A veces las crudas verdades duelen.
Es bastante comprensible que
nos sintamos incómodos cuando nuestros conceptos y creencias más
preciadas son sacudidas. Pero, a veces, esa es exactamente la medicina
que necesitamos.
Recuerdo que hace una década lancé ‘El Poder
del Ahora’ hasta el otro lado de la habitación, lleno de enojo y
frustración. Mis conceptos más sagrados acerca de 'mí mismo’ se estaban
sintiendo amenazados. El ego se rebeló.
A veces, un médico se ve
en la necesidad de quitar con una sierra un pie gangrenado para salvar
una pierna. Parece muy cruel, pero la intención es amorosa. A veces,
sanar duele como el mismo infierno.
Si algo de lo que digo te suena desagradable, asegúrate de revisar si algunas de tus sagradas creencias se sienten amenazadas.
Esto
no es una excusa para ser cruel ni para ser poco amable de manera
intencional, por supuesto. Pero a veces el amor tiene que ensuciarse las
manos. A veces, el amor es un desafío. A veces, el amor es
descaradamente honesto, hasta el riesgo de perderlo todo.
Quizás
yo sea el único a quien le importas lo suficiente como para no hablarte
con toda esa mierda espiritual y sin la necesidad de agradarte. No
tengo ninguna imagen del 'agradable tipo espiritual’ que defender. Sólo
me importa tu libertad.
El amor no siempre es reconfortante. Pero siempre es real.
Jeff Foster
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