Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

05 abril 2021

Hasta luego Hno. Juan Antonio Ramírez

Ayer partió a vivir con Dios el Pastor Juan Antonio Ramírez (Iglesia Bautista Eben Ezer de Monterrey), un siervo de Dios, trabajador incansable, con una franca sonrisa y una actitud de servicio y ayuda al prójimo como pocos. 

Recuerdo que recién terminé mi carrera fui a platicar con él (ya que contaba con más tiempo libre) y quería ver como contribuir en un poquito por unas horas a toda la labor que él realizaba en el Albergue de su iglesia (este albergue está a disposición de los familiares que vienen al hospital 34 del Imss, especialidad de cardiología), mi idea era alguna labor más física como ayudar en el comedor, pero él vio algo más, me dijo “acompáñame al hospital” que estaba en frente del Albergue, y pues lo hice, cuando llegamos al piso de los recién operados me dijo “ve y ora con ellos”, sinceramente yo pensé que yo iba a ser una acompañante y que él hablaría, pero no “me lanzó al ruedo”, así que aprovechamos el tiempo que teníamos ahí y me regaló la oportunidad de orar con personas desconocidas y compartir un poquito la Palabra de Dios, que fue tan bien recibida. Después de camino al Albergue platicamos de las personas que habíamos visitado y de cómo y por qué Dios lo había llamado a trabajar en ese lugar.  Ya en el albergue comimos pan y café  y seguimos platicando, su platica siempre amena, agradable y de mucha enseñanza en la dependencia total de Dios. Y era evidente cómo Dios bendecía con provisión necesaria ese lugar, y aún hoy la mano de Dios sigue supliendo y bendiciendo ese lugar.

Seguí por algún tiempo acompañado en algunas ocasiones al hermano Juan Antonio y aprendiendo de ese gran corazón que él compartía con todo el que se acercaba. Siempre era un gran gusto verlo y saludarlo junto a su esposa Margarita y recordar que orar con las personas abre puertas y corazones a Dios. 

Le agradezco a Dios la oportunidad de haber conocido de manera cercana al hermano Juan Antonio y por siempre llevaré en mi corazón lo que aprendí en las pláticas que tenía con él. Hoy definitivamente alaba a Dios cara a cara, hoy tiene salud completa, hoy Dios lo recibió con las palabras “bienvenido a casa”. Gracias Dios por su vida, por la trascendencia de su incansable trabajo.



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