Deja que tu piel adquiera la memoria de los días.
Que tu mente atesore los recuerdos de las cosas que ya no existen.
Déjate la vida.
Cada vez que hagas algo.
No tengas miedo a arrugarte.
A perder la belleza.
Porque hay personas que se terminaron muy pronto.
Que no vieron crecer a sus hijos e hijas.
Que se fueron cuando aún les quedaba tanto.
Que hubieran dado todo por hacerse mayores.
Celebra cada vez que no te mueres.
Celebra tu cuerpo que todavía no es escombro.
Celebra tu falta de pelo y tus achaques y tus rutinas.
Déjate envejecer.
Siéntete orgullosa de haber sobrevivido.
Hazlo con dignidad y alegría.
Piensa en que lo conseguiste.
Que hubo guerras y enfermedades.
Desamores.
Accidentes.
Y tú aquí.
Sin dejarte arrastrar.
Y tú ahí.
Una preciosa huella en la historia.
De la humanidad.
~Roy Galán.
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