La fe no significa ausencia de miedo, la fe transforma el miedo en fuerza, y los momentos difíciles en experiencias...
Hace más de un año conocí a Armando, un amigo con diagnóstico de cáncer en el estómago. Nuestro encuentro en ese momento no fue muy agradable ya que él se encontraba en una posición totalmente negativa, era totalmente víctima del cáncer...
Por más que platiqué con él en ese momento sobre la actitud y la fe, él estaba encerrado en su negatividad... haciéndose la vida aún más difícil... Pasaron tres meses y cada vez se sentía peor, y todo empezó a tornarse más grave...
Me platicó que un día su mamá en su desesperación le recordó lo que habíamos hablado... Y entre lagrimas le pidió de favor que si no lo quería hacer por él, lo hiciera por ella, que las cosas ella no las podía cambiar, que el cáncer ya estaba ahí. Recordó que esa noche fue muy difícil porque cada vez los dolores eran más fuertes, no pudo dormir y entre el miedo y el dolor se puso a orar, e hizo un trato con Dios, le dijo a Dios, Tu has tus milagros y yo le pondré todas las ganas del mundo... cada vez que quería sentirse deprimido o triste recordaba el trato que él había hecho. De manera evidente las cosas empezaron a cambiar a tal grado que recuperó las fuerzas para salir de su cuarto, se esforzaba en comer aún cuando el hambre no existía, cuando aparecían los dolores se ponía a orar y a ofrecer el dolor por otras causas y personas.
Cuando cambió la actitud, cambió todo...
¡Hace una semana fue dado de alta!
Muchos de los problemas o situaciones difíciles ahí están, en nuestras manos está mejorar o empeorarlos. Una mala actitud hace que esos momentos difíciles duren más o se ponga peor, una buena actitud nos da la esperanza que lo mejor está por venir, y convierte esos momentos o problemas en experiencias que nos fortalecen para lo que sigue...
Que tengan el mejor fin de semana de sus vidas, pero sobre todo una increíble y maravillosa vida...
A sonreir más y quejarnos menos... Lo mejor está por venir, sólo basta provocarlo.
Los quiero mucho
Héctor Molina
(Cambiando Historias)
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