Una serendipia es ...
31 mayo 2024
El poder de una mujer que ora
28 mayo 2024
Cómo el amor puede impulsar tu negocio
Hay una cualidad que destaca y probablemente no aparecería en los primeros puestos de las listas de muchas personas: el amor. A lo que me refiero no es a lo que normalmente me viene a la mente al principio: emociones, romance, sentimientos egocéntricos que pueden desaparecer tan rápido como aparecen. No, me refiero al tipo de amor que sirve para dar forma positiva a la cultura corporativa de una organización.
Por cultura corporativa me refiero a las creencias que afectan los comportamientos y determinan cómo interactúan los empleados y la dirección de una empresa. La investigación ha descubierto que el 73% de los empleados no creen en los valores de su organización. Del 27% restante, el 77% de los que sí creen en los valores de la organización no pueden aplicarlos en su trabajo. Se trata de una grave desconexión entre empleado y empleador que limita la productividad.
El amor –en el que se esfuerza la persona por anteponer las necesidades e intereses de los demás, buscando lo mejor para ellos– puede marcar la diferencia y transformar totalmente la cultura de una organización. Mi libro, Love As a Management Practice, explica el poder motivador del amor en el trabajo. Éstos son algunos de los beneficios:
• Moral. Tratados con amor, los compañeros de trabajo experimentan una mayor satisfacción personal en el trabajo.
• Márgenes. Los empleados queridos actúan de manera más responsable, lo que los convierte en mejores administradores del tiempo y los recursos, y generan resultados cada vez mejores.
• Desempeño del producto/servicio. Los empleados queridos están cada vez más motivados para contribuir con sus mejores esfuerzos a la misión de la organización, que es beneficiar a los clientes de productos y servicios.
• La satisfacción del cliente. Una mayor satisfacción laboral da como resultado una respuesta más satisfactoria a las necesidades de los clientes internos y externos.
• Retorno de la inversión. Éste es el efecto neto cada vez mayor de una fuerza laboral productiva y bien tratada.
Todo esto conduce al mayor beneficio de todos: Espiritual. El amor como práctica de gestión no es una frase o estrategia inteligente diseñada por un consultor de gestión. Está anclado en la Biblia, apunta al beneficio de los demás y, lo más importante, apunta a Dios, la fuente suprema del amor. Considera lo siguiente:
El amor tiene un enfoque exterior. En Su ministerio terrenal, Jesucristo enseñó que el amor debe ser central en todo lo que hacemos. “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, y ama a tu prójimo [compañero de trabajo/empleado]) como a ti mismo” (Mateo 22:36).
El amor pone a los demás en primer lugar. Una distorsión moderna del amor es centrarse en uno mismo: en lo que podemos obtener de él. El amor, tal como lo describe la Biblia, no es egoísta. "El amor es paciente, el amor es amable. No tiene envidia, no se jacta, no se enorgullece. No es grosero... no se enoja fácilmente, no guarda ningún registro de sus errores... Y ahora quedan estos tres: fe, esperanza y amor. Pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:4-13).
El amor es el deseo de Dios para nosotros. Hablando a sus discípulos antes de ser traicionado, sometido a un juicio simulado y crucificado, Jesús les dio instrucciones directas: “Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Como yo los he amado, así se amen unos a otros. En esto conocerán todos que son mis discípulos, si se aman unos a otros” (Juan 13:34-35).
John Johnson
16 mayo 2024
Haz tu cama
09 mayo 2024
Mi papá era un ecologista y nos enseñó a amar los árboles
Desde que llegamos a vivir a nuestra casa Papá quiso tener árboles, en el patio teniamos un limón, que nos daba tantos limones para nuestras aguas frescas, porque no tomabamos otra cosa en casa, en frente teníamos un trueno. Recuedo que mamá nos decía, ve a traerme 10 limones para hacer una jarra de limonada, y corría al patio a cortarlos, más natural y fresca no podía ser esa limonada. Nos dieron sombra y fruto por un tiempo, pero con algunas heladas esos árboles se quemaron, e inmediatamente sembró más, tuvimos una mandarina que no estaban muy dulce, luego en el patio plantó Naranjas y Mandarinas y Limones... teníamos algunos árboles y recolectabamos los frutos juntos... pasó el tiempo y hubo otras necesidades de ampliación y nos quedamos con un patio más pequeño.
El último árbol que sembró Papá fue un encino, despues de aprender que aunque nos gusten algunos árboles es necesario plantar los que son de la región. Lo recuerdo tan orgulloso de su árbol, lo regaba y le daba cariño, y me decía, ya viste como va creciendo mi árbolito, pronto nos dará sombra, relamente papá cuidó mucho ese árbol y sobre todo en días como hoy, le agradezco tanto haber plantado ese árbol que da tanta sombra a nuestra casa.
Gracias Papá por dejarnos tanto amor a tus árboles, y porque hoy nos regalan una maravillosa sombra.
Edith Reyna-Villarreal
07 mayo 2024
El hijo preferido
Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:
Nada es más voluble que un corazón de madre, y como madre, le respondo:
- El hijo predilecto, aquel a quien me dedico de cuerpo y alma…
- Es mi hijo enfermo, hasta que sane.
- El que partió, hasta que vuelva.
- El que está cansado, hasta que descanse.
- El que está con hambre, hasta que se alimente.
- El que está con sed, hasta que beba.
- El que está estudiando, hasta que aprenda.
- El que está desnudo, hasta que se vista.
- El que no trabaja, hasta que se empleé.
- El que se enamora, hasta que se case.
- El que se casa, hasta que conviva.
- El que es padre, hasta que los críe.
- El que prometió, hasta que cumpla.
- El que debe, hasta que pague.
- El que llora, hasta que calle.
Y ya con el semblante bien distante de aquella sonrisa, completó:
- El que ya me dejó... hasta que lo reencuentre..
04 mayo 2024
No soy tu perfecta hija mexicana
7. Expectativas sociales versus aspiraciones personales: La protagonista lidia con las expectativas sociales puestas sobre ella como hija mexicana, mostrando la tensión entre ajustarse a las normas sociales y persiguiendo aspiraciones personales.