Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mateo 22:36-39 (RVR1960)
Creo que nunca será suficiente que escuches esto, eres una creación hermosa y perfecta de Dios, amate porque Dios te ama. Si tú te pudieras ver como Dios te ve, entenderías que teniendo un corazón sano que se ama y se aprecia, podrás entonces ser libre, podrás amar incondicionalmente y podrás entonces ser bendición a tus semejantes. Esto es cierto sin importar la edad y la situación en la que te encuentres.
Todas las mujeres jugamos un papel tan importante en la sociedad, Dios nos hizo con características únicas, el papel de los hombres es igual de importante, que no haya confusión en eso, debemos dejar de lado el decir que las mujeres somos mejores o asumir que los hombres son mejores, eso no es lo que Dios enseña, somos diferentes, somos sus hijos amados, somos creados por Dios con el propósito de glorificarle, de alabarle, de vivir en la mejor versión de nosotros, y para eso Jesús nos pide amarnos en la justa medida.
Las enseñanzas de Jesús son tan prácticas y siempre tan directas que nos llaman a la acción, es decir, nos piden hacer algo, y esta enseñanza “ama a tu prójimo como a ti mismo” es un llamado a la acción. Quieres amar a tu prójimo, entonces tienes que amarte primero, nunca podrás compartir amor, si no te amas, si sientes que no eres suficientemente bella, inteligente, simpática, etc. De alguna manera todas en algún momento somos inseguras, pero eso es solo un engaño de tu mente, porque Dios dice que eres suficiente, eres completa, eres hermosa.
A veces las mujeres necesitamos escuchar que somos apreciadas, y es muy válido querer que los demás también nos reconozcan, por eso debes caminar por la vida con la certeza que eres amada y valorada, y lo digo nuevamente en la justa medida, a Dios no le gustan las personas engreídas, sino las sencillas y humildes, pareciera una contradicción, pero no lo es.
Recuerda que Dios es Amor, y ese es el significado más profundo que podemos encontrar de esa palabra. Dios en nosotros produce amor, y compartirlo con los demás en poner en acción el amor. He aprendido a lo largo de muchos años de caminar en este mundo que amarnos a nosotros mismos en la medida adecuada y cuidar de nosotros es cuidar ese instrumento por el que Dios quiere llevar el amor a otras partes, mediante vidas con propósito, vidas significativas.
Cuidarte es Amar a Dios
Cuidarte es Amar al prójimo a quien puedes bendecir con tus dones
Cuidarte es Amar.
Eres hermosa, cuida tu corazón, bendice a otros con tus dones.
Edith Reyna Puente
(Este es mi aportación para un portal de mujeres jóvenes y adolescentes que se llama soy-extraordinaria)
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