La sociedad ama que tú te definas como “algo” y que creas en la definición que has dado de ti mismo. “¿Quién eres tú? ¿Blanco o negro, derecha o izquierda, alto o bajo, dentro o fuera…?”.
A la sociedad le encanta que tú te definas, porque de lo contrario ¿cómo podría manipularte si no sabe quién eres? Una vez que te has definido los que tienen poder saben cómo reaccionarás a las cosas. Por ejemplo, es muy fácil saber cómo complacer o fastidiar a un católico o a un judío o a uno del Pan o a uno del Chivas.
Definirse a sí mismo como “algo” es como publicar el mapa de tu casa, para que cualquiera pueda meterse y hacer con tu vida lo que quiere. Es por esto que te dan la idea que definirte a ti mismo sea un síntoma de coherencia, de madurez, de consistencia; pero de mi punto de vista se trata de todo lo contrario.
Una persona madura es alguien que es consciente de su unicidad y no alguien que se esconde de forma infantil atrás los colores de un club; y la consistencia es un valor solo cuando eres coherente a ti mismo y no a los ideales y comportamientos de un categorial de definición son una cadena que la sociedad te impone para limitar tus movimientos, porque una vez que te has definido, es inevitable que la gente se espere que tú seas coherente con la definición que has dado de ti mismo. Más inteligente es simplemente ser quien eres, sin caer en ninguna definición. Si tú eres simplemente quién eres, eres libre.
Prem Dayal
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