Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
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14 abril 2025

Está bien que no estés bien

El duelo no es un problema que se resuelva, es una experiencia que se vive. En "Está bien que no estés bien", Megan Devine desafía la forma en que la sociedad aborda la pérdida y el dolor emocional. En lugar de ofrecer clichés vacíos o instar a las personas a "seguir adelante", reconoce que la verdadera sanación proviene de permitirnos experimentar plenamente el duelo. Con base en su experiencia personal y profesional, Devine ofrece una guía compasiva para quienes luchan con la pérdida y para quienes desean apoyarlos. Pero ¿Cómo podemos aprender a convivir con el duelo en lugar de intentar solucionarlo?

10 Lecciones de "Está bien que no estés bien" 

1. El duelo no es algo que se "arregle" 
La sociedad suele tratar el duelo como un problema que hay que resolver, pero es una respuesta natural a la pérdida. En lugar de intentar "superarlo", deberíamos permitirnos sentirlo plenamente. 

2. El dolor no se puede comparar ni clasificar 
El duelo de nadie es más o menos válido que el de otro. Cada persona experimenta la pérdida de forma diferente, y el dolor de cada uno merece reconocimiento y respeto. 

3. Los clichés hacen más daño que bien 
Frases como "todo pasa por algo" o "están en un lugar mejor" pueden tener buenas intenciones, pero a menudo minimizan el dolor de la persona en duelo en lugar de ofrecer un apoyo real. 

4. El duelo no tiene tiempo 
No hay un tiempo "adecuado" para el duelo. Sanar no significa olvidar, sino aprender a vivir con la pérdida de una manera significativa. 

5. Está bien sentirse enojado, insensible o incluso feliz. 
El duelo conlleva diversas emociones, no solo tristeza. La culpa, el alivio, la ira e incluso los momentos de felicidad son normales y no significan que hayas amado menos a la persona.

6. Apoyar significa dar testimonio, no dar consejos 
La mejor manera de ayudar a alguien en duelo es escuchar, reconocer su dolor y hacerle saber que no está solo, sin intentar "arreglar" cómo se siente. 

7. El duelo cambia las relaciones 
La pérdida a menudo altera las amistades y la dinámica familiar. Algunas personas pueden distanciarse, mientras que otras pueden recibir apoyo inesperado. 

8. Las narrativas culturales en torno al duelo son erróneas 
Muchas culturas enfatizan "seguir adelante" o "mantenerse fuerte", pero la verdadera sanación proviene de permitirse sentir y procesar el duelo, en lugar de reprimirlo. 

9. El autocuidado es esencial, incluso si parece imposible 
Pequeños actos de autocuidado, como comer, descansar o incluso simplemente respirar, ayudan a crear el espacio necesario para procesar la pérdida sin un agotamiento abrumador. 

10. No hay "superación" del duelo, solo hay que aprender a cargar con él 
La pérdida se convierte en parte de quienes somos. El objetivo no es borrar el duelo, sino integrarlo en la vida de una manera que honre tanto el amor como la pérdida. 

Este libro es un poderoso recordatorio de que el duelo es complejo, impredecible y profundamente personal, pero también es algo que no tenemos que afrontar solos. ¿Qué parte de esto te resuena más?



03 marzo 2025

Poema sobre la vejez

¿Qué cuántos años tengo? -
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo,
y otros "que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!...
¡Estás muy viejo, ya no podrás!...

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños, se empiezan a acariciar con los dedos, las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa...

¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa:
¡Es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!...
¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.

Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo, aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!

José Saramago



18 marzo 2024

Cómo ganar amigos

"Cómo ganar amigos e influir en las personas" de Dale Carnegie es un libro clásico de autoayuda que brinda consejos eternos sobre cómo construir relaciones exitosas.

Aquí hay 10 lecciones del libro: 

1. Muestre interés genuino en los demás: Carnegie enfatiza la importancia de mostrar un interés genuino en otras personas. Escuche activamente, haga preguntas y demuestre que le importan sus pensamientos y sentimientos. 

2. Haz que la gente se sienta importante: La gente anhela reconocimiento y un sentido de importancia. Reconozca los logros de los demás, aprecie sus contribuciones y hágalos sentir valorados. 

3. Evite las críticas y la condena: Criticar y condenar a los demás puede generar resentimiento. Carnegie aconseja evitar las críticas y, en cambio, ofrecer comentarios constructivos o encontrar formas positivas de abordar las inquietudes. 

4. Dé su agradecimiento honesto y sincero: Expresar un agradecimiento honesto y sincero puede fortalecer las relaciones. Reconocer los esfuerzos y logros de las personas, y hacerlo de manera genuina. 

5. Gane a la gente para que adopte su forma de pensar: En lugar de imponer sus ideas, trate de comprender las perspectivas de los demás. Encuentre puntos en común y presente sus ideas de una manera que se alinee con sus intereses y valores. 

6. Conviértete en un buen oyente: Carnegie destaca la importancia de saber escuchar. Prestar atención a las preocupaciones e intereses de los demás no sólo fomenta la comprensión sino que también ayuda a establecer una buena relación.

7. Admite tus errores: Admitir sus errores y asumir la responsabilidad de ellos puede mejorar su credibilidad. La gente aprecia la honestidad y ésta puede fortalecer la confianza en sus relaciones. 

8. Anime a otros a hablar sobre sí mismos: La gente disfruta hablando de sí misma. Anime a otros a compartir sus experiencias y opiniones, y escuche atentamente. Esto construye una buena relación y hace que los demás se sientan valorados. 

9. Ver las cosas desde la perspectiva de los demás: La empatía juega un papel crucial en la comunicación efectiva. Trate de comprender los puntos de vista de los demás y considere sus sentimientos y perspectivas. 

10. Inspirar entusiasmo: Carnegie advierte que el entusiasmo es contagioso. Inspira entusiasmo en los demás expresando entusiasmo e interés genuinos en lo que haces. La energía positiva puede influir en quienes te rodean. 

Estas lecciones capturan los principios básicos del libro de Dale Carnegie. "Cómo ganar amigos e influir en las personas" sigue siendo relevante porque se centra en aspectos fundamentales de la interacción y comunicación humana que resisten el paso del tiempo.



15 diciembre 2020

Rezar con el cacao

Yo creo que la espiritualidad también tiene que ser práctico. La vida cotidiana es la verdadera ceremonia. La vida es el rezo. A veces me cuesta entender la espiritualidad “nueva era” de plumas y cuarzos y manifestaciones milagrosas de abundancia. Lo estuve hablando con Alonso y me dijo que le gusta decirles a las personas que hablan sobre la abundancia, “te doy una pala y un pedazo de tierra, ahora...crea abundancia!”

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Conozco a un chico que comparte ceremonias de cacao. Cuando le pregunté si ha visto un árbol de cacao me dijo que no. Nunca lo ha visto, nunca ha sentado al lado de ese maestro, nunca ha tocado una mazorca, nunca ha chupado el rico mucílago que envuelve las semillas. Él compra cacao en polvo para sus ceremonias sin conocer su origen, de que granja viene. Es difícil para mi mente no juzgarlo. Vivimos en Mexico. Con los recursos que tiene ese hombre, es muy fácil y accessible que haga un viaje a Tabasco para conocer el cacao. Claro que hay millones de seres en el planeta que tienen una relación con esa planta (o sea comen chocolate) y ellos no conocen el árbol. Pero ellos no están compartiendo ceremonias de cacao.
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Seguro que él tiene un buen corazón y ganas de hacer bonitas cosas en el mundo. Yo creo que eso es bueno. Y también creo que es bueno ser prácticos y “terrenales”. Quizás los que manejen las ceremonias más poderosas del cacao son las hermosas familias campesinas que cuidan día tras día sus árboles y que cosechan las magnificas mazorcas. A ellos les debemos mucho...de eso se trata saber de donde viene lo que consumes. De eso se trata rezar con tu vida!! Rezar con el cacao.

Katita Williamson


24 mayo 2019

Cómo elegir un compañero para una relación de toda la vida

1- Elige a alguien como si fueras ciego.
Cierra los ojos y observa qué puedes sentir de esa persona, de su gentileza, su lealtad, su comprensión, su devoción, su habilidad para ocuparse de ti, su habilidad para cuidar de sí mismo como un ser independiente. En nuestra cultura nos basamos mucho en lo que vemos con nuestros ojos externos. Pero cuando miramos al objeto de nuestro amor, es mucho más importante lo que vemos con los ojos cerrados.

2- Elige a alguien que tenga la habilidad de aprender. Si hay algo que verdaderamente hace diferencia entre un amante para toda la vida y uno fugaz, es una persona que tenga la habilidad de aprender. Dice el refrán “el ignorante es poco tolerante”. Aquellos que no pueden aprender cosas nuevas, ver las cosas a la luz de lo nuevo, ser curiosos acerca del mundo y de cómo funcionan las cosas o las personas, a menudo se cierran y dicen. “No, esto tiene que ser así, de este modo” y para una relación de toda la vida es mejor estar con alguien que se abra y se cierre aprendiendo y evolucionando.

3- Elige a alguien que quiera ser como tú, fuerte y sensible a la vez. Para no confundir el significado de estas palabras, no relacionarlas con la rigidez y la fragilidad. La fuerza en el sentido en que es fuerte un árbol: pueden soplar fuertes vientos pero se sostendrá porque es flexible y se moverá para adelante y para atrás con el viento. Y en cuando a la sensibilidad, estoy hablando de ver, estar alerta a las cosas que están alrededor de uno. Algunas personas pueden necesitar una pequeña ayuda en esto, pero a menudo en algún en algún lugar profundo en su mente, o en su corazón, ya están despiertos y alerta a todas estas cosas, si bien no saben cómo articularlas. Y es por eso que el número 2 es tan importante: la habilidad para aprender. Puedes tener todas las posibilidades, todas las potencialidades del mundo para ser amable, amoroso, devoto, bueno y el mejor amante conocido del género humano pero si no puedes aprender a desarrollar ese potencial. ¡Entonces no sirve de nada!

4- Elige a alguien que cuando lo hieras, sienta dolor y te lo muestre. Y viceversa... elige a alguien que cuando te hiera, vea tu dolor y lo registre. Esto es muy importante. Hay muchos modos en que la gente muestra el dolor. A veces reclamando es una de las cosas que hacen las personas más extrovertidas. Reclaman, se vuelven locos... pero es su propia expresión de dolor. Lo peor es cuando le haces a tu compañero algo que no es amable, o que es impensado y él no muestra reacción. Como si no se permitiera a sí mismo mostrarse verdaderamente humano en tu presencia. Pasamos por muchas relaciones o unas cuantas, antes de encontrar a alguien con quien querríamos pasar nuestra vida. Sentimos las heridas en tantas relaciones que empezaban con grandes esperanzas pero que terminaban con fallas y accidentes. Por otro lado, te vas a encontrar con otro que no está intacto, que también está herido de algún modo. Como resultado de esto es que la habilidad de tu compañero de mostrar su dolor es tan importante como su habilidad para percibir tu dolor. ¡Es muy importante! Porque por naturaleza de las relaciones hay momentos de tensión en que presionamos o hicimos algo que lastimó al otro y esto no puede ser evitado completamente, pero no debe ser la misma herida una y otra vez. La gente tiene que aprender cada vez. Puede que alguien haya acumulado enojo y sufrimiento, heridas de los amantes anteriores, y haya adquirido así la habilidad de herir al nuevo amante y hasta ser desbordado por el deseo de herirlo. Entonces debe ser capaz de parar, de detenerse cuando ve el dolor en la otra persona.

5- Elige a una persona que tenga una vida interior. Trabajando, dibujando, escribiendo, a través de la meditación, la religión, algo que ame. Elige a una persona que esté en viaje y te vea como a un compañero de camino, un compañero de viaje. La habilidad para estar completamente con el otro y al mismo tiempo enteramente separado es muy importante. Las relaciones son cíclicas y hay momentos para estar muy cerca el uno del otro y otros momentos para apartarse.

6- Elige a alguien que tenga pasiones similares a las tuyas en la vida. Una relación construye una memoria. Estas memorias, lo compartido, son el “pegamento” lo que une la relación. Por el placer que es recordar buenos tiempos juntos, pero también los tiempos duros. Si no hay nada que verdaderamente disfruten juntos, es muy difícil pasar estos tiempos con el otro. Aun cuando cada uno pueda ser muy distinto del otro y hacer cosas muy diferentes, tiene que haber algo, algo tan simple como descansar juntos en la bañera o secarse juntos el pelo al sol, o dar vuelta a la manzana cada noche, o cualquier cosa de estas muy simple... sé que estarás pensando, cepillarse juntos los dientes a la mañana... Si, poco más que esto.

7- Elige a alguien que tenga valores similares En cuanto a tener hijos, al nacimiento de los niños, la familia, roles de hombres y mujeres y las ideas acerca del dinero y la religión. Tal vez todas estas cosas juntas son el ideal y no las puedas encontrar todas sobre todo al principio de la relación, pero puedes tener esto en cuenta. Elegir a alguien que tenga valores similares tiene que ver con disminuir las fricciones en la relación y estas cosas deben sintonizarse si ha verdadero compromiso. Esta sintonía debe darse también en un nivel pragmático y cuando se da en estos niveles prácticos en más fácil que pueda darse en otros niveles más sutiles.

8- Elige a alguien compasivo, a alguien que sea capaz de escuchar, a alguien que te dé tiempo. Particularmente si eres una persona impulsiva, al tener un compañero que no sea tan impulsivo como tú, eventualmente hallarás cierta lentitud que será buena para ti. También alguien que sea un poco lento, al estar con un compañero que sea bien distinto se acelerará un poco. Y podrán después de un tiempo hallar un ritmo propio de la relación. A veces las personas tienen que estar ocho o nueve años hasta tener este ritmo completamente desarrollado. Lleva tiempo construir un milagro... no un milagro porque estén juntos sino por la fuerza que hay en el centro de una relación por la profunda guía del amor.

9- Elige a alguien que se pueda reír de sí mismo. Poder hacer un chiste y reír de la situación y de sí mismo es muy importante. Pero supongamos que no tienes un compañero muy chistoso, elige a alguien que pueda parar una discusión y aprender a reírse de la situación (vuelve al punto 2, alguien que tenga habilidad para aprender)

10- Elige a alguien a quien puedas tolerarle las fallas y características. En los momentos de tensión y cansancio, las cosas que más te atraerían de un compañero, las cosas más encantadoras, serían las que después te volvería loca... Así que no pienses que podrías vivir con alguien que tiene cosas que realmente molesta a las otras personas y que para ti no son importantes porque él o ella las está haciendo y él o ella es tu amante. Hay algunas cosas que son intolerables en cualquier relación sea el matrimonio o las sociedades y los negocios. Tales como el alcoholismo, el abuso sexual, el juego, las actividades criminales, Una persona que no dice la verdad, una persona que no te puede mirar a la cara, una persona por la que no podrías dar fe, una persona que puede hacer cualquier cosa por tapar sus errores. Todo eso sería construir una relación en un terreno inseguro.

11- Ser amigos y no-solo amantes. Y no es solo que digas “si yo sé lo que eso significa, significa que me guste y que lo ame” Significa más que eso y un modo de juzgarlo es pensar. ¿Harías por tu pareja lo que estás dispuesta a hacer por tu mejor amigo? ¿Estás dispuesta a escucharlo, estás dispuesta a hablar de las cosas de las que él tiene ganas de hablar, a prestar atención a los detalles de lo que dice o tiene ganas de hacer? Esto no significa que tengan que estar cuidándose el uno al otro siempre y para siempre, pero sobre ciertas bases y en algunos detalles por cierto que deben hacerlo. Entonces cuando pienses en lo que harías por tu mejor amigo y en lo que harías por tu amante, las cosas se aclararán para ti.

12- Elije a alguien que haga tu vida más grande y no más pequeña.



Yo ya lo encontré, y seguimos aprendiendo y caminando

20 mayo 2019

Palabras mágicas para una vida plena

MUÉVETE
Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo.
Camina, sal por las montañas, sal de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas.

TOCA
Toca las partes que Amas de tu cuerpo.
Acaricia a las personas que amas. Da abrazos en la panadería, en el parque, en las puertas de toda la ciudad. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu gato o tu perro un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.

ESCUCHA
Siéntate en silencio y observa cuanto hay allí para ser escuchado.
Escucha a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción. Escucha tu voz interna, esa que solo escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo en tu chimenea. Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que nunca es hablado.

SIENTE
El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu frustración, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de verdad, no estás vivo.

CONFÍA
Tú sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas.
Aquella cosquilla interna es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición. Ten esto en cuenta: Finalmente, tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la forma de llegar allí. Si no confías completamente en ti, te conviertes en moho.

REÚNETE
Con los hombres y mujeres que Amas.
Toma el té acompañado, camina en compañía por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros, canta tu propia canción. Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus historias son diferentes a las de los otros y a su vez son completamente parecidas. Cocina y come en compañía.

RECIBE
Por una vez, deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo.
Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda disfrutar tu vida.

AGRADECE
Mantén una postura amable y agradecida.
El agradecimiento es una energía poderosa que reconforta a quien la emite y a quien la recibe. Da gracias por la simple existencia, por el sol en tus días y la luna de tus noches, por los alimentos en tu mesa, por el estado de equilibrio perfecto de tu cuerpo. Agradece que tienes una conciencia que te ha traído hasta este momento presente apreciando lo mejor de tu existencia. Sé agradecido con quienes te rodean, pues todos están contribuyendo en la co-creación de tu mundo


20 febrero 2019

Para aquellos más sensibles

No te avergüences de tu sensibilidad,
Ya que te ha traído muchas bondades.
Tú puedes ver lo que otros no pueden ver,
Sientes lo que otros sienten vergüenza de sentir.
Tú te encuentras más abierto/a, y menos adormecido/a.
Te es muy difícil mirar hacia otro lado y hacer como que no ves.
No has cerrado tu corazón, a pesar de todo.
Eres capaz de sentir la más alta intensidad y los bajones más oscuros en tu abrazo amoroso.

¡Celebra tu sensibilidad!
Ésta te ha mantenido flexible y abierto/a.
Has permanecido cerca del asombro,
Y la consciencia arde intensamente en ti.

No te compares con los demás,
No esperes que lo entiendan tampoco.
Pero enséñales que está bien sentir profundamente,
Que está bien no saber,
Que está bien jugar en el borde más agreste de la vida.

La vida a veces puede parecerte “más difícil”,
Y frecuentemente te encuentras cerca del agobio,
Pero es más difícil aún reprimir este agobiante don.

Personas sensibles, a ustedes les digo:
¡Traigan un poco de dulzura a este mundo agotado!

¡Brillen con valiente sensibilidad!
¡Ustedes son aquellos que sostienen la luz!

Jeff Foster


29 noviembre 2018

Estar presente

En cierta ocasión, durante una conferencia que di ante un grupo de profesionales, me hicieron esta pregunta: “¿Qué es lo más importante que ha hecho en su vida?”

En mi calidad de profesor e investigador, sabía que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mi trabajo, entonces les respondí:

-“Lo más importante que he hecho en mi vida, tuvo lugar el 8 de octubre de 1990. Comencé el día jugando golf con un amigo mío al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada y jugada me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé. Mientras jugábamos, llegó el padre de mi amigo, que consternado, le dijo que habían tenido que llevar a su bebé de emergencia al hospital.

En un instante, mi amigo se subió al auto de su padre y se marchó. Yo, por un momento, me quedé donde estaba, sin saber qué debía hacer. ¿Seguir a mi amigo al hospital? Mi presencia allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas.

¿Brindarle mi apoyo moral? Eso, quizás, pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas, y sin duda estarían rodeados de parientes, que les ofrecerían el apoyo necesario. Lo único que haría yo sería estorbar. Así que decidí ir más tarde al hospital a visitar a mi amigo.

Al poner en marcha mi auto, me percaté de que mi amigo había dejado su camioneta con las llaves puestas, estacionada junto a las canchas. Decidí pues, cerrar el auto e ir al hospital a entregarle las llaves.

Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares. No tardó en presentarse un médico, que se acerca a la pareja y, en voz baja les comunica que su bebé había fallecido. Los padres se abrazaron y lloraron, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor. Al verme mi amigo se refugió en mis brazos y me dijo: “Gracias por estar aquí”.

Durante el resto de la mañana, permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe y despedirse de él.

-“Esto es lo más importante que hecho en mi vida”, y aquella experiencia me dejó tres enseñanzas:

Primero: lo más importante que he hecho en la vida ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer. Nada de lo racional que aprendí en la universidad, ni en el ejercicio de mi profesión, me sirvió para tales circunstancias. A dos personas les sobrevino una desgracia y lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar. Pero estar allí, era lo principal

Segundo: aprendí que al aprender a pensar, casi me olvido de sentir.

Tercero: aprendí que la vida puede cambiar en un instante. Así pues, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo real, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave o un accidente, y muchas otras cosas más, pueden alterar ese futuro planeado humanamente en un abrir y cerrar de ojos.



No necesitamos tener exactamente un día así para empezar a meditar. Hemos tenido nuestros propios días difíciles y hasta malos. La palabra de Dios constantemente habla de amor, perdón, salud, de libertad, de paz, pero solo se los puede experimentar cuando nuestra vida tiene balance. El balance es igual a salud. Sin un equilibrio buscado intencionalmente cada día entre las actividades mundanas y las espirituales, entre la vida temporal y la vida eterna nunca podremos experimentar salud emocional y espiritual y todas sus añadiduras.

Necesitamos aprender que por ejemplo, ningún empleo compensa perderse unas vacaciones con los que realmente amas, romper con la pareja o pasar un día festivo lejos de los tuyos. Todos necesitamos aprender a diferenciar entre lo urgente – cotidiano y temporal – y lo importante – vital y eterno. Necesitamos reconocer las limitaciones de racionalizarlo todo, suprimiendo nuestros sentimientos por temor a ser heridos.

Lo más importante en la vida, aunque suene cliché, no es ganar dinero, ascender en la escala social, o recibir honores y fama. Lo más importante en la vida es el tiempo que dedicamos a tener balance en nuestra vida para saludablemente cultivar amistades auténticas, formar una familia, crear un legado, y conocer y amar más diariamente a Dios.

Por eso quiero compartir este lunes con usted una oración de agradecimiento a Dios:
“Gracias Señor…

a) Por mis hijos que NO limpian sus habitaciones, pero están viendo tele, porque significa que están en casa y no en las calles

b) Por los rebajos en mi sueldo, porque significa que estoy trabajando

c) Por el desorden que tengo limpiar después de una fiesta, porque significa que estuvimos rodeados de seres queridos.

d) Por las ropas que me quedan un poco ajustadas, porque significa que tengo más que suficiente para comer.

e) Por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que puedo salir al sol.

f) Por el césped que tengo que cortar, ventanas que necesito limpiar, cañerías que arreglar, porque significa que tengo una casa.

g) Por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que tenemos libertad de expresión

h) Porque cuando no encuentro estacionamiento, significa que tengo automóvil

i) Por los gritos de los chicos, porque significa que puedo oír

j) Por la ropa que tengo que lavar y planchar, porque significa que me puedo vestir

k) Por el cansancio al final del día, porque significa que fui capaz de trabajar duro

l) Por el despertador que suena temprano todas las mañanas, porque significa que ¡Estoy vivo!

m) Y finalmente, por la cantidad de mensajes que recibo, porque significa que tengo amigos y amigas que piensan en mi

La vida consiste en tomar decisiones firmes que traen salud emocional y espiritual, un balance intencional discerniendo entre lo urgente y lo importante. Son decisiones hechas por amor, no por conveniencia, o presión del mundo. La verdadera salud que trae paz y gozo viene de hacer la voluntad de Dios conforme a Sus propósitos y no la nuestra.

Te deseo una semana balanceada

Juan Carlos Flores Zúñiga


14 septiembre 2018

No quiero que te enamores de mí

No quiero una explosión temporal de enamoramiento, pasión, deseo, necesidad, química y sexo.

Quiero que me elijas para compartir el sentir,
quiero que me sientas sin necesidad de enamorarte,
quiero que poco a poco y lentamente conozcas mi ser, conectes con mi esencia y mi alma,
quiero que lentamente me ames.

Esta es la única manera de que no te desenamores de mí,
de alguien a quien necesitabas,
de alguien que creíste que era,
de alguien que pensaste que sería o
de alguien que querías que fuese.

No me quieras porque creas que me conoces,
elígeme,
conóceme
y ámame cuando lo sientas.

No quiero una pareja,
quiero una persona que me acompañe por el camino de la vida.

Gracias por elegirme...


28 junio 2018

Hablar con extraños

Siempre me ha dado pena hablar con extraños, especialmente en un elevador. Soy de las que evita el contacto visual a toda costa, si no traigo celular para fingir que estoy ocupada, veo la lentitud de los números en el tablero y el último recurso es revisarme las uñas. Lo que sea, es mejor que sentirme incómoda. Lo que sea es mejor que sentirme.

Así que hoy, bajé al perro y compartí el elevador con un señor. Ahora el perro fue mi distractor, lo miré, lo acaricié incluso le hice plática. Y fui consciente de lo que estaba tratando de evadir.
Entonces me enderecé y miré al señor a los ojos y le pregunté : “¿cómo está”?
Mi corazón bombeó al cien, dejé de escuchar mis pensamientos derrotistas y sentí esa adrenalina que se me salía del pecho; traté de no juzgarme, sino de sentirme. Descubrí que lo que tenía adentro era vida, solo eso. No estaba evadiendo al señor, sino a mí.

Cuando siento que algo o alguien me provoca miedo, impaciencia, etc. reconozco que lo que siento es mío, y no provocado por el otro. Sabiendo que siempre, tendré la opción de sentirme o evadirme.


25 agosto 2017

Meditación

Hay que recuperar el viejo arte de la meditación... todos los días acostumbro meditar de 20 a 30 minutos... no es un tiempo de oración... no un tiempo espiritual... no es un tiempo de pensar... es un tiempo de meditación.

¿Cómo es meditar sin caer en rollos orientales y de esoterismo? 
-Cierras tus ojos y respiras... te haces consciente de ti mismo... de tu momento presente. 
-Abres los ojos y en ese increíble instante, sientes tu cuerpo, el ambiente, la temperatura, el aroma... un momento de paz... solo eso, paz... sin pensar más que en lo que estás viviendo. 
-Comienzas a agradecer o a alabar a Dios... pero no con palabras, sino solo con tu pensamiento... puedes caminar, quedarte quieto; mirar por la ventana, al cielo o al piso... lo importante es no perder ese momento de conciencia y de paz... de conexión con Dios, con la vida y contigo mismo. 
-Si tu lenguaje es muy corto... no digas nada... solo disfruta del momento presente. Respira y trae a tu mente las buenas palabras de Dios para tu vida... como el Salmo 23 para empezar... y no las pienses... solo recuerda y da gracias o alaba a Dios por ello... 
-Recuerda que no estás orando ni en un culto personal... es un tiempo de meditación... ni siquiera de reflexión o pensamiento. 

Puedes comenzar, al terminar tu tiempo de meditación, tu tiempo de oración o lectura... así como de reflexión o pensamiento... es una excelente pista de despegue. 

Comienza con 3 a 5 minutos y aumenta con las semanas o meses tu tiempo de meditación... 
Un día de tantos, podrás meditar con los ojos abiertos en cualquier lugar... tendrás una mejor conciencia de ti mismo y de todo aquello de lo que no te das cuenta... y definitivamente incrementarás tu alabanza y agradecimiento a Dios. 

Si te aburres... retírate, estás perdiendo el tiempo / no añadas elementos extraños como: Música para meditar, incienso, fotos o imágenes de paraísos, invocaciones, figuras, velas, etc. No se necesitan. La meditación se trata del momento presente y la experiencia donde estás... / no te adornes y quieras usar palabras y rollos raros... solo están Dios y tu... y Él ya sabe cuanto gas tienes en el estomago y no le importa... / Sino sabes hablar más de tres palabras de oración con Dios, calla... él sabe tu corazón y lo escucha... / no te pongas a reprender y a sacar pingos de todos lados... eres un hijo de Dios y Él te cubre y te guarda, no temas, medita con confianza... / No es un tiempo espiritual de fuegos artificiales... es de silencio y conciencia. / Esto no tiene que ver con la ley de atracción, cultos egipcios, budismo ni chanclas de nadie... es solo MEDITAR. 

Me han preguntado si debes sentir algo... pues no, que yo sepa... y si, que yo viva... es un tiempo de serenidad... de paz... de parar el mundo... no es una anestesia, al contrario, es un tiempo para sentir la vida... 
¿Dónde? Donde quieras... al principio en algún lugar de mucha paz, para poder concentrarte... pero con el hábito... donde sea. Yo acostumbro caminar en el parque... en el gimnasio, en el tiempo de comer, manejando... y el que más disfruto, es junto al mar. 

¿Qué resultará de este ejercicio? Equilibrio, sobriedad, concentración, disciplina, inteligencia emocional, confianza, agradecimiento, respeto... ¿Y si no lo haces? Nada... todo seguirá igual. 

Misael Escorcia 
“Hazme entender el camino de Tus preceptos, y meditaré en Tus maravillas”, Salmo 119:27


30 mayo 2017

Nadie dijo, nunca

Habría deseado amar menos.
Haber mantenido mi corazón cerrado a la intimidad.
Habría deseado estar más distraído,
más en mi cabeza, menos en mi cuerpo.
Haber sentido menos. Haber planeado mejor.
Haber viajado menos. Haber tomado menos riesgos.

Me habría gustado reír menos.
Haber tomado la vida con mucha más seriedad.
Haber sido menos espontáneo, menos juguetón.

Me habría gustado conocer todas las respuestas.
O no haber hecho tantas preguntas.

Me habría gustado sentir menos alegría.
Haber derramado menos lágrimas.
Haber sentido menos angustia.
Haber sido menos vulnerable.

Me habría gustado elegir el camino de la seguridad y el confort.
Haberme quedado bajo el resguardo de lo conocido.
Haber seguido el camino prescrito por los demás.

Me habría gustado no haber bajado el ritmo tantas veces
para abrazar toda la gloria.

Me habría gustado estar menos vivo.

Nadie dijo, nunca.

Jeff Foster


09 diciembre 2016

Ecoterapia: El Poder de los Elementos de la Naturaleza

Los griegos nos hablaban de que la Naturaleza estaba formada por cuatro elementos: Tierra, Agua, Aire, Fuego. Aunque hoy, mirando la tabla periódica de los elementos, nos parece una idea simplista, sin embargo, no lo era. No se referían a elementos físicos, si no a energías, a formas básicas que adopta la Vida al manifestarse.

Están ahí. Y lo cierto es que cuando entramos en contacto con esos elementos básicos nuestra mente se acalla. Tienen un poder enorme para silenciar la mente, la cháchara mental, y permitirnos la conexión con la Vida.

Nos quedamos sentados delante de una chimenea. Miramos, hechizados, el baile de las llamas, la madera perdiendo su forma, transformándose en luz, escuchamos el crepitar del fuego… Y nuestra mente se silencia y se serena. El corazón se abre. Sentimos la Vida.

Lo mismo ocurre cuando escuchamos un arroyo, un manantial, una cascada, o el rumor incesante de las olas. Cuando miramos ese fluir del agua continuo, la ola que sube y de repente se curva y cae, las gotas que se extienden, que bailan separadas para, finalmente, caer de nuevo en el océano.
Cuando escuchamos la brisa en los árboles. O cuando miramos la tierra extenderse desde lo alto de una montaña, o nos tumbamos en la tierra, en la arena, o en la hierba.

Esa es la razón por la que la Naturaleza tiene un poder tan enorme para calmar nuestras dolencias emocionales, la ansiedad o la depresión o el estrés. La observación de esta relación sanadora ha dado origen a la ecoterapia.

Es muy sencillo, y muy barato. Cambia el gimnasio por la naturaleza. Simplemente camina en un entorno natural, plenamente presente. Deja a un lado la competición, la consecución de logros, que tanto gusta al ego. En lugar de estar en el siguiente kilómetro, permanece en este paso, plenamente presente.

Deja que la naturaleza calle tu mente. Deja que entre dentro de ti. Deja que el contacto con los cuatro elementos te lleve a sentir la Vida, la Vida que tú Eres.

Yolanda Calvo Gomez

03 octubre 2016

Cómo hacerte saber

Que nadie establece normas, salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde la forma.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no esta prohibido amar, que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí duele mucho.
Que las heridas se cierran, que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que cuanto más fuete es el trazo más se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que negar palabras implica abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida forma parte del sexo.
Que el por qué de los niños, tiene un porque.
Que el querer saber de alguien, no es sólo curiosidad.
Que el querer saber todo de todos, es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer.
Que autodeterminación, no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debemos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber pedir
Que saber pedir no es regalarse.
Que regalarse en definitiva es no quererse.
Que para que nos quieran, debemos demostrar qué somos.
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
Que adular no es apoyar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son más honestas,
Que nadie es más honesto porque no roba.
Que quien roba, no es ladrón por placer.
Que cuando no hay placer en las cosas, no se está viviendo
Que para sentir la vida, no hay que olvidarse que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y con la mente.
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensibles, y no herirse
Que herirse no es desangrarse
Que para no ser heridos, levantamos muros
Que quien siembra muros, no cosecha nada
Que casi todos somos albañiles de muros
Que sería mejor construir puentes
Que sobre ellos se va a la otra orilla, y que también se vuelve.
Que volver, no implica retroceder.
Que al retroceder, también se puede avanzar.
Que no por mucho avanzar, se amanece más cerca del sol

¡Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida!

Walt Whitman

 

20 junio 2016

La vida pasa volando

¡Cuánta gente se queja de que se le pasa la Vida volando sin darse cuenta! Y la razón es que están demasiado tiempo en la cabeza, pensando sobre la vida, sobre qué hacer en la vida, qué hace falta en la vida, qué necesitan, qué desean, qué es importante, en lugar de vivirla. Otra queja frecuente es cuando los hijos se hacen mayores y los padres se dan cuenta de que se les ha pasado el tiempo y casi no lo han disfrutado, no lo han vivido, estaban tan ocupados en planificar, en pensar, en solucionar los problemas, en las tareas, y en todo lo que eso ocupaba en la mente, que se olvidaron de vivirlo.

Intenta explicarle a alguien que no pueda ver qué es el color rojo. Puedes darle nombre, rojo, pero el nombre no deja de ser cuatro letras, nada más. Diferentes letras, diferentes sonidos, para un mismo color en diferentes idiomas. Puedes explicarle que la longitud de onda del color rojo está entre 618 y 780 nanómetros. Puedes decirle que es el color de la sangre, de las amapolas… Puedes intentar explicarlo más poéticamente, es caliente, es apasionado, es peligroso… Pero nada, nada de esto, traerá la experiencia de ver el color rojo. Todo eso son palabras, pensamientos, la experiencia es otra cosa.

La vida está en las sensaciones, en las experiencias… y nos la perdemos porque estamos continuamente pensando, siempre con la cabeza activa. Y la vida no está en los pensamientos, los pensamientos nos sacan de la vida. Convertimos a la Vida en otra palabra, otras cuatro letras, en un concepto, una idea, una entrada en wikipedia.

No pienses sobre la Vida. ¡Siéntela! Cierra los ojos, siente la vida en tu cuerpo, en tus manos, en tu rostro, en tu respiración, en tu corazón latiendo, en tus células. Siente cómo tu cuerpo vibra lleno de vida.

Siente la vida también fuera de tu cuerpo, en las plantas, en los animales, en otras personas, en la tierra que pisas… Nota cómo esa Vida y la Vida en tu cuerpo es la misma Vida. Separados por la apariencia de la forma, pero es la misma Vida.

Siente cómo todo es Vida, cómo no hay nada fuera de la Vida. Siempre Joven, siempre potente, siempre serena. Y cuando notes eso, notarás la vida saliendo al encuentro de la Vida, notarás cómo la Vida se hace consciente a través de ti. Y ese encuentro es una celebración.


Yolanda Calvo Gomez

13 enero 2016

Equilibrio entre corazón y mente

Cuando somos niños nuestro corazón es GRANDE y totalmente abierto. Nos acercamos a las cosas nuevas sin miedo alguno y nos mostramos tal como somos sin vergüenza alguna. Nos enfadamos y sacamos nuestra rabia en el momento mismo que la sentimos, lloramos abiertamente al estar tristes o al sentir dolor y reímos a carcajadas contagiando con nuestra risa a los demás…

No pensamos las cosas, las sentimos.

… y luego la mente toma el control

Mientras vamos creciendo nos enseñan a no confiar en nuestro corazón y nos dicen que hay que pensar las cosas bien antes de actuar. Nos cuentan que es bueno ocultar nuestras emociones y fingir estar de una u otra manera. Poco a poco creamos así una protección o barrera alrededor de nuestro corazón. Ya no mostramos quienes somos de verdad, ahora es nuestra mente la que controla nuestra vida…


“No se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos”
El Principito, de Antoine de Saint-Exupery


Lo malo es que así nuestra rabia, miedo, tristeza y alegría quedan atrapadas en nuestro interior y esto nos hace sentir mal. En los casos extremos enfermamos: estrés extremo, ataques de rabia, depresiones, enfermedades mentales, enfermedades del corazón… Además nuestras decisiones se convierten en un proceso mental donde ya no participa nuestro corazón. Nuestro comportamiento es egoísta, buscamos únicamente nuestros propios intereses. Tenemos muy poca sensibilidad con los demás (los vemos solamente como competencia) y no cuidamos lo que hay alrededor nuestro, por ejemplo destrozamos sin piedad la naturaleza.
Equilibrio entre corazón y mente

Ningún extremo es bueno y para estar en equilibrio (tanto como individuo como sociedad) necesitamos abrir nuevamente nuestro corazón. Permitir que salen nuestras emociones sinceramente, mostrarnos tal como somos, abrirnos a la intuición y a lo que nuestro corazón nos quiere decir, buscar la colaboración y cooperación con los demás sin miedo a que nos hagan daño…

El objetivo final es que nos guíe nuestro corazón y que nos apoye nuestra mente. Si lo extrapolamos a la sociedad… que prevalezcan los valores y la cooperación y que nos apoyen la ciencia y la comunicación.

“Si quieres respuestas, abre la puerta del corazón hacia dentro. Todo el universo está ahí.”

18 julio 2015

El cuerpo sana cuando el alma sana

Ayúdate a ti mismo! Atrévete a vivir!!!

Recuerda que solo si te das permiso de vivir todas las experiencias que aparecen en tu camino, podrás sentir y que solo sintiendo podrás expresar y que solo expresando lo que sientes, podrás liberar todas las emociones tóxicas que constantemente envenenan tu alma y enferman tu cuerpo, como el miedo, la tristeza, la ira, la culpa, los juicios y las viejas creencias. Y que solo liberando todas esas emociones, podrás sanar y dejar el espacio vacío para que la alegría, la luz y el amor, llenen todos los rincones de tu ser. Por eso desde ahora, con la luz de esta nueva conciencia, se responsable de tu vida y vive, siente, fluye y expresa pues de esa forma, tu alma y tu cuerpo sanarán, y descubrirás una nueva forma de vivir más libre, armoniosa y feliz!!! Atrévete, haz que suceda!!!

Mari Yoli Morales

03 marzo 2015

Estos son los días de nuestras vidas.

Estos son los días de nuestras vidas.
No hay otros días por venir.
Estos son los días.
Los días en que nos encontramos los unos con los otros. En los que hablamos o no hablamos. En los que sentimos lo que sentimos, tanto como podamos sentirlo. En los que tomamos los caminos que tomamos hacia los destinos que soñamos cuando todavía podíamos soñar y creer en sueños. En los que comemos lo que comemos. En los que dormimos cuando dormimos. En los que amamos tanto como podemos.

Pero estos son los días. Los días de lo ordinario y lo milagroso. Los días de respirar, los días en que la sangre bombea por nuestras venas, los días que parecen durar para siempre, los días que no pueden terminar lo suficientemente rápido. Los días en que nos mantenemos muy cerca de la vida, de su calidez, de su ternura y de su ferocidad. Los días en que todo parece posible. Los días en los que nos sentamos juntos, bebemos té de jazmín, o flores de saúco, o 'Earl Grey,' o nada, viendo el mundo pasar, a nosotros como parte del mundo pasar, observando. Días que conforman una vida. Días para ser vividos.

Estoy enamorado de estos días, que nos son dados gratuitamente. Días para jugar, para maravillarnos, para buscar o no buscar, para preguntar, para recordar u olvidar, pero días, al fin y al cabo; días cuya belleza está enraizada en su propia impermanencia, cuya fragilidad y solidez parecen inseparables.
No te olvides de estos días, y especialmente, de este día, en el que habitas, el que te sostiene donde estás, como una madre sostiene a su pequeño, sin aliento pero fuerte, rosado y pequeño y perfecto; no sin defectos, pero amado justamente por eso.

Si me dan sólo un día más, que sea este día, el único día que habré conocido, y que se me deje amarlo de la misma forma en que él me amó, por todos estos días.

Jeff Foster

18 diciembre 2014

Decálogo para una Navidad con Atención plena

Se aproximan las fechas navideñas y con ellas una auténtica vorágine. Para algunos son fechas de una alegría y gozo, para otros una tortura y para el resto una mezcla de todo. Como dijo Mario Benedetti, en toda alegría hay algo de tristeza, y en toda tristeza hay algo de alegría.

Son días de un carrusel de emociones a flor de piel. Alegría, gozo, compañía, cercanía, seres queridos, personas a las que vemos menos de lo que nos gustaría, otras a las que no nos gustaría ver, recuerdos, tristezas, angustias, relaciones familiares problemáticas, tensiones, gasto, ceremonias, protocolos, obligaciones, y así un sinfín de circunstancias. Dentro de este crisol navideño, ¿cómo nos gustaría vivirlas?, ¿nos arrastra la inercia?

Proponemos una serie de sugerencias para vivirlas con presencia y una actitud renovada:

1 Ser conscientes de nuestras compras. Una ayuda puede ser a la hora de comprar hacernos las siguientes preguntas, ¿para qué lo compro?, ¿a quién lo compro?, ¿a quién beneficia e incluso a quién perjudica?, ¿qué pasa si no lo compro?, ¿qué deseo hay detrás?, ¿por qué lo compro? Son interrogantes que nos pueden ayudar a tomar decisiones más sabias y no entrar en la dinámica de comprar por comprar.

2 No aparentar lo que no somos ni lo que no sentimos. En ocasiones intentamos aparentar personajes o roles que no tienen nada que ver con nuestros valores, pensamientos, creencias o emociones. A su vez también intentamos mostrarnos emocionalmente de una determinada manera, cuando por dentro sentimos lo contrario. El sustentar por un tiempo prolongado una de estas máscaras tiene un gran coste y un derroche de energía.

3 Aceptación y Ecuanimidad, que no resignación, decir si a lo que hay en cada instante. Estas navidades son las que hay, sin dejarnos avasallar por pensamientos comparativos con navidades pasadas, con los que ya no están. Centrarnos en vivirlas tal como son con toda su plenitud. Ser capaces de darnos cuenta de todo el paisaje y de todos los matices. No dejarnos engullir por las mareas que nos llevan a los extremos de o todo bueno o todo malo.

4 Cuidar de nuestras emociones. Es habitual que se nos muevan cosas en nuestro interior, que quizás tengamos emociones contradictorias. Como bien sabemos, una emoción puede teñir toda nuestra experiencia. Hacernos conscientes de ellas y no permitirles arrastrarnos, acogiéndolas con ecuanimidad y amabilidad, puede ser una buena base para vivir estas fiestas más sosegados y en paz.

5 Mente de principiante: Percibir cualquier actividad como si fuese la primera vez. Dejarnos sorprender por las personas, por un villancico, por una comida, por un belén, por una conversación, por la cara de un niño, por acciones solidarias, por las inclemencias meteorológicas, por todas las cosas que creas conveniente. Salir del piloto automático en el que solemos vivir y que no deja que apreciemos la realidad. Soltar las expectativas y como nos gustaría que fuesen, y centrarnos en vivirlas como son.

6 Gratitud: Practicarla con frecuencia, hacia lo que se va desplegando delante de nosotros. Si nos damos cuenta, tenemos una abundancia muy superior a lo que creemos. La gratitud que no es automática nos conecta con lo mejor de nosotros mismos.

7 Atender el cuerpo. Con frecuencia solemos cometer excesos en estos días. Podemos notar y sentir nuestro cuerpo, sus señales, y adaptarnos a las circunstancias más sabiamente. Conviene hacer una mirada más amplia de cualquier actividad que realicemos, ver qué emociones están detrás, y que autoexigencias nos imponemos, para tomar decisiones más sanas para nosotros mismos. Pasear por la naturaleza se puede convertir en una fuente de salud. Escuchar sus sonidos, olores, vistas, sensaciones en la piel, en nuestros pies al caminar para salir de nuestra mente parlante.

8 Altruismo y compasión: Mirar el modo de realizar alguna acción en beneficio de los demás, en especial de los que sufren, es un buen modo de ayudarles a ellos y a nosotros mismos.

9 Regalar nuestra presencia: Otra de las maneras con las que podemos hacer un bien es “estar” con nuestras personas queridas. Sin sentirnos en la obligación, escucharles, estar disponibles y accesibles, abandonando los juicios, nuestros propios ruidos mentales, nuestra necesidad de arreglar la vida de los demás y de dar tanto consejo.

10 Practicar meditación. No olvidar dejarnos un tiempo para nosotros mismos, para estar en silencio y quietud interna con nuestra intimidad. Podemos dejar resonar el deseo de felicidad para el resto de seres y para nosotros mismos.

Los que decidimos como estar en las próximas Navidades somos nosotros mismos independientemente de las circunstancias que nos toquen, la actitudes con las que las afrontemos pueden hacer que sean plenas y saludables, o pueden ser un martirio. Tal vez influenciados por los medios de comunicación y por lo que se suponen que deben ser las fiestas, nos olvidemos de preguntarnos el cómo queremos vivirlas.

Un último apunte, ¿podemos prolongar la Navidad todo el año?

Carlos Herrero Osés

09 octubre 2014

10 cosas que aprendí como facilitadora

 Las 10 cosas más importantes que aprendí como Facilitadora en el Centro de Recuperación para las Adicciones. (Extracto de una carta de despedida del Kiloby Center)
- por Marina Bajszár
  1. Todas y cada una de las historias que hablan de dolor y sufrimiento apuntan a sólo una cosa: “No quiero sentir ESTO.”
  2. La única manera de aliviar verdaderamente las perpetuas historias de dolor y sufrimiento es sentir lo que no quieres sentir, directamente, sin ninguna historia adherida a ello. Si es necesario, hay que hacerlo una y otra vez.
  3. Nunca hay que subestimar el poder del DESCANSO. Detener todo y sólo descansar, estar plenamente conscientes de lo que está sucediendo aquí, en este momento presente. En medio de todas las luchas, todas las ideas, todos los dolores. El descanso es algo que siempre está disponible y genera un cambio sumamente poderoso, a veces cuando menos se lo espera uno.
  4. Este trabajo no es acerca de sentirse mejor. Es acerca de ser mejores para sentir. Y curiosamente termina uno sintiéndose mejor.
  5. La buena disposición es la clave. O está uno listo para ver, o no. Si estás listo, ver es bastante fácil, directo y rápido, la mayoría de las veces. Si no estás listo, puede haber mucha danza  e intentos de evitar, una actitud defensiva y excusas sobre el tema antes de que se dé una buena disposición para ver.
  6. Durante todo el tiempo que pasé en el Centro, me di cuenta que no me importaba si mis clientes estaban dispuestos a investigar o si simplemente querían seguir identificándose con su historia y sus adicciones y si querían mantener su identidad intacta. A todos los amé por igual, ya sea que estuvieran listos para ver, o no.  Realmente.
  7. Si es que hay algún objetivo en este tipo de investigación, es ser capaz de estar presente a lo que está surgiendo en este momento. Cuando eres capaz de hacer eso, las preguntas que se utilizan para investigar se vuelven innecesarias. Haz llegado a tu destino.
  8. Hay una inocencia muy dulce en esta búsqueda. Al ver nuestros patrones de comportamiento, al ver nuestro apego a las identidades. La inocencia de todo el mundo en su sufrimiento es muy tierno y dulce y conocer esto en forma más directa, hace más difícil tomar cualquier contenido de sufrimiento presentado por los clientes como algo demasiado serio. Lo que queda es compasión por el sufrimiento. El contenido se vuelve irrelevante y al mismo tiempo, la clave que desenreda el sufrimiento.
  9. He aprendido que el ancla para cada problema, cada cliente, cada camino de vida que yo facilito, es ESTE momento. AHORA. No hay demasiados trucos ni herramientas que deba recordar si estoy plenamente presente. Cada vez que me siento plenamente anclada en el ahora, las sesiones cuidan de sí mismas. Se convierte en una exploración conjunta naturalmente curiosa. En realidad no hay nada que HACER en la facilitación. Esto ha hecho toda la diferencia y es algo que se ha ido profundizando durante este maravilloso tiempo en el Centro.
  10. Yo no lo conocía mucho antes de trabajar en el Centro, pero hablo desde mi propia experiencia. Scott Kiloby es probablemente el hombre más congruente, claro, y de la más alta integridad que he conocido. Él siempre es el mismo, ya sea que esté descansando en casa o dando charlas. Su yo en pijamas es el mismo que su yo público. Lo que predica lo practica, lo vive plenamente, abriéndose constantemente y profundizando cada día más. Y a él no podría importarle menos que yo diga estas cosas acerca de él o no, lo cual es muy refrescante, pero de cualquier forma quería decirlo.  :) 
Quiero compartir una cosa más. Me siento muy agradecida por haber logrado confiar mucho más en el flujo de la vida. Agradezco la decisión de abandonar el Centro, incluso cuando la experiencia estaba llena de grandes riquezas y desarrollo, y cuando llegó el momento de irme, fue más fácil que nunca confiar en mi movimiento interior, sin necesidad de analizar o ponderar los pros y los contras. Era el momento justo, y lo que me llevo es una profunda gratitud por el aprendizaje y las experiencias.