Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

22 marzo 2019

El secreto para sanar la vergüenza

El secreto para sanar la vergüenza se encuentra justamente en el centro de la vergüenza misma; el último lugar a donde buscaríamos.

La vergüenza es como un recipiente mal entendido que contiene amor propio, entretejido con materiales especiales y que solo anhela ser inundado de tu cálida consciencia y curiosidad, y de tu corazón.

El secreto para sanar la vergüenza yace justamente en encontrarte con ella desde adentro, en vez de alguna definición clínica, abstracta y distante de la experiencia. Lo que es conceptual no puede ser realmente tocado; se trata de esta experiencia única, plenamente viva y encarnada de vergüenza tal como aparece en la imaginación, en las poesías, de forma estética dentro tuyo.

No se trata de la vergüenza de ayer o del año anterior, o de la vergüenza que tenías cuando tenías siete años; esta vergüenza se encuentra ya muy lejos.
Se trata más bien de la vergüenza presente, en este momento, que es salvaje, que pica, sin domar, y que emerge como un pensamiento, un sentimiento, y una sensación…
como presión en la cabeza y mariposas en el vientre,
como vacío y anhelo,
como voces en la cabeza,
y deseos en el corazón;
como una luz significativa,
como agua,
como fuego.

La vergüenza ha llegado, no para dañarte, sino para ofrecer con compasión su portal sagrado y poco comprendido.
Toma el riesgo de conocer su fragancia única, de sentirla en el cuerpo, de conocer sus singulares estados de ánimo y sus imágenes.
Toca este lugar sagrado que ha estado anhelando tu amor por tanto tiempo.
Acércate a la vergüenza, pero no tanto como para caer en ella.
Interprenetración sin enredarte. Intimidad sin fusionarte.

¡Olvídate hoy de “sanar” tu vergüenza!
Y en cambio, encuentra al avergonzado, acércate a aquel que se siente poco digno y roto,
Invítalo a entrar a aquel que se siente enfermo y no amado, y sácalo de su escondite, guíalo hacia la luz de la consciencia compasiva.
Encuéntrala en el vientre, en el pecho, en la garganta…
Inúndala de luz, de curiosidad, y cuidado, con esta tierna consciencia que no busca “arreglar” sino entender,
No busca “remendar” sino abrazar,
No busca “aniquilar” sino aliviar y vincularse.

Abraza tu vergüenza cerca de ti como una madre sosteniendo a su precioso niño y pregunta: — “Mi amor, necesitas ser sanada hoy?”

Y escucha, escucha con atención,
Escucha ahora desde la profundidad de tu alma,
Escucha su respuesta sin tiempo mientras emerge del gran silencio de la meditación.

— “Hoy no preciso sanarme, madre: solo sosténme”.

Jeff Foster & Matt Licata


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