Maestro, llevo años esforzándome por cambiar y adoptar otras pautas de comportamiento, por ser compasivo, por sentir y dar amor, por anular las emociones negativas, y he aquí que un viejo amigo me dice que no me cree, que tal transformación no es posible, que estoy mintiendo a todos y a mi mismo, que detrás de tal cambio debe haber una ambición escondida. Me ha dolido mucho.
Hijo, ¿y durante todos estos años has hecho ese esfuerzo para agradar y lograr la aprobación de tu amigo? ¿De tus amigos y conocidos? Si es así, me decepcionas y has perdido el tiempo porque nada has ganado: tu cambiaste para que los demás cambien y ahora que ves que ellos no lo han hecho te sientes frustrado.
¿Acaso ellos venían junto contigo en el vientre de tu madre?
Cuento Zen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario