Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

28 junio 2017

Monopolio

Carlos B. Darrow se fijó una meta cuando estaba en sus veinte años. Determinó que se convertiría en millonario. Eso tal vez parezca usual hoy en día, pero Carlos vivía en los locos años veinte del siglo pasado, una época en la que un millón de dólares era una enorme suma. Fue en esa misma época que se casó con Ester, su esposa de toda la vida, prometiéndole que serían millonarios un día.

Entonces una tragedia sobrevivo a finales de 1929: la Gran Depresión. Tanto Carlos como Ester perdieron sus trabajos. Tuvieron que hipotecar su casa, perdieron su auto, y gastaron la mayoría de sus ahorros de retiro. Carlos estaba devastado. Se sentaba en su casa deprimido hasta que un día le dijo a su esposa que podría dejarlo si quería. Después de todo, era claro que nunca alcanzarían su meta.

Ester no estaba dispuesta a dejarlo. Así que le dijo que ellos alcanzarían su meta, pero que necesitarían hacer algo juntos para mantener su sueño vivo. "¿Mantenerlo vivo?", respondió Carlos, "¡Está muerto! Fracasamos".

Pero, Ester no lo creía. En lugar de rendirse, sugirió que cada noche tomarán tiempo para discutir lo que harían cuando alcanzaran su meta. Comenzaron a hacerlo cada noche después de la cena. Pronto Carlos tuvo la idea de crear dinero para jugar - algo interesante, por cuanto el dinero real escaseaba en esos días. Se sentaba a jugar con su esposa disponiendo de mucho tiempo y "dinero ficticio" con el que pretendían comprar casas, propiedades, y otros edificios.

Muy pronto sus juegos se convirtieron en un tablero de juego, con dados, cartas, pequeñas miniaturas de casas y hoteles...y como puede haber descubierto: Ese fue el comienzo de un juego de mesa que probablemente tenga en su armario ahora mismo. Así es como nació el juego "monopoly".

La Familia de Carlos y sus amigos disfrutaron tanto el juego que en 1934 lo persuadieron de acercarse a una empresa de juegos de Massachusetts, Parker Brothers. Los ejecutivos lo jugaron y lo rechazaron.  Lo encontraron aburrido, el movimiento lento, y las reglas muy complejas.

Carlos perseveró, sin embargo, de nuevo con el ánimo de su esposa. Visitó la Juguetería Wanamaker y le dijo a un ejecutivo que si ellos distribuían el juego, el tomaría un préstamo y crearía cinco mil de ellos. El juego despertó el interés del público, y súbitamente Parker Brothers cambio su posición. Volvieron a jugar el juego, y esta vez lo encontraron imaginativo, de ritmo rápido, y sorprendentemente fácil de aprender. El juego fue registrado con patente en 1935, y Parker Brothers se lo compró a Carlos Darrow por un millón de dólares.



A la mayoría de nosotros nos gustan este tipo de historias. Del fracaso al éxito. Es algo que todos nosotros deseamos experimentar.  La lección de la historia no es nueva.  El fracaso y la tragedia son a menudo las puertas que podemos cruzar para obtener un maravilloso cambio. Charles Kettering se rompió el brazo en un intento por arrancar con una manivela su vieja carcacha.  Este fracaso lo llevó a la invención del sistema de ignición que ahora usamos en los automóviles.  Jacob Schick se enojaba muchísimo cuando se cortaba la cara cada mañana. Esto alimento su invención de la rasuradora eléctrica.

El fracaso puede ser un maestro profundo. Puede enseñarnos como prosperar en medio de la adversidad y hacernos fuertes cuando nos enfrentamos a la derrota y las pruebas. Puede incluso desarrollar músculos emocionales que nunca se desarrollarían si solo hubiéramos tenido éxito.  Puede enseñarnos lecciones que nunca aprenderíamos si siempre todo nos hubiera resultado fácil. Estas son lecciones que todos deberíamos aprender, ya que cada uno de nosotros ciertamente ha fracasado alguna vez y volverá a fracasar en el futuro.

Dios desea hacer una obra extraordinaria en cada uno de nosotros - seres ordinarios- y se vale de fracasos, pruebas, personas y circunstancias para desarrollar en nosotros el potencial que a menudo solo El puede ver.

Equivocadamente se predica en algunos lugares que estamos en la tierra para prosperar principalmente, y que si somos obedientes a Dios y a Sus ordenanzas todo estará bien.  Eso no solo es ingenuo, sino carente de base bíblica.  La mayor inversión de Dios es en nuestro carácter, porque todos vamos a morir algún día, y no nos podremos llevar nada, excepto el carácter de Cristo hecho en nosotros. Salomón eligió sabiduría, antes que éxito. Eso no previno sus fracasos, pero de ellos aprendió sabiduría.

Haga un alto hoy y observe por unos minutos sus principales fracasos. Pregúntese honestamente ¿hay algo que aprender de ellos? ¿Ha aplicado esas lecciones? Si usted no ve las lecciones, ni las aplica, seguirá golpeándose con la misma piedra una y otra vez.

Juan Carlos Flores Zúñiga


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