Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
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28 diciembre 2024

Las cosas que solo puedes ver cuando disminuyes la velocidad

8 poderosas lecciones de "Las cosas que solo puedes ver cuando disminuyes la velocidad" de Haemin Sunim: 

1. Encuentre la calma en medio del caos: el libro enfatiza la importancia de crear paz interior incluso en medio del ajetreo externo de la vida. A través de la atención plena y la meditación, podemos cultivar una sensación de calma dentro de nosotros mismos, independientemente de lo que suceda a nuestro alrededor. 

2. Profundice sus relaciones: Disminuir la velocidad nos permite estar verdaderamente presentes con los demás. Si les prestamos toda nuestra atención y los escuchamos profundamente, podemos construir conexiones más fuertes y significativas. 

3. Apreciar las cosas simples: Cuando tenemos prisa, a menudo perdemos la belleza y la alegría escondidas en los momentos cotidianos. Reducir el ritmo nos ayuda a saborear los placeres simples y apreciar la riqueza de las experiencias cotidianas de la vida. 

4. Descubra su verdadero yo: El constante ajetreo puede oscurecer nuestro verdadero yo. Al tomarnos un tiempo para una reflexión tranquila y una introspección, podemos reconectarnos con nuestros valores, deseos y propósitos internos.

5. Cultivar la gratitud: Disminuir el ritmo nos permite centrarnos en los aspectos positivos de nuestras vidas y cultivar una actitud de gratitud. Esta apreciación fomenta la felicidad y la satisfacción, incluso en tiempos difíciles. 

6. Encuentre creatividad e inspiración: Las prisas sofocan la creatividad, mientras que la desaceleración abre nuestra mente a nuevas posibilidades e inspiración. Alejarnos del ajetreo nos permite generar nuevas ideas y perspectivas. 

7. Acepta la imperfección: El perfeccionismo es una receta para el estrés y la insatisfacción. Disminuir el ritmo nos ayuda a aceptarnos a nosotros mismos y a los demás con todas nuestras imperfecciones, fomentando la autocompasión y la paz interior. 

8. Vivir con intencionalidad: cuando nos apresuramos, a menudo vivimos en piloto automático. Reducir la velocidad nos permite dar un paso atrás, reevaluar nuestras prioridades y tomar decisiones conscientes sobre cómo queremos vivir nuestras vidas. 

Reducir el ritmo no se trata de pereza; se trata de recuperar el control y vivir la vida más plenamente. Es una práctica que requiere intención y esfuerzo, pero las recompensas son inmensas: mayor paz, alegría y significado en la vida.



21 diciembre 2024

El poder del Solsticio de Invierno

Un evento que te podrá ayudar a conectar aún más con ese momento de reflexión será el solsticio de invierno que será este 21 de diciembre, que marca el inicio del Invierno en el Hemisferio Norte, siendo la noche más larga del año y un momento ideal para conectar con las energías de la noche.


1. Renovación y renacimiento
El solsticio simboliza el inicio de un nuevo ciclo. Es el momento perfecto para liberar lo viejo, dejar atrás lo que ya no sirve y dar la bienvenida a nuevas intenciones y propósitos.

2. Conexión con la luz interior
Aunque el mundo esté en su noche más larga, este evento nos recuerda que la luz siempre regresa, tanto en la naturaleza como en nuestra vida. Es una invitación a mirar hacia adentro, encontrar nuestra fortaleza y sembrar esperanza para los días que vienen.

3. Momento de gratitud y calma
El solsticio nos invita a detenernos y reflexionar sobre lo vivido, agradeciendo las lecciones y los regalos del año que termina.

Este sábado, permítete detenerte, conectar con la energía del universo y regalarte un momento de calma con cacao. El solsticio es una invitación a reconocer tu luz interior y comenzar de nuevo.






29 septiembre 2021

Reconocer tu canción

En la tribu Himba de Namibia en el sur de África, la fecha de nacimiento de un niño está fijada, no en el momento de su llegada al mundo, ni en su concepción, sino mucho antes: desde el día en que se piensa en el niño. ⠀

Cuando una mujer decide que va a tener un hijo, se acomoda y descansa bajo un árbol, y escucha hasta que puede escuchar la canción del niño que quiere nacer. Y después de escuchar la canción de este niño, regresa con el hombre que será el padre del niño para enseñarle esa canción. Y luego, cuando hacen el amor para procrear físicamente al niño, cantan la canción del niño, para invitarlo.

Cuando la madre está embarazada, enseña el canto de este niño a las parteras y ancianas del pueblo. Entonces, cuando nace el niño, las ancianas y las personas que lo rodean cantan su canción para darle la bienvenida.

A medida que el niño crece, los demás aldeanos aprenden su canción. Entonces, si el niño se cae o se lastima, siempre encuentra a alguien que lo levante y cante su canción. Del mismo modo, si el niño hace algo maravilloso, o pasa con éxito por los ritos de paso, la gente del pueblo canta su canción en honor a él.

En la tribu, hay otra oportunidad donde los aldeanos cantan para el niño. Si, en cualquier momento de su vida, la persona comete un delito o acto social aberrante, se llama al individuo al centro del pueblo y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor. Luego cantan su canción. ⠀
La tribu reconoce que la corrección de la conducta antisocial no pasa por castigo, es por amor y recordatorio de identidad. Cuando reconoces tu propia canción, no quieres ni necesitas hacer nada que pueda dañar al otro.
Y de la misma manera a través de sus vidas. En el matrimonio, las canciones se cantan juntas. ⠀

Y cuando, al envejecer, este niño yace en su cama, listo para morir, todos los aldeanos conocen su canción, y cantan, por última vez, su canción.



30 junio 2019

Sé la calma

Sé la calma en la tormenta de tu niño.

Sé la brisa y la lluvia suave cuando sus emociones arden en fuego.

Sé la voz que invita al alivio, no el grito que aumenta el susto y la desesperación.

Un adulto alterado/descontrolado no será capaz de contener nunca un berrinche o pataleta, pues para pedir calma, debemos ofrecerla primero.

El adulto eres tú, y lo que tu hijo ve de ti es lo que hará. Si ante una situación difícil, tú explotas, él también explotará. Si por el contrario, respiras, te acercas y buscas una solución, lo que le das es un hermoso regalo que se llevará de ejemplo para toda la vida.

Nuestro trabajo no es ni siquiera detener el llanto o la rabia, sino acompañar, estar, amar.

Sé el tipo de persona que quisieras tener al lado cuando estás muy molesto, alguien que respete y valide lo que estás sintiendo, no que trate de cortarlo prepotentemente. Sé alguien empático y amoroso, alguien que tiene la seguridad de que, pronto, todo estará mejor.

Autor: Naomi Toma / Revolución Crianza
Ilustración: Emiliano Ponzi

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08 octubre 2018

Se llama calma...

Se llama calma y me costó muchas tormentas.

Se llama calma y cuando desaparece....
salgo otra vez a su búsqueda.
Se llama calma y me enseña a respirar,
a pensar y repensar.

Se llama calma y cuando la locura la tienta
se desatan vientos bravos que cuestan dominar.
Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven,
la lengua suelta y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría.

Se llama calma cuando se aprende bien a amar,
cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo
se desvanece para abrir corazón y alma entregándose
enteros a quien quiera recibir y dar.

Se llama calma cuando la amistad es tan sincera
que se caen todas las máscaras y todo se puede contar.
Se llama calma y el mundo la evade, la ignora,
inventando guerras que nunca nadie va a ganar.

Se llama calma cuando el silencio se disfruta,
cuando los ruidos no son solo música y locura
sino el viento, los pájaros, la (tu) buena compañía
o el ruido del mar.

Se llama calma y con nada se paga, no hay moneda
de ningún color que pueda cubrir su valor
cuando se hace realidad.

Se llama calma y me costó muchas tormentas
y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar.
Se llama calma, la disfruto, la respeto y no la quiero soltar

Autor desconocido