Si bien Saúl procuraba matar a David, a pesar de sus malas intenciones, tenía momentos de lucidez y actuaba sabiamente.
En este versículo una tremenda bendición sobre la cual quiero llamar tu atención, para que puedas recibirla tú y también impartirla a los demás.
“… bendito eres tú”: lo primero que debes recordar siempre es que eres alguien que cuenta con la bendición de Dios y también recordárselo a los demás.
“… sin duda”: no hay mayor obstáculo, para desarrollarnos, que dudar de nuestras capacidades y de lo que Dios ha colocado en nosotros.
“… emprenderás”: esta es una acción fundamental para tu desarrollo personal, aquello que te propongas alcanzar requerirá que emprendas lo que quieras realizar.
“… cosas grandes”: la vida se puede dedicar a cosas grandes o pequeñas, y estas no tienen que ver tanto con su tamaño sino con su trascendencia.
“… y prevalecerás”: este es el gran desafío que tenemos por delante, prevalecer frente a las cosas grandes que queremos emprender.
No te olvides que el mundo está lleno de personas que han emprendido cosas grandes y que frente a ellas no pudieron prevalecer por falta de capacidad en su ejecución.
Recuerda también que prevalecer significa:
Sobresalir: salir sobre las cosas y poder conducirlas.
Imponerse: culminar exitosamente lo emprendido.
Mantenerse: sostener el nivel de pasión y motivación.
Continuar: tu compromiso con lo que quieras alcanzar. No dejes de tener presente estas cualidades para poder triunfar.
Dice la Palabra que, después, David se fue por su camino. Quizás hoy tengas que hacer lo mismo y transitar por donde Dios te ha indicado o retomar la senda que has dejado.
Pero en esta ocasión te irás por tu camino o retomarás el mismo siendo bendecido y consciente de la bendición que hay en ti.
Daniel González
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