Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
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30 agosto 2024

Demasiado Ocupado para Tiempo a Solas con Dios - 2

La semana pasada escribí sobre cómo descubrí el valor de una escapada tranquila, no sólo para la planificación de negocios sino también (y lo que es más importante) para abordar la dimensión espiritual de la vida. Mi aliento para tí es que decidas quedarse en silencio tan a menudo como puedas, acercándote a Dios y recibiendo de Él el alimento espiritual y la nutrición que es importante para experimentar una vida gratificante y plena tanto en los negocios, como en nuestra vida privada.

De todas las herramientas, estrategias y recursos disponibles para ayudarnos a ser eficaces y exitosos, he aprendido que la disciplina de un tiempo profundo y prolongado a solas con Dios supera con creces a todo lo demás. Más personas logran avances en su vida personal, profesional y espiritual como resultado de esta práctica que con cualquier otro método. Si nuestra meta es realizar y llevar a cabo el propósito que Dios nos ha dado, ¡entonces tiene sentido que dediquemos tiempo a escuchar al Dador del Propósito!

Al estudiar la vida y el ministerio de Jesucristo, encontramos que desde el principio Él encontró necesarios esos tiempos para llevar a cabo eficazmente Su misión: “Y levantándose muy de mañana, cuando aún estaba oscuro, salió y salió a lugar desolado, y allí oró” (Marcos 1:35),

Muchos de nosotros anhelamos escuchar la voz de Dios y el plan para nuestras vidas, pero el ajetreo de la vida cotidiana nos distrae. Por lo tanto, es fundamental que programemos intencionalmente más tiempo para encontrar un lugar tranquilo, lejos de todas las distracciones. Aquí recomiendo una manera enfocarnos:

1. Prográmalo. Reserva un día completo, si es posible. La noche a la mañana es aún mejor. A menudo se necesita medio día o más para sacar de la mente la modalidad de trabajo. Asegúrate de informar a las personas clave en su vida que te estás tomando un tiempo y que no podrás ser localizarlo.

2. Aislarse. Asiste a un centro de retiro, una casa en un lago, una casa en la playa, un campamento, una cabaña en la montaña u otro entorno privado. Cualquier lugar que sea tranquilo y donde puedas estar solo funcionará. Recomiendo no hacer esto en tu casa, ya que es muy fácil distraerse con visitas, proyectos, etc.

3. Desenchufe. Deja tu celular APAGADO. También la computadora y/o televisión.

4. Mantenlo simple. Trae tu diario, tu Biblia, música, tal vez un libro de un autor cristiano y un cuaderno para notas. Eso es más que suficiente. Quizás comiences con "Lo que quiero decirle a Dios". Luego, dedica más tiempo (la mayor parte del día) a leer, escuchar y escribir sobre “¿Qué está tratando de decirme Dios?” Por último, dedica tiempo (tal vez una hora) a escribir tus pensamientos sobre: “¿Qué es lo más importante que estoy escuchando de Dios y cuáles son las implicaciones en mi vida?”

5. Salga. Experimenta la maravilla natural de la creación de Dios.

6. Escríbelo. Anota tus pensamientos durante tu tiempo a solas. No solo te ayudará a mantener tu enfoque, sino que más adelante también podrás mirar hacia atrás y ver patrones, temas y oraciones contestadas a lo largo de tu viaje con el Señor.

7. Relájate. Disfruta tu tiempo. No sientas que debes estar orando sin parar. Camina, pesca, relájate.

8. Estate preparado.
Estarás distraído. Así es como estamos conectados. No te desanimes ante tu mente errante. Simplemente sigue centrándote en Dios y en lo que Él te está diciendo.

9. Espere oposición. Nuestro enemigo espiritual intentará descarrilar tu tiempo, muy probablemente uno o dos días antes de que vayas. El tiempo a solas con Dios no es algo que él quiera que hagas.

10. Sea medido. Piensa en lo que comerás y beberás, y cada cuánto. Demasiada cafeína, azúcar, alcohol o refrigerios pueden distraer o nublar su pensamiento y concentración.

Gary Tenpenny



26 octubre 2020

Las toxinas de la casa

LAS TOXINAS DE LA CASA SON:
1. Objetos que ya no utilizas. 
2. Ropa que no te gusta o no utilizas hace tiempo. Ropa interior rota. 
3. Cosas rotas. 
4. Viejas cartas y notas. 
5. Plantas muertas o enfermas. 
6. Recibos y revistas viejos. 
7. Zapatos estropeados. 
8. Cachivaches de todo tipo que llaman al pasado. 
9. Si tienes hijos, juguetes que no se usan, que no funcionan o rotos.

CON EL DESAPEGO:
1. La salud mejora. 
2. La creatividad crece. 
3. Las relaciones mejoran. 
4. Hay mayor capacidad de raciocinio. 
5. Mejora el humor.

PREGUNTAS QUE AYUDAN EL DESAPEGO:
- ¿Por qué estoy guardando eso? 
- ¿Será que tiene que ver conmigo hoy? 
- ¿Qué sentiré al liberar eso?

Separa y clasifica:
1. Para donar. 
2. Para tirar. 
3. Para vender.

LA LIMPIEZA DE ADENTRO SE REFLEJA POR FUERA.
1. Evita ruidos extremos. 
2. Menos luces fuertes. 
3. Menos colores saturados. 
4. Menos olores químicos. 
5. Menos recuerdos tristes. 
6. Termina proyectos inconclusos. 
7. Cultiva energía positiva en tu casa.

Haz una limpieza general y utiliza cajas para organización. 
Empieza por cajones y armarios y concluye cada pieza, haz todo a tu ritmo...
a) Basura. 
b)Arreglos. 
c)Reciclaje. 
d)En duda. 
e)Regalos. 
f)Donación. 
g)Vender.

Mientras ORDENES, observa lo que cambia en ti.
A medida en que limpiamos nuestra casa física, también colocamos orden a nuestra mente y corazón.
Practica el desapego con cosas materiales que solo llenan tu espacio y verás como poco a poco vas a poder hacer lo mismo con situaciones más trascendentales.
Bendecida vida sea para ti siempre



08 septiembre 2017

Ojalá el Wifi en los aviones nunca sea gratis

Aún recuerdo cuando viajar significaba desconectarse. Aislarse por un momento, días o semanas para estar con uno mismo de manera forzada o voluntaria. Hoy en día la obsesión del ser humano por mantenernos conectados convierte esos momentos en casi recuerdos.

Hace poco vi un reportaje del New York Times sobre la tecnología de entretenimiento en los vuelos comerciales. Cada vez más las aerolíneas apuestan por mejorar la experiencia de vuelo. No lo voy a negar, es genial poder ver películas a tu elección en un vuelo a Europa que además puedes pausar, adelantar y cambiar el idioma a tu antojo. Ahora también se puede jugar videojuegos, chatear entre asientos y hasta conectarse a internet.

Es fabuloso que toda esta tecnología pueda ayudarnos a sentir un poco más breve un vuelo de 14 horas. Pero también hay otro lado. No todos viajan por placer y hay una enorme cantidad de pasajeros en los aviones cuya razón son los negocios. Para muchos de ellos, los aviones y su “aislamiento” representan (aban) un preciado momento de desconexión. Durante el vuelo no hay forma de que el jefe te llame, te mande correos o mensajes. Estás en el aire y por ahora la vida se suspende en el trayecto.

Durante el tiempo de vuelo puedes hacer un montón de cosas que nuestra costumbre de pasar nuestra vida con un pantalla enfrente nos ha hecho olvidar. Leer un libro de papel, de papel! Platicar con tu compañero de asiento, meditar, pensar, dormir, relajarte, desconectarte, ver el cielo, el cielo!.

Yo personalmente encuentro en los trayectos de avión momentos extremadamente productivos donde he recuperado la lectura, he compuesto canciones, escrito muchos artículos y filosofado sobre la vida.

Ahora que el internet amenaza con llegar cada vez más fuerte y rápido a las cabinas aéreas, es posible que esto también se pierda. Estaremos conectados día y noche, en cielo y tierra. Ahora podrás recibir un mail a diez mil metros de altura y seguirás trabajando. Tu jefe podrá darte lata mientras te trasladas a alguna ciudad y podrás tener peleas por whats app con tu pareja.

También es verdad que el hecho de poder estar conectados durante un vuelo puede ayudar a la productividad, pero no tengamos miedo a descontarnos!. Cada vez será más difícil buscar lugares o momentos donde de verdad tengamos que desenchufarnos de la “realidad” y conectarnos a nosotros mismos.

No estoy diciendo que estoy en contra de la conectividad, pero ese lado adictivo de la tecnología me asusta pensando en el futuro. Si bien nuestra vida social se ha visto afectada gracias a los teléfonos inteligentes, no quiero pensar que pueda pasar cuando no haya rincón en la tierra (o en el cielo) donde no pueda llegar un mensaje de texto.

Ya escribí un articulo sobre viajar antes de los smartphones. Ojalá no llegue ese día donde estar conectado signifique todo menos estar presente.

Por eso digo que ojalá el WiFi en los aviones no sea gratis, para que por lo menos el precio por desconectarnos de la vida real vaya más allá del personal que de por sí ya es bastante alto y nos haga pensarlo dos veces.

Alan Estrada