Me gusta porque camino y cuando ya voy de regreso a mi coche, me toca ver a los que hacen la carrera, jóvenes alumnos, familiares, maestros, niños. Veo a los papás que acompañan a sus hijos, veo grupitos de chavos y chavas que van riéndose jugando entre ellos, veo atletas que sí están interesados en la carrera, veo maestros dirigiendo a los chavos, pero también veo muchos jovencitos solitarios que van haciendo la carrera sin interactuar con nadie. Personalmente me gusta echarles porras y gritarles “ánimo”, “ya falta poco”, pero en todas las ocasiones no he obtenido ninguna sonrisa
jaja solo alguna mirada desconcertada, pero no me importa, me gusta echarles porras. Justo hoy venía pensando que muchos de estos jóvenes que van solitarios, no solo en la carrera sino en la vida, están haciendo un gran esfuerzo por seguir, por avanzar, por terminar pequeños desafíos, y merecen una palmadita, palabras de aliento, merecen ser vistos, valorados y acompañados.
jaja solo alguna mirada desconcertada, pero no me importa, me gusta echarles porras. Justo hoy venía pensando que muchos de estos jóvenes que van solitarios, no solo en la carrera sino en la vida, están haciendo un gran esfuerzo por seguir, por avanzar, por terminar pequeños desafíos, y merecen una palmadita, palabras de aliento, merecen ser vistos, valorados y acompañados. La vida de nuestros jóvenes a veces es solitaria y creo que como papás, maestros, tíos, abuelos debemos siempre tener palabras de aliento, y tener una mirada directa y amorosa para ellos. Si alguna vez te toca verlos, se amable, da palabras de aliento, regala una sonrisa, pues no sabemos las batallas que cada joven enfrenta día a día.
Edith Reyna- Villarreal

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