Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
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06 febrero 2023

Toma de Decisiones Según la Regla de las 24 Horas

Terry Looper, autor de Sacred Pace (Lugar Sagrado), habló en la conferencia Summit de nuestra organización. Admitió que al principio de su carrera empresarial su deseo de complacer a la gente le llevó a veces a tomar malas decisiones. En su intento de hacer felices a los demás, ocasionalmente llegaba a decisiones precipitadas de las que luego se arrepentía.

Después de experimentar las consecuencias de esto varias veces, Looper finalmente implementó una regla simple que le permitiría evitar tomar decisiones tan malas y mal razonadas. Dijo que se negaba a decidir sobre cualquier asunto importante hasta que hubiera esperado 24 horas.

Looper dijo que aprendió que, al detener una decisión por 24 horas, le dio un medio para alejarse de la presión de la situación. También le dio tiempo para considerar cuidadosamente la petición.

Podríamos aplicar este principio a prácticamente cualquier situación en la que sea necesaria una decisión. Estos podrían incluir cosas tales como compras importantes, firma de contratos, decisiones de contratación importantes, cambio de trabajo, otorgar un préstamo a alguien, involucrarse profundamente en un proyecto y muchas otras circunstancias que podrían tener un impacto a largo plazo en usted y sus allegados.

Muy pocas decisiones son tan urgentes que no se pueden posponer 24 horas. Esto puede eliminar emociones e impulsos de la ecuación. A veces, una oportunidad parece demasiado buena para dejarla pasar, pero después de esperar, podemos darnos cuenta de que no fue tan buena como imaginábamos. Retrasar una decisión también brinda el tiempo necesario para considerar factores que quizás no teníamos en cuenta inicialmente, o para reconsiderar detalles importantes desde una variedad de perspectivas. Tomar decisiones en el calor del momento rara vez proporciona ese lujo.

La Biblia, en muchos sentidos el mejor libro sobre negocios que jamás se ha escrito, tiene mucho que decir sobre la importancia de tomar decisiones cuidadosas y bien consideradas. Estos son solo algunos ejemplos:

Evitar la trampa de la decisión apresurada. Como observó Looper, a menudo existe la tentación de llegar rápidamente a decisiones para complacer a los demás. Pero a largo plazo, tomar decisiones de las que luego te arrepentirás no agrada a nadie. «No te acorrales al hacer una promesa apresurada a Dios y calcular el costo después.» (Proverbios 20:25).

Evitar la vergüenza de una decisión revocada. Es posible que no queramos decepcionar a las personas al tomar una decisión contraria a sus deseos, pero es aún más decepcionante tener que volver a ellos y admitir que no puede mantener su decisión original. Jesús enseñó: «Simplemente di: “Sí, lo haré” o “No, no lo haré”. Cualquier otra cosa proviene del maligno.» (Mateo 5:37).

Evitar la desgracia de no poder cumplir el compromiso. A menudo, nuestras decisiones tienen buenas intenciones; Inicialmente creemos que podemos cumplir con las obligaciones que hacemos. Desafortunadamente, si se hacen con prisa, pueden resultar imprudentes demasiado tarde. «Pero, no comiences sin calcular el costo. Pues, ¿quién comenzaría a construir un edificio sin primero calcular el costo para ver si hay suficiente dinero para terminarlo?» (Lucas 14:28).

La toma de decisiones puede ser un proceso difícil, especialmente cuando hay mucho en juego. Las decisiones deben tomarse con una cuidadosa deliberación para evitar futuros arrepentimientos u otras repercusiones. Esto también brinda tiempo para orar y buscar la sabiduría de Dios antes de continuar. Si tiendes a tomar decisiones precipitadas, prueba la regla de las 24 horas de Terry Looper.

Rick Boxx



04 noviembre 2022

Las Severas Consecuencias de Falta de Perseverancia


¿Has notado lo fácil que es comenzar cualquier tipo de empresa, pero lo difícil que suele ser terminarla? Esta es una de las razones por las que las empresas fracasan. Alguien tiene una idea brillante y comienza una nueva empresa con entusiasmo ilimitado, pero luego golpea la adversidad, seguida por el desánimo y la derrota. Las puertas que se habían abierto con tantas esperanzas de repente se cierran de golpe.

Como periodista y autor, he escrito más artículos de los que puedo contar, así como casi dos docenas de libros que he escrito y editado. Sin embargo, quedan varias ideas de libros que alguna vez me emocionaron mucho pero que siguen sin terminar. Muchas veces en la vida, como en el mundo del deporte, no importa cómo empiezas sino cómo terminas.

El consultor y entrenador de liderazgo Tim Kight ha observado: «La decisión de comenzar es más fácil. La decisión de continuar es la más difícil. El primer compromiso es lo que te pone en marcha. Los muchos compromisos renovados a lo largo del camino son lo que te mantiene en marcha. Sé implacable».

Nunca lo había pensado de esa manera. Comenzar un proyecto, especialmente uno que requerirá mucho tiempo y energía, requiere compromiso. Pero nos encontramos con baches en el camino, obstáculos que inevitablemente amenazan nuestro progreso. Se necesita volver a comprometerse para mantenerse en el camino. Esta es la razón por la que el dicho: «Si al principio no tienes éxito, inténtalo, inténtalo y vuelve a intentarlo», es tan relevante para el mercado empresarial del siglo XXI como lo fue cuando Robert Bruce, rey de Escocia, pronunció esas palabras antes de una importante batalla contra los británicos en 1314.

Lamentablemente, podemos pensar en muchos casos en los que hombres y mujeres carecieron de la perseverancia para abrirse camino hacia el éxito: atletas prometedores que decidieron que el trabajo duro necesario para alcanzar los niveles más altos de sus deportes era demasiado. Músicos talentosos que se negaron a dedicar las muchas horas de práctica necesarias para alcanzar la excelencia. Empresarios que aspiraban a llegar a lo más alto de sus profesiones, pero carecían de la paciencia necesaria para seguir avanzando.

Al leer la Biblia, encontramos ejemplos de ambos: líderes que alcanzaron la grandeza a través de la perseverancia, así como de individuos con mucho potencial que se desviaron y sufrieron fracasos y desgracias. ¿La diferencia? Una determinación no solo de comenzar sino también de continuar, sin importar cuán difíciles se volvieran las circunstancias. Aquí muestro dos ejemplos (entre muchos) de lo que las Escrituras enseñan acerca de la perseverancia:

1. Enfrentar las dificultades con entusiasmo. Nadie quiere salir de su camino para encontrar dificultades. Sin embargo, mantener la perspectiva de que crecemos y maduramos a través de esos desafíos hace que sea más fácil de soportar. «...cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada» [Santiago 1:2-4 NTV].

2. Manteniendo la línea de meta a la vista. El apóstol Pablo tuvo un largo y fructífero ministerio de servicio a Dios. Pero él nunca se consideró a sí mismo como si hubiera «llegado». Él expresó: «...yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer. Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo» [Filipenses 3:13-14 TLA].

Si vale la pena perseguir algo, debemos recordar no solo comprometernos con ello desde el principio, sino también volver a comprometernos y volver a comprometernos tantas veces como sea necesario hasta que lo logremos.


Robert J. Tamasy



25 enero 2022

Reconstruyendo su Reputación

Todos cometemos errores. A veces hacemos grandes. En los negocios, cuando se comete un gran error, los empleados, clientes, proveedores y —a veces— hasta los medios de comunicación, aprenden y comunican sus errores a los demás. Los errores pueden dañar enormemente nuestra reputación y socavar nuestras oportunidades de crecimiento. Se necesita toda una vida para construir una buena reputación, pero se puede destruir en un instante.

Sin embargo, estos errores pueden ayudarnos a aprender y convertirnos en mejores personas y trabajadores, incluso si las consecuencias de nuestras malas decisiones y acciones persisten, a veces durante años.

Reconstruir nuestra reputación no es fácil. Requiere tiempo y esfuerzo constante. Encontramos uno de los mejores ejemplos de esto en la Biblia: la persona de Saulo, el perseguidor de los cristianos, que se convirtió en Pablo, un fervoroso cristiano. En Hechos 9:22 leemos acerca de su transformación dramática y singular después de un encuentro único con Jesucristo mientras viajaba a la ciudad de Damasco: «La predicación de Saulo se hacía cada vez más poderosa, y los judíos de Damasco no podían refutar las pruebas de que Jesús de verdad era el Mesías».

¿Cómo reconstruyó su reputación? Básicamente, siguió un proceso de tres pasos para confesar humildemente sus errores, hacer el trabajo duro y encontrar un defensor. Veamos cada uno de estos:

1. El primer paso que tomó Pablo fue confesar sus errores. Leemos sobre esto en Hechos 22:19, cuando Pablo confesó sus fallas pasadas: «Señor... ellos saben que yo andaba de sinagoga en sinagoga encarcelando y azotando a los que creen en ti».

Si cometiste un error que dañó tu reputación, comienza el viaje de restaurar su reputación reconociendo tus errores, sin poner excusas. Una confesión humilde y genuina, en lugar de un encubrimiento o tratar de ofrecer una justificación, será su primer paso para restaurar tu reputación.

2. El segundo paso de Pablo fue mejorar su reputación haciendo el arduo trabajo de generar confianza. Este suele ser un proceso lento, pero es necesario. Demuestra y vives una vida diferente, día tras día. Cuando hacemos promesas y luego las cumplimos, reconstruimos la confianza y comienza a reforzar nuestra reputación.

Hechos 9:28 dice: «Así que Saulo se quedó con los apóstoles y los acompañó por toda Jerusalén, predicando con valor en el nombre del Señor». Si desea restaurar su reputación, haga el compromiso de hacer el arduo trabajo de generar confianza día tras día, durante el tiempo que sea necesario.

3. El último paso que usó Pablo fue encontrar un defensor, alguien que se pusiera de pie en su nombre y respondiera por el cambio positivo en su vida. Es comprensible que los discípulos de Jesús no quisieran conocer, escuchar o ver a Pablo. Había sido su archienemigo, persiguiendo y encarcelando a sus hermanos y hermanas en la fe. Era más probable que creyeran que un leopardo podía cambiar sus manchas.

Afortunadamente, encontró un defensor en Bernabé, un líder valiente en la Iglesia primitiva. Hechos 9:27 nos dice: «Entonces Bernabé se lo llevó a los apóstoles y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino a Damasco y cómo el Señor le había hablado a Saulo. También les dijo que, en Damasco, Saulo había predicado con valentía en el nombre de Jesús». Debido a que se confiaba en Bernabé como un hombre de gran integridad, los discípulos le dieron una oportunidad a Pablo. Si tiene una reputación dañada y realmente ha cambiado, busque un defensor influyente.

Rick Boxx



14 enero 2021

Esmalte de color

Hoy en el trabajo le puse esmalte a una nueva inquilina del asilo.

Mientras mirábamos los colores, ella dijo que quería uno transparente.

Lo único que pude pensar fue:
'′ TRANSPARENTE?! Pero no es divertido"

Le pregunté por qué quería uno transparente y ella respondió:
"Mis manos son feas, no quiero atraer la atención sobre ellas".

Y yo le dije: "Sus manos cuentan la historia de su vida. Cuentan una historia de amor, compromiso y aventura. Estas manos tocaron y sostuvieron cosas que la mayoría de la gente solo puede esperar tener un día".
Dicho esto, decidió optar por el esmalte rosa.

A veces los demás encuentran la belleza en lo que nos hace sentir inseguros.



07 mayo 2020

No hay riesgo más grande que el de nunca tener el valor de decir "te amo"

Hace un año (2019) celebramos nuestro compromiso con una sesión de fotos en Cancún, y escribimos esto para ese día:

No hay riesgo más grande que el de nunca tener el valor de decir "te amo"

Celebramos la vida cada día, celebramos nuestro compromiso, celebramos el amor, y también el cumpleaños de Valdemar juntos. Celebramos que cada familia tiene una historia y es diferente pero valiosa, nuestra historia también lo es y apenas inicia, la Gracia de Dios nos alcanza cada día, y nos llena de paz saber que Él ha movido los hilos de nuestras vidas a cada paso hasta hoy, y sigue confirmando nuestro camino... Un día a la vez.

Fechas aún no hay, pronto las habrá para los que se alegran por nosotros

Gracias a Israel Garza por la sesión de fotos que nos gustó y la pasamos bien, fue un gusto verte nuevamente.

¡Gracias Dios, gracias familia, gracias amigos!




29 septiembre 2019

El camino fácil

Desde el domingo que llegué de Guadalajara (donde dimos una fantástica función de “Lucas”), he tenido tres muy interesantes conversaciones que para mí han sido tremendamente enriquecedoras, dos de estas conversaciones fueron con dos personas que (siento) he tenido el placer de conocer. Y la tercera y más importante de ellas... ha sido una conversación interna. Es decir conmigo mismo.

Esta mañana mi cabeza se ha quedado dando varias vueltas... mi empatía, que es la más briosa y pujante de mis virtudes- me conecta inevitablemente con mis interlocutores, y por ende, conmigo mismo.

Hay un tema del que quiero hablar.
Recuerdo un cuento/chiste que leí hace un tiempo en un libro que justamente hablaba de la importancia del humor. Quienes me conocen o me siguen de hace tiempo saben que yo suelo hacer comedia de casi todas mis desgracias, que sé reírme de mí, y que creo fervientemente que, aparte de que el humor sana, el arte puede llevar escondido en lo más profundo de sí, perlas importantes de sabiduría.

Hoy, mientras esperaba a subir al avión pensaba en estas tres pláticas importantes y en el cuento/chiste que les voy a contar a continuación. Y dice así:

Un buen hombre, que regresaba a media noche de una reunión de amigos, descubre a lo lejos a un joven vestido de smoking gateando debajo de un poste de luz. Pensando que probablemente el muchacho tendría un problema, el buen hombre se acercó a ayudarlo.

-Disculpa amigo ¿todo bien?

-No, -contestó el joven- se me acaban de caer mis mancuernillas de oro, y no las encuentro. Son muy importantes para mí, pues tienen un valor sentimental inmenso. Tengo que encontrarlas o seré muy desdichado.

-Tranquilo amigo, -le contestó el buen hombre al verlo tan angustiado- no te preocupes, ahora te ayudo a buscarlas, ya verás que entre los dos seguro las encontramos.

Y entonces el buen hombre sobre rodillas y manos comienza a buscar meticulosamente. Recorrió toda la calle, la banqueta, buscó debajo del único coche estacionado. Cerca de la alcantarilla, y entre las ramas de una enredadera que había ahí en una gran maceta. Después de más de media hora de ayudar al joven en su búsqueda, el buen hombre se acercó a decirle:

-Hemos peinado toda la calle, he recorrido contigo cada centímetro de la banqueta, debajo del coche, en el pasto y entre las ramas de la enredadera y no hay nada, menos en la alcantarilla. ¿Estás seguro de que se te cayeron aquí las mancuernillas?

-No, -contestó el joven evidentemente decepcionado- de me cayeron en la calle de atrás.

El buen hombre se quedó estupefacto.
-¿Pero cómo? -le dijo- ¿Entonces porque estás buscándolas aquí, donde evidentemente no van a estar?

Y entonces, casi con vergüenza, pero más terrible aún, con una resignación profundamente triste, el hombre contestó:

-Es que allá... allá está muy obscuro, aquí hay más luz, y aquí no me da miedo buscar!

(Aquí acaba el cuento/chiste pero a mí me gustaría agregarle que...)

El buen hombre trató de explicarle, de todas las formas posibles, pero el temor del joven era tan grande, que nunca pudo entender.

Entonces, el buen hombre, con todo el pesar de su corazón, dejó al joven atrás, arrastrándose por el suelo, cerca de la alcantarilla, debajo de una luz, de esa luz... donde jamás encontraría lo que estaba buscando.

¡Madres!

Buscar lo que más deseas en la vida requiere de un compromiso importante, pero sobre todo -creo yo- de valentía. No hay garantías en la vida de que encuentres lo que quieres, aun cuando busques en los mejores lugares o en los más prometedores. Pero buscar donde sabes que no vas a encontrar lo que deseas, es la pérdida de tiempo más irresponsable y estúpida que yo conozco.

Sí claro, yo entiendo que es más fácil buscar donde no te dé tanto miedo, donde estés más cómodo, menos vulnerable o donde no arriesgues mucho.

Es mucho más sencillo buscar donde hay más luz y donde la búsqueda es menos dificultosa o demandante. Pero, al final, es seguro que no vas a encontrar lo que estás buscando ¡porque no está ahí! Afortunada -y desafortunadamente- eres libre de decidir dónde buscar. No se te olvide que tú eliges siempre qué es lo que prefieres: estar cómodo y seguro... o realizado y feliz.

Ahora...

¿Estamos buscando en el lugar correcto? De alguna manera, si somos brutalmente honestos... todos sabemos la respuesta. Pero si tienes dudas, siempre es bueno echarse un clavado para oír tu interior.

Hoy en la mañana alguien me preguntaba: “¿cómo logras escuchar tu interior?”, yo, en lo acalorado de la plática, me apasioné en otros temas (siempre salto de un tema a otro, brincando por mis historias, redireccionando la conversación) y no terminé de contestarle. Pero, para quien pueda tener más o menos la misma duda aquí les quiero compartir unas preguntas que pueden ayudarles como guía para ejercitar tener una conversación consigo mismos... una... “conversación interna”

Pregúntate:

¿Disfrutas cómo estás viviendo, o con quién lo estás viviendo?

¿Te gusta cómo eres? ¿Sientes que la gente de la que te rodeas te aporta algo importante para tu bienestar? ¿Quién te hace ser mejor persona?

Si supieras que tienes sólo un año para vivir... ¿Qué dejarías de hacer? O mejor aún: ¿Qué te atreverías a hacer?

Lo que estás haciendo... ¿lo estás haciendo porque de verdad te gusta? ¿Porque te llena? ¿Porque lo deseas? ¿O porque es más fácil, más cómodo o menos riesgoso? ¿O porque cambiar te implica mover tus estructuras y romper paradigmas? ¿Vale la pena seguir donde estás? ¿Eres correspondido?

Y aquí le paro... porque aparte de que ya voy a aterrizar, a mí este diálogo interior me está removiendo mucho. Siento que se me sume la panza... y al sentirlo... reconozco que algo me estoy queriendo decir.

El cuerpo avisa, avisa con dolores de cabeza, con insomnio, con ansiedades, con sumidas de estómago. Avisa con sensaciones... ¿te apasiona tu vida? ¿Te sientes feliz y realizado? ¿O has perdido un poco la alegría? ¿Que extrañas? ¿Qué sientes que perdiste? ¿Está donde lo estás buscando? Y más importante aún... ¿te vas a atrever a buscarlo donde es más seguro que sí esté... aunque te asuste?

Yo hace dos días decidí, y hasta ahora -trepado en un avión y ya apunto de aterrizar- me doy cuenta de que lo que he decidido, debí haberlo decidido hace ya bastante tiempo. Pero... nunca es tarde, y menos para ser inmensamente feliz.

Los quiero.

P.D. A veces el camino más fácil, lo único que tiene de recompensa... es eso... que es más fácil. ¡Nada más! Yo... Odin Dupeyron, quiero más que lo fácil... ¡quiero lo chingón!

Ya les dije que los quiero ¿no? ¡Pos los quiero!

Odin Dupeyron


04 septiembre 2018

Consejos de vida

Jackson Brown es un padre preocupado por la felicidad de su hijo y por ello le escribió estos “consejos” cuando éste se fue a estudiar a la Universidad, lejos de su casa. Su hijo decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros. Los mensajes tuvieron tanto éxito, que una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos, Life's Little Instruction Book, una publicación que rápidamente se convirtió en un best seller traducido a varios idiomas.

Hijo:

• Cásate con la persona correcta. De esta decisión dependerá el 90% de tu felicidad o tu miseria.

• Observa el amanecer por lo menos una vez al año.

• Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.

• Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.

• Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.

• Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.

• Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.

• Maneja coches que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.

• Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.

• No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.

• Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche. Dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza.

• Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.

• Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.

• Haz lo que creas que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.

• Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.

• Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas.

• Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.

• Recuerda el viejo proverbio: sin deudas, no hay peligros ni problemas.

• Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. El que no vive para servir, no sirve para vivir.

• Acude a tiempo a tus compromisos. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.

• Confía en la gente, pero cierra tu coche con llave.

• Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran riesgo'.

• No confundas confort con felicidad.

• Nunca confundas riqueza con éxito.

• No pierdas el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.

• No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices.

• Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios.

• Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.

• Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.

• No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.

• No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.

• Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.

• Escucha el doble de lo que hablas (por eso tenemos dos oídos y una sola boca).

• Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.

• Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.

• Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.

• Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.

• Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.

• La gente más feliz no es la que necesariamente tiene lo mejor de todo, sino la que disfruta de cada instante de su vida.


06 julio 2018

Las relaciones más sanas son honestas

Las relaciones más sanas son aquellas que son honestas, las que se basan en la Presencia, en vez de en la fantasía o falsas esperanzas. Y las que poseen un profundo compromiso con la verdad.
Donde dos almas pueden compartir y manifestar sus seres auténticos, en tiempo real con el otro, revelar sus verdades más profundas (salvajes, desorganizadas, irresolutas, inacabadas y ásperas en los bordes), y continuamente dejar ir las ideas condicionantes y preconcebidas sobre cómo las cosas “deberían ser”.

La relación se renueva todo el tiempo en el crisol de la intimidad.
Puede haber rupturas, malos entendidos, intensos sentimientos de duda, enojo, miedo, ansiedad y sensación de no tener algo firme de que agarrarnos en el camino, por supuesto; pero también hay una voluntad mutua de enfrentar este desorden cuando emerge.

Ser vulnerable. Decir: “Sufro. Siento dolor. Siento una profunda tristeza” en vez de culpar al otro por mi dolor.
Decir “necesito algo de apoyo” pero no demandarlo del otro.
Compartir deseos, esperanzas, anhelos y sueños en vez de ordenar al otro que vea las cosas del mismo modo, o que colme todas mis necesidades.
Recibir su ‘No’ y su ‘Si’, incluso si eso me duele.
Permanecer en el crisol de la transformación,
Observar los dos con ojos bien abiertos la presente ruptura, sin mirar a otro lado, o aferrarnos a la forma en que las cosas “solían ser”.
Dejar que se consuman los conceptos de segunda mano sobre la felicidad.
Sentarse juntos en algunos momentos en los escombros de sueños y expectativas destrozados, de planes y esperanzas, y trabajar juntos para encontrar un lugar de reconexión, de reparación y reconstrucción.
Este es el trabajo corajudo y con frecuencia, intenso, en las relaciones.

Aún cuando tenemos que comenzar por admitir profundos sentimientos de desconexión,
Esta es una relación que está viva. Una relación que genera espacio para nuestros anhelos más profundos, nuestros miedos, dolores, pero que no espera que el otro los resuelva, o aleje mi dolor.
Una relación que pide al otro que sea un testigo, un partero/a de nuestra propia sanación, y que ofrece lo mismo a cambio.

Inspirarse el uno al otro para encontrar nuestra felicidad,
Incluso si esto significa dejar ir o “romper” la relación de la manera actual que viene siendo.
El amor contiene al otro suavemente, no se aferra ni intenta controlar al otro, solo quiere lo mejor para el otro. El amor solo quiere que ellos den un paso hacia su propio poder, que vivan la vida al máximo, encuentren su dicha más profunda, que sigan su sendero original, que aprendan a amar sus cuerpos y sus propios sentimientos profundos, y que encuentren nuevas maneras de cuidarse a sí mismos.

“Te amo y quiero que florezcas”.

Las relaciones pueden ser el nuevo yoga, sí, una aventura cada vez más profunda y de redescubrimiento de nosotros mismos y del otro,
Redescubrimiento de nosotros mismos en el espejo del otro, un continuo dejar ir y encontrarme, una danza de soledad y compañía, sin perdernos en ningún extremo sino jugando en algún sitio del medio. Algunas veces estando juntos, algunas veces alejandose.
Cercanía y espacio.
Intimidad con el otro, intimidad contigo mismo. Inhalar, exhalar.

La relación no es un lugar que alcanzar, un punto de llegada, un destino, una ‘cosa’, una historia muerta.
La relación está viva y es un punto de partida permanente, un comienzo, cada día.
Solo podemos empezar juntos, aquí, y existe alegría en este comienzo. Hay entusiasmo en el no saber. Hay vida en la continua muerte de las expectativas.
Permanecer cerca del miedo sano ante la posibilidad de pérdida.
Permanecer cerca de las cosas sin una base firme sin perdernos a nosotros mismos en ellas.
Encontrar seguridad en la incertidumbre. Encontrar una nueva base en el poder del amor en sí mismo. Quedarnos donde estamos, inhalando, exhalando.

Como dice Eckhart Tolle, las relaciones no están aquí para hacernos felices, ya que la verdadera y eterna Felicidad yace dentro de cada uno de nosotros; es esa sólida Presencia que nadie puede en última instancia darnos, o quitarnos. Estamos a salvo de todos modos. Nadie nos va a completar. Nadie nos va a salvar, o resolverá nuestras experiencias internas más profundas por nosotros. Sin embargo, nos pueden dar el presente de exponernos a nuestras heridas, a nuestro niño/a interno/a, a esos fragmentos perdidos; y de traer a la superficie los lugares dentro de nosotros que lloran a viva voz por empatía, esos hermosos huérfanos de la luz.

Y luego, ¡un riesgo! Revelar nuestros corazones en carne viva, nuestra soledad, nuestra vulnerabilidad, nuestra sensibilidad, nuestro no saber, nuestra alegría, esos secretos que nos ‘averguenzan’, a otro ser humano de este pequeño planeta azul en la vastedad del espacio.
Quitarnos la máscara y exponer el corazón sin protección, sin defensas. Arriesgarse a ser rechazado, a ser dejado solo, avergonzado o ridiculizado. Arriesgarse a repetir lo mismo que otras veces tal vez.

Pero un “riesgo” quizás aún mayor: ¡el de ser amados por lo que somos! El de ser sostenidos en la luz cegadora de la atención fascinante de otro, como un bebé es sostenido en brazos con tanta ternura por su adorable y atenta madre.
A ser encontrado/a en el momento presente, sin lugar a donde esconderse, sin ningún sitio adonde huir. Dejar entrar lo Nuevo.
Arriesgarse a perder la imagen, el falso yo, la persona construida cuidadosamente, y permitir que otro abrace esta suavidad aquí.

Esta es la posibilidad más grandiosa de una relación: Poder ver el exquisito y delicado corazón del otro y permitir que vean tu propio suave corazón. En el ver, solo puede haber sanación, transformación, gran belleza.
Podemos ser recipientes terapéuticos para nuestros hermanos y hermanas. Podemos traernos el uno al otro la medicina, el estímulo y gran compañía en estos caminos a veces solitarios de vivir antes de morir.

Y tal vez toma toda una vida en ser descubierto: Aquel que siempre has anhelado ha estado siempre bien profundo adentro tuyo.
Y al obtener ese ‘Aquel’ reflejado en otro (un compañero, un amigo, un amante, un terapeuta, un animal, un árbol, una montaña, la luna o la Vastedad del Cosmos, aunque sea solo por un momento… bueno…ya conoces entonces el Paraíso en la Tierra.

Jeff Foster


27 marzo 2017

La base de un cerebro sano es la bondad

Cuando estaba en mi segundo año en Harvard se cruzó en mi camino la meditación y me fui a la India a investigar cómo entrenar mi mente. Obviamente mis profesores me dijeron que estaba loco, pero aquel viaje marcó mi futuro.

...Así empiezan las grandes historias.

Descubrí que una mente en calma puede producir bienestar en cualquier tipo de situación. Y cuando desde la neurociencia me dediqué a investigar las bases de las emociones, me sorprendió ver cómo las estructuras del cerebro pueden cambiar en tan sólo dos horas.

¡En dos horas!

Hoy podemos medirlo con precisión. Llevamos a meditadores al laboratorio; y antes y después de meditar les tomamos una muestra de sangre para analizar la expresión de los genes.

¿Y la expresión de los genes cambia?

Sí, y vemos como en las zonas en las que había inflamación o tendencia a ella, esta des­ciende abruptamente. Fueron descubrimientos muy útiles para tratar la depresión. Pero en 1992 ­conocí al Dalái Lama y mi vida cambió.

Un hombre muy nutridor.

“Admiro vuestro trabajo, me dijo, pero considero que estáis muy centrados en el estrés, la ansiedad y la depresión; ¿no te has planteado enfocar tus estudios neurocientíficos en la amabilidad, la ternura y la compasión?”.

Un enfoque sutil y radicalmente distinto.

Le hice la promesa al Dalái Lama de que haría todo lo posible para que la amabilidad, la ternura y la compasión estuvieran en el centro de la investigación. Palabras jamás nombradas en ningún estudio científico.

¿Qué ha descubierto?

Que hay una diferencia sustancial entre empatía y compasión. La empatía es la capacidad de sentir lo que sienten los demás. La compasión es un estadio superior, es tener el compromiso y las herramientas para aliviar el sufrimiento.

¿Y qué tiene que ver eso con el cerebro?

Los circuitos neurológicos que llevan a la empatía o a la compasión son diferentes.

¿Y la ternura?

Forma parte del circuito de la compasión. Una de las cosas más importantes que he descubierto sobre la amabilidad y la ternura es que se pueden entrenar a cualquier edad. Los estudios nos dicen que estimulando la ternura en niños y adolescentes mejoran sus resultados académicos, su bienestar emocional y su salud.

¿Y cómo se entrena?

Les hacemos llevar a su mente a una persona próxima a la que aman, revivir una época en la que esta sufrió y cultivar la aspiración de librarla de ese sufrimiento. Luego ampliamos el foco a personas que no les importan y finalmente a aquellas que les irritan. Estos ejercicios reducen sustancialmente el bullying en las escuelas.

De meditar a actuar hay un trecho.

Una de las cosas más interesantes que he visto en los circuitos neuronales de la compasión es que la zona motora del cerebro se activa: la compasión te capacita para moverte, para aliviar el sufrimiento.

Ahora quiere implementar en el mundo el programa Healthy minds (mentes sanas).

Fue otro de los retos que me lanzó el Dalái Lama, y hemos diseñado una plataforma mundial para diseminarlo. El programa tiene cuatro pilares: la atención; el cuidado y la conexión con los otros; la apreciación de ser una persona saludable (encerrarse en los propios sentimientos y pensamientos es causa de depresión)...

...Hay que estar abierto y expuesto.

Sí. Y por último tener un propósito en la vida, algo que está intrínsecamente relacionado con el bienestar. He visto que la base de un cerebro sano es la bondad, y la entrenamos en un entorno científico, algo que no se había hecho nunca.

¿Cómo se puede aplicar a nivel global?


A través de distintos sectores: educación, sanidad, gobiernos, empresas internacionales...

¿A través de los que han potenciado este mundo oprimido en el que vivimos?


Tiene razón, por eso soy miembro del consejo del Foro Económico Mundial de Davos, para convencer a los líderes de que hay que hacer accesible lo que sabe la ciencia sobre el bienestar.

¿Y cómo les convence?

Mediante pruebas científicas. Les expongo, por ejemplo, una investigación que hemos realizado en distintas culturas: si interactúas con un bebé de seis meses a través de dos marionetas, una que se comporta de forma egoísta y otra amable y generosa, el 99% de los niños prefieren el muñeco cooperativo.

Cooperación y amabilidad son innatas.

Sí, pero frágiles, si no se cultivan se pierden, por eso yo, que viajo muchísimo (una fuente de estrés), aprovecho los aeropuertos para enviar mentalmente a la gente con la que me cruzo buenos deseos, y eso cambia la calidad de la experiencia. El cerebro del otro lo percibe.

Apenas un segundo para seguir en lo suyo.

La vida son sólo secuencias de momentos. Si encadenas esas secuencias, la vida cambia.

Cultivar la amabilidad es mucho más efectivo que centrarse en uno mismo. Son circuitos cerebrales distintos. A mí no me interesa la meditación en sí misma sino cómo acceder a los circuitos neuronales para cambiar tu día a día, y sabemos cómo hacerlo.

Richard Davidson


06 diciembre 2016

Consejos para vencer el estrés navideño

Compras de última hora, compromisos con amigos y familiares, organización del banquete navideño... No hay duda: para muchas personas, el estrés se acentúa en la época navideña. Según recientes estudios, el 44% de la población afirma que es una época que le produce más nerviosismo. Por actividades, los acontecimientos relacionados con el período navideño que más estrés y ansiedad generan son las compras (76%), los compromisos sociales (67%), el exceso en los gastos (65%), y el cansancio general y “saturación” (60%).
Pero, ¿por qué nos estresamos en estas fechas? Las causas principales tienen su origen en tres razones fundamentales: las económicas, las físicas y las derivadas de nuestras relaciones sociales.


Entre las primeras destacan el aumento de deudas, la utilización excesiva de la tarjeta de crédito, la necesidad de refinanciaciones, un sentimiento de necesidad de gastar más (adicción a las compras como vía de escape), los gastos excesivos asociados a los compromisos sociales como cenas, salidas nocturnas y ocio familiar, la compra de regalos y un sinfín de gastos imprevistos.

Mientras, las razones relacionadas con nuestra forma física que acentúan el estrés durante la Navidad se centran en un cansancio general por acumulación de actividades, la posibilidad de padecer insomnio por cambio de hábitos, la falta de ejercicio y los excesos en comida y bebida.

Y, por último, el estrés que se origina como consecuencia de nuestras relaciones sociales se agudiza debido a la mayor cantidad de compromisos sociales como cenas de empresa, con amigos o con la familia. Y es que entramos en una época en la que creemos que es necesario acudir a todos estos eventos, o bien nos vemos en la obligación de organizarlos nosotros mismos.
Dentro de este apartado, las reuniones familiares suelen ser las que mayor estrés producen debido a que a veces se da incompatibilidad de caracteres con miembros de la familia, lo que puede generar pequeños conflictos. Y también es una época con cierta tendencia a la tristeza y la nostalgia por el recuerdo de seres queridos ya desaparecidos. En en cuanto a la relación de pareja, sucede como en otras épocas del año, donde el exceso de tiempo compartido puede derivar en situación de nervios. También la responsabilidad para organizar actividades lúdicas durante estos días, o la toma de decisiones sobre dónde celebrar las reuniones familiares son motivos que pueden producir alteraciones de estrés y ansiedad.
Un extra
Además de los propios eventos navideños, las vacaciones escolares de los hijos agravan los síntomas de estrés, por la necesidad de los padres para organizar actividades a los niños, el mayor tiempo de estos en casa y sobre todo, el cambio radical en los patrones diarios de actividad.

Útiles consejos
Para evitar, en la medida de lo posible, estos problemas, toma nota de una serie de consejos orientados a evitar los estados de estrés y ansiedad, según indican los profesionales de Nascia, compañía especializada en el sector del bienestar.

Controla el bolsillo
1.- Calcula un presupuesto realista de ingresos y gastos y ajústate a ese presupuesto.
2.- Evita el exceso de gasto en regalos. Una buena opción es utilizar fórmulas como el “amigo invisible”. Calcula un coste limitado por persona.
3.- Como se suele decir, la Navidad es de los niños, así que compra regalos preferentemente a los más pequeños.
4.- Optimiza tus compras: es recomendable preparar siempre una lista de la compra, comprar por Internet y comprar temprano por la mañana, evitando así las horas punta.
5.- En la organización de comidas/eventos es conveniente implicar a los niños, familiares, amigos…en las tareas de organización y ejecución. Simplifica los menús y si se puede y te ves desbordada, una opción son los servicios de catering. También puedes probar a utilizar los servicios de compra y supermercado on-line para tu comida.

Desde el punto de vista emocional...
1.- Ajusta tus expectativas y no esperes “milagros”.
2.- Relativiza, es sólo un día, un acontecimiento.
3.- Prioriza, distingue entre lo que depende de ti y lo que no, acéptalo y recuerda que todo pasa.
4.- En las reuniones familiares, evita temas comprometidos o que generen discusión.
5.- Aprende a decir no. No tienes por qué acudir a todos los eventos.
6.- Huye del perfeccionismo.
7.- Planifica actividades de distracción.
8.- Dedica tiempo al descanso y resérvate espacios propios, concédete un descanso, un tiempo de relajación.

En forma y con salud.
1.- Busca la moderación y el equilibrio.
2.-Duerme suficientemente.
3.- Haz ejercicio, aunque sólo sea dar un paseo.
4.- Cuida la espalda –esta es una de las épocas del año con más lesiones debido a las posturas incorrectas o a coger objetos pesados.
5.-Equilibra tu dieta con ensaladas y verduras, toma fruta entre horas, intentando comer menos grasas. Evita los procesos de “comida sin fin”.
6.- Busca actividades distintas en los días de celebración.
7.-Practica la relajación. Dedícale un tiempo a realizar ejercicios de respiración.



09 diciembre 2015

Resiliencia...

- Es decir "sí puedo", en presencia de los que dudan.

- Es continuar de pie, sin bajar la cabeza ni arrastrar los pies, cuando todo invita a renunciar.

- Significa no sucumbir a las fuerzas de la derrota que puedan estar a nuestro alrededor.

- Significa creer que hay un camino para ti y permanecer en él incluso cuando tropiezas.

- Significa no dejar que el fracaso o la crítica te impidan intentarlo de nuevo. Y avanzar, permitiendo que el pasado sea pasado y sin intentar controlar el presente para pronosticar el futuro

- Es algo más que una decisión. Es el compromiso de llevar a cabo tu plan.

- Es un rasgo que puede ser perfeccionado por todos, y es que superar el miedo al fracaso consiste tan solo en intentarlo una y otra vez cuando algo cae.


04 diciembre 2015

5 consejos para inspirar a los demás



En la era donde es posible revolucionar la industria con grandes ideas y los recursos necesarios, aquellos que saben inspirar a los demás son los que tienen mayor éxito. Personas como Steve Jobs, serán recordados no sólo por ser brillantes innovadores, sino cómo individuos apasionados que inspiran a los demás para cambiar el mundo.

1. Sea Apasionado por lo que Hace:
No puede inspirar a las personas que están cerca suyo sin estar primero completamente comprometido por lo que hace. Respalde sus ideas, sea su mayor defensor y haga que los demás se sientan emocionados acerca de ellas. Es simple; usted primero debe amar lo que hace, para luego pretender que los demás sientan de la misma manera. Descubra qué es lo que lo hace sentirse apasionado y compártalo con los demás. Tenga preparado argumentos para convencer a los escépticos y a los pesimistas de que lo que usted está haciendo es realmente algo para sentirse entusiasmado.

2. Estimule Grandes Ideas:
Los innovadores famosos no llegaron a la cima por sí solos. Arme un equipo con personas en quienes confía y que se hayan probado a sí mismos que piensan fuera de la caja. Asegúrese en tener en el grupo personas que toman riesgos; algunas de las innovaciones más importantes de la historia han comenzado como ideas "locas". Escuche a todos e intente cosas nuevas; no tenga miedo al fracaso. Mantenga el pulso constante en lo que está pasando en el mundo. Nunca pare de aprender, la inspiración puede venir del lugar menos esperado.

3. Elimine a los Robadores de Tiempo:
Usted necesita estar constantemente explorando para descubrir cuales son las actividades que le hacen perder el tiempo y la energía a su equipo. Animar a los demás depende de compartir un objetivo y propiciar el momento. Si llega a un callejón sin salida, vuelva al principio y muévase en una dirección diferente. Siempre le debe preguntar a los miembros de su equipo qué es lo que cambiarían si tuviesen la oportunidad. No continúe haciendo cosas sólo porque "siempre se ha realizado de esa manera."

4. No se Limite:
En el camino hacia el éxito, siempre habrá muchos escépticos y aquellos que simplemente te dicen que no se puede hacer. No se límite por las convenciones existentes nada inspira más que empujar los límites y lograr lo "imposible".

5. Aténgase a su Palabra, Ideas:
Sea genuino, transparente y honesto. No puede animar a los demás sin confianza. Sea apasionado por sus empleados y sus ideas y tenga confianza en que ellos harán lo mejor. Si comete un error admítalo rápida y enfáticamente. No sienta miedo de intentar nuevas cosas y fracasar, pero siempre cumpla con su palabra.

Instituto Dale Carnegie


05 julio 2013

10 ladrones de energía

1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.

2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.

3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.

5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.

6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.

7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.

8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.

9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.

10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.


03 julio 2012

7 maneras sencillas de decir NO

Muchas personas sienten verdadero pavor a decir “no”. En el trabajo, en casa, con los amigos,… continuamente hacen cosas que les desagradan solo por no poder decir que no. Se sienten a disgusto y no saben como salir de esa situación.

Tener que alargar la jornada laboral, enfrascarse en trabajos para los que no se está preparado, acudir a eventos sociales por compromiso, no poder disfrutar de un mínimo de tiempo libre por estar ayudando a todos los que nos rodean,…. y así podríamos seguir con la lista de despropósitos que evitables con un “no” a tiempo.

Los motivos que abocan a una persona a no utilizar la palabra “no” son de lo más variados: se pueden enfadar conmigo, no me tendrán en cuenta la próxima vez, no quiero hacer daño al otro, se tiene que cumplir con todo…Y al final el más perjudicado es uno mismo. No se puede ni se debe aceptar todo, pero ¿cómo lo digo para que ni yo ni la otra persona nos sintamos mal? Para ello existen 7 maneras sencillas de decir “no”:

“No me puedo comprometer ahora porque tengo otras prioridades en este momento”. Explicar que hay otras tareas más urgentes que atender y que ya están comprometidas.

“Ahora no es un buen momento como estoy en medio de …”. El caso típico sería recibir una llamada cuando se está en una reunión, en tal caso se puede acordar hablar del tema al finalizar.

“Me encantaría hacerlo, pero …”. Es una forma suave de decir que “no”. Es interesante lo que propones pero ahora no puedo ocuparme de ello o se aleja de mis objetivos.

“Déjame pensarlo primero y me pondré en contacto con usted”. No siempre hay que dar una respuesta en un primer momento, nos podemos reservar un tiempo para pensarlo. También sería educado comunicar a la otra persona en que plazo recibirá la respuesta.

“Esto no se ajusta a mis necesidades actuales, pero lo tendré en cuenta para el futuro”. No estamos juzgando la propuesta, simplemente que no se ajusta a lo que deseamos, aunque dejamos la puerta abierta a que en el futuro nos pueda interesar.

“Yo no soy la mejor persona para ayudar en esto. ¿Por qué no le preguntas a …? “. No te puedo ayudar porque no estoy preparado para ello pero te doy indicaciones de quien puede echarte una mano.

“No, no puedo”. Comprobarás que la reacción no suele ser tan mala como en principio esperabas.

La tarea de decir “no” puede costar llevarla a la práctica pero peor es que nos sintamos mal y vivamos una vida que frecuentemente estará guiada por los demás.


17 marzo 2012

La regla de los 20 segundos

Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y no podía tener hijos. Para no sentirse tan solos compraron un cachorro Pastor Alemán, el cual criaron como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso Pastor Alemán. El perro salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacada por los ladrones. Siempre era un perro fiel a sus dueños contra cualquier peligro.

Luego de 7 años de tener al perro, la pareja logró tener al hijo tan ansiado, la pareja estaba tan contenta con su nuevo hijo que disminuyeron las atenciones que tenían para con el perro. Éste se sintió relegado y comenzó a tener celos del bebé. Gruñía cuando sus dueños paseaban al bebé y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante 7 años.

Un día la pareja dejó al bebé plácidamente durmiendo en la cuna, mientras preparaban una carne en la terraza. Cuál no sería su sorpresa, cuando al dirigirse al cuarto del bebé, ven al perro con la boca ensangrentada moviendo la cola. El dueño del perro pensó lo peor, en su temor se exaltó emocionalmente sacó un arma y en el acto mató al perro fiel.

Corrieron al cuarto del bebé y con gran asombro lo encontraron tranquilamente durmiendo. En la parte debajo de la cuna del bebé encontraron una serpiente degollada.
El dueño lloró amargamente lamentándose:
-“He matado a mi perro fiel”.

Cuántas veces hemos juzgado impulsiva e injustamente a las personas. Lo que es peor, las juzgamos y las condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento, cuáles son sus pensamientos y sentimientos e intenciones. Hemos “matado” a muchos amigos leales y compañeros de viaje devotos por no hacer un alto en medio de nuestro emocionalismo para aclarar una situación.

Con los años he descubierto que sin madurez o inteligencia emocional estamos condenados a repetir los mismos errores y dañar a quienes realmente importan. La madurez no es automática, ni viene por unción divina. Es un proceso intencional al que debemos comprometernos diariamente y paso a paso.

A menudo las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario. Pero, cuando somos negligentes respecto a la madurez emocional terminamos esclavizado a ser reactivos debido a lo que llamaremos la "regla de los 20 segundos". Ante una situación de pánico, o excitación emocional, estrés o preocupación, la sangre fluye al cerebro con más rapidez endureciendo las arterias que oprimen el cerebro donde reside la función del pensamiento.

Como resultado la persona deja de pensar y actúa sin cordura, a menos que hayamos creado una disciplina hacia la madurez emocional. 20 segundos toma al cerebro procesar el estimulo y darle el significado correcto. Esa es la diferencia entre un hombre que asesina a su compañera, o golpea a su hijo, o lastima a un prójimo sin pensar, tomado por sus emociones. Si tan solo esperáramos veinte segundos antes de actuar, sin tan solo decidiéramos no seguir siendo adolescentes emocionales y asumiéramos el compromiso de crecer, de caminar hacia una espiritualidad emocionalmente sana.

Pensar antes de actuar no es opcional



13 febrero 2012

Trabajar en equipo

Cuando nadie se preocupa de quién se lleva los honores, no hay límite de lo que se puede alcanzar. Un gran ejemplo de esto es la vida de Tenzing Norgay, un sherpa nacido en Nepal. Él cuenta cómo él y Edmund Hillary, neocelandés, consiguieron lo que nadie antes había conseguido: CONQUISTAR EL MONTE EVEREST.
Relata Tenzing: "Para cada nueva altura que alcanzábamos, se requería un mayor grado de trabajo en equipo". Un grupo hacía lo imposible para subir el equipo necesario un poco más arriba para el grupo siguiente; equipos de dos personas trabajaban para buscar un sendero, o hacerlo, o asegurar las cuerdas, dándolo todo para facilitar a otros el siguiente tramo de la escalada.
No puedes escalar una montaña como el Everest corriendo tú solo y adelantándote a los demás, ni compitiendo con tus compañeros. Hay que hacerlo despacio y cuidadosamente, trabajando desinteresadamente en equipo. Yo mismo había querido alcanzar la meta; era lo que siempre había soñado. Pero si la suerte de hacerlo le caía a otra persona, lo aceptaría como un hombre, no como un niño llorón. ¿Dónde habríamos estado Hillary y yo sin los demás compañeros: los escaladores que facilitaron la ruta, los sherpas que llevaron las cargas, los que fueron haciendo el sendero?. Fué únicamente gracias al sacrificio y al trabajo duro de todos ellos que nosotros pudimos alcanzar la cima. "CON ESO EN MENTE HOY, INTENTA TRABAJAR EN EQUIPO"


17 noviembre 2011

El peligro de cruzar los “límites ecológicos del planeta”

La reunión del XXIII Mind and Life –Mente y Vida- sobre “Ecología, Etica e Interdependencia”, se llevó a cabo recientemente en Dharamsala, India, contando con la presencia de el Dalai Lama y un nutrido grupo de científicos y pensadores.

La profesora Diana Liverman de la Universidad de Arizona fue la primer expositora y ofreció una explicación impresionante sobre la aceleración de los factores, que son por ejemplo, la población mundial, uso del agua, embalse de los ríos, uso de fertilizantes, consumo de papel, número de vehículos, etc., aceleración que ha ocurrido desde los años 50 y que ahora define una nueva era para nuestro planeta. Esta era es llamada la era del antropoceno, que es literalmente, la era de los humanos. Es por primera vez en la historia que las actividades humanas modifican profundamente, y a estas alturas, degradan, al sistema global que sostiene la vida en nuestro planeta.

La profesora Liverman también explicó el concepto de “límites humanos”. Ella definió nueve límites o fronteras planetarias que, al cruzarse, pueden tener efectos destructivos y más aún, catastróficos en el planeta. Estos nueve límites son: cambio climático, pérdida de la biodiversidad, descarga de nitrógeno en la atmósfera y fósforo en los océanos, el agotamiento del ozono en la estratósfera, la acidificación de los océanos, cambios del uso de la tierra, uso global del agua dulce, descarga de aerosoles en la atmósfera, y contaminación química.
Estos factores necesitan ser mantenidos dentro de ciertos límites para poder mantener una distancia segura de un umbral a partir del cual pudiera presentarse un punto de no retorno, y para darnos tiempo a cambiar el curso de acción a fin de disminuir la degradación.

Como se ilustra en los dos diagramas de la gráfica, en 1950 todos los factores medidos permanecían dentro de un límite seguro. (Continúa en la siguiente gráfica)



Los tres principales factores: el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y el flujo del nitrógeno han cruzado hoy los límites y todos los demás se están aproximando a sus límites. Para mayor referencia, una zona de seguridad puede ser comparada a la distancia que hay cuando un coche tiene que reducir la velocidad cuando se aproxima a un acantilado que está más adelante en el camino, para evitar caer en el abismo. Para la mayoría de estos factores, los científicos aún no saben exactamente cuándo el daño será irreversible una vez habiendo cruzado la zona de seguridad.

Ya casi pasamos el tiempo crucial para darnos cuenta de los inmensos beneficios de aprovechar lo mejor de la creatividad humana y desarrollar tecnologías alternativas, aplicando métodos simples para minimizar nuestro impacto en el planeta, y cultivar una vida de simplicidad voluntaria en lugar de continuar con un consumismo a rienda suelta.


Matthieu Ricard

15 agosto 2011

El compromiso con uno mismo

Para muchos la palabra compromiso la asocian a algo ideal pero irreal, otros les causa escozor, otros la evitan.

Muchas veces, estas actitudes tienen que ver con la forma en que nuestros padres se han comprometido en relación a nosotros cuando éramos niños. Puede ser que no lo hicieran seriamente o, por el contrario, que lo tomaran como una obligación neurótica o que lo asumieran al comienzo y luego se desinteresaran o se marcharan o se murieran y eso constituyera un dolor insoportable.

La sociedad misma tiene mensajes contradictorios. Los idealiza o los fusiona con sacrificios y agobios o los niega infantilmente.

El compromiso es el fundamento de cualquier relación auténtica de amor. En una pareja, es lo que posibilitará que avance fructíferamente después que pasa el enamoramiento. Con los hijos, es lo que nos transformará de padres biológicos en padres verdaderos. En un trabajo o estudio, es lo que permitirá que profundicemos y progresemos plenamente. En una terapia o cualquier labor de desarrollo personal y/o espiritual, es lo que realmente nos conectará con las riquezas de nuestro interior.
Entonces, ¿por qué tantos problemas con los compromisos? Porque nos causan cambio, riesgo, crecimiento, dedicación y, también, dolor.

Veamos: cuando nos damos cuenta de que estamos estancados, sabemos que debemos evolucionar. Nuestra parte más sabia y conectada nos invita a movernos con la Vida, porque Ella es cambio constante, es mutación: algo debe morir para que nazca algo nuevo. Nos da miedo este proceso, ya que no estamos educados para pensar así. Nos aferramos a lo que somos y a lo que hay, por más que ya no funcione o suframos.
Ese paso supone un cierto riesgo. Estamos habituados a la seguridad y la comodidad de lo conocido. ¿Qué sucederá, qué ganaremos y qué perderemos, qué pasará con los otros?

Finalmente, se trata de crecer, de asumir nuevos roles, de dejar atrás las limitaciones que nos hemos impuesto, de liberar lo que ya no sirve o constituye una carga sin sentido, de desarrollarnos, de hacer uso de nuestra creatividad.

Esto requiere dedicación, constancia, paciencia, confianza, fe, valor. ¡Ufa! Mejor me quedo como estoy. ¿No es lo que pensaste? Y sí, parece demasiado. La clave aquí es no asustarse ante el gran panorama sino ir haciendo pequeños avances cada día. Como dice un proverbio chino: “un camino de mil kilómetros comienza con un paso”. Se trata de hacer lo necesario en cada momento, sin cargarse con el pasado ni con el futuro. Sostener la visión, mientras se va caminando paso a paso, en el aquí y ahora.
¿Será todo sobre un lecho de rosas? No, claro. Habrá momentos de dolor, de indecisión, de frustración, de ira, de tristeza. Pero, piensa un momento: ¿no los tienes ya? ¿Y qué estás consiguiendo? ¿Hacia dónde estás yendo? ¿Están mezclados con otros de entusiasmo, alegría, autoestima, respeto, fuerza, logro, creatividad, plenitud, amor? Eso es lo que obtendrás si cambias.

¿Y el compromiso? Es lo que te mantendrá firme y confiado. Si no asumes el compromiso por lo que decidas, caerás una y otra vez. Pero, ¿qué pasa si nunca lo has hecho o has tenido malas experiencias con asumirlo? Comienza con pequeñas cosas. Observa lo bien que te sientes cuando lo logras. Se consciente de los temores y enfréntalos, con calma y confianza.
Date cuenta que, cuando te comprometes, te liberas. Al contrario de lo que crees, ser irresponsable o no aceptar los cambios que necesitas, te mantiene prisionero de lo que temes, te hace débil, te victimiza, te mantiene en una mediocridad gris y enfermiza.
Por eso, asume el mejor compromiso que puedes hacer: contigo mismo. ¡Lo lograrás!

Laura Foletto