Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

26 junio 2015

Mantente justo cuando te han tratado injustamente

Es fácil tratar bien a la gente cuando te han tratado bien. La verdadera prueba es cuando te han tratado mal.

Piensa en ocasiones en que has sido tratado realmente mal, ocasiones grandes o pequeñas. Quizá alguien te robó algo, puso a otros en contra tuya, rompió un compromiso, te traicionó, o te habló injusta o abusivamente.

Cuando suceden este tipo de cosas, me enojo, me siento dolido, sorprendido, herido, triste. Naturalmente, surgen las ganas de vengarse y castigar, lograr que otros estén de acuerdo conmigo, y argumentar en contra de la otra persona en mi mente.

Estos sentimientos e impulsos son normales. Pero ¿Qué pasa si te ves atrapado en estas reacciones y vas demasiado lejos? (Lo cual es diferente a mantenerte calmo, viendo las cosas en perspectiva, y actuando sabiamente- lo que exploraré más abajo). Usualmente hay una descarga y una satisfacción, y te sientes justificado. Se siente bien. Pero usualmente después vienen los problemas
. La otra persona también sobrereacciona en un círculo vicioso. Otras personas - familiares, amigos, colegas - se ven involucrados, enturbiando más las aguas. No te ves muy bien cuando actúas desde la rabia, y los demás lo recordarán. Se vuelve aun más difícil superar la situación de una manera razonable. Después de que se calman las cosas, te sientes mal.

Como el Buddha dijo hace bastante tiempo: "Enojarse con otra persona es como tirar carbones encendidos con las manos desnudas: ambos se queman". Puedes ver esto mismo sucediendo a escala internacional. Gandhi lo describió muy bien: "Ojo por ojo, y todos acabaremos ciegos"

Seguro que necesitas aclarar tu posición, poner límites, y hablar  con la verdad. El arte - ¡y estoy todavía trabajando en eso yo también! - es hacer esto sin los excesos de rabia que tienen mas consecuencias para ti, para otros y para nuestro frágil planeta.

 
¿Cómo? 
Comienza por centrarte, lo cual toma usualmente unos doce segundos:
·  Toma una Pausa - Raramente te metes en problemas por lo que no dices o lo que no haces. Date el regalo del tiempo, incluso por unos pocos segundos.

·  Ten compasión hacia ti mismo - Este es el momento de sentir "¡Auch!, esto dolió, ojalá esto no hubiera pasado". Un truco neurológicamente inteligente para activar la auto-compasión consiste en recordar el sentimiento de estar con alguien a quién le importas.

·  Ponte en tu propio lado - Esto significa estar para ti mismo, no en contra de otros. Puede ayudarte el  recordar  un momento en que te hayas sentido fuerte, como cuando has realizado algo físicamente desafiante, o cuando has defendido a alguien a quien quieres.

·  Elabora un plan - Empieza a pensar en lo que vas a hacer, o por lo menos por donde vas a comenzar.

Y ahora que estás sobre un piso más firme, aquí hay algunas sugerencias prácticas; utiliza aquellas que te gusten:

·  Clarifica los hechos - ¿Qué pasó realmente?

·  Evalúa el evento negativo con precisión - En una escala de atrocidad de 0 a 10 (una mirada fea es un 1 y una guerra nuclear un 10), ¿qué tan malo fue realmente? Si el evento es un 3 en la escala de atrocidad, ¿Por qué tengo reacciones de 5 ó 9 en la escala de respuesta de 0 - 10?

·  Ver la perspectiva global - Reconoce los aspectos positivos o neutros de la situación mezclados con los negativos. Pon la situación en el contexto más amplio de las cosas positivas no relacionadas con este hecho que te estén pasando, y de tu vida en general. Observa el contexto más amplio de todos: cómo tus experiencias cambian continuamente y no vale la pena quedarse enganchado en ellas.

·  Reflexiona sobre la otra persona - Considera las "10.000 causas" que llevaron a la otra persona a actuar de la manera en que lo hizo. Ten cuidado al asumir que fue intencional; muchas veces eres sólo un actor en la obra dramática de otra persona. Trata de tener compasión hacia la otra persona, lo cual te hará sentir mejor. Si es posible, asume responsabilidad por tu propia contribución en el asunto (pero no te culpes injustamente).Puedes desarrollar compasión y  perdón hacia otros aun considerando que sus acciones fueron moralmente incorrectas.

·  Haz concretamente lo que puedas - Si es posible, protégete de personas que te hagan daño; disminuye la relación al tamaño que sea seguro. Busca apoyo; es importante para los otros "ser testigos" cuando seas maltratado. Refuerza tus recursos. Busca buenos consejos -de un amigo, terapeuta, abogado, o incluso la policía. Si es apropiado, busca justicia.

·  Actúa con virtud unilateral - Vive según tu código ético incluso si otros no lo hacen. esto te hará sentir bien, hará que otros te respeten, y creará la mejor posibilidad de que la persona que te hizo daño te trate mejor en el futuro.

·  Di lo que necesite decirse - Hay una buena fórmula del área de la "comunicación no violenta": "Cuando pasa X (dicho objetivamente; no "cuando eres un idiota"), yo siento Y (emociones; no "siento que eres un idiota"), porque necesito Z (necesidades profundas como: "para estar seguro, sentirme respetado, emocionalmente cercano a otros, autónomo y no mandoneado").

Luego, si fuera útil, puedes hacer un pedido concreto para el futuro. Algunos ejemplos: "Si te molesto, ¿Puedes hablarme directamente?" "Puedes no insultarme?" "¿Puedes tratar tus compromisos conmigo y con los niños tan seriamente como los de tu trabajo?"

·  Sigue adelante - Por tu propio bien, comienza a soltar tus pensamientos y sentimientos  de ira y resentimiento. Detén las rumiaciones obsesivas sobre el pasado, y focalízate en el presente y el futuro. Enfócate en lo que va bien, en aquello por lo que sientas gratitud. Realiza actividades placenteras.

En el jardín de tu vida, seguro que tienes que arrancar algunas malezas, pero céntrate en sembrar flores.

 ·  Cultiva la paz - Todo lo que realmente puedas hacer es lo que puedes hacer. Otros van a hacer lo que hagan, y en realidad, a veces no va a ser excelente. Muchas personas desilusionan: tienen millones de cosas rondando en la cabeza, la vida ha sido dura, tuvieron una infancia complicada, su ética es confusa, su pensamiento es poco claro, etc. Es el mundo real, y no puede ser perfecto.

Debes encontrar paz en tu corazón, no afuera en el mundo. Una paz que provenga de observar con claridad, de construir y focalizarse en las cosas positivas en tu jardín, y de soltar para dejar ir.

Rick Hanson

25 junio 2015

¿Has vivido ya el momento más extraordinario de tu vida?


La mayoría de nosotros responderíamos negativamente a esta pregunta, creyendo que todavía no ha sucedido, pero que en cualquier momento puede suceder. Independientemente de la edad, tendemos a creer que el momento más extraordinario de nuestra vida está por llegar. Quizás tengamos miedo a que sea demasiado tarde, pero todavía estamos esperando. Pero lo cierto es que, si seguimos sumidos en el olvido, es decir, si vivimos alejados de la atención plena, ese momento jamás llegará.

Las enseñanzas del Buda afirman, de un modo tan claro como rotundo, que debemos convertir nuestro presente en el momento más extraordinario de nuestra vida.
El presente es el momento más maravilloso.

Y lo único que necesitas para transformar tu presente en el momento más extraordinario es la libertad. Lo único que necesitas para ello es liberarte de las inquietudes y preocupaciones que te mantienen atado al pasado y al futuro.

Estás aquí
La magia del momento presente

Thich Nhat Hanh

23 junio 2015

El poder de la gratitud

“El noventa y nueve por ciento de las veces tenemos la oportunidad de estar agradecidos por algo. Simplemente no lo percibimos”. - David Steindl-Rast

Por el sólo hecho de estar vivos, tenemos muchos motivos por los cuales agradecer. Estar vivos es un hecho que no depende de nosotros, y que puede ser percibido como un regalo que nos es dado. Son las intenciones, motivaciones y acciones de otros las que nos dan la vida. Nacer es un acto completamente involuntario para quien nace y gracias a él todas nuestras experiencias son posibles, desde las más primarias como respirar o mirar a nuestro alrededor, hasta las más sofisticadas acciones que podamos imaginarnos. Nada sería posible sin el nacimiento, y reconocer este hecho fundamental nos invita a abrirnos a la gratitud.

Si hoy tenemos la posibilidad de leer estas líneas, seguramente esto ha sido posible gracias a la bondad y cuidado de otras personas, nuestros primeros cuidadores, padres, abuelos, tíos y muchos otros. Así, podemos sentir la gratitud primordial por todos quienes nos han permitido vivir, especialmente durante los primeros años de vida en donde hemos sido totalmente dependientes. Por supuesto, es posible que el cuidado que hemos recibido no haya sido perfecto, y en algunos casos puede haber estado bastante alejado de lo ideal, sin embargo estamos vivos y estar vivos es una invitación a escribir una nueva historia.
Si observamos nuestra vida cotidiana, podemos reconocer que dependemos de una compleja red de elementos e interacciones que nos permiten vivir. Por ejemplo, el alimento que recibimos diariamente es fruto del trabajo de muchas personas, de complejos procesos naturales y en último término, existe gracias a una biósfera que  sigue generando los componentes que permiten que la vida prosiga. Sin el sol, sin el agua, sin las tierras fértiles, simplemente nuestra vida no sería posible.
Un ejemplo muy cotidiano en el que podemos observar la interdependencia de la cual formamos parte, es el de prestar atención a las personas que día a día recogen nuestra basura. En general, este es un trabajo anónimo y mal remunerado, pero esencial para mantener el equilibrio y la salud en nuestras ciudades; basta con que no se retire la basura durante una semana para reconocer la relevancia que tienen las personas que realizan esta tarea y la función que desempeñan. Estamos rodeados de personas, circunstancias y tareas de las cuales dependemos: choferes, agricultores, cocineros, conserjes, médicos, y un innumerable etcétera. Al observar conscientemente la compleja red de interacciones y vínculos que permiten que las cosas ocurran, se despierta en nosotros una natural gratitud, frente a la forma en que se despliega y florece la vida y al privilegio de ser parte de ella.

Conectarnos con la gratitud no es sinónimo de adoptar una actitud ingenua, pasiva ni abnegada. Tampoco implica desconocer las injusticias y las desigualdades que ocurren. La gratitud puede ser entendida como una actitud y una práctica que nos puede movilizar a actuar conscientemente, reconociendo nuestro rol dentro del orden de las cosas y actuando cuando sea necesario. La gratitud ante los aspectos más básicos de la vida puede empoderarnos.

Reconociendo la influencia que tenemos en el orden de las cosas (siempre limitado), podemos invertir parte de nuestro tiempo, recursos materiales, emocionales y afectivos para contribuir al bienestar y a un mayor equilibrio sistémico. Practicar la gratitud puede ayudarnos a vivir una vida más plena, que contribuya, por ejemplo, a no continuar perjudicando los frágiles equilibrios medioambientales y sociales en los cuales vivimos (por ejemplo, reduciendo significativamente nuestro impacto medioambiental y la huella ecológica que vamos dejando) y a colaborar activamente a un mayor bienestar, reduciendo el sufrimiento y el dolor que genera la desigualdad, la ambición y la apatía. Así, podemos  contribuir al incremento de la alegría y la conexión con los demás.

La gratitud puede transformarse en una práctica simple que es efectiva y a la vez transformadora.

Práctica
Como primera práctica, te invitamos a prestar atención a todo aquello por lo cual puedas sentir gratitud. Puedes simplemente prestar una atención amable a lo que ya tienes y por lo cual puedes sentirte agradecido, incluyendo las diferentes dimensiones de tu vida. Puedes observar aquellos aspectos materiales por los cuales sentirte agradecido, o el hecho de que hay muchas partes de tu cuerpo que funcionan y te permiten hacer una diversidad de cosas. Puedes también incluir la dimensión afectiva y espiritual, prestando atención al cariño que has recibido a lo largo de tu vida. Por último, puedes reconocer y agradecer las acciones propias y de los demás que te nutren, incluyendo en el circulo de tu gratitud todo aquello que tú mismo puedes hacer para contribuir al bienestar de los demás.

Una segunda práctica de gratitud que puedes realizar esta semana consiste en realizar acciones concretas y anónimas de gratitud, una especie de «práctica del agradecido anónimo»: Considerando la situación y contexto en el cual te encuentres, puedes realizar diferentes acciones guiadas por una intención de gratitud: un llamado telefónico a alguna persona cercana para tener una buena conversación, ofreciéndole tu presencia y tus recursos. Quizás reconozcas a algún familiar, amigo o un desconocido que tal vez necesite sentirte presente. Al realizar esta acción no esperes una retribución o vuelta de mano, sino que ofrécelo como un regalo desinteresado.

Al compartir desde la gratitud puedes tener en cuenta que el mismo gesto es beneficioso para los demás y beneficioso para ti mismo. La acción no tiene que ser perfecta ni grandiosa, basta con que sea realizada con una buena intención y con cuidado.
 
 Claudio Araya



22 junio 2015

Consejos de una Oruga...

La Oruga y Alicia se estuvieron mirando un rato en silencio: por fin la Oruga se sacó la pipa de la boca, y se dirigió a la niña en voz lánguida y adormilada.
— ¿Quién eres tú? —dijo la Oruga.
No era una forma demasiado alentadora de empezar una conversación. Alicia contestó un poco intimidada:
— Apenas sé, señor, lo que soy en este momento... Sí sé quién era al levantarme esta mañana, pero creo que he cambiado varias veces desde entonces.
— ¿Qué quieres decir con eso? -preguntó la Oruga con severidad-. ¡A ver si te aclaras contigo misma!
— Temo que no puedo aclarar nada conmigo misma, señor -dijo Alicia-, porque yo no soy yo misma, ya lo ve.
— No veo nada -protestó la Oruga.
— Temo que no podré explicarlo con más claridad -insistió Alicia con voz amable- , porque para empezar ni siquiera lo entiendo yo misma, y eso de cambiar tantas veces de estatura en un solo día resulta bastante desconcertante.
— No resulta nada -replicó la Oruga-.
— Bueno, quizás usted no haya sentido hasta ahora nada parecido -dijo Alicia-, pero cuando se convierta en crisálida, cosa que ocurrirá cualquier día, y después en mariposa, me parece que todo le parecerá un poco raro, ¿no cree?
— Ni pizca -declaró la Oruga-.
— Bueno, quizá los sentimientos de usted sean distintos a los míos, porque le aseguro que a mi me parecería muy raro.
— "¡A ti!" -dijo la Oruga con desprecio-. "¿Quién eres tú?"
(V - Consejos de una Oruga - Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carrol)
. . . . .
Ahora yo le pregunto a usted que está leyendo...
¿Quién eres tu? ¿Está seguro?
El Conejo Blanco -

03 junio 2015

¿Un momento perfecto?


¿Qué pasaría si estás exactamente donde tienes que estar en este momento, teniendo justamente la experiencia que necesitas para despertar?

¿Qué pasaría si estás enfrentando los desafíos exactos que necesitas enfrentar, sintiendo el dolor exacto, la confusión o la incertidumbre que tienes que sentir? ¿Qué pasaría si tus preguntas son perfectas, y tus miedos absolutamente apropiados para este momento? ¿Qué pasaría si tu aburrimiento estuviera coreografiado a la perfección?

Sí, mañana podría ser diferente. Sí, podrías estar en otro lado en el futuro. Sí, el cambio puede darse con el tiempo, y esto no es ninguna receta para la pasividad. Pero en este instante, ¿puedes sentir lo adecuado que es este momento? La perfección del aparentemente imperfecto sitio en el que te encuentras en este momento? ¿Puedes ver la inteligencia de cómo las circunstancias surgieron a la perfección para presionar tus botones, para hacerte reaccionar y sufrir de tal manera que te viste forzado a mirar lo que es real?

¿Puedes ver cómo incluso tu duda, tu incredulidad, tu desilusión, incluso la resistencia que sientes, podría ser de hecho la experiencia perfecta para ti en este momento? ¿Cómo es que no se trata de un error el hecho de que estés leyendo estas palabras, y estar de acuerdo o en desacuerdo con ellas, o que te agraden o que las rechaces?

¿Será posible que la vida nunca se equivoque, que incluso la apariencia de 'la vida yendo mal' sea totalmente la vida, que incluso en nuestro aparente dolor jamás somos menos que plenos?
¿Es este el momento perfecto?

Jeff Foster