Los domingos en mi niñez eran muy especiales, llegábamos a comer después de ir a la iglesia a la casa de los abuelos Puente, y en la tarde usualmente leíamos primero las historietas del periódico, y después le seguíamos con la colección de Mafalda de mi tía Aida Nohemi Puente... Nos atacábamos de risa y luego las compartíamos... Que bonitos recuerdos con las historietas... tan pequeños que estábamos, pero sí nos hacía reflexionar sobre el mundo, sobre otro país (Argentina) y lo parecido que era la situación en nuestro país.
Gracias QUINO por tu ingenio y genio, gracias porque siempre ha habido algo de la Mafalda inquieta y que cuestiona dentro de mi.
Desde que empecé a trabajar he tenido en mi escritorio sus historietas en agendas, calendarios, etc. Hace años mi asistente que sabía me gustaba Mafalda me mandó hacer un calendario perpetuo de escritorio, ¡¡es único!!
Crecimos con las historias y los personajes, pero el legado se queda impreso, se queda en nuestra mente y corazón, intentaré dejar el legado a los sobrinos (aunque es muy difícil esta generación electrónica)... aún hay un libro que quiero, y espero comprar pronto.
¡La vida es corta, por eso hay que leer y reír con Mafalda, la creación más famosa de Quino!