Esto lo confirmé con un gran maestro que conocí hace como 7 años en una quimioterapia, en ese entonces tenía 25 años, de los cuales él ya llevaba 8 años viviendo la experiencia del cáncer.
El día que conocí a Ricardo, lo sentaron a un lado mío para tomar quimio, nos saludamos y empezó una charla para hacer menos difícil el momento que estábamos viviendo, eramos los únicos en la sala, así que no fue difícil ya que a los dos nos encanta conocer gente.
Dentro de las preguntas habituales cuando conoces a alguien y después de intercambiar qué tipo de enfermedad teníamos, me hizo una pregunta que me llamó mucho la atención, me dice: ¿Le tienes miedo a morir? De inmediato le respondí que no, tiró una carcajada y me dice, eres de los míos, y continuó diciendo... yo creo que morir no es un castigo porque si haces las cosas bien te vas al cielo, a la vida eterna, y siguió diciendo, Yo a lo que más le tengo miedo es a no aprovechar lo que tengo y mi tiempo... Esos sí que es morir por decisión propia.
Después yo le pregunté: ¿Qué pasó el día que te dijeron que tenías cáncer?
Me dice: al principio no entendía, siempre hay un miedo a lo desconocido, hay dolor emocional, pero después entendí que aunque me enojara, llorara, pataleara, etc... nada iba a cambiar, solo lo iba a empeorar, así que decidí ser feliz. Dejé de pedir que la gente me entendiera, ¿Cómo me iban a entender si ellos no estaban en mis zapatos? Solo me dejaba amar de las infinitas formas que hay. Cerca, lejos, oraciones, atenciones, etc... no cuestionaba nada, solo aprendí a dar y recibir amor, decidí aprender a perdonar, a pedir perdón. Amé más a mi familia, a todos, a disfrutar el día, la noche, el aire, la lluvia, TODOOOO, y creeme que fue cuando empecé realmente a vivir... Aprendo de todos y de todo.
La plática siguió, no solo ahí nos hicimos amigos, tal vez más que mensajes, a veces la amistad también existe en el silencio, en el corazón, en la mente... Lo aprendí.
Hace tres días recibí un mensaje de Whatsapp donde solamente me decía: Hermano, te quiero mucho, gracias por estar siempre ahí... y le respondí....
Hace una hora recibí el mensaje de su mamá diciéndome: mi hijo Ricardo acaba de partir a seguir sonriendo al cielo, espero que sigan siendo amigos porque tu amistad le dio aún más fuerza.
Yo le escribí a la mamá: simplemente es un honor haberlo conocido aquí en este mundo y que nuestra amistad, así como su vida, siga hasta la eternidad... no evité que mis lágrimas salieran.
Gracias por leerme aunque mis textos sean tan largos, y eso que trato de sintetizar...
¿Qué deciden ustedes, vivir o morir?
Los quiero mucho, espero que su sonrisa refleje que decidieron vivir!!
A sonreír más, y quejarnos menos.
Héctor Molina
(Cambiando historias)
P.D. Lo escribí a esta hora 4:30 am, porque mis dolores físicos están muy fuertes, y en lugar de enfrascarme en eso, decido mejor escribir.
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