Si no podemos con estos sentimientos, podemos hacer crecer sus opuestos, vibrar en el amor, en la paz, en la confianza. Cada día es una muestra de la perfección en la que hemos sido colocados, integrémonos a ella, pongámosla a trabajar.
Descansa siempre en el amor de Dios, envuélvete de él y deja que te sane, que te llene, que de regrese al orden y la paz. Buscamos fuera lo que tenemos dentro, has que crezca ese manantial de amor que tu corazón está produciendo.
Aprende a estar siempre con Dios, no te sueltes de su mano!
Lucia Toranzo N
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