Finalmente, cuando llegamos a la meta, cuando los años pasan y los gritos de victoria se ahogan en el tiempo, descubrimos que la gloria más preciada, fue el proceso, el sufrimiento, ese bendito trayecto grabado en nuestros recuerdos, que nadie nos podrá quitar jamás.
Llegarán atletas más rápidos, fuertes, capaces, superando nuestras marcas, pero jamás borrando nuestras historias, nuestros días de lucha, nuestros días de gloria, decidimos vivirlos, sufrirlos y esa heroica decisión, ya nadie puede apagarla.
Yokoi Kenji
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