En respuesta a sus oraciones, Dios llevó a Henry a embarcarse en un concepto que pocas personas, habrían podido imaginar. Crowell cambiaría su "mercado" de avena, y comenzó a vender su avena a la gente, como un cereal de desayuno.
Esta era una estrategia poco convencional, ya que la avena tradicionalmente se vendía en barriles infestados de insectos en tiendas generales como pienso para caballos. ¡Ningún ser humano razonable querría comprar avena infestada de insectos! Vender avena para el consumo humano parecía tonto en el mejor de los casos, loco en el peor, y los críticos de Crowell se estaban riendo a costa suya.
Sin embargo, nuevamente en respuesta a sus oraciones, Dios le dio otra idea: diseñaría una caja de cartón que podría llenarse con avena empacada para colocarse en los estantes de las tiendas de comestibles. Las cajas de cartón estarían selladas, impenetrables para los insectos que quisieran devorar la avena como alimento.
Hoy, la empresa de Crowell se ha hecho prominente en el mundo de la venta minorista de alimentos y es ampliamente conocida como Quaker Oats. La compañía ahora vende no solo avena y harina de avena, sino una variedad de otros cereales y productos alimenticios. ¡Todo porque no pudo vender suficiente avena para alimentar a los caballos! Con demasiada frecuencia, tratamos de enfrentar nuestros desafíos comerciales solos, determinados a confiar en nuestra propia innovación e ingenio.
Esto, nos dice la Biblia, es una verdadera tontería cuando podemos invocar la sabiduría y los recursos del Dios Creador. Como dice Proverbios 16: 9, "en su corazón un hombre planifica su curso, pero el Señor determina sus pasos". Para decirlo de otra manera, muchas veces nos sentimos inclinados a pensar: "Sé lo que tengo que hacer. Tengo esto, "mientras Dios espera que preguntemos para que Él pueda responder," tengo una idea mucho mejor”.
Aquí hay algo más de sabiduría de las Escrituras: No insista en descifrar todo. A veces, en nuestro orgullo, arrogancia o testarudez, sentimos que debemos comprender exactamente qué debemos hacer y por qué. Dios, sin embargo, tiene una perspectiva diferente: "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento; Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus caminos" (Proverbios 3: 5-6).
Encomienda tu trabajo a Dios y confía en que Él te guiará. Cuando nos tientan a dividir nuestra fe, restringiéndola a entornos espirituales como un servicio de adoración o una lectura devocional privada, debemos recordar que Dios quiere involucrarse en cada área de nuestras vidas, incluido el trabajo que hacemos. "Confía en el Señor y haz el bien; habitar en la tierra y disfrutar de pastos seguros. Deléitate en el Señor y él te dará los deseos de tu corazón.
Encomienda tu camino al Señor, confía en él y él hará esto: hará que tu justicia brille como el alba, la justicia de tu causa como el sol del mediodía" (Salmo 37: 3-6). La moraleja de esta historia: si necesita nuevas ideas o una estrategia poco convencional para su lugar de trabajo, ore, escuche y deje que Dios guíe sus pasos.
Por Rick Boxx