Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

18 mayo 2011

Honestidad no sincera

En el reino chino de Tsu vivía un hombre llamado Honesto. Su padre robó una oveja, así que el joven fue y lo informó a un magistrado, quien ordenó que el culpable fuera arrestado. Cuando lo detuvieron lo trajeron a su presencia para ser castigado.  El joven Honesto preguntó entonces al magistrado si le permitía el castigo en lugar de su padre.

Justo cuando le iban a infligir el castigo, el joven dijo al oficial: "Cuando mi padre robó la oveja y yo reporté el robo, ¿No fui honesto? Cuando mi padre estaba a punto de ser castigado por su delito y yo me ofrecí en su lugar para recibir la pena, ¿No estaba honrando a mi padre? Si usted castiga al que es honesto y honra a su padre, ¿Quién quedará en el reino que no deba ser castigado?"

Cuando el magistrado escuchó esto liberó al joven.  Cuando el sabio Confucio, quien había sido magistrado en el área criminal escuchó la historia dijo: "¡Extraño! Que un hombre pueda vender el buen nombre de su padre para hacerse una reputación por su propia honestidad. Si eso es honestidad, mejor sería ser deshonesto".


Hace años se suponía que una persona era honesta por lo que no se requería que trajera con su aplicación un hoja de delincuencia limpia y dos o tres cartas de referencia adecuadas.  Hoy la honestidad es un requisito de muchos empleos.  Esto no quiere decir que antes no era importante como valor, solo que abundaba más como parte del carácter de la mayoría.

Pero, la honestidad debe ser además sincera, no algo que se pregona o adjunta como un requisito sino que forma parte integral de nuestro carácter, que nos permita vivir y actuar consistentemente.  Confucio advirtió el problema de fondo, hay personas que pregonan ser honestas, pero tienen corazones perversos, que solo conocen la hipocresía y el egoísmo. Parafraseando a Plutarco en su obra "Vidas paralelas" hablando de Pompeya la mujer de Julio Cesar, "la mujer del Cesar no debe solo parecer, sino ser".

Deberíamos amar la verdad por si misma, pero no por nuestra propia conveniencia. Glorificar nuestra propia devoción a una verdad abstracta es una búsqueda carente de nobleza como ilustra esta historia china.




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