Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

30 noviembre 2013

Cerrar la puerta

Si andas por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo.

Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Paulo Coelho



29 noviembre 2013

El Jugo de Frutas del Ahora

Nada ni nadie, ninguna circunstancia externa o acontecimiento, ninguna palabra o hecho, tiene la capacidad de causarte sufrimiento. El sufrimiento es siempre tu propia resistencia interna hacia Cómo-son-las-cosas-en-este-momento, tu negativa oculta a experimentar lo que estás experimentando. El sufrimiento siempre se origina desde un NO hacia el Universo tal y como es, un NO a la vida con todo su dolor y con toda su gloria.

Pero recuerda, la aceptación no significa que renuncies a la posibilidad de cambios futuros. La aceptación no es pasividad, ni implica que te desentiendas de la vida. ¡Para nada! Un real, inteligente, compasivo, creativo y a menudo inesperado cambio surge de un lugar de absoluta alineación con Cómo-son-las-cosas-en-este-momento, un compromiso profundo e íntimo con este jugoso momento tal y como realmente es, sin importar que lo etiquetes como 'malo'.

¡Prepárate un jugo de este momento y bébetelo!...

Jeff Foster


28 noviembre 2013

La gratitud es más que mera cortesía

Reconocer que alguien ha hecho algo bueno por nosotros, aumenta la felicidad y el bienestar.

Desde que un niño es pequeño, por lo general su madre o cuidadora principal se preocupa de que aprenda a dar las gracias. Si has viajado a un país en el que hablan un idioma que no conoces, seguramente has experimentado lo útil que es aprender a dar las gracias en ese idioma desconocido, aunque no sepas decir nada más. Decir “gracias” abre las puertas y facilita el trato, aun con quienes pertenecen a culturas muy diferentes a la nuestra. Pero más allá de los buenos modales, ¿qué efecto tiene ser agradecido? La gratitud es la virtud que nos hace reconocer todo lo que hemos recibido, el filósofo francés André Comte-Sponville señala “que nadie es causa de sí mismo, ni (por lo tanto) de su alegría”[1].


La palabra gratitud proviene del latín gratus, que significa agradable, agradecido. El Diccionario de la Real Academia Española la define como: “Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”. La gratitud, por tanto, suscita una emoción placentera que me lleva a una acción en favor de mi bienhechor.

En el tratado que clasifica las fortalezas de carácter, Chris Peterson y Martin Seligman ubican a la gratitud dentro de la virtudes trascendentes, que son las que nos conectan con los otros seres humanos, con el universo y con Dios, y contribuyen a dar sentido a nuestras vidas.

Agradecer es reconocer


Como fortaleza de carácter, la gratitud es una sensación de reconocimiento y alegría en respuesta a haber recibido un regalo, ya sea un beneficio tangible por parte de una persona concreta o un momento de paz evocado por la belleza de la naturaleza. Hay un reconocimiento de haber recibido algo —que incluso puede ser el regalo haber sido librado de algún mal, es decir, de haber sido protegido— así como aprecio y reconocimiento del valor de ese don. “La gratitud”, dice André Comte-Sponville, “es la alegría de la memoria”. George Simmel, un importante sociólogo de principios del siglo XX, señaló que la gratitud es “la memoria moral de la humanidad”, pues “si todo agradecimiento fuera eliminado de repente, la sociedad, al menos como la conocemos, se desintegraría”. La gratitud tiene entonces una importante función de cohesión social.

La gratitud nos ayuda a centrarnos en la bondad del presente, es lo contrario de la nostalgia o añoranza del pasado y elimina la angustia por el futuro. La gratitud no es una emoción monolítica, sino que tiene varias dimensiones:


Puede variar en intensidad, que tan agradecido me siento de acuerdo a cierta circunstancia;
Puede variar en frecuencia, si me siento agradecido varias veces al día o sólo de vez en cuando en la semana;
Puede variar en rango, algunas personas se sienten agradecidas por numerosas circunstancias de su vida (familia, trabajo, salud), mientras que otras sólo agradecen un aspecto;
Puede variar en densidad, es decir, por el número de personas hacia las que siento agradecimiento.

Robert Emmons, uno de los investigadores más importantes del tema de la gratitud, señala que esta virtud está ligada a “una sensación de asombro, agradecimiento y aprecio por la vida”.  Sin una perspectiva amplia de la vida, es difícil reconocer cómo los otros contribuyen para hacerla mejor. La gratitud se facilita cuando existe capacidad de reflexión y contemplación, de saborear las experiencias positivas de la vida y la habilidad de renunciar a la autosuficiencia, para reconocer las contribuciones de otros a nuestros éxitos o nuestro bienestar. La gratitud hace más grande el gozo y la alegría.

Tomado de: http://cienciasdelafelicidad.mx/blog/la-gratitud-es-mas-que-mera-cortesia/

27 noviembre 2013

maestria de la vida

La vida es así. Así eligió Dios que fuese. La gente nace y se muere, se encuentra y se despide, se enferma y se cura, se entristece y se contenta, contempla la luna y el sol, duerme y despierta, trabaja y descansa, envejece, cambia…y eso no cambiará. Sólo podemos gozarlo o sufrirlo: esa es nuestra elección…y esto tampoco cambiará, porque es el Regalo más grande que hemos recibido. Uno maravilloso: Elegir.
Así que todo esto es así, no puede ser de otra manera…

¿Dónde está entonces la Maestría de Nuestra Vida?
La Maestría de Nuestra Vida está en lo que hacemos; porque sin importar el jardín en el que nos tocó vivir, las semillas que sembremos hoy serán los árboles que veremos mañana.

Debemos sembrar sólo lo que queremos ver crecer; porque las semillas son muy pequeñas al principio, pero muy grandes después. Así que tenle paciencia a Dios y tente paciencia tú mismo. Si te alejaste de tu casa dando mil pasos a la izquierda y quieres volver a ella: cambia de dirección, pero no esperes estar en ella con el primer paso que des para volver. No esperes que todo el miedo se disipe la primera vez que decides mostrar tu Amor. Pero sabe que ése primer paso es milagroso. Sabe que pronto verás la victoria. Sabe que con la seguridad con la que el día sigue a la noche, la desdicha se transformará en Felicidad.

Ten paciencia y disfruta el viaje. Porque cuanto más te acercas mejor te sientes. Cada vez que sonríes en vez de llorar Dios goza contigo. Así que aquí no importa lo que recibes, porque ya lo tienes todo.



25 noviembre 2013

Los objetivos y el camino

Si la vida tuviera un objetivo, las cosas no serían tan hermosas, porque un día llegarías al final y después todo sería sencillamente aburrido. La vida aborrece la monotonía. En cuanto alcanzas cierto estado, la vida te da otro objetivo. El horizonte no deja de aparecer delante tuyo, jamás lo alcanzas, siempre estás “en el camino”… a punto de llegar. Y si entiendes eso, la tensión en tu mente desaparece, porque la tensión está, justamente, en buscar constantemente un objetivo, en llegar a alguna parte.

La mente continuamente anhela una llegada, mientras que la vida es una continua partida y llegada… llegar, para volver a partir, y así. No tiene una finalidad. Nunca es perfecta, y ésa es su perfección. Es un proceso dinámico, no algo muerto y estático.

La vida no se halla estancada… fluye, fluye y no hay otra orilla. Cuando comprendes esto, comienzas a disfrutar del viaje en sí. Cada paso es una meta, y no hay un objetivo. Esta comprensión, una vez que se asienta en tu interior, te relaja. Entonces no hay tensión porque no hay lugar a dónde ir, salvo hacia ti mismo.



14 noviembre 2013

Amigos

La psicología positiva propone que uno de los cinco componentes del bienestar son las buenas relaciones. Si en este momento te preguntaras acerca de lo más importante en tu vida, lo más probable es que trajeras a tu mente a tu familia o a una persona cercana. De hecho, gran parte de las personas que buscan ayuda en terapia lo hacen después de que han tenido problemas en una relación cercana.




Chris Peterson, uno de los fundadores de la psicología positiva, lo resumía en una frase muy clara: “Las otras personas también cuentan”. Sin embargo, es común que dediquemos poco tiempo a la amistad o la familia. Los estudios, el trabajo, el tráfico, nos ocupan gran parte del día. Y cuando estamos con ellos, alguna pantalla distrae nuestra atención: el celular, una tableta, la televisión… La cercanía física no garantiza que realmente estemos juntos, pues nuestra mente está en otro lado.
Siempre necesitamos amigos



Comenzamos a tener amigos desde los 3 o 4 años; son los compañeros de juego. El tipo de amistades va cambiando con la edad. Entre el 80 y 90% de los adolescentes dicen tener amigos y distinguen entre un “buen” amigo y el mejor amigo. Los adultos tienden a hacer amigos en el trabajo. Los adultos mayores hacen también amigos; describen la amistad como una relación de apoyo: “nos hacemos favores”.

Es cierto que también existen los malos amigos, aquellos que no nos escuchan, compiten con nosotros y nos agotan. Son los que no respetan la reciprocidad que fundamenta toda buena amistad.

Hace unos años, Chris Peterson y Tracy Steen realizaron una investigación para poder definir que constituye a un buen amigo. Entrevistaron a 289 personas adultas, que habían ido a la universidad. El 97% de los entrevistados tenía un buen amigo. Los respondientes describieron a sus mejores amigos como confiables, honestos, leales y comprometidos. También dijeron que eran amables, cariñosos, juguetones y divertidos. Frecuentemente dijeron que su amigo “hacía salir la mejor versión de ellos mismos”. Pocas veces consideraron que para la amistad fuera importante la salud, el atractivo físico, el nivel socioeconómico, las habilidades, las ambiciones o logros.
¿Cómo son los buenos amigos?

Tom Rath es otro psicólogo positivo que también ha estudiado las relaciones. En su libro Vital Friends describe los ocho roles vitales de los amigos:


1) Constructor. Te apoya para que logres el éxito, te ayuda a usar tus fortalezas de manera productiva. No compite contigo.
2) Porrista. Anima y apoya. Celebra contigo tus éxitos. Te defiende a ti a y a lo que crees.
3) Colaborador. Tiene intereses y ambiciones similares a los tuyos. Con él te sientes en tierra conocida.
4) Compañero. Está ahí siempre, en todas las circunstancias. Arriesgaría la vida por ti.
5) Conector. Te ayuda a conocer nuevas personas, amplía tu red de relaciones.
6) Energizador. Es el amigo divertido; con él siempre te la pasas bien.
7) Revelador. Expande tus horizontes, hace buenas preguntas, amplía tu perspectiva.
8) Navegador. Sabe dar consejos y te ayuda a mantenerte en la dirección adecuada. Es la persona ideal para compartir metas y sueños.

¿A quienes de tus amigos identificas con estos roles? ¿Cómo eres tú como amigo? Si quieres fortalecer tus relaciones personales, conviene dedicarles tiempo y atención. Deja de mirar a las pantallas que te rodean y céntrate en la persona. Así podrán cultivar una relación de mutuo apoyo, confianza y cariño.

Tomado de http://cienciasdelafelicidad.mx/blog

13 noviembre 2013

El arte de estar solo

"La gente se apega, y cuanto más te apegas a la otra persona, más se asusta la otra persona, más ganas tiene de escapar, porque hay una gran necesidad interior de ser libres. El deseo de libertad es mucho mayor que cualquier otro deseo, es mucho más profundo que cualquier otro deseo. De ahí que uno pueda sacrificar incluso el amor, pero no pueda sacrificar la libertad, no forma parte de la naturaleza de las cosas. De ahí que la auténtica dicha sólo pueda ocurrir en tu soledad.

La soledad es un arte, todo el arte de la meditación. Estar completamente centrado en tu propio ser sin ansiar a la otra persona; estar en tal profundo reposo contigo mismo que no necesitas nada más, eso es la soledad. Te proporciona dicha eterna.

Si primero estás arraigado en tu ser y luego te diriges a una relación, el fenómeno es completamente distinto. En este caso puedes compartir, puedes amar y también puedes disfrutar este amor. Incluso cuando es momentáneo, puedes danzar, puedes bailar, y cuando desaparece, desaparece; no miras atrás. Eres capaz de crear otro amor, de modo que no hay necesidad de apegarse. Das gracias a tu amante, das gracias al amor que ya no está ahí porque te enriqueció y te proporcionó algunos atisbos de la vida, te hizo más maduro.

No obstante, esto sólo será posible si estás algo arraigado en tu ser. Si el amor es todo lo que tienes, sin ninguna base meditativa, sufrirás, cada relación amorosa tarde o temprano se convertirá en una pesadilla. Aprende el arte de estar solo, y dichosamente solo; entonces, todo será posible".


11 noviembre 2013

Hacia una sociedad más altruista

Este pasado mes de Septiembre fue publicado en francés el libro de 920 páginas en el que he estado trabajando intensamente por los últimos 5 años “Un Caso para el Altruismo" (Plaidoyer pour l’altruisme) (la edición en inglés está programada para Enero 2015).

La cooperación, escribió Martin Nowak, es "el arquitecto de la creatividad a través de la evolucion: desde las creaturas unicelulares hasta las multicelulares y desde los montículos de hormigas a pueblos y ciudades. Sin cooperación no puede haber ni construcción ni complejidad en la evolución".

Parece que, hoy en día, necesitamos pasar al siguiente nivel de cooperación para ser capaces de enfrentar los muchos retos de nuestros tiempos. Cada uno de estos retos tiene su temporalidad y prioridad. Una gran dificultad consiste en reconciliar las tres diferentes escalas de tiempo y los tres tipos de preocupaciones: La economía a corto plazo, la satisfacción de vida a mediano plazo y el medio ambiente a largo plazo.

La economía y finanzas están evolucionando a un ritmo acelerado. La satisfacción de vida se mide de manera proporcional a un proyecto de vida, una carrera, familia, generación y duración de una vida. La evolución del medio ambiente es medida en términos de milenia y eras pero el ritmo de velocidad en cuanto a cambios ambientales se ha acelerado considerablemente.

No debemos, sin embargo, renunciar a la idea de reconciliar estas tres escalas de tiempo. El altruísmo es el hilo conductor vital que puede enlazar y armonizar sus requerimientos. El altruísmo no es meramente un sentimiento noble, ni un ideal ingenuo sino, hoy más que nunca, algo necesario.

Si tenemos más consideración hacia los otros, no caeremos en especulaciones egoístas con los ahorros de aquellos que han confiado en nosotros.

Si tenemos más consideración hacia los otros, nos preocuparemos por la calidad de vida de aquellos que nos rodean y nos aseguraremos que su situación mejore.

Finalmente, si tenemos más consideración por las generaciones futuras, no sacrificaremos ciegamente este mundo que habremos que heredarles en pos de nuestros gustos y deseos de corto plazo.

El altruísmo es por tanto, nuestra clave para sobrevivir y el factor determinante de la calidad de nuestra existencia actual y futura. Debemos tener la perspicacia para reconocerlo y la audacia para decirlo.

En su esencia, el altruísmo es un “estado mental benevolente”, que consiste en la preocupación por el destino de aquellos que nos rodean y deséandoles el bien, fortalecido por nuestra determinación de actuar para su beneficio. El “valorar a los otros” es el estado mental fundamental para la generación del altruísmo. Cuando estamos en nuestra zona de comfort mental, se expresa a si mismo como benevolencia hacia cualquiera que pueda acercase al campo de la atención de uno y se traduce como buenos deseos, prestanza y voluntad. Como ha sido demostrado por el psicólogo Danuel Batson, cuando se percibe una necesitad en los otros, desarrollamos rapidamente una preocupación empática que trae consigo la urgencia de satisfacer esa necesidad. Cuando la necesidad se relaciona con el deseo de ser feliz, el valorar a los demás y la benevolencia darán cabida a la realización de esta aspiración. Cuando la necesidad está relecionada con el sufrimiento, el valorar a los demás y la compasión nos llevará a querer remediar su sufrimiento y sus causas.

A nivel individual, la colaboración entre los neurocientíficos y los contemplativos han demostrado que el altruísmo y la compasión son herramientas que pueden ser cultivadas a través de un entrenamiento. Estos estudios han distinguido las diferencias entre empatía (la facultad de resonar con los sentimientos de otros), el amor-bondadoso (el deseo que otros puedan ser felices) y la compasión (el deseo que puedan estar libres dels ufrimiento).

A nivel de sociedad, las investigaciones en este campo de la evolución cultural también han demostrado que los valores culturales humanos pueden cambiar más rapidamente que nuestros genes y traer consigo una transformación importante en nuestras sociedades.

¿Cómo podemos provocar un cambio hacia una cultura más compasiva y altruísta? Primero necesitamos reconocer la importancia del altruísmo. Luego tenemos que cultivarla a nivel individual y desde ahí detonar los cambios culturales. Las culturas y los individuos se moldean mutuamente tanto como dos cuchillos se pueden usar para afilarse uno al otro.

Matthieu Ricard (2013)
(Plaidoyer pourl’altruisme. Nil Editions)


02 noviembre 2013

Presencia eterna

Amigo, cuando te sientas destrozado, perdido, lejos de casa, cuando estar alineado parezca algo completamente lejano y las palabras de los sabios se asemejen más bien un cuento de hadas, cuando sientas que las respuestas no llegan y que las dudas te consumen como el fuego...

Detente. Respira. Recuerda, nada está saliendo 'mal'. Un sueño está muriendo, eso es todo, un sueño de segunda mano acerca de cómo 'debería' ser este momento...

Cuando todo ese desorden llame tu atención, cuando las dudas entonen su loca melodía, cuando las historias se dejen venir como cascadas, recuerda que esa misma nostalgia que tratas de eliminar te está realmente invitando hacia tu verdadero Hogar, al Aquí y al Ahora, lejos de todos los 'hogares' terrenales.

Un problema es algo que anhela tu dulce atención. Una crisis es un momento decisivo. La enfermedad es una invitación a un profundo descanso y a la liberación. Un trauma es la invitación a ese tipo de aceptación que nunca antes imaginaste. Esas dudas que te carcomen son explosiones de la suprema inteligencia, haciéndote un llamado para que confíes profundamente en tu propia experiencia de primera mano, es un llamado para que te dejes caer en el constante abrazo de lo Desconocido.

Aún cuando todo parezca ir mal, detente, toma un respiro y recuerda que nada puede salir 'mal' en el inmenso campo de tu presencia eterna.

Jeff Foster