prácticamente inválido.

En esa época, tenía que desplazarse en silla de ruedas y según su nieto, “la naturaleza agresiva de su enfermedad le ocasionó la inmovilidad del hombro derecho y la ruptura de varios tendones en dedos y muñecas y le llevó a una escaza movilidad de sus manos. Pese a sus manos deformadas, continuo fumando sus cigarrillos y produjo más de 400 pinturas”.

Cuando se le hizo difícil sujetar la paleta en la mano, primero la sostenía entre las rodillas y el borde del caballete. Después, pidió que se la fijara sobre los brazos de la silla de ruedas. Tampoco podía coger los pinceles, así que su mujer, su hijo o la modelo tenían que atárselos a las manos.

Para poder seguir pintando obras de grandes dimensiones Renoir ideó un caballete con un sistema de poleas para mover la tela. El lienzo se fijaba a dos tiras de madera que giraban sobre sendos ejes unidos por la cadena de su bicicleta. Mediante una manivela, la tela subía y bajaba.

En algunas de sus obras de la época en general de formato horizontal, porque según dijo le resultaba “más cómodo que pintar las verticales” pueden verse las marcas de las barras. Y es que Renoir siguió pintando hasta sus últimos días, incluso comenzó a probar con la escultura. De hecho, unas horas antes de morir a causa de una pulmonía el artista había estado pintando una naturaleza muerta a partir de una cesta con manzanas que le había traído su hijo.

Renoir amó la naturaleza en la cual veía la obra esplendorosa de Dios. En una ocasión declaró: "Creo que estoy más cerca de Dios al ser humilde ante este esplendor (la naturaleza); al aceptar el papel que se me ha dado a jugar en la vida; al honrar esta majestad sin intereses egoístas, y sobre todo, al no pedir nada más teniendo la confianza de que quien ha creado todo no ha olvidado nada”

Cuando miramos las pinturas de Renoir es fácil olvidar que sufría esta dolencia. Pintar era para él casi una necesidad física y a veces una cura, como si deseara crear sobre el lienzo aquellas cosas que tenía que perderse en la vida real a causa de su discapacidad. Renoir pinto sobre los aspectos mayormente positivos de la vida usando como personajes a la gente común y corriente.

Una vida sin pasión fácilmente es diezmada por los obstáculos que la vida nos desafía a enfrentar. Sin pasión es imposible tomar riesgos y cumplir los sueños. Dios nos creó con pasión para cumplir Su plan y propósito. Sin embargo, cuando nuestra pasión no se enfoca en aquello para lo que El nos equipo y llamó otras áreas a menudo destructivas consumirán nuestra pasión.

Hay quienes temen que Dios los prive de sus sueños y anhelos, porque desconocen el carácter de Dios. Cuando rendimos a El nuestros talentos y pasiones, El nos recompensa dirigiéndonos a una visión aun mayor sin importar donde nos encontremos y lo que hagamos. Dios no desaprovecha nada ni una lagrima, ni un obstáculo, mucho menos nuestra pasión.

Alinearnos con el plan y propósito de Dios es lo que dirige nuestra pasión a vencer todos los obstáculos incluso los físicos como en el caso de Renoir. Su fruto fue plasmar la belleza de la vida, el lado positivo de las cosas, los momentos que podían perderse si no hubieran sido plasmados sobre la tela. ¿A qué te ha llamado Dios? ¿Qué te apasiona?



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