Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

28 abril 2014

Las percepciones del rey

Un poderoso Rey encontró finalmente el amor. Su joven esposa tenía todas las condiciones que un hombre pudiera desear en la vida. Además de ser hermosa y atractiva, era alegre y entusiasta, con un corazón amoroso siempre abierto a ayudar a los demás. El amor fluía entre ellos como en pocas ocasiones se había visto.

En los actos protocolares ella caminaba orgullosa a la par del Rey. Muy alagado el monarca pensaba: “Cuánto me quiere. Ella sabe que el protocolo indica que debe permanecer detrás de mí, que mis súbditos pueden ir a prisión si no hacen eso, sin embargo ella me ama tanto que siempre quiere estar a mi lado”.

En cierta ocasión, ella se disponía a comer una manzana. Era la última que quedaba y tenía un brillo que la hacía realmente apetitosa. En eso llegó el Rey y al ver aquella fruta resplandeciente manifestó su deseo de comerla. Ella lo miró con dulzura, le dijo que era la última que quedaba pero que no tenía problema en compartirla. Tomó un cuchillo, la cortó en dos y de inmediato le ofreció una de las mitades a su esposo. El monarca pensó: “Cuánto me quiere. Ella es capaz de compartir lo que sea conmigo. Qué suerte he tenido”.

Pasaron unos años antes que se presentaran problemas en la pareja. Tras un fuerte altercado, ella se retiró del amplio salón en el que discutían, dejando al Rey solo. De inmediato el soberano mandó a llamar a su consejero para quejarse amargamente de su esposa.

- Ella nunca me quiso – decía lleno de rabia -, cada vez que tenemos un acto protocolar es incapaz de permanecer detrás de mí, siempre se pone a mi lado y olvida que yo soy el monarca y que nadie puede ponerse a la par del Rey. Es una insolente, no me ama, no respeta la dignidad de mi majestad. Lo que siempre quiere es brillar ella por encima de mí.

- Pero su majestad – alcanzó a decir el consejero.

- No me interrumpa – gritó el Rey –. Definitivamente ella dejó de amarme hace mucho tiempo.

Recuerdo aquella vez que llegué hambriento, solamente había una manzana y ella fue incapaz de dármela. Lo único que alcanzó a hacer fue cortarla en dos y darme el trozo más pequeño. Que insolencia, tratar así al Rey, ¿no se da cuenta que ella es sólo un súbdito?

Y las quejas continuaron por mucho tiempo…


Un hecho puede ser visto desde distintas perspectivas por una misma persona dependiendo de su estado de ánimo y/o de la condición emocional en que se encuentra. ¿Cuántas veces hemos dejado que un pésimo estado de ánimo o una mala actitud mental desvirtúen la belleza, las virtudes y las bondades de quienes tenemos a nuestro lado?

24 abril 2014

No puedes tener a Dios y también tener miedo

Hablando en términos generales, la mayoría de las personas tienen miedo de su potencial y de convertirse en aquello que imaginan en sus momentos más gloriosos y perfectos.  En consecuencia, el miedo se convierte en nuestro estado habitual y evitamos de forma sistemática nuestra divinidad.

Sugiero que tu máximo potencial es llegar a conocer tu propia divinidad.  Sin embargo, tu condicionamiento te ha hecho creer que es casi sacrílego suponer que eres divino.  Te han dicho que la divinidad es para Dios y quizá sus santos elegidos, pero no para ti.  Así, el miedo a tu potencial te impide conocer a Dios y acceder a las soluciones espirituales.

Básicamente, hay dos emociones predominantes: el amor y el miedo.  Y esos estados emocionales no pueden experimentarse al mismo tiempo.  Si tienes miedo has eliminado el amor, y viceversa.  Las escrituras nos recuerdan: "el amor perfecto arroja de sí todo miedo".  También nos dicen una y otra vez: "Dios es amor, y el que mora en el amor mora en Dios y Dios en él" (1 Juan 4:16).  Así que evidentemente, la solución consiste en deshacerte de todo miedo y la única manera de hacerlo es pararte en un momento de miedo y ver si puedes sustituirlo por amor.  En el momento en que sustituyes el miedo por amor has introducido una solución espiritual al problema que rodea al miedo.  Recuerda siempre, en momentos de miedo, que Dios no puede residir donde reside el miedo.

Estoy seguro de que conoces el dicho de que nuestro mayor miedo es el miedo a lo desconocido.  Si es cierto, ¿cómo podemos remediarlo?  Familiarizándonos con aquello que desconocemos y que tememos.  Entonces desaparecerá.  ¿Y qué es lo que creemos desconocido?  Dios, el espíritu, la consciencia superior y, en definitiva, el amor.  Cualquier miedo que albergues te hace señor de un fantasma.  Afróntalo, siéntelo.  Elimina el miedo sintiendo que el amor o la presencia de Dios reside en el mismo lugar en que estaba el miedo.

He descubierto que en mi vida raras veces tengo miedo.  Los viejos miedos al fracaso, o a tener que soportar la desaprobación de los demás, o a no saber cómo saldrían las cosas simplemente ya no prosperan en mi mundo interior.  No es porque haya alcanzado cierto nivel de éxito, o de posesiones materiales (sé por experiencia que las personas que consiguen un alto nivel de éxito material tienen mucho miedo de perderlo), sino porque tengo sentimientos de amor más fuertes de los que tenía.  Y porque sé que nunca estoy solo o separado de Dios.  Si descubres que lo que más temes es tan sólo una ilusión de la mente, ya sabes cuál es el siguiente paso en tu desarrollo.  La erradicación de ese miedo, en definitiva, se logra con la introducción del espíritu, que no puede vivir en el mismo espacio que el miedo.

No puedes tener a Dios y también tener miedo.  Sólo un ateo teme y cualquiera que tema es ateo.  Todo miedo significa que no se cree en Dios en ese momento.  Ten presente estas dos observaciones.  Una es de las Escrituras: "No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo" y una de los sufies: "Tu mayor don reside tras la puerta llamada miedo...".

Wayne W. Dyer

22 abril 2014

El árbol del conocimiento

El árbol del conocimiento

“De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal
no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.”

Génesis 2:17


¿De verdad quieres saber qué es esa cosa de allí? Pues entonces deja que se calle la mente. Ve, camina hacia allí. Toca esa cosa que llamamos “árbol”. Siente sus formas, su textura. Escúchalo. Huélelo, pruébalo incluso. Fíjate en todas las criaturas que viven en él. Obsérvalo detalladamente: esas formas increíbles, repartidas por la corteza, esos líquenes que crecen en el tronco. Míralo con atención, con más atención.

¿De verdad es un “árbol”? ¿De verdad sirve esa palabra para reflejar lo que es?

La palabra “árbol”, el concepto, los conocimientos al respecto… todo eso son cosas del pasado, cosas muertas. Sin embargo, esto, sea lo que sea, está vivo. Un instante nunca es igual al siguiente, y una cosa que está viva nunca puede ser captado por algo que está muerto. Sólo un pensamiento podría decirte lo contrario.

Y este “árbol” no es un ente ajeno a las pequeñas criaturas que viven en él, a los nutrientes y los microorganismos del suelo de los que se alimenta, a los líquenes que aparecen por uno de sus lados, a las gotas de lluvia sin las que moriría, a la ardilla que acaba de trepar a lo alto de su copa, a mí mismo cuando apoyo la mano en su corteza, cuando respiro el aire del que él también depende. Todo depende de todo. Este “árbol” no es un ente aislado de todo lo demás. “Árbol” no está aislado del resto de la realidad, de todo lo que llamamos “no-árbol”. ¿Dónde se puede ubicar entonces el límite entre el “árbol” y “no-árbol”? ¿Cómo se puede limitar la realidad? ¿Cómo iba yo a saber dónde poner el límite?

La realidad es una totalidad única que el pensamiento mata, corta en pedazos, convierte en conocimientos anquilosados, procesa en términos de pasado, porque la mente es incapaz de comprender ese gran misterio que llamamos vida, es incapaz de tolerar el hecho de que la vida no tenga centro. Por tanto, lo que hace es reducir la realidad, fragmentarla, llamar a esto “árbol”, agruparlo junto con todas las cosas que se le parecen –que también reciben el nombre de “árbol”-, y hacer todo esto en nombre del conocimiento, en nombre de la ciencia.

Sin embargo, eso es mentira, es una mentira que la mayoría de nosotros llevamos creyendo toda la vida. No es un árbol. Es lo que es y nosotros lo señalamos y lo llamamos árbol, y nos olvidamos de que no es un árbol sino un misterio divino, y de que el nombre “árbol” es un cuento, un objeto mental, un espejismo.

No obstante, a la mente le satisface la palabra “árbol”, ¿no? Una vez que dispone del concepto “árbol”, puede dedicarse a crear todo tipo de teorías sobre los árboles y su funcionamiento. Y, sin embargo, los árboles del conocimiento, los árboles de la ciencia, son árboles de la mente. Come del árbol del conocimiento y morirás. Te quedarás atrapado en el pasado, en un pasado que te tortura.

Pero ven aquí. Toca esta corteza. Siéntela mientras contemplas tu “árbol”. ¿Qué es lo real?

Jeff Foster


Ahora deja de leer y ve hacia el árbol y míralo, tócalo. ¿Qué es lo real?


21 abril 2014

Algo muy grave va a sucederle a este pueblo

Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno con una expresión de preocupación en su rostro. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:

- “No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo”.

El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:

- “Te apuesto un peso a que no la haces”

Todos se ríen. El se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Y él contesta:

- “Es cierto, pero me he quedado preocupado por algo que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a sucederle a este pueblo”.

Todos se ríen de él, y el que se ganó su peso regresa a casa, donde está con su mamá. Feliz con su dinero dice:

- “Le gané este peso a Dámaso de la forma más sencilla porque es un tonto”

- “¿Por qué es un tonto?”

- “Porque no pudo hacer una carambola sencillísima preocupado porque su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.”

Su madre le dice:

- “No te burles de los presentimientos de los mayores porque a veces se hacen realidad… ”

Una pariente oye esto y va a comprar carne. Le pide al carnicero:

- “Deme un kilo de carne”, y en el momento que la está cortando, le dice “mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado”.

El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar le dice:

- “Mejor lleve dos kilos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas”.

Entonces la señora responde:

- “Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos…”

Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega un momento en que toda la gente en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde alguien dice:

- “¿Se han dado cuenta del calor que está haciendo?”

- “¡Pero si en este pueblo siempre hizo calor! Tanto calor que los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.”

- “Sin embargo” -dice uno-, “a esta hora nunca hizo tanto calor.”

- “Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.”

- “Sí, pero no tanto calor como ahora”. Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:

- “Hay un pajarito en la plaza”. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.

- “Pero señores, siempre hay pajaritos que bajan.”

- “Sí, pero nunca a esta hora”. Es tal la tensión de los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.

- “Yo que soy muy macho” – grita uno – “Me voy”.

Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que los demás dicen:

- “Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos”. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:

- “Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa”, y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.

Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra; en medio de ellos va la señora que tuvo el presentimiento y le dice a su hijo :

- “¿Viste mi hijo que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?”.


un cuento que fue narrado por Gabriel García Márquez en un congreso de escritores

14 abril 2014

Desiderata

"Camina plácido entre el ruido y la prisa,
y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.

En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara,
y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante,
también ellos tienen su propia historia.

Evita a las personas ruidosas y agresivas,
ya que son un fastidio para el espíritu.

Si te comparas con los demás,
te volverás vano y amargado
pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera,
por humilde que sea,
ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios,
pues el mundo está lleno de engaños.
Mas no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe,
hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales,
la vida está llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo,
en especial no finjas el afecto,
y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años,
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas,
muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Sobre una sana disciplina,
sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo,
no menos que los árboles y las estrellas,
tienes derecho a existir,
y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios,
cualquiera que sea tu idea de Él,
y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.
Sé alegre, esfuérzate por ser feliz".


Desiderata (del latín desiderata "cosas deseadas", plural de desideratum) es un poema muy conocido sobre la búsqueda de la felicidad en la vida. Sus derechos de autor son del año 1927  y pertenecen a Max Ehrmann.  Desiderata fue publicado en 1948 (después de la muerte de su autor) en una colección de poemas titulada Desiderata of Happiness, recopilados por la esposa de Ehrmann.

11 abril 2014

¿Qué esperas para reir?



Descubre los beneficios del humor y la capacidad de juego.
Es el mes del Niño y estamos a un paso de salir de vacaciones, por lo que anticipamos momentos en los cuales divertirnos, reírnos y jugar. El humor y la capacidad de juego es una de las fortalezas de carácter que describen Martin Seligman y Chris Peterson, fundadores de la psicología positiva, en su tratado acerca del carácter y la virtud [1]. Quizá te parezca sorprendente pensar en el humor como una fortaleza de la misma naturaleza que la prudencia, la justicia o la bondad, que siempre hemos visto como cualidades morales. Te invito a descubrir los beneficios del humor y cómo esta fortaleza contribuye al bienestar.

Cuando describimos a alguien con buen humor, generalmente recordamos a una persona que sonríe y sabe hacer reír. Quizá lo logra porque es juguetón, sabe disfrutar con las incongruencias que ocurren en la vida, o incluso inventarlas. También es alguien que frente a la adversidad se mantiene ligero y alegre.

La vida humana está llena de contradicciones, pero el humor señala las incongruencias, lo que es absurdo, y esto facilita mantener el ánimo en las dificultades. En nuestro país es común que después de una desgracia natural o una medida política poco favorable se inventen chistes, pues el humor libera la tensión y permite sobrellevar los problemas.

De acuerdo a Seligman y Peterson, el humor y la capacidad de juego son una fortaleza que se clasifica dentro de las virtudes de trascendencia, pues permiten cambiar de perspectiva, mirar más allá de lo inmediato y dar a las cosas o las situaciones su justo valor. El humor es un signo de madurez, que se desarrolla al experimentar las imperfecciones del mundo.

Humor sin risas amargas
Como fortaleza de carácter, el humor hace sentir bien y no demerita a otros. El humor es benévolo y tiene un corazón empático. Existen otras actitudes que pueden provocar risas, pero a costa de otro. Por ejemplo, alguien que emplea un ingenio agudo, muestra superioridad; reírse del ridículo de otra persona, comunica arrogancia; o la ironía, que es hostil y hiere. En su libro Pequeño tratado de las grandes virtudes, el filósofo André Comte-Sponville señala: “La ironía puede matar; el humor ayuda a vivir. La ironía quiere dominar, el humor libera. La ironía es despiadada; el humor es misericordioso. La ironía es humillante; el humor es humilde”. En resumen, el humor provoca bienestar y hace sentir cómodo a quien lo genera y a quien lo recibe; no causa daño, sino que facilita las relaciones sociales.

Los beneficios del humor
El Dr. Paul McGhee se ha dedicado a investigar el humor, sus beneficios y cómo ejercitarlo. En sus libros también aconseja cómo adquirirlo, pues dice que hay personas que han sido tan serias y sombrías que parece que tienen una enfermedad: la “seriedad terminal”. Este investigador señala que el motor del humor es la capacidad de juego, por lo que los factores que motivan o inhiben el juego son los mismos que afectan el humor.

El Dr. McGhee ha encontrado que el buen humor favorece un sistema inmunológico más fuerte, así como también la reducción del nivel sanguíneo de las hormonas del estrés y contribuye a disminuir el dolor. La risa, además, también aumenta el nivel de endorfinas, un neurotransmisor que se produce durante el ejercicio o el contacto físico.

En cuanto a los beneficios psicológicos, el humor es una conducta de adaptación, que nos ayuda a ser más resilientes, pues permite cambiar la negatividad en positividad. El juego y el humor señalan los absurdos y permiten encontrar nuevas soluciones, muchas veces inesperadas, a los problemas que se presentan en la vida.

Con tantos beneficios, ¿qué esperas para reír?



[1] Seligman, M; Peterson, C. Character Strengths and Virtues. APA, Oxford University Press. NY, 2004.



09 abril 2014

Siempre que camines, derriba los puentes que hayas cruzado para que no haya posibilidad de volver.

El ayudante del facilitador dice que ese grupo fue mejor que el anterior, que tenía más intensidad, más dinamismo.

"Trabaja como si estuvieras prácticamente loco. Tengo la sensación de que todavía te contienes mucho, de que no te implicas totalmente y te quedas en la periferia. Siempre dejas un espacio al cual poder retirarte en caso de que las cosas se vuelvan excesivas. Siempre que camines, derriba los puentes que hayas cruzado para que no haya posibilidad de volver. Cuando hayas escalado a determinada altura, tira la escalera. De ese modo, no te quedará más remedio que seguir adelante o morir, pero no podrás volver. No crees nunca una situación en la que puedas retirarte dentro de ti mismo siempre que quieras. No; si lo haces, no te convertirás en un auténtico facilitador, y a mí me gustaría que te conviertas en uno.

Ser un ayudante es distinto, porque trabajas como una sombra y la responsabilidad no es tuya. Pero una vez que te conviertes en facilitador, toda la responsabilidad recae sobre ti y ya no vale estar precisamente al cincuenta por ciento. Explota, y explota al cien por cien. Solamente podrás ayudar a otras personas si explotas. Si el grupo siente que tú estás desganado, ellos estarán aún más desganados. Si tú estás al cincuenta por ciento, ellos sólo estarán al veinte por ciento. El grupo sólo funcionará a la mitad de lo que funcione el facilitador. Para comenzar a evaporarte tienes que hervir al cien por cien. Sólo entonces se atreverán a ir contigo.

Lo fundamental en todas las terapias, en todos los procesos de grupo, es conseguir crear una situación en la que la gente se pueda atrever, eso es todo. No importa cómo la crees. Tú les das un impulso y un reto. Tú abres un abismo ante ellos y los tientas a que salten. Hace falta el grupo, porque si están solos nunca se atreverán a saltar, tendrán mucho miedo.

Pero cuando ven que se puede saltar y seguir vivo y, no sólo eso, sino más vivo que nunca, cuando ven que el abismo no es muerte, sino vida en abundancia, cuando ven que el que lo hizo primero ganó algo, que no perdió nada, que se enriqueció y ganó vitalidad, comienzas a atreverse. Primero se atreve una persona, luego lo sigue otra y después otra, y después se convierte en algo sencillo, en un fenómeno muy sencillo. Pero tú mismo tienes que ser valiente. De modo que en el siguiente grupo atrévete todo lo que puedas. Y no es algo en lo que te puedas exceder. Todo lo que hagas será siempre menos de lo que puedes hacer. Bien".

Osho


04 abril 2014

Depresión por amor

Todo el mundo tiene la capacidad para superar las situaciones más adversas y encontrar una manera de ser feliz al margen de la persona amada, cuando esta ha decidido no aceptar la propuesta de la contra-parte.
Existen algunos puntos que poniéndolos en práctica funcionan contra este tipo de depresión amorosa.

1) Detener la espiral negativa.
No tiene mucho sentido estar constantemente pensando en la persona que te ha rechazado o es inalcanzable para ti. Esto hace que tu depresión se retroalimente. Este es un hábito destructivo que merece ser roto.
Realiza actividades que requieran un mínimo de concentración para que tus pensamientos se desvíen del foco de tu depresión.

2) Aceptar la decisión de la persona amada. Evita resistirte.
La aceptación de su decisión es un paso clave para cerrar página. La depresión surge porque tu corazón se resiste a aceptar que la otra parte ya no te quiere.

3) Buscar alternativas.
Puedes:
- seguir con tu vida y volver a disfrutar de actividades que habías olvidado;
- cultivar tus intereses y hacer algo productivo con ellos;
- volver a abrir tu corazón a otras personas;
- aprender a ser fuerte superando esta etapa con éxito.

4) Buscar y aprovechar al máximo las distracciones.
Cultiva tus aficiones, ve tus películas favoritas o pasea con un amigo(a) de confianza. Cuando el ánimo está bajo, hay que hacer algo para llevarlo a la cima. La acción es siempre el mejor antídoto para el abatimiento y la negatividad.

5) Busca y encuentra la lección aprendida.
Ser rechazado nunca es agradable pero cada vez que algo así nos sucede, hay algo que podemos aprender sobre nosotros mismos, sobre cómo se desarrollan las relaciones o se desvanecen.
Busca la lección que esconde esta experiencia y aplícala a relaciones futuras.

6) Comparte tu desánimo con alguien de confianza.
Puede ser un amigo, tu madre o un terapeuta, pero que sea alguien con quien te encuentres cómodo(a). Al explicar a los demás lo que sientes, la carga se vuelve menos pesada y puedes seguir en marcha.

7) Involúcrate con las cosas que suceden a tu alrededor.
La vida no se para, continúa. La depresión tiene la costumbre de mantener a la persona en su casa, donde se siente peor. Sal a la calle.

8) Relájate.

 Tienes un montón de tiempo para encontrar el amor. Puede aparecer incluso cuando tengas 90 años.

Don Emilio Garza R.

03 abril 2014

¿Es la depresión un simple llamado al despertar espiritual?

Déjenme contarles una historia acerca de la vida y la muerte, y los misterios que ocurren en el inter.

Recientemente charlaba con una mujer que estaba ocupada planeando su suicidio. Estaba poniendo en orden sus asuntos financieros, pagando sus deudas y tratando de encontrar unos padres adoptivos que pudieran hacerse cargo de la crianza de su pequeña hija, quien quedaría huérfana después de quitarse la vida. Ella había estado amenazando con suicidarse durante años, y ahora, finalmente, estaba decidida a hacerlo. Sus amigos y familiares, desesperados, habían intentado detenerla, sin embargo ella estaba completamente decidida.

“Esto es todo. He terminado. Mi tiempo aquí ha acabado,” me dijo de una manera tan casual al inicio de nuestra sesión. Todo se había convertido en una carga para ella - su insatisfactorio trabajo, sus necesitados amigos, su brillante pero hiperactiva mente, su fallida búsqueda de un compañero de vida. Incluso su hija la estaba volviendo loca con sus incesantes demandas. Estaba completamente exhausta de ayudar a todos todo el tiempo sin recibir nada a cambio y veía al suicidio como una 'lógica' e 'inteligente' solución a su problema de vida.

Dejé que hablara y hablara. Tenía demasiadas cosas que decir y yo intervenía muy poco. Simplemente me puse de su lado, sintiendo y viendo el mundo desde su punto de vista, permitiendo que mi experiencia fuera la suya, íntimamente. Esto fue fácil porque en mi experiencia conocía muy de cerca ese lugar de absoluto agotamiento y desesperación, ese lugar en donde yo 'había tratado de salvar a otros con mucho esfuerzo sin recibir nada a cambio', ese lugar en donde tal parece que la muerte resultaría ser una bendición y una liberación.

Me uní al club de '¡Nuestras Vidas Son Demasiado y Ya Estamos Hartos! (la membresía es gratuita). Y éramos los fracasados, los incomprendidos, los nunca bien amados, los nunca apreciados, los que anhelan un profundo descanso. Me pregunté si alguien había alguna vez intentado estar con ella en ese lugar en donde se sentía completamente exhausta. Me pregunté si todos esos terapeutas, maestros espirituales, amigos y familia, en todo este tiempo, con sus mejores intenciones, habían intentado solamente salvarla, componerla, alimentar sus creencias 'positivas' o 'espirituales' para obligarla a cambiar su mente y 'volverla a la normalidad', en lugar de entrar en verdadera comunión con ella dentro de su dolor y soledad, validando su experiencia presente. Quizás en el medio de su presente desesperación, algo diferente, algo completamente nuevo, estaba anhelando ser liberado.

Hablamos durante horas. Nos comunicamos con entendimiento, más que con juicios y temores, ella se fue abriendo poco a poco con respecto a sus verdaderos anhelos, sus sueños secretos y sus deseos ocultos. Se hizo evidente que tenía una muy rica, y creativa vida interior a la que jamás había podido dar expresión. Detrás de su fachada, estaba completamente viva, abierta a experimentar, demasiado perceptiva a las energías que le rodeaban, sumamente 'abierta', como ella lo dijo. Muy en el fondo, tenía un salvaje y apasionado espíritu, pero se había limitado y restringido a sí misma con los años, amoldándose a una vida en donde no era 'ella', para nada. Había estado viviendo una vida de números, de dinero y de previsibilidad, anulando su espíritu explorador, su poesía y su sentido aventurero.

Con mucho cariño la animé a abrirse sobre su secreto anhelo de viajar, explorar, de salir hacia lo desconocido sin un mapa que la guiara. Comenzó a hablar con mucha pasión sobre esa época en el pasado cuando se sentía libre y sin cargas. Tenía el anhelo de volver a la simplicidad de esos días. Un fuego rugió dentro de ella.

Su anhelo de morir no era realmente un anhelo de morir en el sentido físico. Lo que realmente anhelaba no era dejar de respirar, ni el cese de los latidos de su corazón, sino la muerte del falso yo, la muerte de un 'yo' que no era auténtico y que había estado pretendiendo ser - la mujer exitosa, el soporte de los demás, la que tenía control sobre todas las cosas. A través de la experiencia de una profunda depresión, la vida le había estado llamando su atención a gritos desesperados: '¡VIVE, VIVE! Lo único que necesité hacer fue facilitar la respuesta hacia esa llamada divina.

Comenzamos a explorar posibilidades. ¿Cómo sería una vida real, libre de temores, auténtica? Ella tenía una mente brillante y un corazón muy abierto que había desperdiciado en su negocio de bienes raíces. Comenzó a hablar acerca de vender su casa e irse con su adorada hija ('mi precioso ángel, enviado desde el cielo', como ella le decía) hacia la inmensidad de lo desconocido. Siempre había querido viajar a Nueva Zelanda. ¿Podría ese sueño convertirse en realidad? O más bien, ¿era ya una realidad? Quizás el viejo sueño de los bienes raíces era el que debía morir. Y quizás esa muerte ya estaba sucediendo.

Si ella hubiera puesto a su hija en una casa hogar y se hubiera suicidado - como lo había planeado hasta ese momento - le hubiera enseñado a su hija cómo cerrarse a la vida y a las posibilidades. No le hubiera enseñado la profunda verdad acerca de sí misma. El suicidio hubiera resultado en una falsa enseñanza y ella lo sabía perfectamente desde el fondo de su corazón.

De pronto, todo se volvió muy claro. Ya no había otra opción. Ella reconoció lo que la vida le estaba diciendo. Sí, iba a suicidarse... pero no de la manera en que lo había imaginado antes de hoy. Iba a quitarle la vida a su viejo yo, a su limitado y falso yo. Ese era el verdadero suicidio, el divino suicidio, el suicidio tan necesario para todos nosotros si es que estamos decididos a vivir vidas apasionadas, auténticas. Ella iba a terminar con una vida que se había vuelto vacía y sin sentido, para liberarse y lanzarse hacia lo desconocido con su amada hija, con sus corazones abiertos de par en par a todas las posibilidades y para amarse la una a la otra.

Esta conclusión no fue una conclusión mental, ni tampoco una basada en el miedo. No era una opción que implicara huir de sus responsabilidades. Se trataba más bien de honrar profundamente la fuerza de la vida que estaba tratando de expresarse dentro de ella. Era alinearse con su pasión. Esto se trataba de una responsabilidad profunda, en el verdadero sentido de la palabra - la habilidad de responder auténticamente al llamado más trascendente que pueda hacerle a uno la vida.

Ahora, ella no tenía ninguna otra opción más que vivir.

*

A la mañana siguiente supe que su aventura había comenzado. Ya había empezado a empacar sus cosas, había empezado a vender todo aquello que no quería conservar, empezó a prepararse no para morir, sino para iniciar una nueva vida. Había sido un divino suicidio - el suicidio de lo falso, por lo falso. Se trasladaría a Nueva Zelanda con su adorada hija, quien no sería ingresada a ningún hogar de acogida ni perdería a su madre, sino que se uniría a su madre viva en una aventura interminable.

No le enseñé nada a esta mujer. Nunca le 'hice' nada. Simplemente la escuché desde un lugar de aceptación libre de juicios, reflejándole su propia y profunda verdad para que pudiera escucharla por sí misma de una sola vez. En medio de todo ese desastre, se había abierto un espacio para que naciera una nueva vida. Es increíble todo lo que puede llegar a suceder cuando nos escuchamos unos a otros.

No es de extrañar que la palabra 'depressed' (deprimido)en inglés, corresponda fonéticamente a 'deep rest' (descanso profundo). Podemos ver a la depresión no como una disfunción o una enfermedad mental, sino, en un nivel más reflexivo, como un estado de descanso sumamente malinterpretado en el que entramos cuando nos sentimos completamente exhaustos de cargar el peso de la falsa historia acerca de nosotros mismos. Es una falta de interés en todo aquello que es de segunda mano - el anhelo de morir al falso y limitado 'yo', el anhelo de redescubrir nuestra verdadera inmensidad para recibir lo que nos corresponde inherentemente.

La depresión, en realidad, lleva incluida el despertar. Por eso es que debe ser honrada y validada, no medicada, meditada ni analizada. Debemos atender a su llamado. Y debemos entrar en comunión, libres de miedo, con aquellos que estén profundamente deprimidos y anhelen la muerte, y escucharlos sin prejuicios, poniendo atención a la verdad cósmica más profunda a la que se están refiriendo. Necesitamos confiar en la infinita inteligencia universal, y permitir que el divino y amoroso suicidio, el despertar espiritual, teja su misteriosa magia en todos y cada uno de nosotros.

No importa qué esté sucediendo en tu vida, no importa a qué altura de tu viaje te encuentres en este momento, la vida constantemente te está invitando a descansar profundamente, no en un momento futuro, no 'algún día', sino en este preciso momento, en este presente momento que es tu verdadero hogar y la fuente de tu plenitud.

Jeff Foster

(Extraído de la revista 'Watkins’ Mind Body Spirit' núm. 32, Invierno del 2012-13)

02 abril 2014

El tigre hambriento y el zorro

Un tigre hambriento consiguió atrapar un zorro y se dispuso a devorarlo. Disimulando su terror y sacando fuerzas de flaqueza, el zorro, en su intento por sobrevivir, dijo:

—¡Un momento! ¡ Detente! Te aseguro que yo soy el rey de los animales del bosque. Tal es el mandato del Dios Celestial que nadie puede desobedecer. A pesar de tu mucha fuerza, no podrás hacerme ningún daño, pues, si lo intentaras, serías severamente castigado por el Cielo.

—¡Vaya! —exclamó sorprendido el tigre—. Jamás había oído cosa semejante. ¿Cómo puedes demostrarme que efectivamente eres el rey de los animales del bosque por decreto del Dios Celestial?

—Nada es más fácil que eso —declaró el zorro, aparentando seguridad y arrogancia—. Ahora vamos a dar un paseo por el bosque. Tú sígueme a corta distancia y observa cómo todos los animales huyen de mí.

Componiendo la figura y pisando con firmeza, el zorro comenzó a caminar airosamente, seguido a corta distancia por el tigre. El felino se quedó totalmente perplejo cuando comprobó que los animales salían corriendo al paso del zorro, sin percatarse de que era del feroz tigre y no del inofensivo zorro del que huían.

Leyenda de China.