Pensamos tan poco en la muerte que tenemos que poner un día en el calendario para acordarnos de ella.
Tan alejados estamos de la vida que olvidamos que hay muchas maneras de morir… o de no vivir:
Cada vez que te encierras en ti mismo
Cada vez que permites que te maltraten
Cada vez que dices sí cuando quieres decir no
Cada vez que guardas una sonrisa o un abrazo
Cada vez que no tomas responsabilidad de tu vida
Cada vez que renuncias a poner en práctica tus sueños
Cada vez que te olvidas de compartir con otros tu tiempo y tus riquezas
Cada vez, en definitiva, que no te amas y no amas a los demás pierdes una ocasión de celebrar la vida y trascender la muerte, pues el amor que se da no se pierde.
El siguiente cuento de Anthony de Mello nos habla de la vida y la muerte…
Todas las preguntas que se suscitaron aquel día en la reunión pública estaban referidas a la vida más allá de la muerte.
El Maestro se limitaba a sonreír sin dar una sola respuesta. Cuando, más tarde.
Los discípulos le preguntaron por qué se había mostrado tan evasivo, él replico:
- ¿No habéis observado que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente los que más desean otra vida que dure eternamente?
- Pero ¿hay vida después de la muerte o no la hay?, insistió un discípulo.
- ¿Hay vida antes de la muerte? ¡Esta es la cuestión! – replico enigmáticamente el Maestro.
Elisenda Pallas
Los discípulos le preguntaron por qué se había mostrado tan evasivo, él replico:
- ¿No habéis observado que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente los que más desean otra vida que dure eternamente?
- Pero ¿hay vida después de la muerte o no la hay?, insistió un discípulo.
- ¿Hay vida antes de la muerte? ¡Esta es la cuestión! – replico enigmáticamente el Maestro.
Elisenda Pallas
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