Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

26 febrero 2015

No tengo paciencia

Esta cita ha estado navegando por el internet como algo que Meryl Streep dijo o escribió, pero podría ser también el trabajo de un autor de autoayuda portugués llamado Jose Micard Teixeira.


“Ya no tengo la paciencia para ciertas cosas, no porque sea arrogante, simplemente porque he llegado a un punto de mi vida en donde no deseo perder más tiempo con aquello que me desagrada o me hiere. No tengo más paciencia para el cinismo, la crítica excesiva o las exigencias de cualquier índole. He perdido el deseo de agradar a aquellos a quienes no les gusto, de amar a quienes no me aman y de sonreir a quienes no me quieren sonreir.

Tampoco deseo gastar un solo minuto en aquellos que mienten o quieren manipularme. He decidido no coexistir más con las pretenciones, hipocresía, deshonestidad y falsos halagos. No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez academica. No me adapto a los chismes populares.

Detesto el conflicto y las comparaciones.

Creo en un mundo de opuestos y por lo mismo evito a la gente con caracter rígido e inflexible. En la amistad, detesto la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con aquellos que no saben como dar un elogio o una palabra de aliento. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad de aceptar a aquellos que no les gustan los animales. Y por encima de todo no tengo paciencia para quien no se merece mi paciencia.”



Aún no sabemos con seguridad quien dijo esto originalmente, y no estoy segura que esto importe de alguna manera. Pienso que necesitamos leerlo y recordar que necesitamos acercarnos a aquellas cosas y personas que realmente nos hacen brillar.


24 febrero 2015

Si amas a Dios

Si amas a Dios, en ninguna parte has de sentirte extranjero, porque Él estará en todas las regiones, en lo más dulce de todos los paisajes, en el límite indeciso de todos los horizontes.

Si amas a Dios, en ninguna parte estarás triste, porque, a pesar de la diaria tragedia, Él llena de júbilo el Universo.

Si amas a Dios, no tendrás miedo de nada ni de nadie, porque nada puedes perder y todas las fuerzas del cosmos serían impotentes para quitarte tu heredad.

Si amas a Dios, ya tienes alta ocupación para todos los instantes, porque no habrá acto que no ejecutes en su nombre, ni el más humilde ni el más elevado.

Si amas a Dios, ya no querrás investigar los enigmas, porque lo llevas en Él, que es la clave y resolución de todos.

Si amas a Dios, ya no podrás establecer con angustia una diferencia entre la vida y la muerte,
porque en Él estás y Él permanece incólume a través de todos los cambios.

Amado Nervo

23 febrero 2015

Viajar no es un acto de nacionalismo

En múltiples ocasiones he leído y escuchado la frase “primero hay que conocer tu país para luego salir al extranjero”. He de decir con toda honestidad que no puedo estar más en desacuerdo con ella. Aquí explico el porqué.

Las razones por las que los seres humanos viajamos son muchas y van más allá del simple hecho de visitar lugares bonitos. Si bien casi todos los seres humanos descubrimos la palabra viaje visitando algún lugar de nuestro propio país, es en los sitios más lejanos y opuestos a nuestra cultura donde encontramos su verdadero significado. Viajar no es un acto de nacionalismo.

Hablaré por mí.

Amo mi país, México. ¡Tenemos tanto y para todos! Playas, desiertos, selvas, ríos, lagos, ciudades enormes, pueblos mágicos, y más mucho más. Pero decir que he pisado todos los estados de la república es una mentira, he viajado mucho a través de ella, pero no, no conozco todos esos rincones, no conozco Campeche, no conozco Zacatecas y puedo seguir nombrando muchos otros lugares que me faltan por visitar. Pero no me siento mal, están en la lista. Ya los conoceré.

Me gusta visitar países lejanos porque soy un enamorado de Asia y porque al enfrentarme a un entorno tan ajeno al mío es donde más aprendo y encuentro crecimiento. Al tratar de entablar una conversación con un adolescente vietnamita, con una mujer china o con un nuevo amigo islandés se enriquece mi cultura y se acentúa mi mexicanidad. ¡Aquí estoy! Son mexicano y viajo por el planeta. Pero antes que nada soy un ciudadano del mundo, como los otros 7 mil millones de personas que habitan el globo terráqueo.

De esa forma le enseñé a una niña marroquí que México está en America, le expliqué a mi amigo Japonés por qué mi español no es como el de los españoles y celebré en Marruecos el legado de Cantinflas. Al mismo tiempo ellos me enseñaron parte de su cultura, de su forma de pensar y al final, entendí que todos somos iguales. Somos parte de lo mismo, de un gran todo.

Curiosamente he valorado más a mi país al visitar otras naciones porque veo lo que tenemos y lo que nos hace falta, porque entiendo el potencial y los errores que hemos cometido. Porque al viajar a otros países he descubierto que los mexicanos tenemos todo para vivir en el paraíso pero no hemos despertado. Pero no soy un viajero nacionalista, veo a mi país como parte de un todo, de un conjunto. 

¿Qué viajero de corazón no sueña con un mundo sin fronteras? Allí no cabe el nacionalismo.

Eso no quita en lo absoluto el amor que le tengo a mi patria ni lo mucho que disfruto viajar por sus ciudades, pero jamás usaré esa bandera para congratularme, para crear empatía. Estaría traicionando muchas de las libertades que me han regalado los viajes.

Durante décadas, grandes intelectuales y pensadores han hablado sobre el poder corrosivo del nacionalismo. Ese espíritu exacerbado que se utiliza por líderes hipócritas con fines de manipulación y mercadotecnia. Un nacionalismo alejado completamente de un verdadero amor a la patria. Los viajeros no podemos permitirnos tal tropiezo, ya lo dijo Camilo José Cela “El nacionalismo se cura viajando”.

No viajo sólo para ver lugares bonitos. Viajo para hablar sin idioma, para aprender de lo diferente, para rezarle a otros dioses, para tratar de entender la historia -por lo menos la que nos cuentan- y para borrar las fronteras de mi mente. Porque al viajar lo que nuestros ojos observan es sólo un canal para conectarnos con algo más allá de lo divino, de lo espiritual. Al final, el sitio es sólo un vehículo.

Viajar es una inversión y cada quien decide dónde hacerla de acuerdo a su gusto, necesidad, objetivo y posibilidades. Cada quien escoge su camino con base en el destino que quiere alcanzar. El viajero sigue a su llamado sin importar que tan cerca o lejos esté.

Como viajeros debemos celebrar la belleza del mundo y eso incluye el lugar donde vivimos, pero no lo pone en un lugar preferencial. Sólo así seremos finalmente dignos habitantes de este planeta tierra al cual llamamos hogar.

Alan Estrada
Tomado de: http://www.alanxelmundo.com/2014/04/14/viajar-no-es-un-acto-de-nacionalismo/

20 febrero 2015

Por una razón

Eres quien eres por una razón,
Eres parte de un plan minucioso,
Eres criatura singular, diseño hermoso,
Llamado por Dios hombre o mujer.

Vas tras la búsqueda de una razón,
Errores no comete Dios,
Te entretejió en el vientre, no eres ilusión.
Eres justo lo que él quería hacer.

A quienes tienes por padres él eligió,
Pesa a cómo te sientas por ello,
De acuerdo con su plan los escogió,
Del Maestro llevan su sello.
No fue fácil encarar esa emoción
Dios lloró al verte sufrir,
Lo permitió para formar tu corazón,
Para que a su semejanza puedas vivir.

Eres quien eres por una razón,
La vara del Maestro te formó,
Eres quien eres, por amor
La verdad, ¡hay un Dios!

Russell Kelfer

19 febrero 2015

4 años

Hoy nuevamente celebro que ya son 4 años de haber iniciado esta página que cada día trato de llenarla de cosas bonitas, historias, mensajes y lecturas dignas de leerse y compartirse.   He aprendido mucho y aún me falta mucho por aprender, además sé que también tengo algunos lectores frecuentes, y es algo de lo que estoy profundamente agradecida.  Mi amigo Guillem fue quien me empujó para iniciar y mira que ha sido un verdadero reto, pero sobre todo una bendición.  Gracias Guillem.

Empezé la página en un momento dificil de mi vida, y para obligarme a leer más porque necesitaba del auto conocimiento y estaba decidida a hacerlo.  Lo que pasó fue que al compartir unos temas con amigos, a la página ha llegado gente hermosa, y aqui estamos juntos compartiendo ideas e impresiones muy constructivas.  No soy experta en nada y de verdad, sólo comparto cosas que a mi me han servido y lo que leo desde hace muchos años.  Nadie tiene que creer en lo que lee aquí o en otras páginas o libros. Los textos son compartidos para inspirar un cambio, inspirar un camino y lo que sirve para uno tal vez no sirve para otro pero con tolerancia y amor, vamos construyendo un camino armonioso de unión, aprendo, reflexiono y doy gracias por cada uno por ellos.

Claro que tengo miles de problemas como todos pero con el tiempo, vamos aprendendo a lidiar de una forma mejor con ellos.  Trabajo, tomo cursos, tengo familia, a veces tomo fotos, y miles de cosas que hacer como todos. Alimentar la página implica leer (desearía poder leer más), editar textos (a veces), traducir, elegir imagines, programar las publicaciones, pero sin esperar nada a cambio, precisamente porque como he dicho, es para mi auto conocimiento y no para cambiar a nadie.  Si es util para mi, tal vez lo sea para alguien más. 


Una de las cosas que más me ha gustado de todo esto, es qué nunca ha dejado de haber algo que compartir, a veces mas frecuente, pero siempre hay algún texto... esto simplemente no deja de fluir... y mientras haya algo más que compartir... aquí lo dejaré plasmado.

¡¡Gracias por ser y estar!!
Los abrazo con mi corazón

Edith Reyna

18 febrero 2015

El peligro de la comodidad emocional

La primera vez que tomé un vuelo de una compañía estadounidense para ir a San Francisco me encontré con un catálogo de productos que se podían encargar en el mismo avión y que luego te enviaban a domicilio. En sus más de cuarenta páginas podías comprar cosas tan “útiles” como robots que lavaban a un gato doméstico, tapas de retrete que se iluminaban por la noche o estatuas de más de dos metros de alto, entre otros. Por aquel entonces, yo tenía veintitantos y confieso que me sorprendió tanto, que durante años conservé aquella revista como una pieza de museo. El catálogo tenía algunas cosas originales e incluso, prácticas; pero muchas otras me parecieron accesorios que luego acabarían decorando el desván de esas casas gigantes de muchos americanos. Por aquel entonces, me di cuenta que me faltaba mucho por conocer de la cultura de Estados Unidos y lo más importante: hasta dónde somos capaces de llegar para encontrar la comodidad en nuestras vidas. Nos llenamos de cacharros para sentirnos bien y el problema, más allá de nuestros pobres armarios, está en que la búsqueda constante de la comodidad la aplicamos a todos nuestros ámbitos, incluyendo el mundo emocional. Y aquí está el problema.

Pensamos que la felicidad consiste en estar siempre bien, sonriendo, pletóricos, como la publicidad se encarga de sugerirnos si compramos ese champú o ese coche. Pero es falso. Cuando se busca el bienestar en cualquier aspecto se corre el peligro de dar la espalda al malestar emocional y la felicidad no se basa en anular las emociones incómodas, sino en saber aceptarlas y aprender a gestionarlas.

Ya lo hemos dicho en algún otro momento, el dolor es inevitable. Muchas veces nos topamos con pérdidas no deseadas, decisiones de otros que nos parecen injustas o errores que cometemos que nos machacan.

Atravesar los momentos difíciles es también vivir y no quedarse dentro de fantasías o de películas de Hollywood con final feliz. Si actuamos con las emociones como hacemos con el dolor físico, corremos el riesgo de buscar esa pastilla que nos alivia cualquier mal momento. Y, cuidado, la química muchas veces es necesaria para situaciones realmente duras.

Pero si echamos un vistazo a los números de venta de ansiolíticos y antidepresivos vemos que estos van creciendo progresivamente. De hecho, uno de los diez medicamentos más vendidos del mundo es un antidepresivo con un crecimiento del 23 por ciento en el último año y la infelicidad mundial, me temo, no se ha reducido en estas proporciones.

Las emociones “incómodas” tienen un por qué en nuestra vida. La tristeza, la ira o el miedo son emociones básicas con las que nacemos todos los mamíferos.
Se procesan en nuestro sistema límbico y el motivo es muy sencillo: nos ayudan a sobrevivir. Si un niño no tuviera tristeza, no añoraría a sus padres, por ejemplo. Si no nos enfadáramos, seríamos incapaces de romper ciertas situaciones que nos dañan. Y si no sintiéramos miedo en determinados momentos, nuestra vida podría correr peligro. Cualquiera de estas tres emociones tienen un por qué.
Otra cosa es que se amplifiquen y nos paralicen o nos hagan tomar decisiones muy poco inteligentes, como cuando nos atenazamos por miedo o nos inflamamos de rabia. Daniel Gilbert, profesor de psicología de la Universidad de Harvard, va más allá. Nos dice que las emociones “negativas” son útiles porque nos permiten tener una brújula para apreciar las “positivas”.

Es decir, para valorar las cosas necesitamos contrastes y estos no surgen si siempre estamos sin problemas los 365 días del año. Y aún hay más. Si el aprendizaje nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos, lo que se aprende en los desiertos o en situaciones que nos superan, no ocurre en los momentos dulces.

Por ello, necesitamos aprender a convivir con los momentos incómodos y con las emociones que tienen tan poco marketing, como la tristeza, el miedo o la ira. La felicidad no está en la ausencia de dichas emociones ni en la adquisición de cacharros que nos hagan nuestra existencia más cómoda. Está en saber aceptar los reveses a los que nos enfrentamos y descubrir qué tenemos que aprender de cada uno de ellos.

Pilar Jericó

17 febrero 2015

Compasión

¿Recuerdas cuando tu idea de la compasión era unirse a alguien en su ilusoria historia de lo que estaba ocurriendo? Sentías “Tengo que apoyar su ilusoria historia para que él apoye la mía, y entonces realmente nos sentiremos unidos y más cerca el uno del otro”.

Pero el nivel de compasión del que hablo significa otra cosa. Esta compasión significa entrega a la Verdad. Y el primer movimiento de esta compasión tiene que ser hacia uno mismo.

El mundo está lleno de gente que quiere ser compasiva hacia todos los demás y salvar el mundo. Pero no quieren llevarlo hacia dentro de sí mismos porque eso eliminará el centro. Ese es el último acto compasivo, eliminar el centro. Luego sólo hay libertad – la libertad de despertar, la libertad de ser lo que uno ya es, que es espíritu, en lugar de la encarnación viva de una historia.

Así que esta consagración a la Verdad se convierte en un movimiento de compasión, no sólo para nosotros sino para otros, y empezamos a ver que lo que hacemos por nosotros mismos, automáticamente lo hacemos para los demás.

Adyashanti
(la danza del vacío)

16 febrero 2015

Dios va conmigo dondequiera que yo voy

Con el tiempo, la idea de hoy desvanecerá por completo la sensación de soledad y abandono que experimentan todos los que se consideran separados. La depresión es una consecuencia inevitable de la separación, como también lo son la ansiedad, las preocupaciones, una profunda sensación de desamparo, la infelicidad, el sufrimiento y el intenso miedo a perder.

Los que se consideran separados han inventado muchos "remedios" para lo que, según ellos, son "los males del mundo". Pero la única cosa que no han hecho es cuestionar la realidad del problema. Los efectos de éste, no obstante, no se pueden sanar porque el problema no es real. La idea de hoy tiene el poder de acabar con todo este desatino para siempre. Pues eso es lo que es, un desatino, por muy serias y trágicas que parezcan ser sus manifestaciones.

En lo profundo de tu interior yace todo lo que es perfecto, presto a irradiar a través de ti sobre el mundo. Ello sanará todo pesar y dolor, todo temor y toda sensación de pérdida porque curará a la mente que pensaba que todas esas cosas eran reales y que sufría debido a la lealtad que les tenía.

Jamás se te puede privar de tu perfecta santidad porque su Fuente va contigo dondequiera que tú vas. Jamás puedes sufrir porque la Fuente de toda dicha va contigo dondequiera que tú vas. Jamás puedes estar solo porque la Fuente de toda vida va contigo dondequiera que tú vas. Nada puede destruir tu paz mental porque Dios va contigo dondequiera que tú vas.

Comprendemos que no creas nada de esto. ¿Cómo ibas a creerlo cuando la verdad se halla oculta en lo profundo de tu interior, bajo una pesada nube de pensamientos dementes, densos y turbios que representan, no obstante, todo lo que ves? Hoy intentaremos por primera vez atravesar esa obscura y pesada nube y llegar a la luz que se encuentra más allá.

Hoy tendremos una sola sesión de práctica larga. Por la mañana, a ser posible tan pronto como te levantes, siéntate en silencio de tres a cinco minutos con los ojos cerrados. Al comienzo de la sesión de práctica repite la idea de hoy muy lentamente. No trates de pensar en nada en particular. Trata, en cambio, de experimentar la sensación de que estás sumergiéndote en tu interior, más allá de todos los pensamientos vanos del mundo. Trata de llegar hasta lo más profundo de tu mente, manteniéndola despejada de cualquier pensamiento que pudiese distraerte.

De vez en cuando puedes repetir la idea de hoy si observas que eso te ayuda. Pero sobre todo, trata de sumergirte tan profundamente como puedas en tu interior, lejos del mundo y de todos sus pensamientos disparatados. Estás tratando de llegar más allá de todo ello. Estás tratando de dejar atrás las apariencias y de aproximarte a la realidad.

Es perfectamente posible llegar a Dios. De hecho, es muy fácil, ya que es la cosa más natural del mundo. Podría decirse incluso que es lo único que es natural en el mundo. El camino quedará despejado, si realmente crees que ello es posible. Este ejercicio puede producir resultados asombrosos incluso la primera vez que se intenta, y tarde o temprano acaba por tener éxito. A medida que avancemos ofreceremos más detalles acerca de este tipo de práctica. No obstante, nunca fracasa del todo, y es posible tener éxito inmediatamente.

Usa la idea frecuentemente a lo largo del día, repitiéndola muy despacio, preferiblemente con los ojos cerrados. Piensa en lo que estás diciendo, en el significado de las palabras. Concéntrate en la santidad que esas palabras te atribuyen; en la compañía indefectible de la que gozas, en la completa protección que te rodea.

Puedes ciertamente permitirte el lujo de reírte de los pensamientos de miedo, recordando que Dios va contigo dondequiera que tú vas.


13 febrero 2015

¿Quién ha hecho la diferencia en tu vida?

Un profesor tenía la costumbre al final del año escolar de regalar a cada uno de sus alumnos una cinta púrpura que contenía las palabras: "Espero haber hecho la diferencia" impresas en delicada letras de color oro.

Cuando él entregaba personalmente la cinta a cada estudiante, le explicaba en que forma específica había contribuido a que esa clase fuera mejor.   Para cada joven tenía algo sincero y único.

Un día se le ocurrió al profesor observar que impacto tenía esa costumbre en la comunidad.
Para eso, decidió darle a cada estudiante tres cintas en vez de una, y le dijo a cada alumno que entregara las otras dos cintas a las personas que en su opinión habían hecho la diferencia en sus vidas.

Les dijo también a los jóvenes que al entregar la cinta le dijeran a la persona por qué se la regalaban
y en qué forma el elegido había hecho la diferencia.

Después de esto los estudiantes debían reportar en la clase cómo había sido la experiencia para cada uno.

Uno de los estudiantes que tenía un trabajo por horas en un restaurante le dio una cinta a su jefe, quien era un hombre descuidado, que difícilmente apreciaría el honor.

-Yo admiro y agradezco todo lo que usted ha hecho por mí - le dijo a su jefe y continuó- yo creo que usted es extraordinariamente creativo y además es una persona muy justa y generosa, ¿me permitiría ponerle esta cinta púrpura en su chaqueta, como un símbolo de mi gratitud y mi aprecio hacia usted?

El jefe del muchacho se sorprendió un poco, pero agradecido aceptó:
-Claro,-dijo éste- ¿por qué no?

-Además -dijo el estudiante- le voy a entregar estas cintas, para que usted las comparta de la misma manera, con quienes hicieron la diferencia en su vida, tal como yo lo hice con usted.  Esto es parte de una tarea de mi escuela.

-Muy bien -Le respondió el jefe-.

Esa noche el jefe regreso a su casa luciendo la cinta púrpura en su chaqueta, saludó a su hijo de 14 años y le contó: -Algo extraño me ocurrió hoy.
Uno de mis empleados me regaló esta cinta.
Mira lo que esta escrito en ella.
"Tu hiciste la diferencia"- decían las letras verdes.

-Además -continuó el padre-, el me dio otra cinta para compartir con alguien que para mí ha hecho la diferencia, con alguien muy especial, que significa mucho para mí.

Hijo -siguió diciendo el padre con calidez-, hoy ha sido un día muy difícil para mí, pero en el camino a casa me dije a mí mismo que si hay una persona en mi vida a quien le daría esta cinta es a ti.

Yo sé que muchas veces soy duro contigo porque no te va bien en la escuela, porque tu cuarto es un caos, porque me contestas en formas desagradables, pero hijo mío...
-el padre hizo una pausa, bajó la voz y puso su mano en el hombro del muchacho
- solo quiero decirte que tú y tu mama, hacen toda la diferencia en mi vida  y me gustaría que aceptes esta cinta, como un símbolo de mi amor hacia ti.

Yo se que debería decirte con más frecuencia lo que representas en mi vida, pero te amo y mi siento muy orgulloso de ti tal y como eres, eres un muchacho maravilloso".

Tan pronto el padre dejo de hablar, el hijo se soltó en un ataque de llanto, el padre lo abrazó en forma acogedora, mientras acariciaba la cabeza del muchacho, para tranquilizarlo.

-Perdóname hijo, ¿hice algo mal?

-No papá -contestó el joven-, yo había decidido suicidarme mañana, yo quería matarme porque yo estaba seguro de que yo no te gustaba a pesar de que yo hacia lo posible para agradarte... pero papá, perdóname. Todo ha cambiado ahora."

Sabes algo...Tu también puedes hacer la diferencia, crea hoy en tu vida la oportunidad para compartir
diciéndoselo a dos personas que para ti han hecho la diferencia, sé generoso y claro, diles lo que agradeces de ellos en tu vida.

Adelante, con mis mejores deseos.

Carlos Devis


11 febrero 2015

Silencio

Del silencio emergen las notas más elevadas de tus pensamientos
Del silencio surgen las preguntas más elocuentes que nacen en tu corazón
En el silencio existen las respuestas a nuestras más profundas inquietudes

En el silencio es donde podemos conseguir la paz que deseamos pero al mismo tiempo puede ser aquello que más nos quite la paz. 

En el silencio habita un sonido que sálo quien lo busca con anhelo lo percibe
El silencio en la mayoría de los casos es donde se resuelven los mas grandes acertijos.
El silencio tiene mas poder de control que las mismas palabras
El silencio te permite descubrir tu propia creatividad
En el silencio es donde puedes escuchar la voz de Dios....
 

Sólo el silencio tiene la característica de no ser nada pero a la misma vez serlo todo
Sólo el silencio es el único capaz de enseñarte de qué esta hecho el amor
 

El silencio que separa las notas musicales, es lo que nos permite amar la música, por que sin el, el sonido fuera sólo uno.
 

Es urgente de dediquemos más silencio a nuestras vidas.
Sólo en el silencio podrás experimentar la unidad y la individualidad de Dios
En el silencio habitan las manifestaciones de nuestro espíritu conjugadas en nuestra alma
 

Todo se crea en el silencio...Amo mi silencio!

Ariel Rico

10 febrero 2015

No te enamores de una mujer así...

No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe...

No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.

No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.

No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.

No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa..."

Martha Rivera Garrido, poeta dominicana

09 febrero 2015

Amor universal


Antes de nacer, antes de cumplir 5 años, 49 años, 84 años, antes de morir.
Antes de ser un estudiante, antes de ser un maestro, antes de ser un artista, antes de ser un comerciante, un médico, un monje, un cura, un granjero, un científico, un buscador espiritual.
Antes de ser cristiano o budista
Antes de ser bueno o malo, de estar en lo correcto o equivocado
Antes de ser un éxito o un fracaso
Antes de estar iluminado o no iluminado
Antes de ser un hombre o una mujer
Antes de ser este cuerpo o ese otro
Antes de ser alguien
Antes de ser "aquel que sabe"
Antes de ser "aquel que no sabe"
Antes de ser esto o aquello
Antes de ser algo
Antes de ser nada
Yo soy.
 

Esta nada que permite todo
Este inmenso espacio abierto,
Ilimitado, incomprensible,
En donde cada pensamiento, sensación, sentimiento, surge y desaparece,
Como olas en el océano,
Siempre presente,
Inmutable.
Yo Soy.

La vida misma.
Este misterio.
Creación, destrucción.

Como un aguacero en la inmensidad...

He nacido. Lo absoluto es relativo. Tiempo. Espacio. Expansión. Contracción. Inhalo y exhalo. Succiono el pecho de mi madre. Tengo 5 años, 49 años, 84 años. Crezco y aprendo. Soy estudiante, maestro, artista, bailarín, comerciante, doctor, místico, monje, cura, granjero, científico, aventurero, asesino, ladrón. Soy un hombre. Soy una mujer. Soy homosexual, heterosexual, negro, blanco, rico y pobre, amado y no amado.

Soy cada madre, cada padre, cada hijo, cada hija. Soy un esclavo en la antigua Roma. Soy un niño en las calles de Calcuta. Soy el sol en decadencia. El nacimiento de una estrella.

Jamás podré ser algo sin ser nada en absoluto.
Jamás podré ser nada sin ser todo lo que hay.
Esto es crucifixión y resurrección.
Esto es un amor más allá del entendimiento.
Esto es el palpitar del cosmos.
Yo soy Eso.

Jeff Foster

05 febrero 2015

No eres Tú, soy Yo...

¿Quién te hace sufrir? ¿Quién te rompe el corazón? ¿Quién te lastima? ¿Quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? ¿Quién controla tu vida?...
¿Tus padres? ¿Tu pareja? ¿Un antiguo amor? ¿Tu suegra? ¿Tu jefe?...

Podrías armar toda una lista de sospechosos o culpables. Probablemente sea lo más fácil. De hecho sólo es cuestión de pensar un poco e ir nombrando a todas aquellas personas que no te han dado lo que te mereces, te han tratado mal o simplemente se han ido de tu vida, dejándote un profundo dolor que hasta el día de hoy no entiendes.

Pero ¿sabes? No necesitas buscar nombres. La respuesta es más sencilla de lo que parece, y es que nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la paz. Nadie tiene la capacidad al menos que tú le permitas, le abras la puerta y le entregues el control de tu vida.

Llegar a pensar con ese nivel de conciencia puede ser un gran reto, pero no es tan complicado como parece. Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad. Y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.

Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que taladran nuestra mente como: ¿Por qué no me llamó? ¿No piensa buscarme? ¿Por qué no me dijo lo que yo quería escuchar? ¿Por qué hizo lo que más me molesta? ¿Por qué se me quedó viendo feo? y muchas otras que por razones de espacio voy a omitir.

No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.

Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda. Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos "lastimaron", siguen sus vidas como si nada hubiera pasado; algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.

Un claro ejemplo de la enorme dependencia que podemos llegar a tener con otra persona es cuando hace algunos años alguien me dijo:

"Necesito que Enrique me diga que me quiere aunque yo sepa que es mentira. Sólo quiero escucharlo de su boca y que me visite de vez en cuando aunque yo sé que tiene otra familia; te lo prometo que ya con eso puedo ser feliz y me conformo, pero si no lo hace... siento que me muero".

¡Wow! Yo me quedé sorprendido ¿Realmente ésa será la auténtica felicidad? ¿No será un martirio constante que alguien se la pase decidiendo nuestro estado de ánimo y bienestar? Querer obligar a otra persona a sentir lo que no siente... ¿no será un calvario voluntario para nosotros?

No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones.

Las frases que normalmente se dicen los enamorados como: "Mi amor, me haces tan feliz", "Sin ti me muero", "No puedo pasar la vida sin ti", son completamente irreales y falsas. No porque esté en contra del amor, al contrario, me considero una persona bastante apasionada y romántica, sino porque realmente ninguna otra persona (hasta donde yo tengo entendido) tiene la capacidad de entrar en tu mente, modificar tus procesos bioquímicos y hacerte feliz o hacer que tu corazón deje de latir.

Definitivamente nadie puede decidir por nosotros. Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad. No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía. No podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia. Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar aquello que nos sucede.

La siguiente vez que pienses que alguien te lastima, te hace sufrir o controla tu vida, recuerda: No es él, no es ella... ERES TÚ quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control.

"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino".


Viktor Frankl 


04 febrero 2015

El fuego

Dicen que hubo un señor que descubrió en la antigüedad el arte de hacer fuego.  Lleno de alegría quiso comunicar su arte a las demás tribus.  Se fue a una tribu del norte, donde hacía mucho frío, y les enseñó el invento.  Lo aprendieron en seguida y estaban tan contentos que fueron a darle las gracias al maestro.  Pero éste ya se había ido, porque era un hombre que solo le importaba el bien del prójimo.

Entonces fue a otro lugar a enseñar el arte de hacer fuego; pero en esta tribu primero lo recibieron los sacerdotes, que se quedaron perplejos: ¿de dónde venía la magia con la cual hacía este hombre el fuego?  Al ver el éxito que el fuego tenía en la tribu, los sacerdotes tuvieron celos y asesinaron al maestro, pero -para que el pueboo no los culpase- hicieron una gran escultura de él y lo subieron a un pedestal, junto con el invento de hacer fuego para que toda la tribu lo venerase. Y en aquel pueblo ya nunca hubo fuego, sino veneración y alabanzas.

Es necesario comprender que la verdadera oración es el fuego, y no la veneración ni la adoración de una imagen.  ¿Dónde está el fuego? "Yo he venido a traer fuego para que arda", dijo Jesús.  Hay muchos sacerdotes, pero pocos que sepan hacer fuego.  El fuego es el amor.

Anthony de Mello


03 febrero 2015

No creas todo lo que tú piensas

Sé muy prudente. Muchas personas han arruinado su vida, se han convertido en amargados e infelices por no tener esto en cuenta:

¡NUNCA CREAS TODO LO QUE TÚ PIENSAS!

Especialmente, los pensamientos en los que te invalidas.

Los pensamientos en los que te dices que no lo intentes.

Los pensamientos en los que te auto compadeces o te haces la víctima de los demás.

Los pensamientos con los que desestimas lo maravilloso que tienes.

Los pensamientos que te llevan a desconfiar o alejarte de la gente.

Los pensamientos en los que desconoces lo bueno de tu pasado.

Los pensamientos en los que no aprecias tus esfuerzos y logros.

Los pensamientos en los que no reconoces tu increíble capacidad de lograr lo que tú quieres.

Más que estar pendiente de lo que los demás dicen de ti, cuida permanentemente y con recelo lo que tú te dices a ti mismo. Cambia la forma de hablarte y mejoraras tu calidad de vida instantáneamente.

Carlos Devis