Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

31 octubre 2012

No te dejes morir lentamente

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su vestimenta
o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...

¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!

Neruda


28 octubre 2012

El tren de las moscas

El trabajo de estas mujeres es muy bello, pero sobre todo lo que ellas dicen... los vemos como ver a Jesús, y servirlo a él.



Muy bella reflexión... Enjoy!



25 octubre 2012

Cuando hablo de amor...

No hablo de estar enamorado cuando hablo de amor, no hablo de sexo cuando hablo de amor, no hablo de emociones que sólo existen en los libros, no hablo de placeres reservados para los exquisitos. No hablo de grandes cosas.

Hablo de una emoción capaz de ser vivida por cualquiera, hablo de sentimientos simples y verdaderos, hablo de vivencias transcendentes pero no sobrehumanas, hablo del amor tan sólo como querer mucho a alguien.

Pero, ¿qué estamos diciendo cuando decimos “Te quiero…”? Yo creo que decimos: “Me importa tu bienestar”. Nada más, ni nada menos. Cuando quiero a alguien, me doy cuenta de la importancia que tiene para mí lo que hace, lo que le gusta y lo que le duele…

“Te quiero” significa, pues, me importa de ti; y “te amo” significa me importa muchísimo. Y tanto me importa que, cuando te amo, a veces priorizo tu bienestar por encima de otras cosas que también son importantes para mí. Esta definición conducirá a la plena conciencia de dos hechos: no es verdad que te quieran mucho aquellos a quienes no les importa demasiado tu vida, y no es verdad que no te quieran los que viven pendientes de lo que te pasa.

Repito: si de verdad me quieres: ¡te importa de mí! Y por lo tanto, aunque sea doloroso aceptarlo, si no te importa de mí, será porque no me quieres. Esto no tiene nada de malo, no habla mal de vos que no me quieras, solamente es la realidad, aunque sea una triste realidad.

Hay muchas cosas que yo puedo hacer para demostrar, para mostrar, para corroborar, confirmar o legitimar que te quiero, pero hay una sola cosa que yo puedo hacer con mi amor, y es quererte, ocuparme de vos, actuar mis afectos como yo los sienta. Y como yo lo sienta será mi manera de quererte. Tú puedes recibirlo o puedes negarlo, puedes darte cuenta de lo que significa o puedes ignorarlo supinamente. Pero esta es mi manera de quererte, no hay ninguna otra disponible.

Querer y mostrarte que te quiero pueden ser dos cosas distintas para mí y para ti. Y en estas, como en todas las cosas, podemos estar en absoluto desacuerdo sin que necesariamente alguno de los dos esté equivocado. Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti. Cuando alguien te quiere, sus acciones dejan ver claramente cuánto le importas.

Yo no creo que el amor sea un espacio de sacrificio. Yo no creo que sacrificarse por el otro garantice ningún amor, y mucho menos creo que esta sea la pauta que reafirma mi amor por el otro.

El amor es un sentimiento que avala la capacidad para disfrutar juntos de las cosas y no una medida de cuánto estoy dispuesto a sufrir por ti, o cuánto soy capaz de renunciar a mí. A medida que recorro el camino del encuentro, aprendo a aceptar que quizás no me quieras.

El afecto es una de las pocas cosas cotidianas que no depende sólo de lo que hagamos nosotros, ni exclusivamente de nuestra decisión, sino de que, de hecho, suceda. Sucede o no sucede, y si no sucede, no hay manera de hacer que suceda, ni en mí ni en ti.

Si me sacrifico, me mutilo, y cancelo mi vida por ti, podré conseguir tu lástima, tu desprecio, tu conmiseración, quizás hasta gratitud, pero no conseguiré que me quieras, porque eso no depende de lo que yo pueda hacer.

No sólo no podemos hacer nada para que nos quieran, sino que tampoco podemos hacer nada para dejar de querer.

Jorge Bucay


23 octubre 2012

Tú dices

Tú dices que amas la lluvia, sin embargo usas paraguas cuando llueves.

Tú dices que amas el sol, pero siempre buscas una sombra cuando el sol brilla. 

Tú dices que amas el viento, pero cierras las ventanas cuando el viento sopla. 

Por eso que me da miedo cuando dices que me amas

Bob Marley.

Photo by Edith


22 octubre 2012

¿Quien Eres?

Un Maestro ZEN pregunta a un discípulo que lo había nombrado cachorro de Dragón, dime ¿quién eres?.
el discípulo contesta - pues soy un monje.
el maestro le dice - te dije que me dijeras quien eres no a que te dedicas.
- soy un cultivador de vegetales.
- quien eres no que haces.
- soy un alumno zen.
- pregunte quien eres no que estudias.
- soy un alma
- no me interesa saber si poses o no poses alma quiero saber quien eres.
- no se quien soy.
El Maestro le dijo, se requiere ser honesto para poder acceder a esa sabiduría y enfrentar esa realidad de "no saber".

Y TU ¿QUIEN ERES?

19 octubre 2012

El poder de la bondad (II)

En "El poder de la bondad", nos hace una lista de una serie de cualidades (18) que nos inducen a ello y nos permiten vivir una vida más sana y feliz.


10. La paciencia.
La virtud de la paciencia se demuestra en primer lugar al tratar con personas difíciles, las que se niegan a escuchar la voz de la razón, las que pierden los estribos a la primera de cambio, las que se niegan a ceder. Nuestra reacción al enfrentarnos a ellas suele ser de irritación, o bien expresamos nuestro enojo o sufrimos en silencio. Pero también cabe la posibilidad de practicar el arte de la paciencia y ayudar a esas personas a que se sientan mejor consigo mismas.

La paciencia no es tan enojosa y aburrida como creemos, es una percepción distinta del tiempo.

11. La generosidad.
Ser generoso es arriesgado. La generosidad significa derrotar viejos temores (a la pérdida), y significa también redefinir nuestros límites. Entonces se produce en nosotros una profunda transformación. Para la persona generosa los límites son permeables. Lo que es tuyo -tu sufrimiento, tus problemas- también es mío: esto es compasión. Lo que es mío -mis bienes, mi cuerpo, mis conocimientos y facultades, mi tiempo y mis recursos, mi energía- también es tuyo: esto es generosidad.

12. El respeto.
La forma en que miramos a los demás nunca es neutral, puesto que transformamos lo que vemos. El respeto consiste en molestarte en conocer a fondo a la persona que tratas, reconocerla como una persona real y única. No tratarla como algo invisible o un estereotipo, sino como merecedora de interés y apreciación. Tratar con ella no sólo porque responde a una demanda y la necesitas, sino por ser quien es. No dejarla atrapada en la falsa idea que tienes de ella, sino aceptarla por lo que es y, sobre todo, por lo que puede llegar a ser. El respeto consiste en ver realmente a la otra persona como alguien que existe.

Con frecuencia los juicios de valor van acompañados del deseo de controlar, algo muy alejado del respeto.

13. La flexibilidad.
La flexibilidad es una forma de sabiduría práctica, una inteligencia que vive en el presente, que intuye el cambio y posee la maleabilidad necesaria para adaptarse a las nuevas circunstancias. Un tipo de sabiduría que nos ayuda a comprender que no podemos controlar cada elemento de nuestra existencia. La flexibilidad no es sólo una estrategia útil sino una cualidad espiritual. Significa librarnos de las ataduras, prestar atención al presente, aceptar las cosas como son. Si somos capaces de renunciar incluso a las creencias a las que estamos más apegados, podremos abrirnos a otras nuevas, a la paradoja y el absurdo. Esto es creatividad. Una actitud que se convierte en una forma de vida e incluso en un camino espiritual.


14. La memoria.
En nuestra mente narcisista, las otras personas sólo existen cuando las vemos, las tocamos, las escuchamos o cuando pensamos en ellas. Recordar es vivir. Olvidar es morir. Las personas que pertenecen a nuestra historia forman parte de nosotros, y necesitamos su presencia y apoyo para sentirnos fuertes e íntegros. Incluidas aquellas que ya no nos son útiles.

No comprenderemos las relaciones que mantenemos con los demás si no entendemos profundamente hasta qué punto nuestras vidas están entretejidas con el pasado, el presente y el futuro, hasta qué punto forman parte unas de otras, y hasta qué punto cada uno de nosotros es todos los demás.

15. La lealtad.
La capacidad de durar a pesar de los momentos difíciles y problemáticos es un ingrediente esencial de la bondad, se llama lealtad. A las personas que no son leales les aterroriza analizar sus sentimientos, pues temen lo que puedan hallar. Temen sostener unas ideas propias, pues eso equivale a arriesgarse demasiado. Su autoestima es baja, por lo que tienen que sobrevivir como mendigos, pidiendo apoyo aquí y allá. Al carecer de seguridad y carácter, les cuesta más ser leales. Lealtad significa "estar con"; respetar lo que cuenta por encima de todo y seguir haciéndolo a pesar de los obstáculos.

16. La gratitud.
La gratitud es ante todo una actitud mental. Se basa en reconocer el valor de lo que la vida nos ofrece, y el hecho de comprenderlo libera nuestras emociones. Si reconoces el valor de lo que posees te sentirás rico y afortunado; si no, te sentirás pobre y desgraciado.

La auténtica gratitud nace cuando están presentes la solidaridad y la conciencia del mal; de lo contrario sólo se trata de un optimismo falso y superficial.

Con gratitud la vida resulta más fácil, dejamos de gemir y de quejarnos, no tenemos que emprender batallas sangrientas ni de alcanzar victorias imposibles. Comprobamos que la felicidad ya está aquí. Que ya existe, delante de nuestros ojos.

17. El servicio.
Cuando alguien tiene un gesto amable con nosotros solemos recordarlo durante mucho tiempo, quizás siempre. Puedes prestar pequeños servicios en detalles cotidianos como sostener la puerta para dejar que pase alguien, demostrar tu aprecio, ofrecer tu asiento en el autobús. Intenta hacer de tu trabajo, de tu rutina, un servicio amable siempre que puedas. El servicio no es sólo lo que uno hace sino lo que uno es. En ocasiones una persona, con su mera presencia, hace que nos sintamos mejor, más en contacto con nosotros mismos y más contentos. Un gran servicio.

Otra forma de servicio es cualquier forma de voluntariado o ayuda gratuita a otras personas.

18. La alegría.
Es nuestro estado natural, estamos programados para ser alegres. La alegría constituye la base de la bondad porque la auténtica bondad sólo puede ofrecerse con alegría. Y el sentido del humor es un gran ingrediente. El perfeccionismo o el sentido de culpa obstaculizan la alegría, pero el simple hecho de detectarlos nos acerca un poco más a esa puerta. También ayuda preguntarnos qué nos hace felices y regalarnos esas situaciones siempre que podamos. Con la práctica, cualquier cosa que lleguemos a hacer, incluso aquéllas que requieran esfuerzo y sacrificio, pueden llegar a ser realizadas con alegría.

Cualquier acto de bondad, con alegría, será más auténtica y mejor recibida por ambas partes.

Piero Ferrucci
(El Poder de la Bondad)


18 octubre 2012

El poder de la bondad (I)

"La bondad hace a las personas más sanas y felices. Es la actitud más económica y pragmática que existe, puesto que nos permite ahorrar mucha energía en sospechas, preocupaciones, resentimientos, manipulación y reacciones a la defensiva."

Piero Ferrucci en su libro nos demuestra que, en este momento crucial para la humanidad, la bondad no es un lujo sino una necesidad. Ser bondadoso con los demás es hacerse, además, el mejor regalo a uno mismo.
Está convencido de que, como seres humanos, sólo tendremos futuro si pensamos con el corazón.

En "El poder de la bondad", nos hace una lista de una serie de cualidades (18) que nos inducen a ello y nos permiten vivir una vida más sana y feliz.

1. La honestidad.
Ser transparentes es un alivio, el no tener que fingir simplifica nuestra vida. Debes dejar que los otros te conozcan sin mentiras ni dobleces. Tan pronto como te vuelvas realmente transparente, empezarás a sentirte mejor. Pero la honestidad es una conquista. Debemos aprender paulatinamente, lo cual hace que seamos más fuertes y maduros.

Escribir sobre nosotros mismos es una buena forma de conectar con nuestras emociones, una autorrevelación.

2. El calor humano.
El efecto del calor y la bondad son duraderos. Piensa cómo un encuentro con una persona cálida y amable hace que te sientas mejor. Cuando acariciamos a un gato que ronronea de gozo, ¿quién da y quién recibe calor? O cuando disfrutamos de la compañía de alguien, ¿quién da y quién recibe ternura? Si damos calor, no terminamos sintiendo frío; el beneficio es simétrico.

El calor no sólo confirma lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser.

3. El perdón.
El perdón significa que no deseas seguir albergando ira debido a una vieja ofensa y, por ende, amargándote la vida. A veces el perdón es el único remedio para aliviar un intenso sufrimiento. Una persona incapaz de perdonar es comparable a una ciudad con el tráfico congestionado: calles bloqueadas, coches atascados con el motor en marcha, que no pueden circular, exhalando humos que contaminan el ambiente. Ese es el estado del resentimiento: la energía vital bloqueada, entorpeciendo el pensamiento, envenenando la vida.

4. El contacto.
El aislamiento social se considera un peligro tan grave para la salud como el fumar. Está ligado a una mayor incidencia de enfermedades cardiacas, trastornos del sueño, depresión, dolor de espalda, deterioro de la memoria, etc. Es la tragedia de una persona incapaz de abrirse a las demás, que se siente como si proviniera de otro mundo, que pide lo imposible, que se distancia de todos. Desarrollar el contacto humano (emocional o físico) nos ayuda a sentir en conexión y derrite las armaduras más difíciles.

5. Sentirse integrado.
Formar parte de un grupo o una comunidad te reporta numerosos beneficios. Hace que te sientas reconocido, te permite interactuar con las demás personas y elimina el terrible espectro de la soledad. Pero es importante evitar que la pertenencia a un grupo te separe más de "los otros". La clave reside en la bondad de la mirada.

6. La confianza.
Confiar es apostar. Cada vez que confiamos en alguien, nos la jugamos. Pero la alternativa es peor, porque si no nos arriesgamos no conseguimos nada. La confianza tiene la propiedad de relajar las inhibiciones y resolver viejos traumas. Las dudas, los temores y los recelos que arrastramos no sólo nos impiden progresar sino que erosionan nuestra energía. La confianza nos aproxima a los demás. Sin embargo, espera sólo lo que las personas quieran ofrecer libremente; vigila tus exigencia. Las personas que esperan demasiado (sin consultar a las demás) son las que luego van quejándose de que "el mundo no es de fiar" y "la gente les falla".

7. Prestar atención.
Lo único que realmente cuenta es el momento presente. Deshazte de miedos y preocupaciones y sumérgete en el momento que te toca vivir, disfrutarás mejor lo que te ocurre y evitarás desaprovechar oportunidades que pasan por tu lado continuamente. Lo único que diferencia a las personas "afortunadas", que sienten que su vida está llena de casualidades a su favor, de las demás, es que éstas están más relajadas y tienden a ver no sólo lo que buscan sino también lo que no buscan, abiertas a lo novedoso e inesperado, y capaces de reconocer sus oportunidades.

8. La empatía.
Se trata de la expansión de la conciencia. Si te muestras insensible a las emociones de los demás cada relación se convierte en una farsa imposible. La empatía es el mejor medio de construir y mejorar una relación. Pero ésta no es una cualidad fácil, alegre y desenfadada. Para que sea plena y auténtica, debes mantener una relación saludable también con tu sufrimiento y el de los demás.

9. La humildad.
Recuerda: no eres la única persona que cuenta. En ocasiones la humildad es dura, incluso dolorosa. Pero en todo caso, siempre es beneficiosa. Con frecuencia nos volvemos más humildes después de un fracaso; comprendemos que somos falibles y vulnerables. Y ese descubrimiento nos acerca a las demás personas. Porque en nuestras imperfecciones, nos reconocemos en las imperfecciones de los demás, y eso hace nuestros juicios más suaves y nuestra aceptación más plena.


Piero Ferrucci
(El Poder de la Bondad)


17 octubre 2012

El asno y el camello

Un asno y un camello caminaban juntos. El camello se movía con pasos largos y pausados; el asno lo hacía con impaciencia y avanzando con tropiezos frecuentes.

Desesperado, el jumento le preguntó a su compañero:

—¿Por qué tengo tantos problemas para caminar? Aunque miro cuidadosamente al suelo mientras camino, me tropiezo, me caigo, me rasguño las patas. En cambio tú, aunque pareces no estar consciente de lo que te rodea, pues llevas los ojos fijos en el horizonte, mantienes un paso rápido y fácil.

— Tu problema es que tus pasos son demasiados cortos —respondió el camello—. Cuando ves algún obstáculo, ya es demasiado tarde para corregir tus movimientos. Miras a tu alrededor, pero no evalúas lo que ves. Piensas que la prisa es prioridad, imaginas que mirando puedes ver, crees que ver cerca es lo mismo que ver lejos.

—Yo miro el horizonte —continuó el camello—. Pero lo que realmente hago es reflexionar sobre lo que tengo que hacer cuando lo lejano se convierta en cercano. También recapacito sobre lo que ha sucedido antes; así no tengo que mirar hacia atrás con riesgo de tropezar. Este modo de andar, que a ti te parece confuso y raro, es algo en verdad claro y sencillo.

Cuento sufí


12 octubre 2012

7 principios del Gallo

Nunca digas que no sirves, para Dios todos sirven (aunque no todos para lo mismo). Si Dios pudo usar un simple gallo para confrontar al Apóstol Pedro, también puede usarte a ti.

Sigue sencillamente estos principios bien gallones

1- El gallo se levanta temprano y emprende la tarea que Dios le ha confiado.
2- El gallo nunca se queja de tener que hacer siempre lo mismo, de que no hay variedad y novedad en su trabajo.
3- El gallo cantará aunque nadie lo anime ni se lo agradezca. En realidad, no espera que nadie lo haga.
4- El gallo despierta a los que duermen. Su tarea es bastante impopular, pero muy necesaria.
5- El gallo proclama buenas noticias: “Amaneció. Aquí esta tu nuevo día que Dios te da, lleno de oportunidades.”
6- El gallo es constante y fiel cumplidor de su tarea. Se puede contar con él. Aunque llueva, truene o relampaguee él nunca falla.
7- El gallo nunca dejara de cantar porque hay otras aves como los ruiseñores que cantan más bonito o los pericos que son más graciosos. Hace lo fue hecho para hacer y lo hace lo mejor posible.

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Colosenses 3:23

Adaptado por Ariel Ruiz


10 octubre 2012

La felicidad y la muerte

"Hay dos tipos de locos: los que no saben que van a morir y los que olvidan que están vivos." -Patrick Declerk

Casi siempre, sentimos a la muerte lejana; y algunas veces, muy cercana. Lejana, porque comúnmente creemos que llegará más tarde; y cercana porque, de pronto, nos sorprende en cualquier momento.

Cuando se presenta, no hay elocuencia que la disuada. Ningún poder hace que retroceda. No hay riqueza que la soborne ni belleza que la seduzca.

Sin embargo, los que han saboreado la quinta esencia de la vida, no la consideran decadencia final, sino sereno colofón de un tiempo bien vivido. El desenlace de una vida bella… ¡es una bella muerte!

Ya lo dijo Víctor Hugo: ″El epílogo de una vida feliz es una muerte gloriosa″. Si excluyes a la muerte de tu vida ─afirma Etty Hillesum─ no vivirás plenamente; pero si la acoges en tu corazón, desarrollarás y enriquecerás tu vida.

No vivas aterrado ante su sola mención ni finjas que no existe. Si la contemplas con serenidad apreciarás mejor cada instante, descubrirás la verdadera dimensión de la vida y ya no dilapidarás tu tiempo en vanas distracciones.

Quien ha vivido trabajando para ser mejor y ha contribuido a la felicidad de los demás, legítimamente… ¡puede morir en paz!

Matthieu Ricard
(En defensa de la felicidad)


08 octubre 2012

Cuando conozcas...

Cuando conozcas tus RIQUEZAS…
Cuando conozcas tu ABUNDANCIA…
Cuando conozcas tus TESOROS…
Cuando conozcas tu PARAÍSO…
Cuando conozcas tu GLORIA…
Cuando conozcas todos tus LOGROS INTERIORES…
Pero de tal manera que comprendas, vivas y sientas que existen en ti para ser ENTREGADOS a otros; que existen en ti para COMPARTIR… Tu SER habrá TRASCENDIDO. Tu SER necesitará DAR cada vez más. Tu SER, así, será MUCHO MÁS RICO.


03 octubre 2012

Siete pasos para dominar al ego

1- NO TE SIENTAS OFENDIDO.
La conducta de los demás no es razón para quedarte inmovilizado. Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás en un dos por tres. Es tu ego en plena acción, convenciéndote que el mundo no debería ser como es. No puedes alcanzar la fuerza de la Intención sintiéndote ofendido.  Por supuesto, actúa para erradicar los horrores del mundo, que emanan de la identificación masiva con el ego, pero vive en paz.  Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.

2- LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE GANAR.
Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores.
Empeñarte en ganar es un método infalible para evitar el contacto consciente con Dios. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte y con más suerte que tú, y volverás a sentirte insignificante. Tu no eres tus victorias. No existen perdedores en un mundo en el que todos compartimos la misma Fuente de energía (Dios). Olvídate de la necesidad de ganar no aceptando que lo opuesto de ganar es perder.
Ese es el miedo del ego. Si tu cuerpo no rinde para ganar ese día, sencillamente no importa, si no te identificas exclusivamente con tu ego. Adopta el papel de observador, mira y disfrútalo todo sin necesitar ganar un trofeo. Vive en paz e, irónicamente, aunque apenas lo notes, en tu vida surgirán mas victorias a medida que dejes de ir detrás de ellas.

3- LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER RAZÓN.
El ego es fuente de conflictos porque te empuja a hacer que los demás se equivoquen. Cuando eres hostil, te has desconectado de Dios.  El Espíritu creativo es bondadoso, cariñoso y receptivo, y está libre de ira, resentimiento y amargura.
Olvidarse de la necesidad de tener siempre razón en las discusiones y las relaciones es como decirle al ego: "No soy tu esclavo". Te propongo que te olvides de esta necesidad impulsada por el ego parándote en medio de una discusión para preguntarte: ¿Que quiero? ¿Ser feliz o tener razón?. Cuando eliges el modo feliz, cariñoso y espiritual, se fortalece tu conexión con Dios.

4.- LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE SER SUPERIOR.
La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento, con constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta. Todos emanamos de la misma fuerza vital. Todos tenemos una misión que cumplir y tenemos cuanto necesitamos para cumplir ese destino. Nada de esto es posible cuando te consideras superior a los demás. No valores a los demás basándote en su aspecto, sus logros, posesiones y otros parámetros impuestos por el ego. Cuando proyectas sentimientos de superioridad, eso es lo que te devuelven, y te lleva al resentimiento y en última instancia a sentimientos de hostilidad.

5- LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER MÁS.
El mantra del ego es "más". Por mucho que logres o adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente. Te verás luchando contínuamente y eliminarás la posibilidad de alcanzar la meta, pero en realidad ya la has alcanzado, y es asunto tuyo decidir como utilizar el momento presente de tu vida. Irónicamente, cuando dejas de necesitar más, parece como si te llegara más de lo que deseas. Cuando estas desapegado de esa necesidad, te das cuenta de lo poco que necesitas para sentirte satisfecho y en paz.
Creas, atraes lo que deseas hacia ti y te desligas; sin exigir que se te presente nada más. Si valoras todo lo que surge, aprendes la gran lección que nos dio San Francisco de Asís: ... "es al dar, cuando recibimos". Al permitir que la abundancia fluya hasta ti y a través de ti, estableces correspondencia con Dios y aseguras que esa energía siga fluyendo.

6- LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE IDENTIFICARTE CON TUS LOGROS.
Puede resultar un concepto difícil si piensas que tu y tus logros son lo mismo. Eres el observador. Fíjate en todo y agradece las capacidades que te han sido concedidas, la motivación para lograr cosas y las cosas que has acumulado, pero atribúyele todo el mérito a Dios que te dio la existencia y de la que formas parte materializada. Cuanto menos necesites atribuirte el mérito de tus logros, más conectado estarás con Dios, más libre serás de conseguir cosas, que te surgirán con mas frecuencia. Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estas consiguiendo tú solo, es cuando abandonas la paz y la gratitud.

7- LIBÉRATE DE TU FAMA.
La fama que tienes no esta localizada en tí, sino en la mente de los demás y, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella (si hablas con treinta personas, tendrás treinta "famas" distintas) .
Conectarse con Dios significa escuchar los dictados de tu corazón y actuar basándote en lo que tu voz interior te dice que es tu meta aquí. Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir los demás, te habrás desconectado y permitido que te guíen las opiniones de los demás. Así funciona el ego. Es una ilusión que se alza entre ti y Dios.
Haz lo que haces, según la orientación de tu voz interior, siempre conectada con tu Fuente y agradecida a ella. Mantén tu propósito, deslígate de los resultados y acepta la responsabilidad de lo que reside en ti. Deja que otros discutan sobre tu fama; no tiene nada que ver contigo.

Wayne Dyer


02 octubre 2012

A pesar de todo aún puedes ser feliz

A pesar de todo.  Y sobre todo a pesar de ti mismo.
Aunque el mundo no sea como crees que debería ser.
Aunque no tengas el dinero que quisieras tener.
Aunque tu marido o tu mujer o tus hijos o los que viven contigo no sean como tú querrías que fueran.
Aunque no tengas la casa que te gustaría tener.
Aunque no tengas el automóvil que hace tiempo estás deseando conseguir.
Aunque no tengas el trabajo que más te gustaría.
Aunque tu jefe sea un quisquilloso, exigente y maniático.
Aunque tu suegra se meta demasiado en tu vida.
Aunque no vivas en la ciudad o el lugar que tú quisieras.
Aunque no tengas una salud fuerte, sana y estable.
Aunque tengas jaquecas.
Aunque tengas vecinos molestos e incordiantes.
Aunque no consigas la lotería, las quinielas o el bingo.
Aunque no gane el equipo de tu preferencia.
Aunque los periodistas se empeñen en contarnos solamente o principalmente todo lo malo y desastroso que ocurre en el mundo, buscando el sensacionalismo.
Aunque algunos por envidia murmuren de ti.
Aunque llueva cuando vas a salir de vacaciones o paseo.
Aunque te pongan mala cara en tu casa, o en el trabajo o tus amigos.
Aunque haya embotellamiento cuando tienes prisa.
Aunque esté el día nublado y gris.
Aunque no te hayan hecho la comida que más te gusta.
Aunque te sirvan el café frío.
Aunque no seas como tú crees que deberías ser.
Aunque los demás no sean como tú piensas que deberían ser.
Aunque no te ame la persona que tú amas.
Aunque no te den algunas de estas cosas u otras que no te gustan, AUN PUEDES SER FELIZ.

Porque tu felicidad depende principal y fundamentalmente de ti.
Los demás, las cosas... ayudan u obstaculizan tu felicidad.  Pero sólo en la medida en que tú eres menos tú mismo.
Cuando más tú seas tú mismo, tu felicidad dependerá más de ti, y menos de los demás, los acontecimientos y las cosas.

Recuerdalo ahora y siempre: Aún puedes ser feliz a pesar de todo, de todos y hasta de ti mismo.  Porque tiene remedio.  Tú también.

Tú puedes hacer el cambio.
Cambio de pensamiento.
Cambio de actitudes y de vida,
Cambio de sentido de tu vida.
Aún puedes ser feliz.
Aunque tu vida no cambie de repente radicalmente puedes mejorar hoy.
Mañana podrás más.
Cada día sale el sol y la vida sigue.
Y cada día tu puedes hacer algo más que ayer.
Proponte cada día una cosa sencilla.
Cada día una cosa distinta.
Sé paciente contigo mismo.
Nada está perdido.
AUN PUEDES SER FELIZ.

Darío Lostado
(La alegría de ser tu mismo)


01 octubre 2012

El valor del silencio

Tomas Alva Edison llegó a Nueva York en 1869 sin un centavo, cansado del abuso que habían cometido contra él y un inventor amigo en la invención de mejoras al telégrafo. Tras pasar varios días sin comer, empezó a buscar trabajo hasta que llegó a la Bolsa de Valores de Nueva York, donde una nueva máquina telegráfica que mostraba el precio del oro estaba descompuesta y nadie sabía cómo repararla. Edison no solo reparó la máquina sino que la mejoró haciendo que los cambios en los precios se registraran automáticamente. La patente se llamó "Universal Stock Ticker".

Inmediatamente fue contratado por el General Marshall Lefferts quien presidía la Compañía de Telégrafos de la Bolsa de Nueva York y Nueva Inglaterra. El afamado ingeniero lo llamó a su oficina y le dijo:
-"Joven, quiero arreglar este asunto de sus invenciones. ¿Cuánto cree que debe recibir por ellas?"

Edison cuenta en sus memorias que ya tenía una idea de cuánto cobrar, tomando en consideración el tiempo y la labor, por la que merecía USD $ 5.000, pero que se conformaría con USD $ 3.000. Cuando el momento psicológico llegó, no tuvo el valor de nombrar esa enorme suma, así que dijo:
-"Bien, General, ¿qué le parece si usted me hace una oferta?"
Entonces le contestó:
-"¿Qué le parecen USD $ 40.000?"

Edison casi se desmaya, temía que su corazón estallara y solo replicó que le parecía justo.
-"Muy bien, dijo el General Lefferts, haré que preparen el contrato; regrese en tres días y le daré su dinero".

Con ese dinero, Edison construyó sus famosos laboratorios en Nueva Jersey donde creó la mayoría de sus invenciones, incluyendo el fonógrafo, la bombilla eléctrica y el teléfono mejorado.


Esta historia hizo famoso a Edison, quien era conocido por no reaccionar impulsivamente, tal vez ayudado por su temprana sordera que lo hacía concentrarse en lo que hacía y hacer siestas en lugar de dormir como los demás. Su capacidad para esperar lo premio varias veces con beneficios de todo tipo.

A veces consideramos que la gente que escucha o se abstiene de saltar en una conversación con una palabra rápida no es confiable o inteligente. Esta es una percepción no solo equivocada sino prejuiciada. Numerosos estudios en comunicación interpersonal muestran que las personas que escuchan son valoradas como mejores comunicadores que los que no. Cuando hablan se han ganado el derecho a la atención de todos.

La Biblia reitera una y otra vez la importancia de las palabras, como decirlas, cuales decir, y cuando no hablar. Compara al que habla mucho con el necio, y el imprudente. Edison aprendió la importancia de esperar, y no saltar con sus propias percepciones antes de escuchar las de los demás.

En estos tiempos de alta demanda y competitividad los mejores no son los que hablan mucho, o desean controlar la conversación teniendo la última palabra, sino los que meditan bien lo que van a decir después de haber escucha a la otra parte. En mis cursos de comunicación en la universidad nunca deja de sorprenderme cuan afianzado esta el mito de que "la comunicación es para estar de acuerdo o lograr un acuerdo". Nada más equivocado. Nos comunicamos para comprendernos mutuamente, sin que ello implique que compartamos la tesis u opiniones de la otra parte.

La importancia de la comunicación humana radica en conocernos, establecer vínculos, aprender y crecer juntos respetando el criterio ajeno, sin por ello renunciar a lo que creemos. Estar de acuerdo es posible, pero no es la meta primaria de comunicarnos. Para poder experimentar la comunicación efectiva necesitamos primero aprender a escuchar.

Tengo un reto para ti hoy. Cuando te pregunten lo que sea, cuenta hasta 10 antes de abrir tus labios, y no digas nada si no tienes la respuesta sabia o lo que vas a contestar no edifica a nadie. Si nuestras palabras no ayudan, para que dejar que ese pequeño instrumento que se llama lengua levante una llamita que queme un bosque entero.

"En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente." -Proverbios 10:19