Abrazos

He recibido muchos abrazos a lo largo de mi vida, sin embargo, hay uno que nunca olvidaré... el que recibí de mi profesor de Semiología de la Vida Cotidiana, Alfonso Ruiz Soto; me enseñó que abrazar no se realiza únicamente con los brazos sino que los brazos transmiten los bellos sentimientos que guarda un alma con mente abierta y corazón dispuesto, un ser inteligente y con cierta sabiduría. Creo que eso es también lo que posee y transmite Thay, una hermosa alma preparada para amar y una mente abierta que se adecúa a los momentos que la vida le presente; y, crece y aprende de cada uno, para transmitirnos su conocimiento a todos.

«En 1966, un amigo me llevó al aeropuerto de Atlanta. Cuando nos despedimos, preguntó: "¿Está bien abrazar a un monje budista?" En mi país, no estamos acostumbrados a expresarnos de esa manera, pero pensé: "Soy un profesor zen. No debería ser un problema para mí hacer eso". Así que dije:"¿Por qué no?" Y me abrazó, pero yo estaba totalmente rígido. Mientras estaba en el avión, decidí que si quería trabajar con amigos en el Oeste, tendría que aprender la cultura del Oeste. Así que inventé abrazando la meditación.

Abrazar la meditación es una combinación de Oriente y Occidente. De acuerdo con la práctica, debes abrazar realmente a la persona que tienes sostenida. Tiene que sentirse de verdad en tus brazos, no sólo por apariencia darle palmaditas en la espalda para fingir que estás allí, sino respirando conscientemente y abrazándo con todo tu cuerpo, espíritu y corazón. Abrazar la meditación es una práctica de atención plena. "Respirando, sé que mi amado está en mis brazos, vivo. Respirar, ella es tan preciosa para mí. "Si respiras profundamente así, sosteniendo a la persona que amas, la energía de tu cuidado y aprecio penetrará en esa persona y será alimentada y florecerá como una flor.»

Thich Nhat Hanh

(Cómo amar)