Las relaciones rotas, las dificultades financieras o la pérdida reciente de un ser querido pueden hacer que incluso los más fieles se pregunten si Dios los ama o incluso si se da cuenta de sus circunstancias. Cuando una persona comparte el dolor de sentir que Dios está distante, nuestra oferta de orar puede parecer trillada, poco sincera o irrelevante en el momento.
Entonces, ¿por qué nos ofrecemos a orar por los demás?
Las oraciones de Jesús expresaron el corazón del Padre hacia aquellos a quienes tocaba. La oración es una invitación para que compartamos el corazón del Padre con Sus hijos. Desea que cada persona se sienta conocida, cuidada y animada. Y sabemos que a través de nosotros, Él puede hacerse real en el momento.
Cuando es difícil escuchar
Cuando es difícil escuchar
Seamos realistas: hay ocasiones en las que nosotros, como creyentes, nos sentimos frustrados con los caminos de Dios. En nuestro corazón sabemos que Él todavía nos ama y anhela que acudamos a Él en busca del consuelo y el aliento que necesitamos. Entonces, incluso cuando sentimos que Él nos ha decepcionado, no debemos apresurarnos a ignorar a quienes están orando. En lugar de eso, tal vez pídales que le pidan específicamente a Dios que nos ayude a comenzar a confiar en Él nuevamente.
Otra razón por la que a nosotros, como cristianos, nos puede resultar difícil escuchar la frase es cuando sentimos que el sentimiento no es sincero. Sin embargo, cuando alguien se ofrece a orar por nosotros, no cuestionemos el motivo ni el cumplimiento. La cuestión clave es cómo recibimos la preocupación de otra persona. Y con esperanza y fe, recuerden: “La oración del justo tiene un efecto muy poderoso”. Santiago 5:16 NVI.
Una promesa de orar
Una promesa de orar
Decir: “Estoy orando por ti” puede convertirse fácilmente en un cliché, una promesa vacía para hacer que una conversación sea un poco más cómoda en el momento. Obviamente, queremos orar por la gente. Nuestras intenciones son buenas. Sin embargo, nuestro seguimiento puede ser menos que ideal.
Entonces, ¿cómo respaldamos nuestro compromiso de orar? Necesitamos un plan para hacer realidad las promesas. Lo más fácil es orar por esa persona en ese mismo momento. Mantenga la oración rápida, simple y enfocada en la necesidad actual. Una oración de un minuto puede trasladar un momento lleno de emoción cruda a un lugar de confianza renovada en el consuelo, el amor y los caminos curativos de Dios.
Considerándolo todo, debemos recordar que Dios nos llama a orar unos por otros. Filipenses 4:6 dice: “No estéis afanosos por nada, sino que en toda situación, con oración y petición, con acción de gracias, presentad vuestras peticiones a Dios”. Entonces, ya sea que te sientas impulsado o no a decir las palabras “orando por ti”, recordemos que la oración es una herramienta poderosa, que realmente puede traer paz y alivio a un corazón herido. Si bien debemos tener en cuenta cómo se sienten los demás acerca de la frase, eso no debería impedirnos inclinar la cabeza y presentar nuestras preocupaciones, pensamientos e inquietudes unos por otros a nuestro amoroso Padre.
Considerándolo todo, debemos recordar que Dios nos llama a orar unos por otros. Filipenses 4:6 dice: “No estéis afanosos por nada, sino que en toda situación, con oración y petición, con acción de gracias, presentad vuestras peticiones a Dios”. Entonces, ya sea que te sientas impulsado o no a decir las palabras “orando por ti”, recordemos que la oración es una herramienta poderosa, que realmente puede traer paz y alivio a un corazón herido. Si bien debemos tener en cuenta cómo se sienten los demás acerca de la frase, eso no debería impedirnos inclinar la cabeza y presentar nuestras preocupaciones, pensamientos e inquietudes unos por otros a nuestro amoroso Padre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario