Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
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11 agosto 2025

El Don del fracaso

En "El Don del Fracaso", Jessica Lahey explora el papel crucial que el fracaso desempeña en el desarrollo de la resiliencia, la independencia y la competencia en los niños. Basándose en su experiencia como docente y madre, Lahey argumenta que permitir que los niños experimenten el fracaso es esencial para su crecimiento y éxito. 

El libro enfatiza la importancia de tomar distancia y dejar que los niños enfrenten los desafíos, en lugar de protegerlos de las dificultades. A través de anécdotas conmovedoras y consejos prácticos, Lahey anima a aceptar el fracaso como una valiosa oportunidad de aprendizaje, fomentando una mentalidad que promueve la perseverancia y la autoeficacia. 

Lecciones y Perspectivas Clave 

1. El Valor del Fracaso: 
Aprendes que el fracaso es una parte esencial del aprendizaje. Lahey enfatiza que experimentar reveses enseña a los niños habilidades importantes como la resolución de problemas, la resiliencia y la perseverancia.

2. Fomentar la Independencia: 
El libro destaca la importancia de permitir que los niños se apropien de su aprendizaje. Lahey aboga por darles a los niños el espacio para tomar sus propias decisiones y aprender de las consecuencias, lo que fomenta la independencia y la confianza. 

3. Los peligros de la sobreprotección: 
Descubres que sobreproteger a los niños puede obstaculizar su desarrollo. Lahey advierte contra la tendencia a proteger a los niños del fracaso, ya que esto puede impedirles desarrollar las habilidades necesarias para afrontar los desafíos de la vida.

4. Enseñar responsabilidad: 
Lahey enfatiza que el fracaso puede enseñar responsabilidad a los niños. Cuando los niños enfrentan las consecuencias de sus acciones, aprenden a responsabilizarse de sus decisiones y comprenden la importancia de perseverar.

5. La importancia de una mentalidad de crecimiento: 
El libro introduce el concepto de mentalidad de crecimiento, donde los desafíos y los fracasos se consideran oportunidades de crecimiento. Se aprende que fomentar esta mentalidad puede ayudar a los niños a ser más resilientes y estar motivados para mejorar. 

6. Crear un entorno seguro para el fracaso: 
Se aprende que crear un espacio seguro para que los niños fracasen es crucial. Lahey anima a padres y educadores a cultivar un entorno donde se acepten los errores y los niños se sientan cómodos asumiendo riesgos.

7. Modelar la resiliencia: 
Lahey analiza la importancia de modelar la resiliencia en los niños. Al mostrar cómo afrontar el fracaso y los reveses en la propia vida, se pueden enseñar a los niños valiosas lecciones sobre la perseverancia. 

8. Fomentar la resolución de problemas
El libro destaca la necesidad de animar a los niños a encontrar soluciones a sus desafíos. Lahey sugiere guiar a los niños en el desarrollo de habilidades para la resolución de problemas en lugar de brindarles asistencia inmediata.

9. Equilibrando el Apoyo y la Independencia: 
Descubrirás la importancia de encontrar un equilibrio entre el apoyo y la independencia. Lahey aboga por ser una presencia de apoyo que permita a los niños liderar su aprendizaje. 

10. Celebrando el Esfuerzo por Sobre los Resultados: 
Finalmente, Lahey enfatiza la necesidad de celebrar el esfuerzo, no solo los resultados. Al reconocer y elogiar el esfuerzo que un niño dedica a una tarea, refuerzas el valor de intentar y aprender, independientemente del resultado. 

"El Regalo del Fracaso" es una poderosa exploración del papel vital que el fracaso desempeña en el crecimiento y desarrollo infantil.  A través de las profundas reflexiones y estrategias prácticas de Jessica Lahey, te animamos a aceptar el fracaso como un valioso maestro, permitiendo que los niños desarrollen resiliencia, independencia y un amor por el aprendizaje que perdure toda la vida.



07 mayo 2025

"Los adultos son niños obsoletos" —Dr. Seuss

¿Te han dicho últimamente que te tomes la vida DEMASIADO en serio?

Esta mañana me sorprendí saltando en un charco. Sí, con zapatos y todo.

La mirada horrorizada del ejecutivo que pasaba no tuvo precio... pero la sensación de rebeldía pura fue GLORIOSA.

Seamos honestos: los niños no necesitan un día especial, Ellos viven perpetuamente en el ahora. Somos NOSOTROS, los supuestos "adultos responsables", quienes necesitamos URGENTEMENTE este recordatorio.

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo "ridículamente improductivo" que te llenó de alegría?

Las investigaciones en neurociencia son contundentes: el cerebro adulto que mantiene activos sus circuitos de juego muestra:
43% mayor capacidad creativa para resolver problemas.
37% menos marcadores de inflamación celular.
¡Y produce 3 veces más dopamina natural!


¿Sabías que el cacao puro contiene anandamida, apodada "la molécula de la felicidad"? Es el mismo compuesto que tu cerebro libera naturalmente cuando experimentas la sensación de asombro infantil.

Pero hay más: las culturas precolombinas utilizaban el cacao específicamente como "medicina para el adulto endurecido" — una herramienta sagrada para disolver las capas de condicionamiento que acumulamos.

TU DESAFÍO DE 7 MINUTOS PARA HOY:

Prepara una taza de Cacao.
Mientras lo disfrutas, escribe en un papel: "¿Qué haría mi versión de 7 años ahora mismo?"
VE Y HAZLO. Sin excusas. Sin postergaciones. Sin "pero qué pensarán..."¿Construcción de fortaleza con sábanas? ¿Dibujar con los dedos? ¿Bailar como si nadie te viera?

ESTO NO ES NOSTALGIA. Es medicina neurológica.

El neurocientífico Dr. Stuart Brown lo explica mejor: "La ausencia de juego no es neutral; es una herida biológica que deforma nuestra arquitectura cerebral."



17 diciembre 2024

Si tuviera que date un consejo

Si tuviera que darte un consejo, te diría que nunca dejes de ser tú, que te valores y que te quieras, que te quieras mucho, porque cuando uno se quiere, se es más feliz.

Si tuviera que darte un consejo, te diría que trates con dulzura a los niños y con respeto a los ancianos, que no te calles, que el amor te cautive y que la maldad nunca te deje indiferente.
 
Si tuviera que darte un consejo, te diría que seas valiente y que persigas tus sueños, sin importarte lo que digan los demás, que te alejes de la gente envidiosa, de los que no te valoran y te acerques a la gente que es feliz, a los que de verdad te quieren, porque la felicidad es contagiosa.
 
Si tuviera que darte un consejo, te diría que nunca pierdas el tiempo, porque la vida es un rato y un rato es muy poco.



28 noviembre 2024

Somos hijos de un mundo distraído

Somos hijos de un mundo distraído
Que olvidó como hacer reír a los niños
Y en lugar de un cuento de hadas regalamos un iPhone.
En lugar de colores, les compramos una tablet.

Somos hijos de un mundo distraído
Que olvidó como jugar con la bola
Hacer correr una cometa a la orilla del mar
Y correr descalzo por los prados.

Somos hijos de iPhone, smartphone, tablets.
Queremos saber quién está al otro lado del mundo.
Sin ver quien está a nuestro lado.

Somos hijos de un mundo distraído
Hecho de tecnología y buenos días olvidados
De un café publicado en las redes sociales
Y un café ya frío para beber.

Somos hijos de un mundo distraído
Que olvidó cómo hacer sonreír a un niño.



29 octubre 2024

Los modales comienzan en el desayuno

Ocho valiosas lecciones de "Los modales comienzan en el desayuno" de la princesa Marie-Chantal de Grecia

Este es un recurso valioso para los padres que desean criar hijos educados y educados. 
El libro proporciona consejos y sugerencias prácticos que pueden implementarse fácilmente en la vida cotidiana. Incluyen: 

1. De "Porque yo lo digo" a "Porque importa": cambie el enfoque de la obediencia ciega a la comprensión del "por qué" detrás de los buenos modales. La comunicación abierta se vuelve clave, ya que permite a los niños conectar valores como el respeto y la bondad con acciones concretas. Cree una tabla de valores familiares para traducir estos valores en expectativas compartidas, empoderando a los niños a tomar sus propias decisiones conscientes. 

2. La coherencia, la base de los buenos modales: los niños aprenden mejor observando a los adultos. Los recordatorios suaves y el refuerzo positivo, sin regañar, crean un entorno de apoyo para el aprendizaje. Establezca rutinas y rituales en torno a las comidas, los saludos y la hora de acostarse para integrar de forma natural el comportamiento cortés en la vida de los niños. 

3. Inteligencia Emocional: El Superpoder Secreto: Ayuda a los niños a identificar y etiquetar sus emociones, brindándoles herramientas para la expresión constructiva. Los ejercicios de atención plena y las indicaciones de empatía, como los juegos de roles o la exploración de historias, desarrollan su inteligencia emocional. 

4. Cultivar la empatía: la bondad comienza en casa: inicie desafíos de bondad familiar, trabaje como voluntario juntos y celebre las diferencias para fomentar la comprensión y el aprecio por las diversas perspectivas. 

5. Conciencia global: Ampliando horizontes juntos: Explore diferentes culturas a través de libros, películas o experiencias de viaje. Considere aprender un idioma o explorar saludos culturales para ampliar su comprensión de la comunicación y las normas sociales más allá de las suyas. Discuta problemas globales y anime a los niños a considerar cómo sus acciones impactan a otros en todo el mundo.

6. Consecuencias naturales: Permita que los niños experimenten las consecuencias naturales de sus elecciones, tanto positivas como negativas. Esto proporciona valiosas oportunidades de aprendizaje y refuerza la toma de decisiones responsable. 

7. Etiqueta apropiada para la edad: Para los niños pequeños: concéntrese en los modales básicos en la mesa (usar utensilios, evitar tirar comida), presentando simples "por favor" y "gracias". Para niños en edad preescolar: amplíe los modales en la mesa, enseñe saludos y respuestas básicos e introduzca conceptos como compartir y turnarse. Aborde las rabietas tempranas con empatía y orientación para expresar las emociones con respeto. Para niños en edad escolar: fomente conversaciones educadas durante las comidas, introduzca el uso adecuado de servilletas y analice el comportamiento responsable en las redes sociales. Para adolescentes: promueva una ciudadanía digital responsable, analice las opciones de moda teniendo en cuenta el contexto y el respeto, y guíelos para navegar en entornos sociales con confianza y amabilidad. 

8. Opciones de empoderamiento: de reglas a individuos responsables: cree espacios seguros para debates abiertos, permitiendo a los niños expresar sus pensamientos y navegar situaciones sociales con orientación.

30 abril 2024

Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen

"Cómo hablar para que los niños escuchen y escuchen para que los niños hablen" de Adele Faber y Elaine Mazlish es un libro clásico para padres que proporciona estrategias prácticas de comunicación para construir relaciones positivas con los niños.

Aquí hay 10 lecciones del libro: 

1. Reconocer los sentimientos: Fomente la comunicación abierta reconociendo y validando los sentimientos de su hijo. Cuando los niños se sienten escuchados y comprendidos, se crea la base para una interacción positiva. 

2. Evite la negación de los sentimientos: En lugar de descartar las emociones de un niño, el libro aconseja reconocer y aceptar sus sentimientos. Negar los sentimientos puede provocar frustración y fallas en la comunicación. 

3. Proporcionar información en partes manejables: Divida la información en partes manejables para ayudar a los niños a comprenderla y procesarla mejor. Este enfoque puede hacer que las instrucciones o explicaciones sean más accesibles y efectivas. 

4. Utilice alternativas al castigo: El libro aboga por el uso de alternativas al castigo, como reconocer los sentimientos, ofrecer opciones y resolver problemas juntos. Esto ayuda a los niños a aprender de sus experiencias sin sentirse punitivos. 

5. Opciones de oferta: Ofrecer a los niños opciones les empodera y fomenta un sentido de autonomía. También ayuda a prevenir luchas de poder y fomenta la cooperación. 

6. Describa, no etiquete: En lugar de etiquetar a un niño con términos negativos, describa su comportamiento o acciones. Este enfoque ayuda a evitar una reacción defensiva y fomenta el cambio positivo.

7. Utilice declaraciones en primera persona: Exprese sus propios sentimientos y necesidades utilizando declaraciones en primera persona. Esto ayuda a evitar culpar y fomenta una atmósfera de colaboración donde tanto los padres como el niño pueden compartir sus perspectivas. 

8. Fomentar la autonomía: Apoye la creciente independencia de su hijo brindándole oportunidades para tomar decisiones y resolver problemas. Esto fortalece su confianza y sus habilidades para tomar decisiones. 

9. Participar en la escucha activa: Practique la escucha activa concentrándose completamente en lo que dice su hijo sin interrumpirlo. Esto demuestra respeto y anima a los niños a compartir sus pensamientos y sentimientos más abiertamente. 

10. Resolver problemas juntos: En lugar de imponer soluciones, involucre a los niños en el proceso de resolución de problemas. La resolución colaborativa de problemas enseña habilidades valiosas y ayuda a los niños a sentirse más en control de sus vidas. 

Estas lecciones de "Cómo hablar para que los niños escuchen y escuchar para que los niños hablen" proporcionan una base para una comunicación eficaz y respetuosa entre padres e hijos. La aplicación de estos principios puede contribuir a construir relaciones positivas y fomentar un entorno familiar de apoyo.


13 enero 2024

Que te pasen cosas distintas, como cuando eras niño.

El tiempo no existe. El tiempo sólo son las cosas que te pasan, por eso pasa tan deprisa cuando a uno ya no le pasa nada.

Después de Reyes, un día notarás que la luz dorada de la tarde se demora en la pared de enfrente y apenas te des cuenta, será primavera.
Ajenos a tí, en algunos valles, florecerán los cerezos y en la ciudad habrá otros maniquíes en los escaparates.

Una mañana radiante camino del trabajo, puede que sientas una pulsión en la sangre cuando te cruces en la acera con un cuerpo juvenil que estalla por las costuras, y un atardecer con olor a paja quemada oirás que canta el cuclillo y a las fruterías habrán llegado las cerezas, las fresas o los melocotones, y sin saber por qué, ya será verano.

De pronto, te sorprenderás a tí mismo, rodeado de niños cargando la sombrilla, el flotador y las sillas plegables en el coche para cumplir con el rito de olvidarte de tu jefe y de los compañeros de la oficina, pero el gran atasco de regreso a la ciudad será la señal de que las vacaciones han terminado, y de la playa te llevarás el recuerdo de un sol que no podrás distinguir del sol del año pasado.
El bronceado permanecerá un mes en tu piel y una tarde descubrirás que en la pared de enfrente oscurece antes de hora.
Enseguida volverán los anuncios de turrones, sonará el primer villancico y será otra vez Navidad.

La monotonía hace que los días resbalen sobre la vida a una velocidad increíble sin dejar una huella.
Los inviernos de la niñez, los veranos de la adolescencia eran largos e intensos porque cada día había sensaciones nuevas y con ellas te abrías camino en la vida cuesta arriba contra el tiempo.
En forma de miedo o de aventura estrenabas el mundo cada mañana al despertarte.

No existe otro remedio conocido para que la vida discurra muy despacio sin resbalar sobre la memoria que vivir a cualquier edad pasiones nuevas, experiencias excitantes, cambios imprevistos en la rutina diaria.

Lo mejor que uno puede desear para el año nuevo son felices sobresaltos, maravillosas alarmas, sueños imposibles, deseos inconfesables, venenos no del todo mortales y cualquier embrollo imaginario en noches suaves, de forma que la costumbre no te someta a una vida anodina.
Que te pasen cosas distintas, como cuando eras niño.

MANUEL VICENT (1936)
Novelista y ensayista español. Este artículo fue publicado en el año 1997 en el diario El País de España.



12 enero 2024

Mi oración desesperada y triste

Yo…Rezo…
Rezo por Israel.
Rezo por Palestina.
Rezo por todos nosotros ahora.

Y si me condenas por tomar partido,
o juzgarme por no tomar partido,
entonces tal vez no entiendas
las profundidades de este amor.
Porque el amor mismo es la oración.
Y el que reza.
Y el anhelo y la luz.
Y la oscuridad y la respuesta.

Y por eso también rezo por ti.
Para todas tus partes en conflicto.
Por todos los niños que luchan dentro de ti.

Y rezo para que sepas
la Conciencia previa a la identidad.
Rezo para que sepas
el Yo Soy mismo.

Antes de ser palestino.
Antes de ser israelí.
Antes de ser judío, musulmán, cristiano,
budista, hindú o ateo.
Antes de la división misma.
Antes de cualquier noción de Dios o de su ausencia.
Antes del tiempo.
Antes de que todo esto comenzara.
Antes del mundo,
de la alegría y la tristeza de vivir.
Antes del territorio y de la historia.

Soy lo que eres.
Soy tu rabia, tu pena, tu soledad.
Tu miedo. Tu corazón vulnerable.
Tu impotencia. Tu temblor.

Y a través de estos ojos no duales,
tal vez finalmente podamos amarnos.
A pesar de nuestras creencias.
A pesar de nuestra antigua rabia y nuestro ansia de venganza.
A pesar de la religión.
A pesar de lo que los libros sagrados
nos dice que pensar.

Eres mi hermano.
Mi hermana.
Mi niño.
Mi madre.
Mi padre.

Rezo para que el amor impregne el mundo.
Antes de que sea demasiado tarde.
Rezo por el despertar.
Rezo por Palestina.
Rezo por Israel.
Antes de que sea demasiado tarde.
Rezo por todos los niños.
Todos los bebés.
Todas las madres y padres.
Hermanas y hermanos.
Amigos y enemigos.

Rezo por el fin de las hostilidades.
Antes de que sea demasiado tarde.
Rezo por todos aquellos que están asustados en este momento.
Rezo para que mi pequeña y triste oración ayude de alguna manera.
Incluso de alguna pequeña manera.
Incluso de alguna pequeña manera.
Rezo por ti.
Rezo por mí.
Rezo por nosotros.
Rezo…
Yo…

Jeff Foster



11 marzo 2022

Lo que ves en mí

Cuando una viejita murió en un asilo cerca de Dundee, en Escocia, todos estaban convencidos de que no había dejado nada de valor.
Después, cuando las enfermeras revisaron sus míseras pertenencias, encontraron una carta.
Su calidad y su contenido impresionaron a todo el personal.

Este poema, sencillo pero elocuente, decía así:
¿Qué ven hermanas?
¿Qué ven?
¿Qué piensan cuando me miran?
Una vieja malhumorada, no demasiado inteligente, de costumbres inciertas, con sus ojos soñadores fijos en la lejanía.
La vieja que escupe la comida y no contesta cuando tratan de convencerla "...venga mujer, haga un pequeño esfuerzo..."
La viejecita, que ustedes creen que no se da cuenta de las cosas que ustedes hacen y que continuamente pierde el guante o el zapato.
La viejecita, que contra su voluntad, pero mansamente les permite que hagan lo que quieran con ella; que la bañen, la alimenten, le regañen...
¿Es esto lo que piensan?
¿Es esto lo que ven?

Si es así, abran los ojos hermanas, porque esto que ustedes ven no soy yo!
Aunque me vean aquí sentada tan tranquila, haciendo todo tal y como me ordenan, les voy a contar quien soy yo:
Soy una niñita de 10 años que tiene padre y madre, hermanos y hermanas, que se aman.
Soy una jovencita de 16 años, con alas en los pies, que sueña que pronto encontrará a su amado.
Soy una novia de 20, mi corazón da brincos, cuando hago la promesa que me ata hasta el fin de mi vida.
Ahora tengo 25, tengo mis hijos, quienes necesitan que los guíe, tengo un hogar seguro y feliz.
Soy una mujer a los 30, los hijos crecen rápido, estamos unidos con lazos que debería durar para siempre.
Cuando cumplo 40, mis hijos ya crecieron y no están en casa, pero a mi lado está mi esposo que se ocupa de que no esté triste.
A los 50, otra vez, sobre mis rodillas juegan los bebés; de nuevo conozco a los niños, a mis seres amados y a mí.
Sobre mí se ciernen nubes oscuras, mi esposo ha muerto, cuando veo el futuro me erizo toda de terror!!
Mis hijos se alejan, tienen sus propios hijos; pienso en todos los años que pasaron y en el amor que conocí.
Ahora soy vieja... Qué cruel es la naturaleza!
La vejez es una burla que convierte al ser humano en un alienado.
El cuerpo se marchita, el atractivo y la fuerza desaparecen. Allí, donde una vez tuve el corazón, ahora hay una piedra.

Sin embargo, dentro de estas viejas ruinas, todavía vive la jovencita.
Mi fatigado corazón, de vez en cuando, todavía sabe rebosar de sentimientos.
Recuerdo los días felices y los tristes... En mi pensamiento vuelvo a amar y vuelvo a vivir mi pasado...
Pienso en todos esos años que se fueron demasiado rápido y acepto el hecho inevitable de que nada puede durar para siempre.

Por eso, gente, abran los ojos, abran sus ojos y vean!!
Antes ustedes no está una vieja malhumorada, antes ustedes estoy YO!!
Recuerden este poema la próxima vez que se encuentren con una persona mayor y a quien tal vez esquiven, sin mirar primero su alma joven... Y nunca se olviden de las viejas malhumoradas.



30 septiembre 2020

Adiós Quino, Gracias por Mafalda

Los domingos en mi niñez eran muy especiales, llegábamos a comer después de ir a la iglesia a la casa de los abuelos Puente, y en la tarde usualmente leíamos primero las historietas del periódico, y después le seguíamos con la colección de Mafalda de mi tía Aida Nohemi Puente... Nos atacábamos de risa y luego las compartíamos... Que bonitos recuerdos con las historietas... tan pequeños que estábamos, pero sí nos hacía reflexionar sobre el mundo, sobre otro país (Argentina) y lo parecido que era la situación en nuestro país. 

Gracias QUINO por tu ingenio y genio, gracias porque siempre ha habido algo de la Mafalda inquieta y que cuestiona dentro de mi.

Desde que empecé a trabajar he tenido en mi escritorio sus historietas en agendas, calendarios, etc. Hace años mi asistente que sabía me gustaba Mafalda me mandó hacer un calendario perpetuo de escritorio, ¡¡es único!!

Crecimos con las historias y los personajes, pero el legado se queda impreso, se queda en nuestra mente y corazón, intentaré dejar el legado a los sobrinos (aunque es muy difícil esta generación electrónica)... aún hay un libro que quiero, y espero comprar pronto. 

¡La vida es corta, por eso hay que leer y reír con Mafalda, la creación más famosa de Quino!



30 abril 2020

Cuidando al niño interior

A veces el niño herido que hay en nosotros necesita nuestra atención.

Ese niño pequeño puede aflorar de las profundidades de nuestra conciencia
y pedir nuestra atención.
Si eres consciente, oirás su voz pidiendo ayuda.
En ese momento, en lugar de contemplar un bello amanecer,
vuelve a ti mismo y abraza tiernamente al niño herido que hay en tí.
«Inspirando, vuelvo con el niño herido que hay en mí;
espirando, cuidaré muy bien de mi niño herido»
Para cuidar de nosotros mismos, debemos volver y cuidar del niño herido
que hay en nuestro interior.
Debes practicar cada día el volver a tu niño herido.
Abrazarlo tiernamente, como si fueras un hermano o una hermana mayor.
Y tendrás que hablarle.
Y también puedes escribir una carta al niño pequeño que hay en ti,
de dos o tres páginas, para decir que reconoces su presencia y que harás todo lo posible
para curar sus heridas.
Cuando hablamos de escuchar con compasión, normalmente creemos
que se refiere a escuchar a otra persona.
Pero también debemos escuchar al niño herido que hay en nuestro interior.
Está en nosotros aquí, en el momento presente.
Y podemos curarlo ahora mismo.
«Mi querido niño herido, estoy aquí por ti, listo para escucharte.
Por favor, cuéntame tu sufrimiento, muéstrame todo tu dolor.
Estoy aquí, escuchándote de verdad»
Y si sabes volver a él, escucharle cada día durante cinco o diez minutos,
la curación tendrá lugar.
Cuando subas una bella montaña invita al niño que hay dentro de ti
a subir contigo.
Cuando contemples una hermosa puesta de sol, invítale a disfrutarla contigo.
Si lo haces durante algunas semanas o meses, el niño herido que hay en ti se curará.
La plena conciencia es la energía que puede ayudarnos a hacerlo"

Thich Nhat Hanh


07 octubre 2019

Se trata de acercarte con compasión a quienes sufren y alentar sus vidas

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¿Hasta qué punto puede un ser humano reponerse a las heridas de la infancia? ¿Hasta que punto pueden un hombre o una mujer rehacerse desde de sus cenizas, desde la piltrafa humana en que la pobreza, la deshabilidad física o mental y la falta de amor y oportunidades lo han convertido? ¿Que puede hacerse cuando el ambiente nunca cesa de ser hostil? Borys Cyrulnik, autor de "Lo Patitos Feos" habla de la resiliencia que permite a un niño rescatar la fuerza interior que lo salve del desastre. Esta fuerza interior nace en el encuentro con un ángel (un amigo, un tutor, un maestro) que le sostenga en su caída y le recuerde su belleza y su dignidad. Pero para muchos, ese ángel nunca aparece.

Por eso es tan interesante la película de El Guasón (The Joker) que tuve la oportunidad de ver ayer con mi familia. Una historia fantástica pero tan real como la vida de tantos seres humanos. Una vida de abuso durante la infancia, una enfermedad mental, un ambiente donde nadie te ve como ser humano sino como basura no lleva a nada bueno.
Detrás de cada ser humano hay una historia que necesita ser escuchada. Por eso es necesario mirar a los seres humanos con compasión antes de juzgar.
Y recuerdo una frase muy profunda de Paul Ferrini: "Tu trabajo no es condenar, sino comprender y bendecir. Tu trabajo es ver el miedo en los ojos de la gente y recordarles que son amados. ¿Por qué querrías golpear, quemar o excomulgar a los que más amor necesitan?."
O la invitación de Eckhar Tolle: "Cuando te veas tentado a juzgar a una persona piensa: 'Si su pasado fuera tú pasado, si su dolor fuera tú dolor, si su nivel de conciencia fuera tú nivel de conciencia, pensarías y actuarías exactamente como él o ella'. Esta comprensión trae consigo perdón, compasión y paz".
Los desafíos son grandes: se trata de construir un mundo mejor, más justo, donde nadie tenga que arrastrarse en en lodo por no tener oportunidades. Se trata de acercarte con compasión a quienes sufren y alentar sus vidas. Se trata de no juzgar lo que no sabemos. Que distinto seria el mundo si miráramos a cada ser humano con compasión.

Miguel Torres

05 diciembre 2018

Cuando una mujer teje...

Cuando una mujer teje, teje sus sueños.

Cuando una mujer teje, teje con su madre, con su abuela, con sus ancestros entre los dedos.

Cuando una mujer teje, teje el futuro, los rostros que no conoce, las formas que no ha visto.

Cuando una mujer teje, crea una idea, brota una ilusión, nace una mirada.

Cuando una mujer teje, sabe de otras, las que mira, las que ve, las que no conoce.

Cuando una mujer teje es el colmo de la certeza... presiente a quien posará sus dedos sobre las lanas.

Cuando una mujer teje es una niña, jugando a imaginar lo bello de las tramas..."


Desconocemos el autor
Ilutración Lady Desidia



14 diciembre 2017

Escuchar

Cuando hablamos de escuchar con compasión, solemos pensar en escuchar a otra persona. Pero debemos escuchar también al niño herido que hay en nuestro interior. A veces precisa toda nuestra atención. Ese pequeñín puede surgir desde lo más profundo de tu conciencia y reclamar tu atención. Si estás atento, oirás su voz pidiendo ayuda. En ese momento, en vez de prestar tu atención a cualquier otra cosa que tengas delante de ti, vuélvete y abraza con ternura al niño herido.

Puedes hablarle directamente con el lenguaje del amor, diciéndole: en el pasado te deje solo. Escapé de ti, ahora lo lamento mucho. Voy a abrazarte. Puedes decirle: Querido estoy aquí para lo que necesites. Voy a cuidarte muy bien. Se que sufres mucho. He estado muy ocupado, te he desatendido pero ahora he aprendido una manera de volver a ti.
Si es necesario puedes llorar junto a ese niño cada vez que lo necesites y puedes sentarte a respirar junto a él.  Al inspirar vuelvo a mi niño herido, al espirar cuido bien de mi niño herido.


Thich Nhat Hanh
(El arte de cuidar a tu niño interior)


13 febrero 2017

Voy a seguir creyendo

Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza.
Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.

Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.
Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.
Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas.
Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristezas.
Invitaré a caminar al que decidió quedarse.
Y levantaré los brazos, a los que se han rendido.

Porque en medio de la desolación, habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros.

Y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol.
Y en medio del desierto crecerá una planta.
Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y una mariposa que nos brinde su belleza.

Gandhi



26 enero 2017

La bolsa de agua caliente

Esta es la historia de un médico que trabajó en África.

Una noche trabajé duro con una madre en su parto, pero a pesar de todo lo que pudimos hacer, ella falleció dejándonos un pequeño y prematuro bebé y una niña de dos años que lloraba desconsoladamente. 

Tuvimos grandes problemas para mantener vivo al bebé, no teníamos incubadora ni electricidad para hacer funcionar una.  
Tampoco teníamos alimento especial para estos casos. Aunque estábamos sobre la línea del Ecuador, las noches a menudo eran frías con peligrosos vientos. 
Una estudiante que me ayudaba fue a buscar una cobija de lana que teníamos para los bebés. Otra fue a atizar el fuego y a cargar una bolsa con agua caliente. Ella volvió casi inmediatamente muy preocupada para decirme que la bolsa se rompió al llenarla. (las bolsas de agua caliente se rompen fácilmente en climas tropicales). ¡Y era nuestra última bolsa!, exclamó. 

Como se acostumbra en Occidente, no hay que llorar sobre la leche derramada, de modo que en África central se puede considerar no llorar sobre bolsas de agua caliente rotas. Éstas no crecen en los árboles, y no hay farmacias en los bosques donde comprarlas. 

“Muy bien” dije, “pon al bebé lo más cerca posible del fuego y acuéstate entre el bebé y la puerta para evitar las corrientes de aire frío. Tu trabajo es mantener con calor al bebé.” 

Al mediodía, como hacía todos los días, fui a orar con los chicos del orfanato que querrían reunirse conmigo. Les daba sugerencias sobre cosas por las cuales orar, y también les conté del pequeño bebé. Les expliqué nuestro problema de mantener al bebé con calor suficiente, la bolsa de agua caliente que se había roto, y que el bebé podía fácilmente morir si se enfriaba. También les conté de su hermana de 2 años, que lloraba porque su madre había muerto. 

Mientras orábamos, una de las niñas, de nombre Ruth, hizo la usual sincera oración que los niños hacen en África. “Dios, por favor, envíanos una bolsa de agua caliente hoy, mañana será demasiado tarde porque el bebé habrá fallecido, por favor envíala esta tarde”. Mientras trataba de contenerme por la audacia de su oración, ella añadió: “y también ¿podrías por favor enviarnos una muñeca de juguete para la niña, así ella puede ver que Tú realmente la amas?” 

Como sucede a menudo con las oraciones de los niños, yo fui sacudido. 
¿Podría yo decir amén honestamente? 
¡Yo no creía que Dios podría hacer esto! 
Oh sí, yo sé que Él puede hacer todo; la Biblia dice así. Pero hay límites, ¿no es cierto? La única forma en que Dios podía contestar esta oración en particular, sería si alguien enviaba una encomienda desde el exterior. Hacía ya casi 4 años que estaba en África y nunca había recibido una encomienda. Y si alguien enviaba una ¿podría ser que incluyera una bolsa de agua caliente? ¡Yo vivía sobre el Ecuador! 

A media tarde mientras estaba dando clases al grupo de enfermería, me llegó el mensaje de que un vehículo había llegado a mi casa. Para cuando llegué a mi casa el vehículo ya se había ido, pero en la puerta había una caja de unos 11 kilos. Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas, no pude abrir la caja yo solo, llamé a los niños del orfanato para que me ayudaran. Con mucho cuidado sacamos los precintos y empezamos a desempacar con mucha emoción. Había unos 15 chicos observando la gran caja. Comencé a sacar yerseis de colores muy brillantes. Los ojos de los chicos estaban iluminados. Había vendas para los leprosos. También había pasas de uva que serían de utilidad para el fin de semana. Luego puse mi mano nuevamente en la caja y sentí… ¿podía esto ser cierto? Lo tomé y lo saqué. Sí. ¡Una bolsa de agua caliente nueva! Lloré, yo no había pedido a Dios que nos la mandara; yo no creí verdaderamente que Él podía. Ruth estaba en primera fila. Ella se adelantó y en alta voz dijo, “si Dios envió una bolsa de agua caliente, también debe haber enviado la muñeca”. Escarbando hacia el fondo de la caja, ella sacó una hermosa muñeca con un vestido de colores. ¡Sus ojos brillaban, ella nunca había dudado! Mirándome me preguntó, ¿ “puedo ir contigo y darle la muñeca a la niña, así ella sabrá que Jesús realmente la ama”? “Por supuesto”, respondí. 
Aquella encomienda había estado de viaje durante 5 meses, la habían enviado mis compañeros de escuela que tuvieron la impresión de obedecer a Dios e incluir una bolsa de agua caliente, aún para la línea del Ecuador. Y una chica había puesto la muñeca para una niña Africana 5 meses antes, en respuesta a la oración de fe de una niña de 10 años, y traerla esa misma tarde. 

“Antes que clamen, responderé yo… Isaías 65:24 

La oración es el mayor regalo que podemos recibir. No tiene costo, es gratis pero tiene muchas recompensas. Continuemos orando los unos por los otros.


25 enero 2017

Hablemos de superhéroes

Hace unos días en la visita periódica a uno de los hospitales, quedé maravillado con la historia de esfuerzo, fe, y actitud de Marco, David y los demás niños. Repetiré algo que ya había comentado, esos niños hace que con su sola presencia nuestras preocupaciones parezcan muy tontas.

Por un lado Marco que tenía una bacteria en su cuerpo lo llevó en dos meses a perder la movilidad de todo su cuerpo, provocándole 3 paros, un coma, y que hoy ante todo diagnóstico nos da muestra de que los milagros existen, ya que aún postrado en una cama, con traqueostomía, cada vez que lo visitamos nos regala su mejor sonrisa, y cada uno de sus logros como hoy que ya mueve sus brazos..

En otro lado David, con menos de 6 años, lleva tantas operaciones provocadas por su tumor en la cabeza, que lo hizo perder la vista, aparentemente, porque a veces da muestras de que sí ve algunas cosas...

Más niños como Antonio, Uriel, Isaac y más que nos regalaron su mejor sonrisa, pero sobre todo el esfuerzo que hacen para estar cada vez mejor...

Toda mi admiración y respeto por ellos.

Alguna vez me dijeron que los superhéroes solo existían en las caricaturas, películas, juegos, cómics, etc... y no lo creo, porque sí existen...

Porque Dios se vale de estos superhéroes para mantenernos de pie, en la fe y la esperanza de que lo mejor está por venir... Y cada uno de estos niños tenía esa particularidad, tenían uno o dos a su lado, sí, su madre, su padre o ambos.. que para mi en muchos de los casos son los superhéroes de muchas historias de vida... y que muchas veces no reciben la consideración que merecen, pero aún así lo dan todo por amor... Con sus caras de cansancio, sus pies hinchados, su mirada en la esperanza de que todo esto pase pronto, olvidándose de ellos mismos, algunos sin comer, sin dormir, etc... Pero siempre firmes, de pie, dispuestos a dar hasta su propia vida para que estemos mejor...

Hay que reconocerlos, amarlos y rezar por ellos... Porque han sido en muchos casos la fuerza para que no caigamos, o en su caso para levantarnos si hemos caído... y más.

Pero la realidad es que hay muchos héroes olvidados en la historia, en tu historia, en nuestra historia, o en la historia de muchos...

Los superhéroes sí existen, yo tengo varios, seguramente tú también, no olvides reconocerlos a tiempo.

Que tengan la mejor semana de su vida, pero sobre todo una increíble historia de vida.

Recuerden que un te amo, un abrazo, una llamada, un perdón, un te perdono, una visita, etc... a tiempo, puede evitar una vida de remordimientos.

A sonreír más y quejarnos menos.
¡Los quiero mucho!


Héctor Molina
(Cambiando historias)


18 enero 2016

El tarro del aburrimiento

(fragmento del artículo "Por qué el Aburrimiento es bueno para tu Hijo)

Si tu hijo se aburre, y tienes que ayudarle a pensar en alguna cosa que hacer, pásale la responsabilidad creando el Tarro del Aburrimiento, lleno de ideas escritas en trozos de papel. Cuando diga que se aburre, tendrá que coger tres papelitos del tarro y elegir una de las actividades. Aquí tienes algunos ejemplos de ideas que podrían estar en su Tarro contra el Aburrimiento:

Escribir una carta a la abuela
Correr dando vueltas al jardín tres veces
Poner algo de música y bailar
Escribir en un papel diez cosas que te gustan de cada miembro de tu familia
Cepillar al perro o darle un baño
Buscar formas en las nubes
Ver cuántas veces puedes acertar en la canasta de baloncesto
Hacer un dibujo
Lavar el coche
Planear una caza del tesoro con pistas
Montar en bici
Hacer un paisaje en una caja de cartón
Empezar un diario
Hacer papel de regalo casero
Organizar tu habitación
Escribir un cuento
Crear una obra de teatro con disfraces
Recortar fotos de revistas y hacer un collage
Sorprender a mamá haciendo la comida
Hacer un zoo con los peluches
Hacer y decorar un calendario, marcando las fechas importantes
Poner zumos y frutas cortaditas en moldes de hacer hielo y hacer cubitos de frutas
Crear un periódico familiar
Hacer un postre
Comenzar una colección (hojas, piedras, botones…)
Colgar una cuerda de tender la ropa en tu habitación y enganchar fotos de ella con clips para hacer un álbum
Inventar una actuación de circo
Hacer que tu habitación sea una selva
Hacer un recorrido de obstáculos
Hacer un mantel de juegos (solo hay que plastificarlo en alguna copistería de la zona)
Escribir un poema
Decorar alguna camiseta vieja con botones chulos
Empezar un club (de niños)
Usar tubos viejos de cartón y cajas para hacer un laberinto fantástico
Hacer arte aprovechando bisuterías o joyas antiguas
Leer un libro
Hacer una pelea de globos de agua (¡en el exterior!)
Memorizar un poema y recitárselo a tus padres
Hacer un barquito con una botella de plástico y palitos de helados (usar cinta adhesiva para pegar) y hacerlos flotar en el estanque
Dibujar una isla desierta y todas las cosas que te llevarías
Tapar los ojos a tu hermano o hermana y llevarle a dar una vuelta por la casa y el jardín, y luego intercambiaros
Jugar a algún juego de mesa
Crear tu propio juego de mesa
Intentar pintar un dibujo con tu pié
Pintar en la acera con tiza
Jugar al truquemé
Jugar a saltar a la cuerda
Jugar con pompas en el lavabo
Quitar las malezas del jardín
Limpiar el espejo con una esponja
Hacer un libro de chistes
Construir un fuerte con sábanas y almohadas
Hacer muñecos con calcetines viejos y botones
Hacer una lista de cosas divertidas que harías con un adulto

Lo ideal es que los mismos niños participen en hacer su tarro, -o si pueden que lo hagan solos- y que propongan ellos las actividades que quisieran hacer. La lista que aquí se presenta son solo sugerencias, se pueden incluir o no. Entre más participe el niño en hacer su tarro y se involucre en la actividad, lo hacemos más responsable de su propio aburrimiento, y por ende de sí mismo... Dependiendo de la edad del niño podemos ayudarle mucho o poco, y la actividad puede ser tan libre como el niño quiera o pueda, no tiene que ser dirigida por nosotros

24 diciembre 2015

Dios llegó

Si los medios de comunicación de hoy hubieran existido en 1809, toda las noticias se hubieran centrado en Austria. No en Inglaterra o en Estados Unidos. Las atención hubiera estado en Napoleón, nada hubiera sido tan importante como las batallas de Napoleón… Pero en el momento de esas batallas estaban naciendo bebés. A nadie le interesaban los bebés mientras en Europa se daba una tremenda batalla. Pero, una multitud de pensadores, personas innovadoras, estaban naciendo. Por ejemplo, William Gladstone cuatro veces primer ministro en el Reino Unido nació en Liverpool en ese año. El poeta Alfred Lord Tennyson nació en ese año. Oliver Wendell Holmes nació en Cambridge, Massachusetts. A pocas millas de distancia, en Boston, Edgar Alan Poe nació. Louis Braille, el que inventó el sistema de lectura para ciegos, nació ese año,. Y así fue Kit Carson explorador del oeste.  Había un médico y su esposa que tenía un hijo y le puso por nombre Charles Darwin. Y en una cabaña de madera rugosa en Kentucky, otro bebé nació de padres analfabetos, el nombre del bebé fue Abraham Lincoln. 

Todo eso y mucho más sucedió en 1809, pero ¿A quién le importaba? El destino del mundo se está formando en los campos de batalla de Austria. ¿Sería así? Realmente no era así. Sólo un grupo pequeño de aficionados a la historia, podría nombrar hoy siquiera campaña austríaca de Napoleón. Lo que parecía ser muy importante para el mundo ha demostrado ser más emocionante que un bostezo de un domingo en tarde. Lo que parecía totalmente insignificante era de hecho el principio de una era, el nacimiento de estos bebés. 

Así que vuelves mil ochocientos años antes de eso. ¿Quién podría haber pensado que el nacimiento de un bebé en Belén sería tan significativo? El mundo entero estaba viendo a Roma en todo su esplendor. El Imperio Romano era tan vasto como era vicioso. La intriga política, las tensiones raciales, el aumento de la inmoralidad y un enorme poderío militar captaba la atención de todos, Roma era la noticia. Todos los ojos estaban puestos en Augusto, César, quien exigió que se tomara un censo para aumentar los impuestos. En ese momento ¿A quien pudiera interesarles un matrimonio de jóvenes pobres haciendo un viaje al sur de Nazaret? ¿Qué podría ser más importante que la decisión de César en Roma? ¿A quién le importaba un niño judío nacido en Belén? 

Dios usó al “poderoso” Augusto como un mandadero para el cumplimiento de las profecías de Miqueas en el sentido de que el Mesías nacería en Belén, fue un peón en la mano del Señor, una pelusa en las páginas de la profecía. Mientras que Roma era aparentemente lo más importante, Dios llegó.

Charles Swindoll 

30 abril 2015

El niño y sus emociones

Las emociones ocupan gran parte de nuestra vida y son la causa más importante de felicidad o infelicidad.

Como padres podemos y necesitamos educar las emociones. Todos pensamos que un niño debe aprender a montar en bicicleta, comer con cubiertos y aprender a escribir, y que los padres debemos ayudarles en esos aprendizajes. Pero tan importante como esas habilidades está la capacidad de autocontrolar la ira, reflexionar antes de actuar, saber si estamos tristes y por qué.

Entender y controlar las emociones es parte muy importante de la Atención Plena y su relación con la inteligencia emocional y hoy sabemos que los niños que controlan sus emociones son más felices y se adaptan mejor a la escuela.

¿Qué podemos hacer como padres para educar las emociones de nuestros hijos? Estas orientaciones van dirigidas a ello:

-Fijarse en las emociones de los niños, pensar qué estarán sintiendo, “ponernos en su pellejo” (cosas insignificantes para nosotros pueden ser terribles para ellos), ser concientes de sus sentimientos, no solo de los negativos, también cuándo se sienten felices, orgullosos, etc.

-Identificar y ser conscientes de nuestras propias emociones y del modo como las enfrentamos, nos ayudará a entender mejor las emociones de nuestros hijos.

-Los adultos somos modelos para los niños aunque no lo quieran. El niño aprenderá de sus padres a enfrentar sus emociones a partir de la observación.
Si enfrentamos nuestras propias emociones adecuadamente, estaremos dando un buen ejemplo.

-Fijarnos en cómo juega el niño, qué dice a sus muñecos/as, etc., nos puede indicar lo que está sintiendo, lo que le preocupa, de qué se siente contento, etc.

-También las pesadillas ofrecen una oportunidad de observar sus preocupaciones, miedos, etc. Hay que calmar al niño después de una pesadilla y hacerle ver que lo que ha ocurrido no es real, pero a la vez podemos aprender más de nuestro hijo.

-Enseñarle a expresar sus emociones a través de las palabras, enseñándole los términos adecuados a sus sentimientos (“temeroso”, “contento”, “preocupado”, “relajado”, “envidioso”, etc.)

-Ante las emociones de los niños la mejor respuesta es darnos cuenta e intentar entenderlas. Negarlas (quitarle importancia) o evitarlas (distraer al niño o compensarle para que deje de sentirlas) suele ser contraproducente.

-Ver las emociones como una oportunidad de entrar en contacto afectivo con los niños, de entenderlos y luego poder enseñarles, en vez de ver la emoción como un conflicto o un problema.

-Dar respuestas a las emociones antes de que se salgan fuera de control. Hablar de las emociones antes de que estallen puede enseñar al niño a enfrentar momentos de crisis, como podría ser el caso de las rabietas.

- Animar a los niños a hablar de sus emociones, qué sienten y cómo se encuentran. Hay que ayudarles a expresar sus emociones a través de las palabras.

-Mostrarnos pacientes y cariñosos ante sus emociones, escuchándoles e intentando entenderles es el primer paso para intentar ayudarles y educarles.

-Cuando escuchamos atentamente la expresión emocional de un niño le estamos enviando el mensaje de que sus emociones nos importan.

-Además de las palabras debemos fijarnos en otras señales como el lenguaje no verbal o lenguaje corporal, el tono de voz, etc.

-A la hora de afrontar situaciones que crean malestar y emociones negativas hay que ayudarles a pensar en soluciones y a que sean ellos los que expresen sus propias ideas y soluciones.

- Es bueno enseñar a los niños a nombrar sus emociones. Por ejemplo, si un niño está llorando se le puede decir “Estás triste, ¿verdad?”, o si está enrabietado el comentar: “Ya veo que estás muy enfadado”, le ayudará a entender mejor sus emociones, al tiempo que se da cuenta que entendemos lo que le pasa.

-También es importante el enseñar a identificar las diferentes emociones. Para ello se puede jugar con marionetas, con muñecos, o simplemente pintándose los dedos con diferentes caras (triste, enfadado, alegre…) y haciendo que esos “personajes” hablen y cuenten sus sentimientos.

-Hay que hacerle ver al niño la diferencia entre los sentimientos y el comportamiento. Un niño que siente celos de su hermano pequeño intenta superar su frustración pegándole. Podemos aceptar el sentimiento del niño y a la vez no aceptar su manera de comportarse.

-En esos momentos, ayudaremos al niño si ponemos un nombre a ese sentimiento y hacemos entender al niño sus emociones, pero también le decimos que no es adecuado su comportamiento y que no lo vamos a tolerar, y por último le ayudamos a buscar una solución más adecuada al problema o conflicto con el que se encuentra.

A modo de ejemplo, le podríamos decir:

“Tu hermano te ha insultado y por eso te has enfadado. A mí me pasaría lo mismo si me sintiera insultado. Pero no creo que hayas solucionado nada habiéndole pegado. ¿cómo podrías actuar en otra situación parecida?”

El mensaje que le transmitimos de esta manera sería:

-Me importa cómo te sientes
-Sé como te sientes (empatía)
-Tu puedes buscar una manera mejor de comportarte.