6. El peso de las expectativas
Una serendipia es ...
01 febrero 2025
Las cosas que Mamá y yo no hablamos
6. El peso de las expectativas
06 enero 2025
Imperfect Courage (una valentía imperfecta)
6. Superar el miedo: a lo largo del libro, Honegger enfrenta sus miedos y desafíos. Proporciona estrategias prácticas para superar el miedo, incluido replantear los pensamientos negativos y dar pasos pequeños y viables hacia las metas.
29 octubre 2024
Los modales comienzan en el desayuno
6. Consecuencias naturales: Permita que los niños experimenten las consecuencias naturales de sus elecciones, tanto positivas como negativas. Esto proporciona valiosas oportunidades de aprendizaje y refuerza la toma de decisiones responsable.
01 agosto 2024
El poder de la atención
27 febrero 2023
El signo más antiguo de civilización
13 abril 2022
Los amigos
Recientemente he visto algunos casos que me han hecho pensar mucho en los amigos, esas personas que elegimos para que nos acompañen en el camino por tiempos determinados, otros para toda la vida.
Pienso en 3 situaciones que he visto recientemente.
La primera se dio en el evento de los Oscar, lo que todos ya sabemos que pasó pero que también hizo visible a un grupo de personas que se acercaron a ambos personajes a darles palabras de calma y apoyo. No juzgo aquí a ninguno y obviamente la violencia no es aceptable por ninguna circunstancia, lo que rescato es los "amigos" que se acercan a apoyar y dar palabras sabias, son esos amigos que necesitamos en los momentos más difíciles, que nos confrontan y también nos apoyan, y dejan con sus palabras un bálsamo para el corazón y la mente. De esa clase de amigos quiero tener siempre cerca.
La segunda es algo lamentable y doloroso, y aún sin respuesta. El fin de semana pasado una chica desapareció, fue a una fiesta con unas amigas, pero en el regreso las amigas la dejaron sola en medio de la carretera, y en un lugar aparentemente peligroso de transitar. Nada justifica dejar a una amiga sola a cualquier hora del día en un lugar peligroso, nada justifica no acompañarla, aunque te desvíes mucho de tu camino, siempre debemos dejar a salvo a las personas que nos acompañan. Casi 5 días después no encuentran a esa joven de 18 años, y la búsqueda continúa. De esos amigos no quiero en mi vida. Y es que hay que enseñar desde que son niños sobre la amistad y la responsabilidad. Evidentemente estamos viviendo en una sociedad sumamente egoísta, recordemos que los valores se enseñan en casa y se refuerzan en la escuela. Necesitamos ver a los ojos a los jóvenes y enseñarles la empatía, la compasión, la amistad, el amor. Si no hacemos un alto en el camino para reflexionar y volver a aprender esto seguiremos viendo casos así.
La tercera, recientemente se fue un grupo de estudiantes al otro lado del mundo a terminar sus estudios, era un buen grupo el que viajaba, me tocó decirles que aunque no se conocieran mucho, durante por lo menos el siguiente año, más que compañeros iban a fortalecer una amistad y que se convertirían en familia puesto que allá en aquel país lejano solo se tienen ellos, así que son familia. Aparentemente lo entendieron así, y se están cuidando unos a otros. Y así nacen los amigos y la familia que elegimos.
Resalto estos ejemplos aunque evidentemente hay muchísimos más. Somos todos en esta sociedad compañeros de viaje, nos toca convivir con vecinos, familia, amigos, compañeros de trabajo e incluso desconocidos. Seamos cordiales, seamos empáticos, seamos amables.
Necesitamos esperanza para nuestra sociedad, porque el bien de uno es el bien de todos
Necesitamos amigos sabios a nuestro alrededor
Necesitamos gente que siempre tendrá una oración a Dios por nosotros
Necesitamos a Dios en nuestro corazón, para que ilumine siempre nuestro camino, y que podamos tomarnos de Él como nuestra más grande salvación.
Necesitamos saber que aún hay bondad en este mundo, y que podemos contar con los otros aunque no los conozcamos
Necesitamos rodearnos de valores que puedan los más jóvenes imitar
Empatía, Amor, Responsabilidad, Amistad, Compasión y sobre todo a Dios en nuestra vida.
Edith Reyna-Villarreal
26 octubre 2021
Un punto azul pálido
- Carl Sagan 1994
30 septiembre 2021
Aprendiendo a domar al perro llamado "Ego"
Cuando Verdi terminó, la multitud se puso de pie, dándole otra rotunda ovación. Se deleitó con los aplausos hasta que vislumbró a su mentor de toda la vida sentado en el balcón. El mentor sabía exactamente lo que había hecho Verdi; ni se paró ni aplaudió. Verdi vio una expresión de angustia en el rostro de su mentor de profunda decepción, como si dijera: «Verdi, Verdi, ¿cómo pudiste hacer eso?».
Cuando contó esta historia, mi difunto amigo Robert D. Foster lo llamó el «virus Verdi», una necesidad de control y de recibir aprobación. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche lo describió así: «Siempre que subo, me sigue un perro llamado Ego. El ego se hincha cuando recibe una lluvia de elogios. Anhela poder y éxito. Y nunca está satisfecho con la cantidad de estas cosas que obtiene».
El mundo empresarial y profesional alimenta este deseo, con su mensaje continuo de que somos tan buenos como nuestros últimos éxitos. Aunque es tan común, esta necesidad de ser aclamada por los demás puede ser tóxica. Al igual que con Verdi, podría hacernos comprometernos, hacer cosas que sabemos que generarán la respuesta deseada, incluso si no son las mejores, o las correctas, por hacer. La Biblia, que describe la condición humana con total honestidad, da muchos ejemplos de esto.
1. Jesucristo habló sobre esto, a menudo confrontando a los líderes religiosos por pretender ser lo que no eran. Un ejemplo clásico se relata en el evangelio de Mateo: «¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad» [Mateo 23:27-28 NVI].
2. Es lo que está adentro, no afuera, lo que importa. Al seleccionar un nuevo rey para Israel, Dios no estaba buscando a alguien que «luciera adecuado», sino a alguien que pasara la «prueba del corazón». Eligió a David, alguien llamado más tarde como: «un hombre conforme al corazón de Dios» [ver Hechos 13:22]. Pues «… El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón» [1 Samuel 16:7 NTV].
3. La adulación prueba nuestro carácter. ¿Cómo respondemos cuando recibimos elogios? ¿Nos empapamos de ellos y buscamos más, o respondemos con humilde gratitud? «Con el fuego se descubre qué clase de metal tenemos; con los elogios se descubre qué clase de persona somos» [Proverbios 27:21 TLA].
4. Poner a los demás primero reduce la necesidad de elogios. El implacable deseo de alabanza pone nuestro enfoque en nosotros mismos. Sin embargo, cuando nos enfocamos en los demás, nuestro ego requiere menos atención. En un mundo que dice: «¡Todo se trata de mí!», se requiere una decisión consciente para redirigir nuestro pensamiento. «No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás» [Filipenses 2:3-4 NTV].
30 agosto 2021
Toda historia tiene más de una versión
A eso hemos sido llamados en este mundo.
¡Vivamos en la Gracia!
11 septiembre 2020
Prevención del suicidio
Te platicaré algo que casi nunca cuento, hace ya unos 20 años, alguien de mi familia tomó esa decisión, mi prima de 18 años decidió terminar con su vida, y no puedes imaginarte lo que la familia pasó, desde enojo, mucho dolor y sobre todo culpa, la frase “si yo hubiera hecho o dicho” fueron muy repetitivas en ese momento y los siguientes meses, creo que aún hoy a veces me lo pregunto. Su nombre era Linda Cristal y era una hermosa joven, llena de vida, estudiante de ingeniería, con novio formal muy guapo, pero que pasaba por un episodio de depresión (no tristeza), sin embargo ya estaba siendo atendida por un psiquiatra. Linda no tenía una vida fácil, la salud deficiente de sus padres y hermano siempre fue una constante en su vida. Conocía a Dios, no puedo decir que era una cristiana de iglesia, pero sí sabía que de Dios venía su salvación. ¿Qué pasó? Algo en su mente no hizo sentido. Estuvo en el hospital 2 días, y finalmente su vida terminó, pero su familia decidió que sus órganos fueran donados, no sé exactamente cuántos ni cuáles órganos, pero eso cambió la vida a muchas personas.
Te cuento esto porque el suicidio tiene tantas variantes, la depresión es tan real, y la salud mental es algo en lo que no nos fijamos, pocas veces ponemos atención a contribuir a tener una mente saludable, alimentar la mente o a pedir ayuda si notamos que algo no va bien. Las enfermedades mentales no suelen notarse, pero sí hay síntomas, pero sí hay señales de alerta que no debemos dejar pasar.
En la biblia dice “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8 Si tan solo nuestros pensamientos fueran honestos, justos, puros, amables, virtuosos, etc… tendríamos una realidad muy diferente. Si todo nuestro ser viviera coherentemente, podríamos ser un reflejo de lo que Dios espera de nosotros. Pero sabes, eso también hay que aprenderlo, hay que pedirlo (orando) hay que practicarlo, hay que cuestionar nuestros pensamientos y pasarlos por filtros. A veces unas sencillas preguntas cambian totalmente nuestra perspectiva.
Ante un pensamiento que llega a tu mente pregúntate ¿es verdad?, ¿estoy segura que es verdad? ¿Está Dios en este pensamiento? ¿Eso que pienso es parte del plan de Dios? ¿cómo sería mi vida si no tuviera ese pensamiento?
Hoy te invito a que vivas como Dios ha planeado para ti, y que seas muy observadora de tus pensamientos, y si necesitas ayuda, la pidas, Dios siempre pondrá en tu camino la ayuda pertinente que no te juzgará. Pero también te invito a que seas observadora de las conversaciones con tus familiares y amigos, siempre pídele a Dios sensibilidad, y sé una amiga y hermana en quien los demás puedan descansar, con quien puedan contar. La tecnología que nos rodea y nos absorbe nos impide a veces ver más allá, sé empática con tus semejantes, todos queremos ser escuchados y queremos ser vistos.
Eres hermosa, eres amada, y Dios te ve como una joya de un gran valor.
Edith L. Reyna Puente
06 agosto 2020
75 años después... Hiroshima
Me gusta que al final del video, la mujer dice... los perdono, logramos salir de eso gracias a la empatía y compasión de las personas... Para nosotros también es ese mensaje, saldremos adelante con compasión y empatía por nuestros semejantes, cuidándonos unos a otros, con la esperanza de no seguir repitiendo los mismos errores.
13 abril 2020
Volveremos a viajar
Marruecos seguirá ahí
París seguirá ahí
Dubai seguirá ahí
San Antonio seguirá ahí
Monterrey seguirá ahí
Japón seguirá ahí querido Erwin Reyna sabemos lo mucho que significa ese viaje de estudios para ti, pero todo se acomodará nuevamente....
Mientras eso pasa... por qué no recuerdas tus viajes, vuelves a ver tus fotos que te traen bellas memorias de esos momentos...
Recuerdo que una buena amiga me dijo las fotos de los lugares son más bellas por las personas que están ahí!!!
07 octubre 2019
Se trata de acercarte con compasión a quienes sufren y alentar sus vidas

¿Hasta qué punto puede un ser humano reponerse a las heridas de la infancia? ¿Hasta que punto pueden un hombre o una mujer rehacerse desde de sus cenizas, desde la piltrafa humana en que la pobreza, la deshabilidad física o mental y la falta de amor y oportunidades lo han convertido? ¿Que puede hacerse cuando el ambiente nunca cesa de ser hostil? Borys Cyrulnik, autor de "Lo Patitos Feos" habla de la resiliencia que permite a un niño rescatar la fuerza interior que lo salve del desastre. Esta fuerza interior nace en el encuentro con un ángel (un amigo, un tutor, un maestro) que le sostenga en su caída y le recuerde su belleza y su dignidad. Pero para muchos, ese ángel nunca aparece.
Miguel Torres
31 agosto 2019
Toda historia tiene más de una versión
Esta mañana leía, un pasaje que me he repetido muchas veces, cuando por alguna razón intento levantar el dedo para juzgar, mi Maestro y Salvador Jesús me dice "No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás" Mateo 7:1-2, y entonces me pongo frente a mí misma, y comprendo que estoy aquí por Gracia, porque sinceramente nada somos o merecemos. Y entonces puedo ser más empática con mis semejantes, y entiendo que cuando intento levantar el dedo, yo misma tendría que evaluar mis acciones y mi vida, dejar mi gran ego de perfección y entonces ese deseo de juzgar se vuelve compasión, se vuelve empatía, y entonces cierro la boca, e intento no juzgar sino amar, y alentar o apoyar, así sin más, porque todos absolutamente en algún momento necesitamos rodearnos de un poco de eso.
¡Menos juicios, más amor y compasión.
A eso hemos sido llamados en este mundo.
Vivamos en la Gracia!
Edith Reyna
30 junio 2019
Sé la calma
Sé la brisa y la lluvia suave cuando sus emociones arden en fuego.
Sé la voz que invita al alivio, no el grito que aumenta el susto y la desesperación.
Un adulto alterado/descontrolado no será capaz de contener nunca un berrinche o pataleta, pues para pedir calma, debemos ofrecerla primero.
El adulto eres tú, y lo que tu hijo ve de ti es lo que hará. Si ante una situación difícil, tú explotas, él también explotará. Si por el contrario, respiras, te acercas y buscas una solución, lo que le das es un hermoso regalo que se llevará de ejemplo para toda la vida.
Nuestro trabajo no es ni siquiera detener el llanto o la rabia, sino acompañar, estar, amar.
Sé el tipo de persona que quisieras tener al lado cuando estás muy molesto, alguien que respete y valide lo que estás sintiendo, no que trate de cortarlo prepotentemente. Sé alguien empático y amoroso, alguien que tiene la seguridad de que, pronto, todo estará mejor.
Autor: Naomi Toma / Revolución Crianza
Ilustración: Emiliano Ponzi
28 junio 2019
Despertar del despertar
23 abril 2019
Empatía, la clave para nuestra salud social
Sin embargo, la empatía no es imaginar cómo podrías sentirte en lugar de otro. Es imaginar y tratar de entender lo que siente la otra persona en su contexto. La empatía, como la caridad y la compasión, que son virtudes humanas, es centrada en el otro, no centrada en uno mismo.
Decían nuestros ancestros, 'caminar en los zapatos de otro' permite a las personas entender las experiencias de los demás. Necesitamos agregar que es igual de importante que nos mantengamos conscientes que a nivel emocional, de que los sentimientos que el otro siente, pertenecen a la otra persona.
Sentir y apreciar, pero no sentir las emociones de otra persona, es un acto de equilibrio difícil. Requiere la capacidad de relacionarse con el otro, pero sin quedar atrapado en los sentimientos o experiencias de otra persona. No es fácil procesar sentimientos fuertes de una manera uniforme. Compartimos las emociones de otra persona, pero debemos asegurarnos de no sentirnos abrumados o sobrepasados. Todas estas son habilidades que se aprenden y que requieren tiempo y orientación para desarrollarse completamente.
La empatía social agrega una dimensión más amplia a la aplicación de la empatía. Requiere que las personas entiendan de alguna manera básica los eventos históricos y las consecuencias que esos eventos han tenido para los otros. Significa tratar de entender a personas que quizás no conozcamos personalmente y experiencias que no hemos tenido.
La empatía es lo que conecta a los humanos de manera significativa con los demás. Cuando los amigos, socios, compañeros de trabajo, terapeutas en relación de ayuda, incluso con los extraños, nos responden de manera que nos demuestren que nos entienden, nos sentimos afirmados y valiosos. Por otro lado, cuando somos tratados como objetos, o peor como “material desechable” nos sentimos disminuidos y heridos. La empatía es la herramienta para reconocer y valorar a los demás. En las sociedades, la empatía colectiva es la clave de la civilización. La empatía les da a las personas una ruta hacia la moralidad y el comportamiento social positivo. Es un requisito previo para valorar y luchar por la equidad y la justicia, si es realmente que la equidad y la justicia nos importa.
Sin embargo, aprender empatía requiere esfuerzo, y la empatía ‘abstracta’ por sí sola no garantiza conexiones positivas. Es una herramienta o habilidad que proporciona a las personas información de la cual podemos tomar acciones o no. El desafío con la empatía es estar abierto a obtener conocimiento sobre los demás. Tendemos a ser sesgados cuando se trata de empatía. Somos mejores para leer a quienes son como nosotros que para leer a personas que son diferentes. La empatía misma es neutral. Lo que decidamos hacer con esto depende de nosotros.
En términos neurológicos, es más probable que experimentemos los sentimientos de otros con los que vemos similitudes. Si hay un sesgo fuertemente aprendido, como con el clasismo/racismo, puede ser aún más difícil experimentar los sentimientos del otro. El sesgo empático significa que las personas tienen más probabilidades de reflejar a aquellos a quienes consideran similares.
Si no podemos vernos a nosotros mismos en los demás, es más difícil relacionarnos. La buena noticia es que vernos a nosotros mismos en otros se puede enseñar y nuestras percepciones pueden cambiar. Hoy vemos esta tendencia en el uso del "tribalismo", la preferencia por aquellos a quienes ves como similares y que pertenecen a tu grupo, mientras que al mismo tiempo luchamos con aquellos que se consideran pertenecientes a un grupo competidor, por lo tanto, diferentes de tu tribu. Cuando las personas ven a los demás como diferentes, se vuelve más difícil vernos a nosotros mismos en ellos. El clima político de hoy resalta la brecha entre nosotros y ellos y, como resultado, tenemos un déficit de empatía.
La historia política de nuestro país, plasmada en nuestros patrones electorales, resaltan las diferencias en los valores que van de la mano con las diferencias en la membresía del grupo. Por ejemplo, las personas en áreas rurales votan de manera diferente que en las ciudades, y en la retórica que acompaña las decisiones de los votantes, hay experiencias de vida e interacciones grupales muy diferentes para los votantes rurales en comparación con los votantes urbanos. La exposición, o la falta de exposición a otros grupos y diferentes experiencias de vida, moldea los puntos de vista políticos de las personas. La falta de exposición y experiencia con otros diferentes compromete la empatía, especialmente la empatía social, y la falta de visión empática conduce al tribalismo. Esta percepción de nosotros contra ellos disminuye la capacidad de empatizar.
Vivimos en un mundo heterogéneo y diverso. Pertenecemos a diferentes grupos que a menudo nunca se cruzan. Es muy fácil crear y creer en esos estereotipos sobre estos otros grupos, y así sin un prurito de culpa erradicarlos de “nuestro mundo”, y considerarlos casi como animales. En esas condiciones es más difícil aprender sobre ellos e imaginar cómo es realmente su vida cotidiana. Ese esfuerzo requiere empatía.
Si nos vemos a nosotros mismos, si caminamos en su lugar, tenemos poco que temer y podemos permitir que la empatía nos ayude a decidir cómo reaccionar y comportarnos. Es un desafío involucrarse en la empatía, no es fácil. Algunos días en algunas situaciones, la empatía puede llegar fácilmente, otras veces no. Cuando las personas están asustadas, estresadas o ansiosas, puede ser difícil para ellos alejarse de sus propios sentimientos y sintonizarse con los de otra persona. Sin embargo, debido al reflejo, la empatía engendra empatía. Cuanto más lo usemos, más lo usarán los demás a nuestro alrededor. Todos quieren ser escuchados y entendidos. Cada grupo quiere ser reconocido. Esto jamás logrará suceder sin empatía.
Donnato de la O.
24 septiembre 2018
Mi hermana, mi amiga
Mi mamá fue mi madre. Pero ella no es la única mujer que ha sido mamá para mí. Mis hermanas ciertamente lo fueron. También lo fueron algunas de mis maestras de primaria. Algunas de mis vecinas. En estos días, recibo este don a través de los tiernos actos de bondad de las amigas que Dios me ha dado. El regalo de la amistad entre las mujeres es un tesoro que no debe tomarse a la ligera. Las amigas se convierten entre sí en el rostro de Dios, en el semblante de la gracia, del deleite, de la misericordia.
La capacidad del corazón de una mujer es muy amplia para tener relaciones significativas. No hay manera en que tu esposo o tus hijos puedan proporcionarte la intimidad y la satisfacción relacional que necesitas. Una mujer tiene que tener amigas mujeres.
Es aquí, en el plano de las relaciones que las mujeres reciben las más grandes alegrías y las más profundas heridas. La amistad entre las mujeres habita en un terreno de gran misterio. Películas como Beaches o Fried Green Tomatoes o Steel Magnolias tratan de capturar esto. En esas películas, la amistad soporta pruebas y dificultades, se profundizan y perduran. Los hombres en sus vidas tal vez se van, pero no así sus amigas. Aunque con frecuencia esto se cita en las bodas, Ruth estaba hablando a una mujer cuando dijo: "A donde quiera que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios". Hay un gran celo, una inmensa devoción y una profunda lealtad entre las amigas. Nuestra amistad fluye en las profundas aguas del corazón donde Dios habita y donde tiene lugar la transformación. Es aquí, en este lugar santo, que una mujer puede asociarse con Dios para impactar a alguien y ser impactada por otra persona de forma duradera. Es aquí donde puede ser madre, nutrir, alentar y evocar vida.
Las niñitas tienen mejores amigas. Las mujeres adultas las anhelan. Tener una amiga es relajarse en otra alma y ser bienvenida en todo lo que eres y todo lo que no eres. Es saber que, como mujer, no estás sola. Las amistades entre mujeres proveen un lugar seguro para compartir las experiencias de la vida como mujer. ¿Quién sino otra mujer puede entender completamente las pruebas de cáncer vaginal (PAP), las mamografías, el Síndrome Premenstrual, el anhelo de tener un hijo y la vida en un mundo controlado por los hombres? Es un gran regalo saber que ves las cosas como otra persona las ve; un placer inmenso ser entendida, disfrutar de la sencilla compañía de alguien con quien puedes bajar tus defensas.
La amistad es un gran regalo. Uno por el que debemos orar y no dar por sentado. Si no tiene el tipo de amistad que anhelas, pídele a Dios que la traiga a tu vida y mantén los ojos abiertos para que la reconozcas cuando lo haga. Cuando Dios nos da una amiga, nos está confiando el cuidado del corazón de otra persona. Es una oportunidad para ser madre y hermana, para ser dadora de vida, para ayudarles a convertirse en la persona que se supone que sean, para caminar a su lado y provocar que se manifieste lo profundo de su corazón.
Las amistades necesitan alimentarse, guardarse y pelear por ellas. Necesitamos llamarnos sin esperar que la otra llame primero. Necesitamos preguntar cómo está nuestra amiga y escuchar realmente la respuesta. Hay que escuchar entre líneas. Amamos a nuestras amigas dedicándonos a ellas: Llamadas, regalitos, invitaciones a jugar, a ir a caminar, a ir al cine, ofreciendo nuestro corazón.
Necesitamos prestarnos atención unas a otras, realmente vernos mutuamente. Ese es realmente el mejor regalo.
Stasi Eldredge
22 mayo 2018
The Fear Factor, desde psicópatas hasta altruistas extraordinarios
Piensa en esto: los psicópatas, los campeones inigualables del egoísmo insensible, se vuelven prácticamente ciegos al miedo. A pesar de que son buenos para reconocer otras emociones en los rostros de las personas, como ira, alegría e incluso dolor, se sienten perdidos cuando se les pide que describan el miedo y se desenvuelven muy mal cuando intentan ponerles nombre a expresiones de miedo. Uno de los psicópatas, estando bajo presión, finalmente dijo: "No sé cómo se llama esa expresión. Pero sé que así es como se ven las personas justo antes de apuñalarlas ". Una niña de trece años con tendencias psicopáticas respondió a Abigail Marsh a una pregunta sobre el miedo con el siguiente comentario:" ¡Nada me asusta! #NADA."
¿Cómo se puede explicar esto? La investigación de Abigail Marsh y otros neurocientíficos ha revelado que los cerebros de los psicópatas están marcados por una disfunción en una estructura llamada amígdala, que es responsable de las funciones sociales y emocionales esenciales. En los psicópatas, la amígdala no solo responde a imágenes de personas que experimentan miedo, sino que puede ser hasta un 20 por ciento más pequeña que la media.
Abigail Marsh se preguntó sobre de las personas que se encuentran en el otro extremo del espectro: altruistas extremos, personas llenas de compasión que se ofrecen voluntariamente, por ejemplo, para donar uno de sus riñones a un extraño. La respuesta es notable: los altruistas extremos sobrepasan a todos en la detección de expresiones de miedo en los demás. Todo esto mientras hacen cosas que todos considerarían muy valientes. Desde este descubrimiento inicial, varios estudios han confirmado que la capacidad de etiquetar el miedo de los demás predice el altruismo mejor que el género, el estado de ánimo o cómo las personas compasivas dicen serlo. Además de eso, Abigail Marsh descubrió que la amígdala derecha de los altruistas extremos es físicamente más grande que la media, en aproximadamente un ocho por ciento. La importancia de este resultado se mantuvo incluso después de controlar algo bastante inesperado, que era que los cerebros de los altruistas eran más grandes en general que los cerebros del grupo de control.
Entonces, ¿por qué miedo? Las respuestas de la amígdala a expresiones temerosas no parecen representar una respuesta a una amenaza o un peligro, sino más bien a una forma de empatía profunda y atávica. Otra conexión notable hecha por Abigail Marsh ayuda a comprender mejor este proceso. Cuando las personas, especialmente las madres, ven la cara de un bebé (o entran en contacto físico con una persona querida), desencadena la liberación en el cerebro de un péptido llamado oxitocina que hace que uno se preocupe por los demás, especialmente por las personas cercanas a nosotros. La oxitocina se expresa particularmente en la amígdala y podría ser un instrumento para transformar el deseo de alejarse del miedo y la angustia detectados en los demás en el deseo de cuidar de ellos.
Entonces, ¿qué tienen que ver las caras de bebé con el miedo? De todas las expresiones que un ser humano puede hacer, la que más se asemeja a la cara de un bebé es el miedo. Los ojos temerosos son amplios y grandes, como los ojos de un bebé. Las cejas temibles son altas y tienen un ángulo hacia arriba, mientras que la boca es redondeada y baja y la mandíbula es pequeña y retrasada. Por lo tanto, parece que cuando se ve a alguien con miedo, en personas altruistas puede tener la misma reacción que alguien que ve a un bebé en problemas, lo que genera el impulso de cuidar y proteger.
La liberación de oxitocina parece ser el catalizador del aumento de la empatía y el cuidado. Aunque la tecnología actual no permite medir directamente la liberación de oxitocina en el cerebro de los humanos, las investigaciones han demostrado que administrar oxitocina a las personas a través de un aerosol nasal no solo aumenta el cuidado y la confianza, sino también la precisión de las personas para reconocer el miedo. Abigail Marsh hizo, por lo tanto, la fascinante hipótesis de que los altruistas no solo tienen una extraña capacidad para reconocer el miedo, sino que el sistema que libera Oxitocina en su cerebro es altamente sensible y desencadena el impulso de cuidar a la persona que experimenta miedo.
Abigail Marsh confirmó que los altruistas extremos son personas que extienden ampliamente el círculo de su consideración por los demás. Mucha gente estaría dispuesta a donar un riñón para salvar a su madre o un pariente cercano. Cuando se le preguntó por qué harían esto, la respuesta habitual es: "Porque ella es mi madre". Uno de los donantes de riñón explica: "De acuerdo, lo harías por tu madre". ¿Qué hay de tu hermana o tu hermano? ¿Qué hay de tu mejor amigo? "Luego extiende el círculo más allá, desafiándonos:" ¿Qué pasa si alguien va a morir la próxima semana y eres la única persona que puede salvarlo? "Para este altruista, "porque alguien se va a morir" es una explicación tan obvia como "porque ella es mi madre" es para el resto.
Otra característica conmovedora que Abigail Marsh notó en extraordinarios altruistas fue su inquebrantable humildad, que se manifestó como una firme resistencia a todos los esfuerzos para elevarlos con elogios y etiquetas como "héroe". Samuel y Pearl Oliner observaron una humildad similar, así como por Kristen Monroe al entrevistar a los rescatistas que arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos de ser enviados a campos de exterminio por los nazis. El impulso de ayudar a los demás era como una "segunda naturaleza" y no tenía nada de sacrificado, respondieron con total conformidad y fidelidad a sí mismos.
Ahora hagamos una pausa por un momento: también sabemos por la investigación científica en el campo de la neuroplasticidad, que cualquier forma de entrenamiento conduce a una reconfiguración en el cerebro, tanto a nivel funcional como estructural. Durante los últimos veinte años, un creciente cuerpo de investigación, como el realizado por Richard Davidson y sus colegas de la Universidad de Madison, Wisconsin, ha demostrado que, al entrenar la mente, a través de varias técnicas de meditación se puede mejorar la capacidad de altruismo y compasión. La investigación de Abigail Marsh sugiere que el entrenamiento específico para reconocer mejor el miedo y el sufrimiento en los demás podría mejorar la propensión de uno hacia el comportamiento altruista.
Del mismo modo que hace calor cuando uno enciende un fuego, el verdadero altruismo va de la mano con una profunda satisfacción personal. El altruismo auténtico no requiere que sufras por ayudar a otros y no pierda su autenticidad si va acompañado de un sentimiento de profunda satisfacción. Además, la noción de sacrificio es relativa: lo que parece un sacrificio para algunos se experimenta como una realización profunda para otros. Esto también significa que comprometerse con el altruismo se refuerza: la gratificación en la que incurre hace que sea más probable que se repita.
En esta era actual, uno de nuestros principales desafíos consiste en conciliar las demandas de la economía, la búsqueda de la felicidad y el respeto por el medio ambiente. Estos imperativos corresponden a tres escalas de tiempo: corto, medio y largo plazo. Tener más consideración por los demás es el único concepto unificador que nos permite encontrar nuestro camino en este laberinto de preocupaciones complejas y trabajar juntos para construir un mundo mejor. Por lo tanto, el altruismo no debe ser relegado al reino del noble pensamiento utópico. Debemos tener la perspicacia para reconocer esto y la audacia de decir que el altruismo no es un lujo, sino una necesidad.
The Fear Factor se lee como un thriller: es entretenido, fácil de leer y, página tras página, arroja algo de luz sobre dos de los rasgos más fundamentales de los seres humanos: el egoísmo extremo y el altruismo extremo.
Matthieu Ricard
18 mayo 2018
La aventura del amor
Anhelamos ser vistos a la vez que huimos de la posibilidad de serlo.
Tenemos tanta hambre del profundo abrazo de la presencia, de los ojos tiernos que se posan en nosotros con comprensión y empatía, así como tratamos de escapar de ese abrazo; es tan íntimo, tan peligroso, nos deja tan expuestos…
Ningún sitio adonde ir. Ser visto es ser amado. Ser visto es morir.
El amor es peligro; o así nos han enseñado.
Una batalla se levanta en nosotros. El no amado, anhelando esconderse, y a la vez el que anhela el entusiasmo y el riesgo de vivir. Contracción y expansión. Inhalación, exhalación.
Inconscientemente nos sentimos atraídos o o rechazados por aquellos con los que tratamos, hablamos, por aquellos que nos sostienen de la misma manera en que nuestros padres lo hicieron, o no.
Somos llevados hacia aquellos que pueden sanarnos, y a veces hacia aquellos que no pueden hacerlo, o aún peor. Pensamos que estamos enamorándonos de una persona, pero a veces nos estamos enamorando solo de nuestra imagen de esa persona, que no tiene absolutamente nada que ver con el “otro”.
Amamos y perdemos nuestra imagen del amor. Nos levantamos y caemos. Nuestros corazones se elevan y se rompen en mil pedazos. Buscamos seguridad y encontramos inseguridad, y encontramos seguridad en esto.
Buscamos libertad y encontramos la prisión de nuestra propia programación, y perdemos la esperanza y luego la volvemos a encontrar.
A veces se necesita coraje para dejar una relación.
A veces se necesita coraje para admitir cuán feliz eres.
A veces das un paso sin saber por qué, y en retrospectiva, todo se aclara.
No puedes hacerlo mal de todos modos.
Nos perdemos y nos encontramos. Damos más de lo que podemos, agotando nuestras energías en nombre del “amor”. O corremos lo más rápido que podemos, agotando nuestras energías en nuestra huida del “amor”.
“¿Alguien me verá, me escuchará, me sostendrá? Déjame ponerle fin…”
Y el drama del amor entra en juego. Y mientras el juego transcurre aprendemos más sobre nosotros mismos. Comenzamos a ver nuestros puntos ciegos. Nuestros patrones inconscientes salen a la luz de la consciencia. Nos damos cuenta de nuestras suposiciones. Nuestras fantasías de niños comienzan a desmoronarse. El dolor que nunca quisimos sentir, de repente es sentido. Aflicción. Enojo. Sentimientos de rechazo y abandono. Queremos correr, vovler a las antiguas adicciones, al antiguo confort, y por la razón que sea, no lo hacemos. Sentimos curiosidad. Empezamos a observar, y dejamos de pensar tanto.
Empezamos a entendernos a nosotros mismos. Nos tratamos como los amantes extraordinarios que somos. Las criaturas más fascinantes y amadas.
Con cada día, empezamos a conocernos a nosotros mismos más profundamente,
Descubriendo quienes somos en verdad, lo que sentimos, y lo que no; lo que queremos y lo que no. Aprendemos a decir ‘si’ cuando realmente sentimos que es ‘sí’, y a decir ‘no’ cuando queremos decir ‘no’; y si esto lastima a alguien, le devolvemos su responsabilidad para sanar. Aprendemos que el amor no es todo mariposas y rosas y sentimientos positivos; también significa trabajo. Es un lío. Es dolor y el coraje de respirar a través del mismo transformándolo en alegría y expansión.
El amor nos pide que nos volvamos más y más reales, cada vez más humanos, cada vez más conscientes, y cada vez menos perfectos; más conscientes de nosotros mismos y dispuestos a sentir. Y sentir más, y más. Y a permitir que nuestros corazones a veces se rompan. Y a veces no saber. Y a veces aburrirnos. A veces sentir el deleite, y sentirnos llenos de vida. Permitirnos no saber cuál es el siguiente paso; y tomarlo, o no.
El amor no es un sentimiento, un estado, o una experiencia; tampoco es un destino.
El amor es esta Luz extraordinaria que brilla desde adentro,
Es este radiante Saber que nunca se va,
Es la Dicha de estar vivos,
Podemos darnos cuenta de esto juntos, o solos.
Podemos recordárnoslo entre nosotros, o podemos olvidarlo también.
Podemos ser el disparador para otro y entre nosotros ayudarnos a sentir curiosidad por esos disparadores. Podemos hacer este trabajo, o no.
Podemos encontrarnos en el fuego del amor. Caminar juntos, o no.
Compartir nuestros corazones. Retroceder. Avanzar. O quedarnos donde estamos.
Aprender a amar esta danza, la espontaneidad, la aventura, el misterio, la cercanía y la intimidad de todo esto, y la huida también.
Aprender a desaprender lo que sabíamos y abrazar lo desconocido como el nuevo saber.
Y estar cada vez más felices con el hecho de que todo esto no sea resuelto.
Cada vez más felices con el que no se siente feliz, y con certeza en la incertidumbre, y tan seguros en la inseguridad.
Y sentir cada vez más deleite frente a nuestra falta de dicha,
Más curiosos con lo que esta aquí Ahora,
Cada vez menos sólidos, cada vez más juguetones.
Cada vez menos buscadores del amor, y más dadores de éste,
y más encontradores, y ser una Presencia que invite a otros a esta misma dicha salvaje.
Esta es la Aventura del Amor.
Jeff Foster