Esta mañana leía, un pasaje que me he repetido muchas veces, cuando por alguna razón intento levantar el dedo para juzgar, mi Maestro y Salvador Jesús me dice "No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás" Mateo 7:1-2, y entonces me pongo frente a mí misma, y comprendo que estoy aquí por Gracia, porque sinceramente nada somos o merecemos. Y entonces puedo ser más empática con mis semejantes, y entiendo que cuando intento levantar el dedo, yo misma tendría que evaluar mis acciones y mi vida, dejar mi gran ego de perfección y entonces ese deseo de juzgar se vuelve compasión, se vuelve empatía, y entonces cierro la boca, e intento no juzgar sino amar, y alentar o apoyar, así sin más, porque todos absolutamente en algún momento necesitamos rodearnos de un poco de eso.
¡Menos juicios, más amor y compasión!
A eso hemos sido llamados en este mundo.
¡Vivamos en la Gracia!
A eso hemos sido llamados en este mundo.
¡Vivamos en la Gracia!
Edith Reyna
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