Aquí va una palabra que despierta sensaciones encontradas…
Pachulí, un aroma que hereda el nombre de la planta que algunos asocian a un olor demasiado fuerte como para calificarse de embriagador. Pero muchos lo aman, que sobre olores se aplica lo mismo que vale para los colores. Os hablaré de él para que lo conozcáis un poco mejor, tal vez cambie un poco la imagen que tenéis de él. Más que imagen, lo que conocéis es una esencia,
pero bueno, me entendéis.
pero bueno, me entendéis.
Este vegetal es todo un trotamundos aromático.
Originario de las tierras tropicales de Asia, el Pachulí es una herbácea arbustiva de la familia de las Lamiaceae que ha conquistado (algunas) narices y corazones por todo el mundo.
Si tratas de cultivarlo solo tendrás éxito si vives en una zona templada y húmeda.
Imagina que estás en un mercado de especias, y de repente,
una fragancia terrosa y embriagadora te envuelve.
Originario de las tierras tropicales de Asia, el Pachulí es una herbácea arbustiva de la familia de las Lamiaceae que ha conquistado (algunas) narices y corazones por todo el mundo.
Si tratas de cultivarlo solo tendrás éxito si vives en una zona templada y húmeda.
Imagina que estás en un mercado de especias, y de repente,
una fragancia terrosa y embriagadora te envuelve.
Ese es el Pachulí, con su perfume intenso no pretendía resultar inolvidable, los mercaderes de seda chinos lo usaban para proteger sus preciados tejidos de las polillas.
¡Y vaya si sabían lo que hacían! El Pachulí no solo ahuyentaba
a los insectos, sino que también dejaba un rastro de lujo
y exotismo. Puede que ahuyentara por el camino a algún cliente, pero funcionaba.
¡Y vaya si sabían lo que hacían! El Pachulí no solo ahuyentaba
a los insectos, sino que también dejaba un rastro de lujo
y exotismo. Puede que ahuyentara por el camino a algún cliente, pero funcionaba.
No todo son polillas y fragancias; el Pachulí tiene su lado práctico. Sus hojas son una fuente de aceite esencial con propiedades que van desde calmantes hasta sedantes, pasando por analgésicas y antiinflamatorias. ¿Dolor de cabeza? ¿Estrés? Un poco de aceite de Pachulí y ¡puf! como si nada.
Y no olvidemos su papel estelar en la cultura popular. En los años 60 y 70, el Pachulí se convirtió en el aroma de la contracultura, un símbolo de paz y amor… y también un práctico disfraz para el olor del cannabis. Hoy en día, sigue siendo un ingrediente clave en la perfumería moderna, demostrando que un buen aroma nunca pasa de moda.
Así que la próxima vez que sientas ese aroma característico, recuerda que no es solo un olor: es historia, es medicina, es rebeldía… es Pachulí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario