Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

30 septiembre 2021

Aprendiendo a domar al perro llamado "Ego"

Se cuenta la historia que una noche en la que el compositor de ópera Giuseppe Verdi realizó un recital de piano en La Scala de Milán, Italia. Cuando terminó su pieza final del programa, el público que lo adoraba pidió que tocara algo más. Regocijándose con los aplausos, Verdi eligió interpretar una composición ruidosa, que sabía que deleitaría a la audiencia, aunque, en un sentido artístico, no era la mejor pieza.

Cuando Verdi terminó, la multitud se puso de pie, dándole otra rotunda ovación. Se deleitó con los aplausos hasta que vislumbró a su mentor de toda la vida sentado en el balcón. El mentor sabía exactamente lo que había hecho Verdi; ni se paró ni aplaudió. Verdi vio una expresión de angustia en el rostro de su mentor de profunda decepción, como si dijera: «Verdi, Verdi, ¿cómo pudiste hacer eso?».

Cuando contó esta historia, mi difunto amigo Robert D. Foster lo llamó el «virus Verdi», una necesidad de control y de recibir aprobación. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche lo describió así: «Siempre que subo, me sigue un perro llamado Ego. El ego se hincha cuando recibe una lluvia de elogios. Anhela poder y éxito. Y nunca está satisfecho con la cantidad de estas cosas que obtiene».

El mundo empresarial y profesional alimenta este deseo, con su mensaje continuo de que somos tan buenos como nuestros últimos éxitos. Aunque es tan común, esta necesidad de ser aclamada por los demás puede ser tóxica. Al igual que con Verdi, podría hacernos comprometernos, hacer cosas que sabemos que generarán la respuesta deseada, incluso si no son las mejores, o las correctas, por hacer. La Biblia, que describe la condición humana con total honestidad, da muchos ejemplos de esto.

1. Jesucristo habló sobre esto, a menudo confrontando a los líderes religiosos por pretender ser lo que no eran. Un ejemplo clásico se relata en el evangelio de Mateo: «¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad» [Mateo 23:27-28 NVI].

2. Es lo que está adentro, no afuera, lo que importa. Al seleccionar un nuevo rey para Israel, Dios no estaba buscando a alguien que «luciera adecuado», sino a alguien que pasara la «prueba del corazón». Eligió a David, alguien llamado más tarde como: «un hombre conforme al corazón de Dios» [ver Hechos 13:22]. Pues «… El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón» [1 Samuel 16:7 NTV].

3. La adulación prueba nuestro carácter. ¿Cómo respondemos cuando recibimos elogios? ¿Nos empapamos de ellos y buscamos más, o respondemos con humilde gratitud? «Con el fuego se descubre qué clase de metal tenemos; con los elogios se descubre qué clase de persona somos» [Proverbios 27:21 TLA].

4. Poner a los demás primero reduce la necesidad de elogios. El implacable deseo de alabanza pone nuestro enfoque en nosotros mismos. Sin embargo, cuando nos enfocamos en los demás, nuestro ego requiere menos atención. En un mundo que dice: «¡Todo se trata de mí!», se requiere una decisión consciente para redirigir nuestro pensamiento. «No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás» [Filipenses 2:3-4 NTV].

Robert J Tamasy



29 septiembre 2021

Reconocer tu canción

En la tribu Himba de Namibia en el sur de África, la fecha de nacimiento de un niño está fijada, no en el momento de su llegada al mundo, ni en su concepción, sino mucho antes: desde el día en que se piensa en el niño. ⠀

Cuando una mujer decide que va a tener un hijo, se acomoda y descansa bajo un árbol, y escucha hasta que puede escuchar la canción del niño que quiere nacer. Y después de escuchar la canción de este niño, regresa con el hombre que será el padre del niño para enseñarle esa canción. Y luego, cuando hacen el amor para procrear físicamente al niño, cantan la canción del niño, para invitarlo.

Cuando la madre está embarazada, enseña el canto de este niño a las parteras y ancianas del pueblo. Entonces, cuando nace el niño, las ancianas y las personas que lo rodean cantan su canción para darle la bienvenida.

A medida que el niño crece, los demás aldeanos aprenden su canción. Entonces, si el niño se cae o se lastima, siempre encuentra a alguien que lo levante y cante su canción. Del mismo modo, si el niño hace algo maravilloso, o pasa con éxito por los ritos de paso, la gente del pueblo canta su canción en honor a él.

En la tribu, hay otra oportunidad donde los aldeanos cantan para el niño. Si, en cualquier momento de su vida, la persona comete un delito o acto social aberrante, se llama al individuo al centro del pueblo y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor. Luego cantan su canción. ⠀
La tribu reconoce que la corrección de la conducta antisocial no pasa por castigo, es por amor y recordatorio de identidad. Cuando reconoces tu propia canción, no quieres ni necesitas hacer nada que pueda dañar al otro.
Y de la misma manera a través de sus vidas. En el matrimonio, las canciones se cantan juntas. ⠀

Y cuando, al envejecer, este niño yace en su cama, listo para morir, todos los aldeanos conocen su canción, y cantan, por última vez, su canción.



08 septiembre 2021

Para impactar narra tu historia

Al asistir a una conferencia nacional, ya hace algunos años, disfruté escuchando a una variedad de excelentes oradores. Algunos de ellos, sin embargo, me parecieron particularmente memorables. Me pregunté qué los había hecho destacar en mi mente. Sabía que no se trataba solo de sus niveles de experiencia. Luego me di cuenta de que fueron los dueños de negocios que compartieron sus historias personales eran los que más me habían impresionado.

No eran oradores profesionales, sino emprendedores que están marcando la diferencia. Algunos están impactando el mundo a través de sus productos o servicios; otros están cambiando a sus comunidades y al mundo gracias a su generosidad. Su información fue excelente, pero sus historias, sus relatos de lo que está sucediendo a través de sus empresas, fueron lo que conmovió los corazones de las personas en la audiencia.

Mientras escudriñaba la sala de reuniones, se me ocurrió que muchos de los líderes presentes eran motivados a través de las historias que escuchaban. Sospechaba que para el año siguiente, probablemente habría una nueva cosecha de historias que escuchar, incluidas algunas de aquellos que estaban siendo inspirados.

¿Por qué las historias son tan efectivas? Una razón es que brindan una imagen, lo que podríamos llamar una "imagen verbal", de los principios y prácticas que estamos tratando de transmitir. Una cosa es tener un gran entusiasmo por un producto, servicio o incluso ideas. Pero es mejor mostrar, a través del poder de las historias, por qué son importantes. Las historias crean imágenes en nuestras mentes, dando carne y huesos a conceptos que de otro modo serían intangibles.

Esta estrategia de narración de historias no es nueva. Incluso la Biblia, escrita hace miles de años, usa historias extensamente para comunicar sus verdades eternas. De hecho, un pasaje dice: "Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su amor perdura para siempre. Que los redimidos del SEÑOR cuenten su historia" (Salmo 107: 1-2).

Cuando Jesucristo dirigía Su ministerio terrenal, reconoció el impacto de las historias. ¿Por qué crees que, de todas sus enseñanzas incluidas en los cuatro evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, lo que muchos de nosotros recordamos más son sus historias, a las que también llamó parábolas? Por ejemplo, incluso en el mundo cada vez más secularizado de hoy, a menudo escuchamos referencias al "buen samaritano", narrado en el capítulo 10 de Lucas.

El relato bíblico trata sobre un hombre judío que fue golpeado por ladrones y dejado morir en un camino. Dos líderes religiosos lo vieron, pero en lugar de detenerse para ayudar, se cruzaron al otro lado de la carretera y lo pasaron de largo. Fue un samaritano, una raza de gente odiada por los judíos, quien se detuvo a ayudar, no solo para vendar las heridas del herido, sino también pagó un lugar donde descansara y se recuperase.

Hasta el día de hoy, a menudo escuchamos noticias sobre algún “buen samaritano” que desinteresadamente, tal vez incluso con sacrificio, se detiene para brindar ayuda a alguien que lo necesita desesperadamente. Jesús usó esta historia para ilustrar lo que llamó los dos mayores mandamientos, “'Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente', y 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'.” (Lucas 10:27).

Al final de la historia, Jesús preguntó: "¿Cuál de estos tres crees que fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los ladrones?" (Lucas 10:36). Presentó muchas otras parábolas memorables, pero podemos ver el poder perdurable de las historias en este único ejemplo. ¿Qué podemos aprender de esto? Es simple: si desea inspirar a otros a alturas aún mayores, comparta su historia.

Rick Boxx



07 septiembre 2021

¿Dónde estaba Dios el 11 Septiembre 2001?

Este sábado se recuerda alrededor del mundo el veinte aniversario del acto terrorista que más ha conmovido al mundo y cuyas secuelas continúan a través de las heridas abiertas entre el mundo occidental y el musulmán. El terrorismo continua bajo máscaras religiosas y étnicas.
La pregunta que nos hicimos entonces y que sigue siendo valida hoy para este y cualquier otro acto inhumano e inmoral es: ¿Dónde estaba Dios cuando las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono fueron atacados?

Bueno, quiero decirles que tenemos una buena idea de donde estaba Dios la mañana del 11 de septiembre del 2001, El, nuestro Dios, estaba muy ocupado. Dios estaba distrayendo a las personas que pensaban tomar esos vuelos de las aerolíneas American y United, los cuatro aviones juntos tenían cupos para 1000 pasajeros y esa mañana, solo viajaron 266....Dios estaba a bordo de los cuatro aviones volando a un trágico destino.

DIOS estaba dando calma a los aterrorizados pasajeros en cada avión.

Ninguna de las familias que recibieron las últimas llamadas de sus seres queridos desde los aviones a través de sus teléfonos celulares, han dicho que escucharon gritos de los pasajeros dentro del avión. Dios estaba con cada uno de ellos, dándoles consuelo. Es más, Dios estaba dándole fuerza y valor a tres pasajeros en el avión que cayó en Pensilvania, para que lucharan contra los secuestradores y así se pudo evitar una tragedia mayor.

Dios estaba muy ocupado creando obstáculos para miles de empleados de las Torres Gemelas. Después de todo, solo 20.000 personas estaban en las torres cuando el primer avión se estrelló. En los dos edificios juntos trabajaban como 50.000 personas. Mucha gente que trabajaba en las torres declaró a la prensa que ese martes negro, se les reventó una llanta del auto, sus despertadores no sonaron, perdieron el autobús, perdieron el tren, etc...etc... y llegaron tarde al trabajo ...y se salvaron!

Después de que los dos aviones cumplieron su macabro objetivo, Dios estaba atajando con sus dos manos las torres de 110 pisos cada una, para que miles de personas tuvieran tiempo de escapar. Y cuando finalmente, el tremendo peso de las paredes de cemento y vigas de acero hicieron que las torres colapsaran, colapsaron hacia abajo y no a los costados, esto también fue un milagro, si las torres hubieran caído de costado, hubieran arrasado con mas de 20 cuadras a la redonda y miles más hubieran muerto.

Y cuando las torres se derrumbaron...Dios abrió los brazos y recogió a miles de sus hijos y los llevó con EL al cielo, repitiéndoles una y mil veces hasta el cansancio que "lo peor ya pasó, ahora están conmigo, no sufran, porque a mi lado gozaran de vida eterna". Una vez que Dios llegó a las puertas del cielo, allí depositó las almas que recogió y luego caminó y se sentó sobre una piedra, se cubrió la cara con las manos y lloró... sí, Dios lloró...lloro por el alma de los hijos que no pudo salvar y que se perdieron para siempre, por haber vivido con tanto odio en sus corazones adorando a otro Dios, que en realidad no existe!

Y esto no fue todo... Dios bajó de nuevo a la tierra para dar consuelo y resignación a cada una de las viudas que perdieron a sus esposos, a los esposos que perdieron a sus esposas, a los hijos que perdieron a sus padres y a los padres que perdieron a sus hijos, y se quedó en la casa de cada una de las personas que fueron afectadas por esta tragedia, brindándoles fuerza y valor para seguir adelante con sus vidas.

Y nuestro Dios seguirá siempre con todos nosotros. El es la fuerza, el motor, el pilar de nuestras vidas, EL es el que nunca nos abandona en los momentos difíciles. Asi que, si alguien te pregunta "...y dónde estaba Dios el 11 de septiembre del 2001?" diles con mucho orgullo y certeza que...DIOS ESTABA POR TODOS LADOS. DIOS ESTA DENTRO DE CADA CORAZON. DIOS ESTA EN CADA SER VIVIENTE. DIOS ESTA ... A pesar de todos los daños y de la magnitud de esta tragedia, yo veo el milagro de Dios en cada parte de ella.



¿Hemos aprendido algo desde que ocurrió esta tragedia? A raíz de la catástrofe millones de personas dentro y fuera de los Estados Unidos asistieron a la iglesia local y buscaron el rostro de Dios por primera vez en mucho tiempo. Otros millones que no creían en El optaron por enojarse culpándolo de lo que había ocurrido.

Conforme todo volvió a la normalidad, muchos que volvieron sus ojos a Dios dejaron de asistir y siguieron haciendo lo que querían y no lo que Dios esperaba que decidieran hacer. Un estudio de la encuestadora Barna confirma este hallazgo. La memoria es flaca, y a pesar de los sucesivos ataques terroristas en las ciudades de Madrid, Londres y Bali la humanidad en general quiere seguir durmiendo, ignorando a Dios y viviendo acorde con lo que el mundo quiere.

Nos cuesta aprender, y lamentablemente nuevas tragedias seguirán ocurriendo como resultado de nuestras decisiones rebeldes, nunca por la voluntad perfecta de Dios que siempre extiende su mano a quien quiera tomarla por Su gracia y amor incondicional.