· Ves un producto (¡es hermoso!)
· Te imaginas siendo muy feliz con él
· Visualizas una mejora en tu vida
· Lo compras
· Te alegras por un momento
· Pero pasa el tiempo
· Dejas de usarlo
· Se pasa la emoción
· El producto termina siendo olvidado
· Y tu vida no mejora en realidad
A mí también me ha pasado.
Pero me pasa menos desde que practico el hábito de dejar enfriar la emoción de comprar.
¿En qué consiste?
Pues en eso. En esperar un poco antes de tomar la decisión de comprar algo. (Me refiero a cosas no esenciales, obviamente).
La mayoría de nuestras compras están motivadas por una emoción.
Compramos desde la euforia, dese la ansiedad, desde el aburrimiento, desde el miedo.
Pero las emociones no son permanentes. Las emociones cambian. Así que no tiene sentido comprar algo a partir de un estado emocional que después va a cambiar.
Por eso es importante crear un espacio. Respirar. Permitir que la emoción se disipe para poder decidir desde un estado más calmado y consciente.
Esto puede ayudarnos a:
· No llenarnos de cosas que no necesitamos (y vivir más ligeros)
· No desperdiciar nuestro dinero (y usarlo para algo mejor)
· Reducir nuestra huella ambiental (todo lo que compramos tiene un impacto)
· Ser más conscientes de nuestras emociones (y regalarnos lo que realmente necesitamos, que rara vez es algo material)
Si te interesa empezar a practicar este hábito, estos son algunos pasos que puedes considerar.
Es simple, pero no fácil.
1. Espera una oportunidad
A partir de hoy, cada vez que surja en ti el deseo de comprar algo, será una maravillosa oportunidad para practicar el hábito de dejar enfriar la emoción.
2. Detente y observa
Cuando llegue el momento, haz una pausa y mira lo que está pasando. Date cuenta de que estás a punto de comprar algo que tal vez no necesitas (ni te aportará ningún tipo de valor). Opta por esperar.
Investiga qué emoción está motivando tu deseo de comprar. ¿Es euforia? ¿Excitación? ¿Ansiedad? ¿Miedo ¿Aburrimiento? Tan solo observa e investiga. No te juzgues.
3. Explora la emoción detrás del deseo
Investiga qué emoción está motivando tu deseo de comprar. ¿Es euforia? ¿Excitación? ¿Ansiedad? ¿Miedo ¿Aburrimiento? Tan solo observa e investiga. No te juzgues.
4. Establece la intención de esperar
Quizá quieras esperar un par de días o un par de semanas. Aprovecha este tiempo para seguir explorando tu sentir. ¿Ha cambiado la emoción que experimentaste anteriormente?
5. Decide desde la calma
Una vez que haya pasado el tiempo establecido, vuelve a cuestionar tu intención de comprar. ¿En verdad es algo que aportará valor a tu vida? ¿O es algo de lo cual puedes prescindir? Sé honesto contigo y toma una decisión consciente.
Autoconocimiento emocional
Aunque esta práctica puede parecer muy enfocada en comprar menos, en realidad es un proceso de autoconocimiento y autocuidado.
Conocer nuestras emociones y la manera en la que éstas nos hacen actuar es crucial para llevar una vida más consciente en todos los sentidos. Es muy interesante.
Creo que el consumismo compulsivo y la eterna insatisfacción tienen su raíz (entre otras cosas) en el poco contacto que tenemos con nuestras emociones y en nuestra poca capacidad de procesarlas de manera saludable.
Así que te invito a realizar esta práctica no solo para cambiar tus hábitos de consumo, sino para ir más allá en tu proceso de conocimiento y cuidado personal.
Pedro Campos
La vida Minimal
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