Sólo pensaba que ya no iba a verte más, me imaginaba lo difícil que iba a ser mi vida a partir de ese instante.
El día que te fuiste mi vida se tornó oscura, mis ojos comenzaron a brillar sin parar, porque jamás se iban esas lágrimas.
Siempre aparecían en mi rostro una y otra vez.
El dolor que sentí sigue intacto, lo llevo dentro de mi alma, guardado en una gran caja de cristal que a veces se rompe y lo vuelvo a sentir como el primer día.
El día que te fuiste te llevaste a la persona que algún día fui y me convertí en un ser totalmente diferente.
Mucho más frágil, pero a la vez tan fuerte....
¡Gracias por tanto!..siempre en mi pensamiento, en mi alma y corazón!
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