Dos peones católicos se hallaban trabajando justamente delante de un burdel cuando de pronto vieron cómo un rabino se deslizaba furtivamente en la casa.
¿Qué vas a esperar de un rabino?, se dijeron el uno al otro.
Al cabo de un rato, el que entró fue un pastor protestante.
Ellos no se sorprendieron ¿Qué vas a esperar?...
Entonces apareció el párroco católico, que cubriéndose el rostro con una capa, se deslizó y también en el edificio.
Es terrible, ¿no crees? una de las chicas debe de estar muy enferma.
Jaja, fantástico :-) Y es que, como se suele decir, "no vemos el mundo como es, sino como somos"...
ResponderBorrarGracias, un beso.
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