Querido ...,
Primera cosa, me dio mucho gusto recibir tus noticias;
segunda cosa, siento mucho por tu condena. Desafortunadamente en el tribunal de Dios los seres humanos vienen juzgados por lo que son, pero en el tribunal de los hombres vienen juzgados por lo que hacen.
Desde tus cartas puedo claramente sentir que eres un hombre bueno, sensible e inteligente. Después de esto, todos tenemos partes de nuestro carácter que, cuando se encuentran en particulares condiciones, pueden cometer acciones que la comunidad castiga.
Ni modo Querido .... La vida quiso que pasaras por allí, si la tomas de la forma correcta (que me parece que es lo que tu estás haciendo) tu detención podría revelarse en una preciosa oportunidad para transformarte.
Al final, la prisión es un poco como un monasterio. Mucho tiempo para estar solo, mucho tiempo para reflexionar, meditar, hacer ejercicio.
Me da gusto que estés trabajando en la carpintería, esto ayuda. También el trabajo puede volverse una meditación, porque te ayuda a quedarte en el presente. Toda las veces que tu mente empieza a vagar de un lado y del otro tu simplemente regresa a lo que estás haciendo. No importa cuantas veces la mente se vaya, lo importante es cuantas veces regresas al presente. Es una cosa que se aprende despacito, sin prisa, con mucha paciencia y sin expectativas.
De la misma forma puedes aprender y agregar a tu rutina diaria una sesión de veinte minutos (cuarenta es mejor) de meditación Vipassana. Funciona de la misma forma de como te expliqué por lo que se refiere al trabajo, solo que en lugar de observar tus acciones observas tu respiración. Te sientas con los ojos cerrados y observa de forma relajada tu respiración natural (es importante que sea la respiración natural, no técnicas particulares), puedes observarla a la altura del plexo solar; verás tu mente escurrir en la superficie de tu ser, hasta cuando te va a raptar con una cadena de pensamientos; cuando te des cuenta que esto está pasando y la mente te llevó como en un sueño diurno, con paciencia, regresa a tu respiración, una y otra vez. Esto es todo. Regresar una y otra vez a la respiración te ayudará a quedarte en el presente, porque la respiración sucede siempre en el presente, justo como tu trabajo o cualquier otra acción del día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario