Cuando dejas que alguien te importe y te dejas importar a alguien y no te dejas dominar por el miedo tu corazón no tendrá más remedio que resquebrajarse ante la inmensidad del amor y no podrás controlar los resultados y por eso el ego no puede amar.
El amor no siempre se siente seguro y no tiene la intención de hacerlo porque el amor es puro potencial y pura presencia y en la pura presencia cada sentimiento e impulso es bienvenido, por suave, doloroso, inconveniente o feroz que sea.
Te sentirás arriba, luego abajo. Seguro, luego inseguro. Feliz, luego triste. Cierto, luego incierto. Con miedo, luego sin miedo. Frágil, luego poderoso. Digno, luego sin valor, y todo lo demás.
Hay tanta vida ahora tratando de llenarte, y apenas puedes contenerla toda. Estás lleno de vida, penetrado por la vida, preñado de vida.
Te mintieron sobre el amor, verás, dijeron que se suponía que siempre debías sentirte bien, cálido y feliz, dijeron que era algo que te darían, algo que tendrías que ganar o merecer, dijeron que era todo mariposas y ángeles y luz, pero en realidad siempre fuiste tú, desnudo, crudo y vivo, agrietado, entero, vulnerable, tembloroso pero real, inhalando un cosmos, exhalando euforia y la oscuridad y el dolor y la alegría de la humanidad y a veces no saber qué diablos estás haciendo o cómo sigues vivo.
Bueno. Respira.
Todo se está desarrollando maravillosamente, aquí. El amor no es sólo ganancia, también es pérdida. Los amados morirán y los amados se desvanecerán, pero el amor no. Él simplemente te hará levantarte, verás, y caerás de nuevo, y te preguntará de nuevo si alguna vez te levantarás. Él te abrirá y te cerrará y te romperá y te humillará y se reirá de tus fantasías infantiles de amor.
Pero todo es natural, y es todo para ti.
Llegarás al punto de partida en poco tiempo, de regreso a ti mismo, el Origen. Sólo buscabas siempre tu propio Corazón y su multitud de reflejos.
El amor esta aquí. El amor siempre está aquí. En algún lugar entre la euforia y la oscuridad Él te encontrará. Y el suelo mismo sobre el que te paras es bendito, y estás a salvo una vez más.
Así que llora, ríe, tiembla, teme, duda del suelo; pero nunca serás abandonados por el Corazón.
Jeff Foster