Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

25 agosto 2012

La lucha interior

Se cuenta lo siguiente de un viejo anacoreta o ermitaño, es decir, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia.  Se quejaba a menudo de que tenía demasiado que hacer. La gente le preguntó cómo era eso de que en la soledad estuviera con tanto trabajo.

Entonces les contestó:"Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león".

No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos animales? Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron. Porque estos animales los tienen todos los seres humanos, ustedes también.

Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que sólo se lancen sobre una presa buena.
Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir, son mis dos manos.

Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta…, son mis dos pies.

Lo más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre está lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño, es mi lengua.

El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día, es mi cuerpo.

Finalmente necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso…, es mi ego.


No necesitamos convertirnos en ermitaños para aceptar que lidiamos con los mismos "animales" que el anacoreta en su refugio apartado del mundo. Dondequiera que usted o yo vayamos llevaremos con nosotros nuestro "equipaje" cargado de lo que somos, la suma de nuestras experiencias, antecedentes, habilidades, dones e impulsos. Tanto lo bueno como lo malo.

Esa es nuestra "FORMA" nos guste o no. Reconocernos y aceptarlo pronto nos permitirá enfocarnos en como dominar esos recursos que Dios puso a nuestro haber para servir a otros sin egoísmo, dejar una huella positiva en este mundo, cambiar nuestras vidas para cambiar e impactar así las de otros. El ermitaño de la historia entendió esto. Usted y yo podemos ser ermitaños espirituales en nuestros hogares, lugares de trabajo, casas de estudios y hasta en ambientes sociales concurridos. Necesitamos reenfocar nuestras vidas descubriendo que estamos hechos. No para odiarnos o castigarnos, sino para ganar entendimiento sobre el plan y el propósito de Dios para nuestras vidas.

No hay un ser igual a otros por más semejanzas que encontremos en el género humano. Somos como huellas únicas. Nuestro ADN lleva consigo la unicidad y singularidad de tu vida. Entonces, si eres único y especial, ¿podrías aceptar que fuiste creado para cumplir una misión en particular en esta vida? Nadie es eterno en el cuerpo humano que nos fue dado. Todos moriremos físicamente, pero nuestro paso por esta tierra puede tener valor eterno.

Claro, siempre y cuando, hagamos un alto para conocernos, y aceptarnos. Enfocando lo que somos integralmente hacia lo que Dios quiere hacer a través de cada uno.

Entiende a la mente que es el único animal que mueve a los demás animales


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