La reunión del XXIII Mind and Life –Mente y Vida- sobre “Ecología, Etica e Interdependencia”, se llevó a cabo recientemente en Dharamsala, India, contando con la presencia de el Dalai Lama y un nutrido grupo de científicos y pensadores.
La profesora Diana Liverman de la Universidad de Arizona fue la primer expositora y ofreció una explicación impresionante sobre la aceleración de los factores, que son por ejemplo, la población mundial, uso del agua, embalse de los ríos, uso de fertilizantes, consumo de papel, número de vehículos, etc., aceleración que ha ocurrido desde los años 50 y que ahora define una nueva era para nuestro planeta. Esta era es llamada la era del antropoceno, que es literalmente, la era de los humanos. Es por primera vez en la historia que las actividades humanas modifican profundamente, y a estas alturas, degradan, al sistema global que sostiene la vida en nuestro planeta.
La profesora Liverman también explicó el concepto de “límites humanos”. Ella definió nueve límites o fronteras planetarias que, al cruzarse, pueden tener efectos destructivos y más aún, catastróficos en el planeta. Estos nueve límites son: cambio climático, pérdida de la biodiversidad, descarga de nitrógeno en la atmósfera y fósforo en los océanos, el agotamiento del ozono en la estratósfera, la acidificación de los océanos, cambios del uso de la tierra, uso global del agua dulce, descarga de aerosoles en la atmósfera, y contaminación química.
Estos factores necesitan ser mantenidos dentro de ciertos límites para poder mantener una distancia segura de un umbral a partir del cual pudiera presentarse un punto de no retorno, y para darnos tiempo a cambiar el curso de acción a fin de disminuir la degradación.
Como se ilustra en los dos diagramas de la gráfica, en 1950 todos los factores medidos permanecían dentro de un límite seguro. (Continúa en la siguiente gráfica)
Los tres principales factores: el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y el flujo del nitrógeno han cruzado hoy los límites y todos los demás se están aproximando a sus límites. Para mayor referencia, una zona de seguridad puede ser comparada a la distancia que hay cuando un coche tiene que reducir la velocidad cuando se aproxima a un acantilado que está más adelante en el camino, para evitar caer en el abismo. Para la mayoría de estos factores, los científicos aún no saben exactamente cuándo el daño será irreversible una vez habiendo cruzado la zona de seguridad.
Ya casi pasamos el tiempo crucial para darnos cuenta de los inmensos beneficios de aprovechar lo mejor de la creatividad humana y desarrollar tecnologías alternativas, aplicando métodos simples para minimizar nuestro impacto en el planeta, y cultivar una vida de simplicidad voluntaria en lugar de continuar con un consumismo a rienda suelta.
Matthieu Ricard
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