Un día cuatro niños se acercan a Nasrudin y le piden que reparta una bolsa de nueces entre ellos.
- Nasrudin, no podemos repartir estas nueces entre nosotros justamente.
- Nos puede ayudar, ¿por favor?
Nasrudin les pregunta:
- ¿Queréis una distribución a la manera de Dios o a la manera de los hombres?
- A la manera de Dios, – contestan los niños.
Nasrudin abre la bolsa y da dos puñados de nueces a un niño, un puñado al otro, solamente dos nueces al tercer niño y ninguna al cuarto.
- ¿Qué distribución es ésta?, -le preguntaron los niños asombrados.
- Bien, ésta es la manera en la que Dios reparte.
- Mucho a algunos, un poco a los demás y nada a otros.
Si me hubierais pedido distribuir a la manera de los hombres os habría dado la misma cantidad a todos.
Fuente: tradicional Sufi
Una serendipia es ...
Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
31 diciembre 2012
30 diciembre 2012
La alegría es el antídoto para todos los miedos
"La alegría es el antídoto para todos los miedos. El miedo se asienta cuando no disfrutamos la vida. Si gozas la vida, el miedo desaparecerá. Por tanto, sé positivo y goza más, ríete más, baila, canta. Mira las cosas pequeñas cada vez con más alegría y entusiasmo. La vida está hecha de detalles y si logras dotar de alegría todas esas cosas, la suma total será colosal.
No esperes a que te suceda algo extraordinario. No es que en la vida no haya sucesos extraordinarios, claro que sí; pero no esperes a que se produzcan. Las cosas extraordinarias suceden solamente cuando se viven los detalles cotidianos desde una nueva perspectiva, con la mente nueva, con renovada vitalidad y entusiasmo. Así, poco a poco, se van acumulando, hasta que un día se produce la gran explosión de dicha pura.
Pero nunca se sabe cuándo será ese día. Es necesario continuar recogiendo guijarros en las playas. La totalidad se convierte en el gran acontecimiento. Un guijarro es un guijarro, pero cuando se juntan muchos guijarros, súbitamente se convierten en diamantes. Ese es el milagro de la vida. Por tanto, no necesitas pensar en grandes cosas.
Hay muchas personas en el mundo que se pierden la vida por estar a la espera de algún suceso extraordinario, el cual no podrá suceder de la nada. Solamente sucede a través de las cosas ordinarias como comer, desayunar, caminar, tomar un baño, conversar con un amigo, sentarse a contemplar el cielo o quedarse en cama haciendo nada. La vida está hecha de esas minucias. Son la esencia de la vida.
Por lo tanto, hagan todo con alegría y entusiasmo, y cada cosa será una oración...
No te preocupes por los lados negativos. Si enciendes una vela, la oscuridad se disipará por sí sola. No trates de luchar contra la oscuridad. No podrás sencillamente porque la oscuridad no existe. ¿Cómo pelear contra algo que no existe? Simplemente enciende una vela. Olvida la oscuridad, olvida el miedo, olvida todas esas cosas negativas que normalmente acechan a la mente humana. Sencillamente enciende una vela de entusiasmo...."
Osho
No esperes a que te suceda algo extraordinario. No es que en la vida no haya sucesos extraordinarios, claro que sí; pero no esperes a que se produzcan. Las cosas extraordinarias suceden solamente cuando se viven los detalles cotidianos desde una nueva perspectiva, con la mente nueva, con renovada vitalidad y entusiasmo. Así, poco a poco, se van acumulando, hasta que un día se produce la gran explosión de dicha pura.
Pero nunca se sabe cuándo será ese día. Es necesario continuar recogiendo guijarros en las playas. La totalidad se convierte en el gran acontecimiento. Un guijarro es un guijarro, pero cuando se juntan muchos guijarros, súbitamente se convierten en diamantes. Ese es el milagro de la vida. Por tanto, no necesitas pensar en grandes cosas.
Hay muchas personas en el mundo que se pierden la vida por estar a la espera de algún suceso extraordinario, el cual no podrá suceder de la nada. Solamente sucede a través de las cosas ordinarias como comer, desayunar, caminar, tomar un baño, conversar con un amigo, sentarse a contemplar el cielo o quedarse en cama haciendo nada. La vida está hecha de esas minucias. Son la esencia de la vida.
Por lo tanto, hagan todo con alegría y entusiasmo, y cada cosa será una oración...
No te preocupes por los lados negativos. Si enciendes una vela, la oscuridad se disipará por sí sola. No trates de luchar contra la oscuridad. No podrás sencillamente porque la oscuridad no existe. ¿Cómo pelear contra algo que no existe? Simplemente enciende una vela. Olvida la oscuridad, olvida el miedo, olvida todas esas cosas negativas que normalmente acechan a la mente humana. Sencillamente enciende una vela de entusiasmo...."
Osho
29 diciembre 2012
¡Esto es actitud!
Esto es un ejemplo de actitud, de ver el problema y enfrentarlo...
Enjoy!
Enjoy!
24 diciembre 2012
La risa y la navidad
¡Por fin! Después de tanto esperar, llega de nuevo ésta época tan especial en donde nuestro corazón se llena de buenos sentimientos, nuestra mente de agradables recuerdos y nuestro cuerpo de algunos kilos extras.
Si bien es cierto que la celebración de la Navidad nos invita a reflexionar y fortalecer nuestro lado espiritual, de igual manera se puede convertir en la excusa perfecta para caer en la trampa del consumismo con el consecuente daño a la economía familiar, de asistir a eventos sociales “por compromiso” y de cometer excesos tanto en el comer como en el beber (o en ambos).
Todo esto puede provocar que nos llenemos de tensión (tanto física como mental) y que perdamos el verdadero “espíritu navideño”.
¿Y cuál es el espíritu navideño?
Creo que la forma más sencilla de explicarlo, es a través del uso de una frase simple pero que encierra un profundo significado y que escucharemos (y diremos) muchas veces a lo largo de esta temporada: tener una ¡FELIZ NAVIDAD!
La Felicidad es un estado que nos permite disfrutar al máximo los momentos compartidos, es poder percibir lo bueno a nuestro alrededor, es una sensación de plenitud a pesar de las circunstancias.
Pero la Felicidad no solo es un estado interno, también tiene diversas expresiones físicas que la hacen evidente: brincar, aplaudir, gritar, abrazar, llorar, bailar, silbar… y una de las más comunes: REÍR.
Si ponemos atención, nos daremos cuenta que la RISA encierra en sí misma algunas acciones específicas que podemos utilizar para alcanzar la Felicidad durante esta Navidad.
RISA significa…RECONCILIACIÓN Si bien es cierto que la celebración de la Navidad nos invita a reflexionar y fortalecer nuestro lado espiritual, de igual manera se puede convertir en la excusa perfecta para caer en la trampa del consumismo con el consecuente daño a la economía familiar, de asistir a eventos sociales “por compromiso” y de cometer excesos tanto en el comer como en el beber (o en ambos).
Todo esto puede provocar que nos llenemos de tensión (tanto física como mental) y que perdamos el verdadero “espíritu navideño”.
¿Y cuál es el espíritu navideño?
Creo que la forma más sencilla de explicarlo, es a través del uso de una frase simple pero que encierra un profundo significado y que escucharemos (y diremos) muchas veces a lo largo de esta temporada: tener una ¡FELIZ NAVIDAD!
La Felicidad es un estado que nos permite disfrutar al máximo los momentos compartidos, es poder percibir lo bueno a nuestro alrededor, es una sensación de plenitud a pesar de las circunstancias.
Pero la Felicidad no solo es un estado interno, también tiene diversas expresiones físicas que la hacen evidente: brincar, aplaudir, gritar, abrazar, llorar, bailar, silbar… y una de las más comunes: REÍR.
Si ponemos atención, nos daremos cuenta que la RISA encierra en sí misma algunas acciones específicas que podemos utilizar para alcanzar la Felicidad durante esta Navidad.
Es reconocer la importancia de poner en práctica el perdón.
Perdón es dejar ir de nuestra mente todo aquello que genera en nosotros emociones “tóxicas” que en primer lugar darán paso al coraje, posteriormente al resentimiento y finalmente al odio.
Saber perdonar a quien nos ha ofendido o causado algún daño es una forma positiva de “sanar” nuestra vida. Pero la práctica del perdón no solo se puede aplicar en nuestra relación con quienes nos rodean, sino también hacia nosotros mismos. Es necesario saber perdonarnos por los errores cometidos, por mostrar debilidad ante ciertas circunstancias o por no obtener los resultados que esperábamos.
Saber perdonarnos es aceptar responsablemente las consecuencias de nuestras acciones, reacciones y decisiones, pero sin la carga de “culpabilidad” absoluta y perpetua.
RISA también es… INTEGRACIÓN
Es promover la Unidad entre quienes nos rodean. En primer lugar con los miembros de nuestra familia, pero también con nuestros amigos, compañeros de trabajo y vecinos.
De igual manera, Integración es lograr un estado de paz interior a través de mantener la congruencia entre nuestras palabras, acciones y pensamientos con el fin de sentirnos bien con nosotros mismos.
RISA incluye… Solidaridad
Es poner en práctica la Compasión por los demás. La Compasión es diferente a la lástima, ya que ésta última aunque es un sentimiento profundo, carece de acción; en cambio, la compasión además de provocar una reacción emocional, se convierte en acciones concretas para buscar soluciones.
Tomando esto en consideración, es importante que seamos compasivos con aquellos que están más necesitados, con quienes están enfermos y con quienes sufren de soledad o abandono.
Ser solidario nos permite alcanzar un estado de gozo por el bien hecho a favor de otros. Es también una forma simple de poder hacernos conscientes de todo lo bueno que nos rodea y por lo cual podemos estar agradecidos.
Y finalmente, RISA también es…Alegría
Si bien la Felicidad es un estado interno, la Alegría es la expresión evidente de la Felicidad. Mantener una actitud alegre será el factor detonante de estados positivos que tienen efectos profundos sobre nuestra salud física, mental y emocional.
Y si durante ésta época sentimos la necesidad de dejar salir algunas lágrimas por cualquier razón, es importante mencionar que reír y llorar tienen el mismo efecto liberador.
Lo importante es que disfrutemos esta temporada y recordar que las personas “reímos porque estamos felices y estamos felices porque nos reímos”
Autor: Jose PP Elizondo.
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21 diciembre 2012
La felicidad es una decisión
La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa de sus 92 años de edad, estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en punto, con su cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos.
El que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía necesario el traslado.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana.
“Me encantan”, dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro.
“¡Sra. Pepita! usted aún no ha visto el cuarto…. espere”.
“Eso no tiene nada que ver”, dijo ella. La felicidad es algo que uno decide con anticipación.
El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría”. “Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme”.
“Estas son mis posibilidades: puedo pasarme el día en cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan, o puedo levantarme de la cama y agradecer por las que si funcionan.
Cada día es un regalo, y por el tiempo que mis ojos se abran me centraré en el nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente… sólo por este momento en mi vida.
La vejez es como una cuenta bancaria… uno extrae de lo que había depositado en ella”.
Recuerda estas simples 5 reglas para ser feliz:
(a) Libera tu corazón de odio,
(b) Libera tu mente de preocupaciones,
(c) Vive humildemente,
(d) Da más y
(e) Espera menos.
Muy buen ejemplo para nuestra vida. Necesitamos entender que nada nos hace felices o alguien nos hace felices. Nosotros decidimos ser o no felices. Ahora tener a Dios en nuestra vida, es la principal razón para ser felices.
No esperes mucho. Hazlo antes de que termine este año.
El que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía necesario el traslado.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana.
“Me encantan”, dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro.
“¡Sra. Pepita! usted aún no ha visto el cuarto…. espere”.
“Eso no tiene nada que ver”, dijo ella. La felicidad es algo que uno decide con anticipación.
El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría”. “Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme”.
“Estas son mis posibilidades: puedo pasarme el día en cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan, o puedo levantarme de la cama y agradecer por las que si funcionan.
Cada día es un regalo, y por el tiempo que mis ojos se abran me centraré en el nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente… sólo por este momento en mi vida.
La vejez es como una cuenta bancaria… uno extrae de lo que había depositado en ella”.
Recuerda estas simples 5 reglas para ser feliz:
(a) Libera tu corazón de odio,
(b) Libera tu mente de preocupaciones,
(c) Vive humildemente,
(d) Da más y
(e) Espera menos.
Muy buen ejemplo para nuestra vida. Necesitamos entender que nada nos hace felices o alguien nos hace felices. Nosotros decidimos ser o no felices. Ahora tener a Dios en nuestra vida, es la principal razón para ser felices.
No esperes mucho. Hazlo antes de que termine este año.
20 diciembre 2012
Las energías del 21.12.2012
Este viernes 21 de diciembre todos recibiremos las poderosas energías sanadoras y transformadoras, que traerá consigo la alineación de nuestro sistema solar con el sol central de la galaxia y el solsticio de verano/invierno. Por eso, es muy importante que durante el período que dura la alineación de los canales de energía, que será aproximadamente de 48 horas (3 días) “mantengas una actitud serena, alegre y positiva” para recibir de una manera más saludable y armoniosa, estas nuevas frecuencias de luz y amor que provocarán la aceleración de los procesos evolutivos en nuestro cuerpo, mente y emociones y de esa forma, dar lugar a los maravillosos momentos de plenitud, dicha y felicidad, que se manifestarán paulatinamente en los siguientes días.
Por eso, para evitar exponernos a transitar algunos de estos cambios en forma brusca y agresiva, se sugiere evitar la calle y los ambientes densos o muy concurridos, pues el movimiento interno puede ser muy intenso, y algunas personas podrían propiciar situaciones de violencia y descontrol. Es recomendable, en la medida de lo posible, permanecer en un lugar adecuado, y compartir esta experiencia con familiares o personas cercanas, con quienes sientas una mayor confianza y afinidad, pues podrían presentarse algunos síntomas que requieran ayuda o acompañamiento, como fiebres altas, vómito, crisis de llanto, etc...
También se sugiere buscar un mayor contacto con la naturaleza, beber abundante agua, comer únicamente lo que tu cuerpo te pida, meditar, y enviar constantemente pensamientos y deseos de amor a todos los seres del planeta y a nuestra madre tierra, recordando en todo momento, que los planes de Dios son perfectos, que todo es para nuestro bien más elevado, y que estás en el lugar correcto, en el tiempo correcto, y con las personas correctas para tu crecimiento y evolución. Por eso, desde ahora, relájate, fluye, confía, sigue fielmente los deseos de tu corazón y prepárate con gran entusiasmo, alegría y amor, para vivir y disfrutar este hermoso regalo del cielo! Mucho ánimo, y haz que suceda!
Mari Yoli Morales
Por eso, para evitar exponernos a transitar algunos de estos cambios en forma brusca y agresiva, se sugiere evitar la calle y los ambientes densos o muy concurridos, pues el movimiento interno puede ser muy intenso, y algunas personas podrían propiciar situaciones de violencia y descontrol. Es recomendable, en la medida de lo posible, permanecer en un lugar adecuado, y compartir esta experiencia con familiares o personas cercanas, con quienes sientas una mayor confianza y afinidad, pues podrían presentarse algunos síntomas que requieran ayuda o acompañamiento, como fiebres altas, vómito, crisis de llanto, etc...
También se sugiere buscar un mayor contacto con la naturaleza, beber abundante agua, comer únicamente lo que tu cuerpo te pida, meditar, y enviar constantemente pensamientos y deseos de amor a todos los seres del planeta y a nuestra madre tierra, recordando en todo momento, que los planes de Dios son perfectos, que todo es para nuestro bien más elevado, y que estás en el lugar correcto, en el tiempo correcto, y con las personas correctas para tu crecimiento y evolución. Por eso, desde ahora, relájate, fluye, confía, sigue fielmente los deseos de tu corazón y prepárate con gran entusiasmo, alegría y amor, para vivir y disfrutar este hermoso regalo del cielo! Mucho ánimo, y haz que suceda!
Mari Yoli Morales
18 diciembre 2012
Sin exigencias ni condiciones
Cuando alguien nos pide algo, nos disgusta que nos ponga exigencias y condiciones a su petición.
A Dios también se le suelen poner exigencias necias. Él es la Inteligencia Absoluta y sabe muy bien lo que necesitamos. Y sabe cómo y cuándo dárnoslo.
A Dios no le sabe mal nada, ni se enoja con nuestras torpezas y necedades. Pero con nuestra torpeza, al pedir y exigir nos cerramos la puerta y estamos obstruyendo la generosidad divina.
Pedir con pretensiones es interferir con nuestra personalidad individual. Y los deseos de la personalidad hacen que nuestra petición no proceda de nuestro interior sino de los caprichos superficiales de la persona.
Cuando nos dirigimos a Dios con exigencias, estamos orando a un dios falso. Y los dioses falsos son sordos e inútiles.
La única postura digna de presentarse ante el Ser Absoluto es hacerlo con sencillez y disponibilidad total.
Basta con decir: Tú sabes muy bien lo que me hace falta y sabes el modo mejor de solucionar mi necesidad.
Él siempre nos da lo que necesitamos. No lo que pensamos que necesitamos, sino lo que realmente nos hace falta, que no siempre suele ser lo mismo que nosotros deseamos.
La razón de no recibir lo que precisamos reside en la falta de disponibilidad y apertura sencilla.
Si te presentas ante Dios con estas disposiciones, aun sin pedir recibirás lo que necesitas.
Darío Lostado
A Dios también se le suelen poner exigencias necias. Él es la Inteligencia Absoluta y sabe muy bien lo que necesitamos. Y sabe cómo y cuándo dárnoslo.
A Dios no le sabe mal nada, ni se enoja con nuestras torpezas y necedades. Pero con nuestra torpeza, al pedir y exigir nos cerramos la puerta y estamos obstruyendo la generosidad divina.
Pedir con pretensiones es interferir con nuestra personalidad individual. Y los deseos de la personalidad hacen que nuestra petición no proceda de nuestro interior sino de los caprichos superficiales de la persona.
Cuando nos dirigimos a Dios con exigencias, estamos orando a un dios falso. Y los dioses falsos son sordos e inútiles.
La única postura digna de presentarse ante el Ser Absoluto es hacerlo con sencillez y disponibilidad total.
Basta con decir: Tú sabes muy bien lo que me hace falta y sabes el modo mejor de solucionar mi necesidad.
Él siempre nos da lo que necesitamos. No lo que pensamos que necesitamos, sino lo que realmente nos hace falta, que no siempre suele ser lo mismo que nosotros deseamos.
La razón de no recibir lo que precisamos reside en la falta de disponibilidad y apertura sencilla.
Si te presentas ante Dios con estas disposiciones, aun sin pedir recibirás lo que necesitas.
Darío Lostado
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17 diciembre 2012
Verbo
De los 31 versículos del Capítulo 1 del Génesis, ocho mencionan que Dios creó al mundo con la palabra.
"Dios dijo: Haya luz. Y hubo luz", es uno ellos.
"Dijo asimismo Dios: Haya un firmamento en medio de las aguas, que separe unas aguas de otras", es otro ejemplo.
Si la Biblia tiene razón, quizás estén en lo cierto quienes sospechan que la ciencia, en su incansable escarbar debajo del átomo, terminará encontrando nada. Porque tal vez, al final, la creación no sea algo tangible, aunque sí perceptible.
Tal vez, la creación sea eso: una voz, una vibración, un sonido.
Tal vez, y me produce cierta paz pensar esto, la creación sea simplemente música.
"Dios dijo: Haya luz. Y hubo luz", es uno ellos.
"Dijo asimismo Dios: Haya un firmamento en medio de las aguas, que separe unas aguas de otras", es otro ejemplo.
Si la Biblia tiene razón, quizás estén en lo cierto quienes sospechan que la ciencia, en su incansable escarbar debajo del átomo, terminará encontrando nada. Porque tal vez, al final, la creación no sea algo tangible, aunque sí perceptible.
Tal vez, la creación sea eso: una voz, una vibración, un sonido.
Tal vez, y me produce cierta paz pensar esto, la creación sea simplemente música.
16 diciembre 2012
¿A mayor cantidad de armas, menos muertes?
Otro asesinato masivo se llevó a cabo en Colorado, EUA. Causó la muerte de 12 personas e hirió a otras 58. Sucedió a solo 17 millas de la Preparatoria Columbine donde 12 estudiantes fueron asesinados a balazos por otros dos estudiantes en 1999.
Este tipo de incidentes deberían de hacer recapacitar a los norteamericanos acerca de sus leyes que no limitan o regulan de manera adecuada la venta de armas incluyendo armas automáticas y militares. En algunos estados cualquiera que no tenga un historial criminal puede entrar a una tienda de armas y comprar un arsenal completo de armas mortales. En lugar de inclinarse hacia la regulación, la tendencia en algunos estados, como Texas, es el de disminuir estas regulaciones y facilitar así aún más la adquisición de armas. La Asociación Nacional de Rifles (NRA por sus siglas en inglés) tiene 4.3 millones de miembros que lo convierte en uno de los grupos de cabildeo más efectivos de Washington.
De acuerdo a una encuesta de Gallup en 2011 un record a la baja de 26% de norteamericanos favorece la prohibición legal de posesión de armas de mano en los Estados Unidos (además de la policía y otras personas autorizadas). Adicionalmente el apoyo al concepto más amplio de la elaboración de leyes para un control más estricto de armas está en su menor nivel (43%). El 44% prefiere que las leyes se queden como están mientras el 11% favorece leyes menos estrictas.
Entre los politicos hay unos cuantos, más notablemente el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que reaccionaron como resultado de la masacre en Aurora haciendo hincapie en la necesidad de mejorar los controles de armas: “Las palabras consoladoras están bien pero probablemente sea tiempo que la persona que quiere ser presidente de EUA tome una postura y nos diga que va a hacer al respecto ya que obviamente es un problema nacional.”
Después de la balacera en el cine de Aurora en Colorado la gente se lamentó e hizo énfasis en la necesidad de que las comunidades trabajaran juntas, que se hiciera justicia, etc. Sin embargo, muy pocos entre los entrevistados en radio y televisión mencionaron el hecho de que con las armas inundando Estados Unidos y llegando de manera tan fácil a las manos de gente trastornada, este tipo de dramas se repetirán una y otra vez.
Lo que más llama la atención es que la demanda de armas se incrementó en un 43% la semana siguiente a la balacera de ‘Batman’. Lejos de estar asqueados con las causas de la masacre, la gente común y corriente de Colorado corrió a armarse. También hubo un incremento en el número de gente que deseaba aprender a disparar.
Un dueño de tienda de armas en el centro de Denver, Colorado comentó para BBC Radio: “Es cierto que ha habido un fuerte incremento en la venta de armas. No me sorprendí, de hecho, lo esperábamos. La gente tiende a tomar mayor responsabilidad por su propia protección.” El vendedor de armas parecía pensar que a mayor cantidad de armas, más protección, por lo que añadió: “Vemos como suceden terribles incidentes en zonas libres de armas no en lugares donde todo el mundo está armado. Creo que hubiera sido mejor si hubiera habido más personas armadas ese día en el cine. Pudieron haberle disparado al agresor.” ¡De regreso al Viejo Oeste!
El comentarista de la CNN Fareed Zakaria escribió: “Los Estados Unidos de América se distinguen del resto del mundo no porque tiene más ‘locos’, creo que podemos asumir que esta gente esta inmersa de manera equitativa a través de toda las sociedades, sino por que tiene más armas. Los EUA es el único país en que en realidad hay 88 armas por cada 100 norteamericanos. Yemen es el segundo con 54. Serbia e Iraq se encuentran entre los primeros 10 países. Por tanto, EUA tiene el 5% de la población mundial y el 50% de las armas.
James Holmes, el asesino, compró un total de $2,000 USD en armas mortales en una tienda local así como 6,000 piezas de munición en Internet. Eso es realmente fácil de hacer, solo se necesita oprimir un botón. Si el tener más armas se tradujera en algo tan bueno para la seguridad pública uno tendría que preguntarse el por que en Europa Occidental donde la venta de armas a civiles está altamente restringido hay en promedio 10 veces menos muertes por armas que en EUA.
Este tipo de incidentes deberían de hacer recapacitar a los norteamericanos acerca de sus leyes que no limitan o regulan de manera adecuada la venta de armas incluyendo armas automáticas y militares. En algunos estados cualquiera que no tenga un historial criminal puede entrar a una tienda de armas y comprar un arsenal completo de armas mortales. En lugar de inclinarse hacia la regulación, la tendencia en algunos estados, como Texas, es el de disminuir estas regulaciones y facilitar así aún más la adquisición de armas. La Asociación Nacional de Rifles (NRA por sus siglas en inglés) tiene 4.3 millones de miembros que lo convierte en uno de los grupos de cabildeo más efectivos de Washington.
De acuerdo a una encuesta de Gallup en 2011 un record a la baja de 26% de norteamericanos favorece la prohibición legal de posesión de armas de mano en los Estados Unidos (además de la policía y otras personas autorizadas). Adicionalmente el apoyo al concepto más amplio de la elaboración de leyes para un control más estricto de armas está en su menor nivel (43%). El 44% prefiere que las leyes se queden como están mientras el 11% favorece leyes menos estrictas.
Entre los politicos hay unos cuantos, más notablemente el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que reaccionaron como resultado de la masacre en Aurora haciendo hincapie en la necesidad de mejorar los controles de armas: “Las palabras consoladoras están bien pero probablemente sea tiempo que la persona que quiere ser presidente de EUA tome una postura y nos diga que va a hacer al respecto ya que obviamente es un problema nacional.”
Después de la balacera en el cine de Aurora en Colorado la gente se lamentó e hizo énfasis en la necesidad de que las comunidades trabajaran juntas, que se hiciera justicia, etc. Sin embargo, muy pocos entre los entrevistados en radio y televisión mencionaron el hecho de que con las armas inundando Estados Unidos y llegando de manera tan fácil a las manos de gente trastornada, este tipo de dramas se repetirán una y otra vez.
Lo que más llama la atención es que la demanda de armas se incrementó en un 43% la semana siguiente a la balacera de ‘Batman’. Lejos de estar asqueados con las causas de la masacre, la gente común y corriente de Colorado corrió a armarse. También hubo un incremento en el número de gente que deseaba aprender a disparar.
Un dueño de tienda de armas en el centro de Denver, Colorado comentó para BBC Radio: “Es cierto que ha habido un fuerte incremento en la venta de armas. No me sorprendí, de hecho, lo esperábamos. La gente tiende a tomar mayor responsabilidad por su propia protección.” El vendedor de armas parecía pensar que a mayor cantidad de armas, más protección, por lo que añadió: “Vemos como suceden terribles incidentes en zonas libres de armas no en lugares donde todo el mundo está armado. Creo que hubiera sido mejor si hubiera habido más personas armadas ese día en el cine. Pudieron haberle disparado al agresor.” ¡De regreso al Viejo Oeste!
El comentarista de la CNN Fareed Zakaria escribió: “Los Estados Unidos de América se distinguen del resto del mundo no porque tiene más ‘locos’, creo que podemos asumir que esta gente esta inmersa de manera equitativa a través de toda las sociedades, sino por que tiene más armas. Los EUA es el único país en que en realidad hay 88 armas por cada 100 norteamericanos. Yemen es el segundo con 54. Serbia e Iraq se encuentran entre los primeros 10 países. Por tanto, EUA tiene el 5% de la población mundial y el 50% de las armas.
James Holmes, el asesino, compró un total de $2,000 USD en armas mortales en una tienda local así como 6,000 piezas de munición en Internet. Eso es realmente fácil de hacer, solo se necesita oprimir un botón. Si el tener más armas se tradujera en algo tan bueno para la seguridad pública uno tendría que preguntarse el por que en Europa Occidental donde la venta de armas a civiles está altamente restringido hay en promedio 10 veces menos muertes por armas que en EUA.
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13 diciembre 2012
Muchos senderos
Yang Dse era un maestro. Uno de sus vecinos perdió una oveja y no sólo envió a todos sus sirvientes a buscarla, sino que le rogó al maestro le cediera el suyo para colaborar en la búsqueda. El maestro preguntó:
—¿Pero no le basta con todos sus sirvientes para buscar una simple oveja?
El vecino repuso:
—Es que hay muchos senderos y quién sabe cuál ha tomado.
Durante muchas horas se buscó a la oveja, pero sin ningún resultado positivo. El vecino regresó desolado y el maestro Yang Dse preguntó si habían encontrado al animal.
—Imposible —dijo apenado el vecino—. Hay demasiados senderos. Como un sendero nos llevaba a otro, y así sucesivamente, ya no supimos ni cuál tomar. Hemos fracasado en la búsqueda.
El maestro permaneció muy pensativo y silencioso durante horas, sin que sus discípulos comprendieran por qué. Todos estaban extrañados. ¿Por qué esa rara actitud de su maestro?
Pero había un lúcido hombre llamado Sindu Dse, que explicó:
—No os extrañe la actitud de silencio y grave seriedad que ha tomado el gran maestro Yang Dse. Habéis comprobado que cuando hay demasiados senderos, conduciendo unos a otros, no hay manera de encontrar ni siquiera una oveja. El maestro se ha quedado pensativo dándose cuenta de que muchos discípulos se dedican a demasiadas cosas y siguen así muchos senderos, perdiendo su tiempo y su meta.
Leyenda de China.
—¿Pero no le basta con todos sus sirvientes para buscar una simple oveja?
El vecino repuso:
—Es que hay muchos senderos y quién sabe cuál ha tomado.
Durante muchas horas se buscó a la oveja, pero sin ningún resultado positivo. El vecino regresó desolado y el maestro Yang Dse preguntó si habían encontrado al animal.
—Imposible —dijo apenado el vecino—. Hay demasiados senderos. Como un sendero nos llevaba a otro, y así sucesivamente, ya no supimos ni cuál tomar. Hemos fracasado en la búsqueda.
El maestro permaneció muy pensativo y silencioso durante horas, sin que sus discípulos comprendieran por qué. Todos estaban extrañados. ¿Por qué esa rara actitud de su maestro?
Pero había un lúcido hombre llamado Sindu Dse, que explicó:
—No os extrañe la actitud de silencio y grave seriedad que ha tomado el gran maestro Yang Dse. Habéis comprobado que cuando hay demasiados senderos, conduciendo unos a otros, no hay manera de encontrar ni siquiera una oveja. El maestro se ha quedado pensativo dándose cuenta de que muchos discípulos se dedican a demasiadas cosas y siguen así muchos senderos, perdiendo su tiempo y su meta.
Leyenda de China.
12 diciembre 2012
¿Quién podrá desatarla?
El maestro preguntó a sus discípulos:
- Si un tigre aparece con una campanilla atada al cuello, ¿quién podrá desatarla?
Todos se quedaron perplejos, pues desatar la campanilla del cuello del tigre es muy peligroso. Por este motivo, aunque pensaban y pensaban, nadie se atrevía a dar una respuesta válida.
Hasta que finalmente, el maestro dio la respuesta:
- La campanilla debe ser desatada por quien la hubiera atado.
Desde ese día la frase se tornó en un proverbio para el pueblo, y la gente, en lugar de decir “debe resolver el problema quien lo creó” dice “la campanilla debe ser desatada por quien la ha atado”.
- Si un tigre aparece con una campanilla atada al cuello, ¿quién podrá desatarla?
Todos se quedaron perplejos, pues desatar la campanilla del cuello del tigre es muy peligroso. Por este motivo, aunque pensaban y pensaban, nadie se atrevía a dar una respuesta válida.
Hasta que finalmente, el maestro dio la respuesta:
- La campanilla debe ser desatada por quien la hubiera atado.
Desde ese día la frase se tornó en un proverbio para el pueblo, y la gente, en lugar de decir “debe resolver el problema quien lo creó” dice “la campanilla debe ser desatada por quien la ha atado”.
10 diciembre 2012
La maleta del hombre muerto
Un hombre murió. Al darse cuenta vio que se acercaba Dios y que llevaba una maleta consigo. Y Dios le dijo:
-Hijo es hora de irnos. El hombre asombrado preguntó:
-¿Ya? ¿Tan pronto? Tenía muchos planes....
-Lo siento pero es el momento de tu partida.
-¿Que traes en la maleta?
-preguntó el hombre-. Y Dios le respondió:
-Tus pertenencias...
-¿Mis pertenencias? ¿Traes mis cosas, mi ropa, mi dinero? Dios le respondió:
-Eso nunca te perteneció, eran de la tierra. -¿Traes mis recuerdos?
-Esos nunca te pertenecieron, eran del tiempo.
-¿Traes mis talentos? -Esos no te pertenecieron, eran de las circunstancias.
-¿Traes a mis amigos, a mis familiares? -Lo siento, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino.
-¿Traes a mi mujer y a mis hijos?
-Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón.
-¿Traes mi cuerpo?
-Nunca te perteneció, ese era del polvo.
-Entonces, ¿traes mi alma?
-No. Esa es mía. Entonces el hombre lleno de miedo, le arrebató a Dios la maleta y al abrirla se dio cuenta que estaba vacía. Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre dijo:
-¿Nunca tuve nada?
-Así es, cada uno de los momentos que viviste fueron sólo tuyos.
La vida es sólo un momento. Un momento sólo tuyo. Por eso, mientras estés a tiempo disfrútalo en su totalidad. Que nada de lo que crees que te pertenece te detenga. Vive el ahora, vive tu vida y no te olvides de ser feliz, es lo único que realmente vale la pena. Las cosas materiales y todo lo demás por lo que luchaste, se quedan aquí. Valora a quienes te valoran, no pierdas el tiempo con alguien que no tiene tiempo para ti.
-Hijo es hora de irnos. El hombre asombrado preguntó:
-¿Ya? ¿Tan pronto? Tenía muchos planes....
-Lo siento pero es el momento de tu partida.
-¿Que traes en la maleta?
-preguntó el hombre-. Y Dios le respondió:
-Tus pertenencias...
-¿Mis pertenencias? ¿Traes mis cosas, mi ropa, mi dinero? Dios le respondió:
-Eso nunca te perteneció, eran de la tierra. -¿Traes mis recuerdos?
-Esos nunca te pertenecieron, eran del tiempo.
-¿Traes mis talentos? -Esos no te pertenecieron, eran de las circunstancias.
-¿Traes a mis amigos, a mis familiares? -Lo siento, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino.
-¿Traes a mi mujer y a mis hijos?
-Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón.
-¿Traes mi cuerpo?
-Nunca te perteneció, ese era del polvo.
-Entonces, ¿traes mi alma?
-No. Esa es mía. Entonces el hombre lleno de miedo, le arrebató a Dios la maleta y al abrirla se dio cuenta que estaba vacía. Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre dijo:
-¿Nunca tuve nada?
-Así es, cada uno de los momentos que viviste fueron sólo tuyos.
La vida es sólo un momento. Un momento sólo tuyo. Por eso, mientras estés a tiempo disfrútalo en su totalidad. Que nada de lo que crees que te pertenece te detenga. Vive el ahora, vive tu vida y no te olvides de ser feliz, es lo único que realmente vale la pena. Las cosas materiales y todo lo demás por lo que luchaste, se quedan aquí. Valora a quienes te valoran, no pierdas el tiempo con alguien que no tiene tiempo para ti.
07 diciembre 2012
El amor se escribe con "P"
Porque para amar se debe poseer PACIENCIA en los momentos en que el mismo amor te pone a prueba.
El verdadero amor se escribe con “P”, porque para olvidar un mal recuerdo debe de existir PERDÓN antes que el odio entre a aquellos que se aman.
Amor se escribe con “P”… porque para obtener lo que deseas, debes de PERSEVERAR hasta alcanzar lo que te has propuesto.
El sincero amor se escribe con “P”… porque la PACIENCIA, el PERDÓN y la PERSEVERANCIA son ingredientes necesarios para que un amor perdure.
Porque amor es también…. una PALABRA dicha a tiempo…
Es el PERMITIRSE volver a confiar…
Es PERMANECER en silencio escuchando al otro…
Es esa PASIÓN, que nos llena de estrellitas los ojos al pronunciar el nombre del que amamos…
El amor se escribe con “P”… Porque son esas PEQUEÑAS cosas que nos unen al ser amado día tras día.
Existen la Fe, la Esperanza y el Amor, pero la más grande y la más importante de ellas es el Amor.
1 Corintios 13:4 (Reina-Valera 1960)
El verdadero amor se escribe con “P”, porque para olvidar un mal recuerdo debe de existir PERDÓN antes que el odio entre a aquellos que se aman.
Amor se escribe con “P”… porque para obtener lo que deseas, debes de PERSEVERAR hasta alcanzar lo que te has propuesto.
El sincero amor se escribe con “P”… porque la PACIENCIA, el PERDÓN y la PERSEVERANCIA son ingredientes necesarios para que un amor perdure.
Porque amor es también…. una PALABRA dicha a tiempo…
Es el PERMITIRSE volver a confiar…
Es PERMANECER en silencio escuchando al otro…
Es esa PASIÓN, que nos llena de estrellitas los ojos al pronunciar el nombre del que amamos…
El amor se escribe con “P”… Porque son esas PEQUEÑAS cosas que nos unen al ser amado día tras día.
Existen la Fe, la Esperanza y el Amor, pero la más grande y la más importante de ellas es el Amor.
1 Corintios 13:4 (Reina-Valera 1960)
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05 diciembre 2012
Chiles picantes
El célebre y contradictorio personaje sufí Mulla Nasrudín visitó la India.
Llegó a Calcuta y comenzó a pasear por una de sus abigarradas calles. De repente vio a un hombre que estaba en cuclillas vendiendo lo que Nasrudín creyó que eran dulces, aunque en realidad se trataba de chiles picantes. Nasrudín era muy goloso y compró una gran cantidad de los supuestos dulces, dispuesto a darse un gran atracón.
Estaba muy contento, se sentó en un parque y comenzó a comer chiles a dos carrillos. Nada más morder el primero de los chiles sintió fuego en el paladar. Eran tan picantes aquellos “dulces” que se le puso roja la punta de la nariz y comenzó a soltar lágrimas hasta los pies. No obstante, Nasrudín continuaba llevándose sin parar los chiles a la boca. Estornudaba, lloraba, hacía muecas de malestar, pero seguía devorando los chiles.
Asombrado, un paseante se aproximó a él y le dijo:
- Amigo, ¿no sabe que los chiles sólo se comen en pequeñas cantidades?
Casi sin poder hablar, Nasrudín comentó:
– Buen hombre, créeme, yo pensaba que estaba comprando dulces.
Pero Nasrudín seguía comiendo chiles. El paseante dijo:
– Bueno, está bien, pero ahora ya sabes que no son dulces.
- ¿Por qué sigues comiéndolos?
Entre toses y sollozos, Nasrudín dijo:
– Ya que he invertido en ellos mi dinero, no los voy a tirar.
Maestro: No seas como Nasrudín. Toma lo mejor para tu evolución interior y arroja lo innecesario o pernicioso, aunque hayas invertido años en ello.
Fuente: tradicional Sufi
Llegó a Calcuta y comenzó a pasear por una de sus abigarradas calles. De repente vio a un hombre que estaba en cuclillas vendiendo lo que Nasrudín creyó que eran dulces, aunque en realidad se trataba de chiles picantes. Nasrudín era muy goloso y compró una gran cantidad de los supuestos dulces, dispuesto a darse un gran atracón.
Estaba muy contento, se sentó en un parque y comenzó a comer chiles a dos carrillos. Nada más morder el primero de los chiles sintió fuego en el paladar. Eran tan picantes aquellos “dulces” que se le puso roja la punta de la nariz y comenzó a soltar lágrimas hasta los pies. No obstante, Nasrudín continuaba llevándose sin parar los chiles a la boca. Estornudaba, lloraba, hacía muecas de malestar, pero seguía devorando los chiles.
Asombrado, un paseante se aproximó a él y le dijo:
- Amigo, ¿no sabe que los chiles sólo se comen en pequeñas cantidades?
Casi sin poder hablar, Nasrudín comentó:
– Buen hombre, créeme, yo pensaba que estaba comprando dulces.
Pero Nasrudín seguía comiendo chiles. El paseante dijo:
– Bueno, está bien, pero ahora ya sabes que no son dulces.
- ¿Por qué sigues comiéndolos?
Entre toses y sollozos, Nasrudín dijo:
– Ya que he invertido en ellos mi dinero, no los voy a tirar.
Maestro: No seas como Nasrudín. Toma lo mejor para tu evolución interior y arroja lo innecesario o pernicioso, aunque hayas invertido años en ello.
Fuente: tradicional Sufi
30 noviembre 2012
El maestro del amor
Érase una vez un maestro que hablaba a un grupo de gente y su mensaje resultaba tan maravilloso que todas las personas que estaban allí reunidas se sintieron conmovidas por sus palabras de amor.
En medio de esa multitud, se encontraba un hombre que había escuchado todas las palabras que el maestro había pronunciado.
Era un hombre muy humilde y de gran corazón, que se sintió tan conmovido por las palabras del maestro que sintió la necesidad de invitarlo a su hogar.
Así pues, cuando el maestro acabó de hablar, el hombre se abrió paso entre la multitud, se acercó a él y, mirándole a los ojos, le dijo:
«Sé que está muy ocupado y que todos requieren su atención.
También sé que casi no dispone de tiempo ni para escuchar mis palabras, pero mi corazón se siente tan libre
y es tanto el amor que siento por usted que me mueve la necesidad de invitarle a mi hogar.
Quiero prepararle la mejor de las comidas. No espero que acepte, pero quería que lo supiera».
Apenas hubo acabado de preparar de nuevo la mesa para el maestro cuando alguien volvió a llamar a su puerta.
Esta vez se trataba de un desconocido que había viajado a través del desierto.
El forastero le miró y le dijo:
«Estoy sediento. ¿Podrías darme algo para beber?».
De nuevo se sintió un poco decepcionado porque no se trataba del maestro, pero aun así, invitó al desconocido a entrar en su casa, hizo que se sentase en el lugar que había preparado para el maestro
y le sirvió el vino que quería ofrecerle a él.
Cuando se marchó, volvió a preparar de nuevo todas las cosas.
Por tercera vez, alguien llamó a la puerta, y cuando la abrió, se encontró con un niño.
Éste elevó su mirada hacia él y le dijo:
«Estoy congelado. ¿Podría darme una manta para cubrir mi cuerpo?».
Estaba un poco decepcionado porque no se trataba del maestro, pero miró al niño a los ojos y sintió amor en su corazón.
Rápidamente cogió las ropas que había comprado para el maestro y le cubrió con ellas.
El niño le dio las gracias y se marchó.
Volvió a prepararlo todo de nuevo para el maestro y después se dispuso a esperarle hasta que se hizo muy tarde.
Cuando comprendió que no acudiría se sintió decepcionado, pero lo perdonó de inmediato.
Se dijo a sí mismo: «Sabía que no podía esperar que el maestro viniese a esta humilde casa.
Me dijo que lo haría, pero algún asunto de mayor importancia lo habrá llevado a cualquier otra parte.
No ha venido, pero al menos aceptó la invitación y eso es suficiente para que mi corazón se sienta feliz».
Entonces, guardó la comida y el vino y se acostó.
Aquella noche soñó que el maestro le hacía una visita.
Al verlo, se sintió feliz sin saber que se trataba de un sueño.
«¡Ha venido maestro! Ha mantenido su palabra.»
El maestro le contestó:
«Sí, estoy aquí, pero estuve aquí antes..
Estaba hambriento y me diste de comer.
Estaba sediento y me ofreciste vino.
Tenía frío y me cubriste con ropas.
Todo lo que haces por los demás, lo haces por mí».
El hombre se despertó con el corazón rebosante de dicha porque había comprendido la enseñanza del maestro...
Lo amaba tanto que había enviado a tres personas para que le transmitiesen la lección más grande:
que él vive en el interior de todas las personas.
Cuando das de comer al hambriento,
de beber al sediento y cubres al que tiene frío,
ofreces tu amor al maestro.
Dr. Miguel Ruiz
En medio de esa multitud, se encontraba un hombre que había escuchado todas las palabras que el maestro había pronunciado.
Era un hombre muy humilde y de gran corazón, que se sintió tan conmovido por las palabras del maestro que sintió la necesidad de invitarlo a su hogar.
Así pues, cuando el maestro acabó de hablar, el hombre se abrió paso entre la multitud, se acercó a él y, mirándole a los ojos, le dijo:
«Sé que está muy ocupado y que todos requieren su atención.
También sé que casi no dispone de tiempo ni para escuchar mis palabras, pero mi corazón se siente tan libre
y es tanto el amor que siento por usted que me mueve la necesidad de invitarle a mi hogar.
Quiero prepararle la mejor de las comidas. No espero que acepte, pero quería que lo supiera».
El maestro le miró a los ojos, y con la más bella de las sonrisas, le contestó:
«Prepáralo todo. Iré».
Entonces, el maestro se alejó.
Al oír estas palabras el corazón del hombre se sintió lleno de júbilo.
A duras penas podía esperar a que llegase el momento de servir al maestro y expresarle el amor que sentía por él. Sería el día más importante de su vida: el maestro estaría con él.
Compró la mejor comida y el mejor vino y buscó las ropas más preciosas para ofrecérselas como regalo.
Después corrió hacia su casa a fin de llevar a cabo todos los preparativos para recibir al maestro.
Lo limpió todo, preparó una comida deliciosa y decoró bellamente la mesa.
Su corazón estaba rebosante de alegría porque el maestro pronto estaría allí.
El hombre esperaba ansioso cuando alguien llamó a la puerta.
La abrió con afán pero, en lugar del maestro, se encontró con una anciana.
Ésta le miró a los ojos y le dijo:
«Estoy hambrienta. ¿Podrías darme un trozo de pan?».
El se sintió un poco decepcionado al ver que no se trataba del maestro.
Miró a la mujer y le dijo: «Por favor, entre en mi casa».
La sentó en el lugar que había preparado para el maestro y le ofreció la comida que había cocinado para él.
Pero estaba ansioso y esperaba que la mujer se diese prisa en acabar de comer.
La anciana se sintió conmovida por la generosidad de este hombre.
Le dio las gracias y se marchó.
«Prepáralo todo. Iré».
Entonces, el maestro se alejó.
Al oír estas palabras el corazón del hombre se sintió lleno de júbilo.
A duras penas podía esperar a que llegase el momento de servir al maestro y expresarle el amor que sentía por él. Sería el día más importante de su vida: el maestro estaría con él.
Compró la mejor comida y el mejor vino y buscó las ropas más preciosas para ofrecérselas como regalo.
Después corrió hacia su casa a fin de llevar a cabo todos los preparativos para recibir al maestro.
Lo limpió todo, preparó una comida deliciosa y decoró bellamente la mesa.
Su corazón estaba rebosante de alegría porque el maestro pronto estaría allí.
El hombre esperaba ansioso cuando alguien llamó a la puerta.
La abrió con afán pero, en lugar del maestro, se encontró con una anciana.
Ésta le miró a los ojos y le dijo:
«Estoy hambrienta. ¿Podrías darme un trozo de pan?».
El se sintió un poco decepcionado al ver que no se trataba del maestro.
Miró a la mujer y le dijo: «Por favor, entre en mi casa».
La sentó en el lugar que había preparado para el maestro y le ofreció la comida que había cocinado para él.
Pero estaba ansioso y esperaba que la mujer se diese prisa en acabar de comer.
La anciana se sintió conmovida por la generosidad de este hombre.
Le dio las gracias y se marchó.
Apenas hubo acabado de preparar de nuevo la mesa para el maestro cuando alguien volvió a llamar a su puerta.
Esta vez se trataba de un desconocido que había viajado a través del desierto.
El forastero le miró y le dijo:
«Estoy sediento. ¿Podrías darme algo para beber?».
De nuevo se sintió un poco decepcionado porque no se trataba del maestro, pero aun así, invitó al desconocido a entrar en su casa, hizo que se sentase en el lugar que había preparado para el maestro
y le sirvió el vino que quería ofrecerle a él.
Cuando se marchó, volvió a preparar de nuevo todas las cosas.
Por tercera vez, alguien llamó a la puerta, y cuando la abrió, se encontró con un niño.
Éste elevó su mirada hacia él y le dijo:
«Estoy congelado. ¿Podría darme una manta para cubrir mi cuerpo?».
Estaba un poco decepcionado porque no se trataba del maestro, pero miró al niño a los ojos y sintió amor en su corazón.
Rápidamente cogió las ropas que había comprado para el maestro y le cubrió con ellas.
El niño le dio las gracias y se marchó.
Volvió a prepararlo todo de nuevo para el maestro y después se dispuso a esperarle hasta que se hizo muy tarde.
Cuando comprendió que no acudiría se sintió decepcionado, pero lo perdonó de inmediato.
Se dijo a sí mismo: «Sabía que no podía esperar que el maestro viniese a esta humilde casa.
Me dijo que lo haría, pero algún asunto de mayor importancia lo habrá llevado a cualquier otra parte.
No ha venido, pero al menos aceptó la invitación y eso es suficiente para que mi corazón se sienta feliz».
Entonces, guardó la comida y el vino y se acostó.
Aquella noche soñó que el maestro le hacía una visita.
Al verlo, se sintió feliz sin saber que se trataba de un sueño.
«¡Ha venido maestro! Ha mantenido su palabra.»
El maestro le contestó:
«Sí, estoy aquí, pero estuve aquí antes..
Estaba hambriento y me diste de comer.
Estaba sediento y me ofreciste vino.
Tenía frío y me cubriste con ropas.
Todo lo que haces por los demás, lo haces por mí».
El hombre se despertó con el corazón rebosante de dicha porque había comprendido la enseñanza del maestro...
Lo amaba tanto que había enviado a tres personas para que le transmitiesen la lección más grande:
que él vive en el interior de todas las personas.
Cuando das de comer al hambriento,
de beber al sediento y cubres al que tiene frío,
ofreces tu amor al maestro.
Dr. Miguel Ruiz
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29 noviembre 2012
La intención
En lugar de limitarte a fijarte metas o plantearte deseos sobre el modo en que deseas que se desarrolle tu vida, intenta pasar al lenguaje activo de la intención. Si estás enfermo, intenta decirte a ti mismo: "Pienso curarme de esta enfermedad". Y no "Deseo ponerme bien", o "Me he fijado como meta librarme de esta enfermedad". El concepto de la intención, de la aplicación de la acción a tus instancias interiores, te permitirá activar aquello cuya ejecución es necesaria a fin de completar el pensamiento y convertirlo en realidad física. Debes hacer una clara distinción entre lo que para ti son simples deseos o esperanzas y lo que ahora tienes intención de hacer realidad. Cuando tengo la intención de curarme, y sé que es en esto en lo que pienso, suelo levantarme en seguida y hacer algo de ejercicio, aunque sólo sea dar la vuelta a la manzana. La intención puede, literalmente, convertir el pensamiento en acción. Ésta es la esencia misma de los milagros.
Wayne Dyer
Wayne Dyer
26 noviembre 2012
El "gato" y el tamal
Justin Horner, un diseñador gráfico de Portland, Oregon, EUA, cuenta esta historia acerca de la bondad humana:
“Durante este año he tenido tres instancias de problemas mecánicos: un neumático reventado en la autopista, fusibles fundidos y tanque de gasolina vacío. Todos estos sucedieron mientras conducía los coches de otras personas lo cual lo hace peor a nivel emocional.
En cada una de estas ocasiones me indignaba la manera como la gente no se molestaba en ayudarme. Estuve varado en la autopista esperanzado de que el servicio auto mecánico contratado por mi amigo hiciera su aparición. Los encargados de las gasolineras me decían que ‘por razones de seguridad’ no me podían prestar un bote pero que por $15 US podía comprar una lata de galón sin tapa. Todo esto era más que suficiente como para que me la pasara diciendo cosas como "este país se está yendo al caño.”
¿Pero saben quien vino a mi rescate esas tres veces? Inmigrantes mexicanos. Ninguno de ellos hablaba inglés.
Uno de ellos se detuvo a ayudarme con el neumático reventado aún y cuando venía con toda su familia. Tenía varado tres horas a un lado de la autopista con el enorme Jeep de mi amigo. Coloqué anuncios en las ventanillas que decían “Necesito un ‘gato’ ” y ofrecía remuneración económica por la ayuda. Nada. Ya cuando estaba a punto de darme por vencido y pedir aventón, una camioneta se orilló y un tipo saltó de ella.
Evaluó la situación y llamó a su hija que si hablaba inglés. Me explicó a través de ella que tenía un gato pero que era demasiado pequeño para el Jeep así que necesitaría apalancarlo. Sacó una sierra de su camioneta y cortó un leño que encontró a la orilla del camino. Lo rodamos, colocamos el gato encima y pusimos manos a la obra. Comencé a desmontar el neumático y luego, aunque no lo crean, rompí el gato del hombre. Era uno de esos colapsables y yo no tuve cuidado por lo que le rompí por completo la parte superior. Maldición. Pero no había porque preocuparse: corrió a su camioneta, le entregó el gato a su mujer y antes de que me pudiera dar cuenta de lo que ocurría, salió disparada a comprar otro.
Los dos estábamos sucios y sudados. Su esposa nos acercó un gran garrafón de agua para que nos pudiéramos lavar las manos. Traté de ponerle un billete de $20 USD en la mano del hombre pero se rehusó así que me acerqué a su mujer para entregárselo discretamente. Les agradecí profusamente y le pregunté a la niña que donde vivían pensando que podría mandarles un regalo ya que se habían portado increíblemente. Me dijo que vivían en México y que estaba en Oregon para que Mami y Papi pudieran pizcar cerezas durante las siguientes semanas.
Cuando me despedí y comencé a caminar de regreso al Jeep, la niña me preguntó si ya había comido. Cuando le dije que no, corrió hacia mi y me entregó un tamal.
Esta familia que sin lugar a dudas era muchísimo más pobre que cualquier otra persona que estuviera en esa autopista, que trabajaban de manera temporal y donde el tiempo es dinero, se tomó un par de horas de su día para ayudar a un extraño a la orilla del camino. Pero aún no terminábamos. Cuando abrí la envoltura de mi tamal me encontré el billete de $20 USD. Corrí de regreso hacia la camioneta y el tipo con una gran sonrisa y con lo que me pareció, intensa concentración, me dijo en inglés: “Hoy por tí, mañana por mí.” Luego subió su ventanilla y se alejaron con su hija diciéndome adios desde la parte trasera de la camioneta. Me senté en el carro mientras me comía el mejor tamal que me hubiera comido y comencé a llorar. Había sido un año muy arduo, parecía que nada iba bien. Esto me salió de la nada y simplemente no lo pude manejar.
Ya han pasado varios meses de esto y ya he cambiado unos cuantos neumáticos, llevado gente a gasolinerías y en una ocasión me desvié 50 millas para darle un aventón a una chica al aeropuerto. No acepto dinero. Pero cada vez que puedo ayudar siento como si depositara algo en el banco.
Tomado de un mensaje del editorial publicado en New York Time Magazine el 4 de Marzo, 2011.
“Durante este año he tenido tres instancias de problemas mecánicos: un neumático reventado en la autopista, fusibles fundidos y tanque de gasolina vacío. Todos estos sucedieron mientras conducía los coches de otras personas lo cual lo hace peor a nivel emocional.
En cada una de estas ocasiones me indignaba la manera como la gente no se molestaba en ayudarme. Estuve varado en la autopista esperanzado de que el servicio auto mecánico contratado por mi amigo hiciera su aparición. Los encargados de las gasolineras me decían que ‘por razones de seguridad’ no me podían prestar un bote pero que por $15 US podía comprar una lata de galón sin tapa. Todo esto era más que suficiente como para que me la pasara diciendo cosas como "este país se está yendo al caño.”
¿Pero saben quien vino a mi rescate esas tres veces? Inmigrantes mexicanos. Ninguno de ellos hablaba inglés.
Uno de ellos se detuvo a ayudarme con el neumático reventado aún y cuando venía con toda su familia. Tenía varado tres horas a un lado de la autopista con el enorme Jeep de mi amigo. Coloqué anuncios en las ventanillas que decían “Necesito un ‘gato’ ” y ofrecía remuneración económica por la ayuda. Nada. Ya cuando estaba a punto de darme por vencido y pedir aventón, una camioneta se orilló y un tipo saltó de ella.
Evaluó la situación y llamó a su hija que si hablaba inglés. Me explicó a través de ella que tenía un gato pero que era demasiado pequeño para el Jeep así que necesitaría apalancarlo. Sacó una sierra de su camioneta y cortó un leño que encontró a la orilla del camino. Lo rodamos, colocamos el gato encima y pusimos manos a la obra. Comencé a desmontar el neumático y luego, aunque no lo crean, rompí el gato del hombre. Era uno de esos colapsables y yo no tuve cuidado por lo que le rompí por completo la parte superior. Maldición. Pero no había porque preocuparse: corrió a su camioneta, le entregó el gato a su mujer y antes de que me pudiera dar cuenta de lo que ocurría, salió disparada a comprar otro.
Los dos estábamos sucios y sudados. Su esposa nos acercó un gran garrafón de agua para que nos pudiéramos lavar las manos. Traté de ponerle un billete de $20 USD en la mano del hombre pero se rehusó así que me acerqué a su mujer para entregárselo discretamente. Les agradecí profusamente y le pregunté a la niña que donde vivían pensando que podría mandarles un regalo ya que se habían portado increíblemente. Me dijo que vivían en México y que estaba en Oregon para que Mami y Papi pudieran pizcar cerezas durante las siguientes semanas.
Cuando me despedí y comencé a caminar de regreso al Jeep, la niña me preguntó si ya había comido. Cuando le dije que no, corrió hacia mi y me entregó un tamal.
Esta familia que sin lugar a dudas era muchísimo más pobre que cualquier otra persona que estuviera en esa autopista, que trabajaban de manera temporal y donde el tiempo es dinero, se tomó un par de horas de su día para ayudar a un extraño a la orilla del camino. Pero aún no terminábamos. Cuando abrí la envoltura de mi tamal me encontré el billete de $20 USD. Corrí de regreso hacia la camioneta y el tipo con una gran sonrisa y con lo que me pareció, intensa concentración, me dijo en inglés: “Hoy por tí, mañana por mí.” Luego subió su ventanilla y se alejaron con su hija diciéndome adios desde la parte trasera de la camioneta. Me senté en el carro mientras me comía el mejor tamal que me hubiera comido y comencé a llorar. Había sido un año muy arduo, parecía que nada iba bien. Esto me salió de la nada y simplemente no lo pude manejar.
Ya han pasado varios meses de esto y ya he cambiado unos cuantos neumáticos, llevado gente a gasolinerías y en una ocasión me desvié 50 millas para darle un aventón a una chica al aeropuerto. No acepto dinero. Pero cada vez que puedo ayudar siento como si depositara algo en el banco.
Tomado de un mensaje del editorial publicado en New York Time Magazine el 4 de Marzo, 2011.
23 noviembre 2012
Las águilas
Las águilas nos anticipan la lluvia. En lugar de esconderse al ver la tormenta, ellas vuelan al punto más alto y esperan que comiencen los vientos turbulentos.
Al estar los vientos en su punto máximo, el águila abre sus alas para que los vientos la eleven hacia nuevas alturas. El águila vuela más alto mientras que la tormenta está abajo de ella. A través de nuestra fe en Dios, tenemos dentro de nosotros protección contra la tormenta. Al enfrentar momentos difíciles, lo que tenemos que hacer es mirar dentro de nuestro corazón y encontrar la fuerza para volar por encima del caos, la dificultad y ver oportunidades en el futuro.
Al estar los vientos en su punto máximo, el águila abre sus alas para que los vientos la eleven hacia nuevas alturas. El águila vuela más alto mientras que la tormenta está abajo de ella. A través de nuestra fe en Dios, tenemos dentro de nosotros protección contra la tormenta. Al enfrentar momentos difíciles, lo que tenemos que hacer es mirar dentro de nuestro corazón y encontrar la fuerza para volar por encima del caos, la dificultad y ver oportunidades en el futuro.
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21 noviembre 2012
El elefante
Cuando yo era chico me encantaban los circos y, lo que más me gustaba de los circos, eran los animales. A mí, como a otros muchachos y a la mayor parte de la gente, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacía ostentación de su peso, su tamaño y su fuerza descomunal; pero, después de su actuación, y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera, apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal, capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún sacerdote o a algún tío, por el misterio del proceder del elefante.
Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca que lo retenía y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: “El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que, al día siguiente, volvió a probar, y también al otro, y al que seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso no escapa, porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor, es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás, jamás, intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
COMENTARIO: Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante. Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que no podemos hacer un montón de cosas; simplemente, porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo: ″¡No puedo! ¡No puedo y nunca podré!″ Crecimos aceptando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. La única manera de saber si podemos, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo el corazón.
Tomado del libro ″Cuentos para pensar″ de Jorge Bucay
Durante la función, la enorme bestia hacía ostentación de su peso, su tamaño y su fuerza descomunal; pero, después de su actuación, y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera, apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal, capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún sacerdote o a algún tío, por el misterio del proceder del elefante.
Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca que lo retenía y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: “El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que, al día siguiente, volvió a probar, y también al otro, y al que seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso no escapa, porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor, es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás, jamás, intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
COMENTARIO: Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante. Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que no podemos hacer un montón de cosas; simplemente, porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo: ″¡No puedo! ¡No puedo y nunca podré!″ Crecimos aceptando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. La única manera de saber si podemos, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo el corazón.
Tomado del libro ″Cuentos para pensar″ de Jorge Bucay
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19 noviembre 2012
Sintiéndonos solos rodeados de gente
De acuerdo a Sherry Turkle, una renombrada psicóloga, escritora y directora de la Iniciativa de Tecnología y el Ser del Instituto de Teconología de Massachusetts, los medios sociales son en realidad una manera de habilitarnos para estar solos mientras permanecemos conectados a mucha otra gente.
Un chico de diez y seis años que depende del envío de textos para casí todo, expresó nostálgicamente: “Algún día, pero no hoy, me gustaría aprender como tener una conversación.” Los jóvenes han intercambiado el ‘tener una conversación’ por ‘el estar conectados’. Cuando tienes 3,000 ‘amigos’ en Facebook no significa que tengas algún tipo de conversación real con ninguno de ellos. Te conectas solo para hablar acerca de tí mismo y tener una audiencia cautiva.
Las conversaciones virtuales son momentáneas, rápidas y en ocasiones brutales. Las conversaciones en persona tienen una naturaleza totalmente diferente: son más pausadas, repletas de matices y nos enseñan a ser pacientes. El participar en una conversación significa que necesitamos ver las cosas desde el punto de vista del otro lo cual es un pre requisito para el desarrollo de la empatía y el altruísmo.
Actualmente muchas personas se sienten contentas al hablar con máquinas que parece se preocupan por ellos. Se están llevando a cabo investigaciones para desarrollar robots sociales diseñados para convertirse en compañeros de niños y ancianos. Sherry Turkle observó como una mujer anciana le confiaba a un robot bebé la pérdida de su hijo; el robot parecía que la veía a los ojos mientras ponía atención a la conversación lo cual confortó a la mujer, según ella misma expresó.
¿Será que el individualismo ha llegado a tal punto que nos ha conducido a un empobrecimiento de relaciones humanas y aislamiento que solamente somos capaces de encontrar compasión en robots? Parecería que nos sentimos cada vez más atraídos a tecnologías que ofrecen la ilusión de compañía sin tener que lidear con las demandas de las relaciones humanas. Corremos el riesgo de desarrollar simpatía solo para nosotros mismos y el hábito de manejar los placeres y dolores de la vida dentro de la burbuja del egocentrismo.
La gente dice comúnmente: “Nadie me escucha.” Facebook y Twitter proveen ahora a muchos de ellos de una audiencia automática. Sin embargo, se ha descubierto que los medios sociales sirven principalmente como auto-promoción.
Curiosamente el desarrollo de las relaciones pseudo humanas van de la mano con el miedo a la soledad. La gente siente miedo de estar a solas con si mismos. Acorralados, sienten la necesidad de darse de alta. De acuerdo a Turkle la gente ha pasado de la etapa de ‘Siento algo, lo compartiré a través de un mensaje’ al estado compulsivo de ‘Necesito sentir algo, necesito enviar un mensaje.’
Carecemos de la capacidad de estar a solas con nosotros mismos por lo que volteamos hacia otros, no para establecer relaciones altruistas y desarrollar un interés en quienes son, sino para usarlos como refacciones adicionales a nuestra crecientes frágiles personalidades. Pensamos que permaneciendo ‘conectados’ nos sentiremos menos solos pero lo cierto es que es lo opuesto. Si somos incapaces de estar a solas esto nos hace más propensos a sufrir de soledad. Una encuesta demostró que los norteamericanos promedio sufren de por lo menos un ataque de soledad al día. De acuerdo a Turkle, “Si no enseñamos a nuestros hijos a estar a solas, sufrirán siempre de soledad.”
Necesitamos también restablecer el hábito de conversar en el trabajo y en el hogar. Las personas que participan frecuentemente en conferencias y reuniones saben que generalmente durante los coffee breaks es donde se llevan a cabo las conversaciones e interacciones más enriquecedoras.
Artículo basado en:
Sherry Turkle: “Solos y Juntos: ¿Por qué Esperamos Más de la Tecnología y Menos de los Demás?”
Sherry Turkle, New York Times, La Huída de la Conversación, 24 de Abril, 2012.
Un chico de diez y seis años que depende del envío de textos para casí todo, expresó nostálgicamente: “Algún día, pero no hoy, me gustaría aprender como tener una conversación.” Los jóvenes han intercambiado el ‘tener una conversación’ por ‘el estar conectados’. Cuando tienes 3,000 ‘amigos’ en Facebook no significa que tengas algún tipo de conversación real con ninguno de ellos. Te conectas solo para hablar acerca de tí mismo y tener una audiencia cautiva.
Las conversaciones virtuales son momentáneas, rápidas y en ocasiones brutales. Las conversaciones en persona tienen una naturaleza totalmente diferente: son más pausadas, repletas de matices y nos enseñan a ser pacientes. El participar en una conversación significa que necesitamos ver las cosas desde el punto de vista del otro lo cual es un pre requisito para el desarrollo de la empatía y el altruísmo.
Actualmente muchas personas se sienten contentas al hablar con máquinas que parece se preocupan por ellos. Se están llevando a cabo investigaciones para desarrollar robots sociales diseñados para convertirse en compañeros de niños y ancianos. Sherry Turkle observó como una mujer anciana le confiaba a un robot bebé la pérdida de su hijo; el robot parecía que la veía a los ojos mientras ponía atención a la conversación lo cual confortó a la mujer, según ella misma expresó.
¿Será que el individualismo ha llegado a tal punto que nos ha conducido a un empobrecimiento de relaciones humanas y aislamiento que solamente somos capaces de encontrar compasión en robots? Parecería que nos sentimos cada vez más atraídos a tecnologías que ofrecen la ilusión de compañía sin tener que lidear con las demandas de las relaciones humanas. Corremos el riesgo de desarrollar simpatía solo para nosotros mismos y el hábito de manejar los placeres y dolores de la vida dentro de la burbuja del egocentrismo.
La gente dice comúnmente: “Nadie me escucha.” Facebook y Twitter proveen ahora a muchos de ellos de una audiencia automática. Sin embargo, se ha descubierto que los medios sociales sirven principalmente como auto-promoción.
Curiosamente el desarrollo de las relaciones pseudo humanas van de la mano con el miedo a la soledad. La gente siente miedo de estar a solas con si mismos. Acorralados, sienten la necesidad de darse de alta. De acuerdo a Turkle la gente ha pasado de la etapa de ‘Siento algo, lo compartiré a través de un mensaje’ al estado compulsivo de ‘Necesito sentir algo, necesito enviar un mensaje.’
Carecemos de la capacidad de estar a solas con nosotros mismos por lo que volteamos hacia otros, no para establecer relaciones altruistas y desarrollar un interés en quienes son, sino para usarlos como refacciones adicionales a nuestra crecientes frágiles personalidades. Pensamos que permaneciendo ‘conectados’ nos sentiremos menos solos pero lo cierto es que es lo opuesto. Si somos incapaces de estar a solas esto nos hace más propensos a sufrir de soledad. Una encuesta demostró que los norteamericanos promedio sufren de por lo menos un ataque de soledad al día. De acuerdo a Turkle, “Si no enseñamos a nuestros hijos a estar a solas, sufrirán siempre de soledad.”
Necesitamos también restablecer el hábito de conversar en el trabajo y en el hogar. Las personas que participan frecuentemente en conferencias y reuniones saben que generalmente durante los coffee breaks es donde se llevan a cabo las conversaciones e interacciones más enriquecedoras.
Artículo basado en:
Sherry Turkle: “Solos y Juntos: ¿Por qué Esperamos Más de la Tecnología y Menos de los Demás?”
Sherry Turkle, New York Times, La Huída de la Conversación, 24 de Abril, 2012.
15 noviembre 2012
Siento que la vida es muy aburrida, ¿qué debo hacer?
"¡Tal como es, ya has hecho suficiente! Has hecho aburrida la vida, ¡todo un logro! ¿Has reducido la vida, que es una danza de éxtasis, a aburrimiento? ¡Has conseguido un milagro! ¿Qué más quieres hacer? No se puede hacer nada más grande que eso. La vida, ¿aburrida? Debes de tener una enorme capacidad para ignorar la vida.
Ignorancia es la capacidad de ignorar. Debes de estar ignorando los pájaros, los árboles, las flores, la gente. De otro modo, la vida es tan inmensamente hermosa, tan absurdamente hermosa, que si pudieras verla tal como es no pararías de reír nunca. Seguirías riéndote, al menos por dentro.
La vida no es aburrida, la aburrida es la mente. Y creamos tal mente, una mente tan fuerte --como una muralla china a nuestro alrededor-- que no permite que la vida entre en nosotros. Nos desconecta de la vida. Nos quedamos aislados, encapsulados, sin ventanas. Viviendo tras los muros de una prisión, no ves el sol de la mañana. No ves los pájaros en vuelo, no ves el firmamento nocturno, lleno de estrellas. Y, claro, empiezas a pensar que la vida es aburrida...
¡Deja a un lado tu conocimiento! Luego, mira con ojos vacíos..., y la vida es una sorpresa constante. Y no estoy hablando de alguna vida divina; la vida ordinaria es muy extraordinaria. Descubrirás la presencia de lo divino en pequeños incidentes: un niño riendo, un perro ladrando, un pavo real danzando. Pero no puedes verlos si tus conocimientos están cubriéndote los ojos...
Pero esto no es algo que sólo te sucede a ti; no estás solo en ello. En realidad, la mayoría de la gente estaría de acuerdo contigo. No ven la sorpresa en ninguna parte. Y a cada momento hay sorpresas y más sorpresas, porque la vida no es igual; está cambiando de manera constante, y dando giros totalmente impredecibles. ¿Cómo puedes permanecer insensible a su maravilla? La única forma de permanecer insensible es agarrándote a tu pasado, a tu experiencia, a tu conocimiento, a tus recuerdos, a tu mente. Entonces no puedes ver lo que existe; continúas perdiéndote el presente.
Si te pierdes el presente, vives en el aburrimiento. Estate en el presente y verás, para tu sorpresa, que no existe ningún aburrimiento en absoluto. Empieza por mirar a tu alrededor un poco más como un niño. ¡Sé un niño de nuevo! Ése es el único propósito de la meditación, volver a ser un niño; un renacimiento, volver a ser inocente, sin conocimientos...
Empieza a volver a mirar como un niño. Ve a la costa y empieza a recoger conchas. Observa cómo recoge conchas un niño: como si hubiese descubierto una mina de diamantes, ¡se emociona muchísimo! Observa cómo hace castillos de arena, lo abstraído que está, completamente perdido, como si no hubiese nada más importante que hacer castillos de arena. Observa cómo corre un niño tras las mariposas..., y sé un niño de nuevo. Vuelve a correr tras las mariposas. Haz castillos de arena, recoge conchas.
No vivas como si supieras. ¡No sabes nada! Todo lo que sabes es "acerca de". En el momento que sabes algo, el aburrimiento desaparece. La sabiduría es tal aventura que el aburrimiento no puede existir...
Y déjame recordarte: no estoy hablando de algún conocimiento divino, de algún conocimiento esotérico; estoy hablando, simplemente, de esta vida. Mira alrededor con un poco más de claridad, con un poco más de transparencia..., ¡y la vida es hilarante!".
Osho
Ignorancia es la capacidad de ignorar. Debes de estar ignorando los pájaros, los árboles, las flores, la gente. De otro modo, la vida es tan inmensamente hermosa, tan absurdamente hermosa, que si pudieras verla tal como es no pararías de reír nunca. Seguirías riéndote, al menos por dentro.
La vida no es aburrida, la aburrida es la mente. Y creamos tal mente, una mente tan fuerte --como una muralla china a nuestro alrededor-- que no permite que la vida entre en nosotros. Nos desconecta de la vida. Nos quedamos aislados, encapsulados, sin ventanas. Viviendo tras los muros de una prisión, no ves el sol de la mañana. No ves los pájaros en vuelo, no ves el firmamento nocturno, lleno de estrellas. Y, claro, empiezas a pensar que la vida es aburrida...
¡Deja a un lado tu conocimiento! Luego, mira con ojos vacíos..., y la vida es una sorpresa constante. Y no estoy hablando de alguna vida divina; la vida ordinaria es muy extraordinaria. Descubrirás la presencia de lo divino en pequeños incidentes: un niño riendo, un perro ladrando, un pavo real danzando. Pero no puedes verlos si tus conocimientos están cubriéndote los ojos...
Pero esto no es algo que sólo te sucede a ti; no estás solo en ello. En realidad, la mayoría de la gente estaría de acuerdo contigo. No ven la sorpresa en ninguna parte. Y a cada momento hay sorpresas y más sorpresas, porque la vida no es igual; está cambiando de manera constante, y dando giros totalmente impredecibles. ¿Cómo puedes permanecer insensible a su maravilla? La única forma de permanecer insensible es agarrándote a tu pasado, a tu experiencia, a tu conocimiento, a tus recuerdos, a tu mente. Entonces no puedes ver lo que existe; continúas perdiéndote el presente.
Si te pierdes el presente, vives en el aburrimiento. Estate en el presente y verás, para tu sorpresa, que no existe ningún aburrimiento en absoluto. Empieza por mirar a tu alrededor un poco más como un niño. ¡Sé un niño de nuevo! Ése es el único propósito de la meditación, volver a ser un niño; un renacimiento, volver a ser inocente, sin conocimientos...
Empieza a volver a mirar como un niño. Ve a la costa y empieza a recoger conchas. Observa cómo recoge conchas un niño: como si hubiese descubierto una mina de diamantes, ¡se emociona muchísimo! Observa cómo hace castillos de arena, lo abstraído que está, completamente perdido, como si no hubiese nada más importante que hacer castillos de arena. Observa cómo corre un niño tras las mariposas..., y sé un niño de nuevo. Vuelve a correr tras las mariposas. Haz castillos de arena, recoge conchas.
No vivas como si supieras. ¡No sabes nada! Todo lo que sabes es "acerca de". En el momento que sabes algo, el aburrimiento desaparece. La sabiduría es tal aventura que el aburrimiento no puede existir...
Y déjame recordarte: no estoy hablando de algún conocimiento divino, de algún conocimiento esotérico; estoy hablando, simplemente, de esta vida. Mira alrededor con un poco más de claridad, con un poco más de transparencia..., ¡y la vida es hilarante!".
Osho
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14 noviembre 2012
Con lo que te queda
El 18 de noviembre de 1994, Itzhak Perlman, el violinista, entró al escenario para dar un concierto en el "Avery Fisher Hall", del Lincoln Center de la ciudad de Nueva York. Si alguna vez usted estuvo en un concierto de Perlman, sabrá que llegar al escenario no es un pequeño logro para él. Perlman tuvo polio cuando fue niño, tiene ambas piernas sujetas con bragueros y camina con la ayuda de dos muletas.
Verlo cruzar por el escenario dando un paso por vez, costosa y lentamente es una visión asombrosa. El camina penosa pero majestuosamente hasta que llega a su silla. Entonces se sienta lentamente, pone sus muletas en el suelo, afloja los sujetadores de sus piernas, toma un pie hacia atrás y extiende el otro hacia adelante, entonces se inclina y levanta el violín, lo pone bajo su mejilla, hace una señal al director y comienza a tocar.
Hasta ahora la audiencia está acostumbrada a este ritual. Ellos permanecen sentados mientras él hace su trayecto hasta su silla. Permanecen reverentemente silenciosos, mientras él afloja los sujetadores de sus piernas, e incluso esperan hasta que está listo para tocar.
Pero esta vez algo anduvo mal. Justo cuando terminaba sus primeras estrofas, una de las cuerdas de su violín se rompió. Pudimos escuchar el ruido, saltó como un tiro atravesando el salón. No había equivocación sobre lo que ese sonido significaba. No había tampoco dudas sobre lo que él tendría que hacer.
Los que estábamos allí esa noche, pensamos: "tendrá que levantarse, ponerse los bragueros nuevamente, levantar las muletas y arrastrarse fuera del escenario ya sea para encontrar otro violín, o encontrar otra cuerda para el suyo".
Pero él no lo hizo. En su lugar, esperó un momento, cerró sus ojos y luego hizo la señal al director de comenzar nuevamente. La orquesta comenzó, y él tocó desde el punto en el que se había detenido. Y tocó con tanta pasión, y tanto poder, y tanta pureza, como nunca lo habíamos escuchado antes.
Por supuesto todo el mundo sabía que es imposible interpretar un trabajo sinfónico con sólo tres cuerdas. Yo sé eso, y seguramente muchos de los que leen esto sabrán eso. Pero esa noche Itzhak Perlman rehusó saberlo. Usted hubiese podido verlo modulando, cambiando, recomponiendo la pieza en su cabeza. En un punto, eso sonó como si él estuviera sacando el tono de las cuerdas que se había roto y consiguiendo nuevos sonidos que ellas nunca habían hecho jamás antes.
Cuando terminó, hubo un impresionante silencio en la sala, y entonces la gente se levantó y lo aclamó. Hubo un extraordinario aplauso proveniente de cada rincón del auditorio. Estábamos todos de pie gritando y animando, haciendo todo lo que podíamos, para demostrar cuánto apreciábamos lo que él acababa de hacer.
El sonrió, se secó el sudor de sus cejas, detuvo su inclinación para aquietarnos y luego dijo, no con presunción, sino en un tono reverente, pensativo, calmo, "Ustedes saben,... algunas veces... la tarea del artista es descubrir cuánta música uno puede hacer con lo que aún le queda".
Que maravillosa línea la que compartió este afamado violinista al final de su extraordinario concierto. Tal vez sea una excelente definición de la Vida, no solo para los artistas, sino para todos nosotros. He aquí a un hombre que se preparó toda su vida para hacer música con un violín de cuatro cuerdas, quien, repentinamente, en medio de un concierto, se encuentra con solo tres cuerdas, así que hizo música con tres cuerdas. Y la música que hizo esa noche con solo tres cuerdas, fue más hermosa, más sagrada, y más memorable, que ninguna que haya hecho jamás, cuando él contaba con un violín de cuatro cuerdas.
Conozco muchas personas, hombres y mujeres, con pasión y propósito que dan todo lo que tienen en sus años mozos, y los que les queda en su madurez en distintas áreas de la vida. No son famosos, pero Dios conoce sus nombres. Así que, tal vez, la tarea de cada uno de nosotros en este mundo que vivimos, confuso, inestable y que cambia velozmente sea hacer música, al principio con todo lo que tenemos, y luego cuando eso no es más posible, hacer música con todo lo que nos quede. El fruto apacible que llevamos en Cristo Jesús a menudo no se da cuando tenemos mucha energía, sino cuando justamente damos todo lo que nos queda.
Da todo lo que te queda si quieres recibir más
Verlo cruzar por el escenario dando un paso por vez, costosa y lentamente es una visión asombrosa. El camina penosa pero majestuosamente hasta que llega a su silla. Entonces se sienta lentamente, pone sus muletas en el suelo, afloja los sujetadores de sus piernas, toma un pie hacia atrás y extiende el otro hacia adelante, entonces se inclina y levanta el violín, lo pone bajo su mejilla, hace una señal al director y comienza a tocar.
Hasta ahora la audiencia está acostumbrada a este ritual. Ellos permanecen sentados mientras él hace su trayecto hasta su silla. Permanecen reverentemente silenciosos, mientras él afloja los sujetadores de sus piernas, e incluso esperan hasta que está listo para tocar.
Pero esta vez algo anduvo mal. Justo cuando terminaba sus primeras estrofas, una de las cuerdas de su violín se rompió. Pudimos escuchar el ruido, saltó como un tiro atravesando el salón. No había equivocación sobre lo que ese sonido significaba. No había tampoco dudas sobre lo que él tendría que hacer.
Los que estábamos allí esa noche, pensamos: "tendrá que levantarse, ponerse los bragueros nuevamente, levantar las muletas y arrastrarse fuera del escenario ya sea para encontrar otro violín, o encontrar otra cuerda para el suyo".
Pero él no lo hizo. En su lugar, esperó un momento, cerró sus ojos y luego hizo la señal al director de comenzar nuevamente. La orquesta comenzó, y él tocó desde el punto en el que se había detenido. Y tocó con tanta pasión, y tanto poder, y tanta pureza, como nunca lo habíamos escuchado antes.
Por supuesto todo el mundo sabía que es imposible interpretar un trabajo sinfónico con sólo tres cuerdas. Yo sé eso, y seguramente muchos de los que leen esto sabrán eso. Pero esa noche Itzhak Perlman rehusó saberlo. Usted hubiese podido verlo modulando, cambiando, recomponiendo la pieza en su cabeza. En un punto, eso sonó como si él estuviera sacando el tono de las cuerdas que se había roto y consiguiendo nuevos sonidos que ellas nunca habían hecho jamás antes.
Cuando terminó, hubo un impresionante silencio en la sala, y entonces la gente se levantó y lo aclamó. Hubo un extraordinario aplauso proveniente de cada rincón del auditorio. Estábamos todos de pie gritando y animando, haciendo todo lo que podíamos, para demostrar cuánto apreciábamos lo que él acababa de hacer.
El sonrió, se secó el sudor de sus cejas, detuvo su inclinación para aquietarnos y luego dijo, no con presunción, sino en un tono reverente, pensativo, calmo, "Ustedes saben,... algunas veces... la tarea del artista es descubrir cuánta música uno puede hacer con lo que aún le queda".
Que maravillosa línea la que compartió este afamado violinista al final de su extraordinario concierto. Tal vez sea una excelente definición de la Vida, no solo para los artistas, sino para todos nosotros. He aquí a un hombre que se preparó toda su vida para hacer música con un violín de cuatro cuerdas, quien, repentinamente, en medio de un concierto, se encuentra con solo tres cuerdas, así que hizo música con tres cuerdas. Y la música que hizo esa noche con solo tres cuerdas, fue más hermosa, más sagrada, y más memorable, que ninguna que haya hecho jamás, cuando él contaba con un violín de cuatro cuerdas.
Conozco muchas personas, hombres y mujeres, con pasión y propósito que dan todo lo que tienen en sus años mozos, y los que les queda en su madurez en distintas áreas de la vida. No son famosos, pero Dios conoce sus nombres. Así que, tal vez, la tarea de cada uno de nosotros en este mundo que vivimos, confuso, inestable y que cambia velozmente sea hacer música, al principio con todo lo que tenemos, y luego cuando eso no es más posible, hacer música con todo lo que nos quede. El fruto apacible que llevamos en Cristo Jesús a menudo no se da cuando tenemos mucha energía, sino cuando justamente damos todo lo que nos queda.
Da todo lo que te queda si quieres recibir más
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06 noviembre 2012
Date tiempo
Date tiempo para trabajar: es el precio del éxito.
Date tiempo para pensar: es el origen del poder.
Date tiempo para jugar: es el secreto de la eterna juventud.
Date tiempo para leer: es el fundamento de la sabiduría.
Date tiempo para soñar: es como enganchar tu carro a una estrella.
Date tiempo para hacer amigos: es el camino de la felicidad.
Date tiempo para mirar a tu alrededor: el día es muy corto para ser egoístas.
Date tiempo para reír: es la música del alma.
Date tiempo para pensar: es el origen del poder.
Date tiempo para jugar: es el secreto de la eterna juventud.
Date tiempo para leer: es el fundamento de la sabiduría.
Date tiempo para soñar: es como enganchar tu carro a una estrella.
Date tiempo para hacer amigos: es el camino de la felicidad.
Date tiempo para mirar a tu alrededor: el día es muy corto para ser egoístas.
Date tiempo para reír: es la música del alma.
05 noviembre 2012
Fortaleza
El hierro es fuerte, pero el fuego lo funde.
El fuego es fuerte, pero el agua lo apaga.
El agua es fuerte, pero las nubes lo hacen posible.
Las nubes son fuertes, pero el viento las arrastra.
El viento es fuerte, pero el hombre es más.
El hombre es fuerte, pero el temor lo tumba.
El temor es fuerte, pero el sueño lo hace olvidar.
El sueño es fuerte, pero la muerte lo supera.
La muerte es fortísima, pero la bondad le sobrevive.
Talmud
El fuego es fuerte, pero el agua lo apaga.
El agua es fuerte, pero las nubes lo hacen posible.
Las nubes son fuertes, pero el viento las arrastra.
El viento es fuerte, pero el hombre es más.
El hombre es fuerte, pero el temor lo tumba.
El temor es fuerte, pero el sueño lo hace olvidar.
El sueño es fuerte, pero la muerte lo supera.
La muerte es fortísima, pero la bondad le sobrevive.
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03 noviembre 2012
La vida no tiene prisa
Justo aquí, ahora, en este preciso momento, tú no tienes porqué “resolver” el resto de tu vida, no importa lo que digan los demás.
En este momento no necesitas todas las respuestas, ellas vendrán a su tiempo, o no, o quizás aquella pregunta innecesaria simplemente se desvanecerá.
No hay prisa. La vida no tiene prisa. Sé como las estaciones del año. El invierno no está tratando de convertirse en verano. A la primavera no le urge ser otoño. La misma hierba crece a su propio ritmo.
Las elecciones que vayan a hacerse se harán y en eso no tienes ninguna otra opción. Las decisiones que se tomen se tomarán, los acontecimientos se irán revelando, sin embargo, en este momento tal vez no necesites saber las soluciones o los resultados o cuál es la mejor manera de proceder. Tal vez ese no saber es un huésped bienvenido al banquete de la vida. Tal vez esa apertura a todas las posibilidades es un amigo muy querido. Tal vez incluso la confusión pueda llegar a descansar aquí.
Y así, en lugar de querer “arreglar” nuestras vidas, en lugar de tratar de resolver cuidadosamente lo imposible y así completar esa historia épica de un ficticio “yo”, simplemente nos relajamos en el absoluto no saber, desentrañando todo en el cálido abrazo del misterio, sumergiéndonos profundamente en el momento, saboreándolo plenamente con toda su singularidad y grandeza.
Y entonces, tal vez sin ningún esfuerzo, sin lucha ni tensión, sin que “tú” tengas que involucrarte en nada, las verdaderas respuestas surgirán dulcemente en su propio tiempo.
Jeff Foster
En este momento no necesitas todas las respuestas, ellas vendrán a su tiempo, o no, o quizás aquella pregunta innecesaria simplemente se desvanecerá.
No hay prisa. La vida no tiene prisa. Sé como las estaciones del año. El invierno no está tratando de convertirse en verano. A la primavera no le urge ser otoño. La misma hierba crece a su propio ritmo.
Las elecciones que vayan a hacerse se harán y en eso no tienes ninguna otra opción. Las decisiones que se tomen se tomarán, los acontecimientos se irán revelando, sin embargo, en este momento tal vez no necesites saber las soluciones o los resultados o cuál es la mejor manera de proceder. Tal vez ese no saber es un huésped bienvenido al banquete de la vida. Tal vez esa apertura a todas las posibilidades es un amigo muy querido. Tal vez incluso la confusión pueda llegar a descansar aquí.
Y así, en lugar de querer “arreglar” nuestras vidas, en lugar de tratar de resolver cuidadosamente lo imposible y así completar esa historia épica de un ficticio “yo”, simplemente nos relajamos en el absoluto no saber, desentrañando todo en el cálido abrazo del misterio, sumergiéndonos profundamente en el momento, saboreándolo plenamente con toda su singularidad y grandeza.
Y entonces, tal vez sin ningún esfuerzo, sin lucha ni tensión, sin que “tú” tengas que involucrarte en nada, las verdaderas respuestas surgirán dulcemente en su propio tiempo.
Jeff Foster
31 octubre 2012
No te dejes morir lentamente
Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su vestimenta
o bien no conversa con quien no conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su vestimenta
o bien no conversa con quien no conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
28 octubre 2012
El tren de las moscas
El trabajo de estas mujeres es muy bello, pero sobre todo lo que ellas dicen... los vemos como ver a Jesús, y servirlo a él.
Muy bella reflexión... Enjoy!
Muy bella reflexión... Enjoy!
25 octubre 2012
Cuando hablo de amor...
No hablo de estar enamorado cuando hablo de amor, no hablo de sexo cuando hablo de amor, no hablo de emociones que sólo existen en los libros, no hablo de placeres reservados para los exquisitos. No hablo de grandes cosas.
Hablo de una emoción capaz de ser vivida por cualquiera, hablo de sentimientos simples y verdaderos, hablo de vivencias transcendentes pero no sobrehumanas, hablo del amor tan sólo como querer mucho a alguien.
Pero, ¿qué estamos diciendo cuando decimos “Te quiero…”? Yo creo que decimos: “Me importa tu bienestar”. Nada más, ni nada menos. Cuando quiero a alguien, me doy cuenta de la importancia que tiene para mí lo que hace, lo que le gusta y lo que le duele…
“Te quiero” significa, pues, me importa de ti; y “te amo” significa me importa muchísimo. Y tanto me importa que, cuando te amo, a veces priorizo tu bienestar por encima de otras cosas que también son importantes para mí. Esta definición conducirá a la plena conciencia de dos hechos: no es verdad que te quieran mucho aquellos a quienes no les importa demasiado tu vida, y no es verdad que no te quieran los que viven pendientes de lo que te pasa.
Repito: si de verdad me quieres: ¡te importa de mí! Y por lo tanto, aunque sea doloroso aceptarlo, si no te importa de mí, será porque no me quieres. Esto no tiene nada de malo, no habla mal de vos que no me quieras, solamente es la realidad, aunque sea una triste realidad.
Hay muchas cosas que yo puedo hacer para demostrar, para mostrar, para corroborar, confirmar o legitimar que te quiero, pero hay una sola cosa que yo puedo hacer con mi amor, y es quererte, ocuparme de vos, actuar mis afectos como yo los sienta. Y como yo lo sienta será mi manera de quererte. Tú puedes recibirlo o puedes negarlo, puedes darte cuenta de lo que significa o puedes ignorarlo supinamente. Pero esta es mi manera de quererte, no hay ninguna otra disponible.
Querer y mostrarte que te quiero pueden ser dos cosas distintas para mí y para ti. Y en estas, como en todas las cosas, podemos estar en absoluto desacuerdo sin que necesariamente alguno de los dos esté equivocado. Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti. Cuando alguien te quiere, sus acciones dejan ver claramente cuánto le importas.
Yo no creo que el amor sea un espacio de sacrificio. Yo no creo que sacrificarse por el otro garantice ningún amor, y mucho menos creo que esta sea la pauta que reafirma mi amor por el otro.
El amor es un sentimiento que avala la capacidad para disfrutar juntos de las cosas y no una medida de cuánto estoy dispuesto a sufrir por ti, o cuánto soy capaz de renunciar a mí. A medida que recorro el camino del encuentro, aprendo a aceptar que quizás no me quieras.
El afecto es una de las pocas cosas cotidianas que no depende sólo de lo que hagamos nosotros, ni exclusivamente de nuestra decisión, sino de que, de hecho, suceda. Sucede o no sucede, y si no sucede, no hay manera de hacer que suceda, ni en mí ni en ti.
Si me sacrifico, me mutilo, y cancelo mi vida por ti, podré conseguir tu lástima, tu desprecio, tu conmiseración, quizás hasta gratitud, pero no conseguiré que me quieras, porque eso no depende de lo que yo pueda hacer.
No sólo no podemos hacer nada para que nos quieran, sino que tampoco podemos hacer nada para dejar de querer.
Jorge Bucay
Hablo de una emoción capaz de ser vivida por cualquiera, hablo de sentimientos simples y verdaderos, hablo de vivencias transcendentes pero no sobrehumanas, hablo del amor tan sólo como querer mucho a alguien.
Pero, ¿qué estamos diciendo cuando decimos “Te quiero…”? Yo creo que decimos: “Me importa tu bienestar”. Nada más, ni nada menos. Cuando quiero a alguien, me doy cuenta de la importancia que tiene para mí lo que hace, lo que le gusta y lo que le duele…
“Te quiero” significa, pues, me importa de ti; y “te amo” significa me importa muchísimo. Y tanto me importa que, cuando te amo, a veces priorizo tu bienestar por encima de otras cosas que también son importantes para mí. Esta definición conducirá a la plena conciencia de dos hechos: no es verdad que te quieran mucho aquellos a quienes no les importa demasiado tu vida, y no es verdad que no te quieran los que viven pendientes de lo que te pasa.
Repito: si de verdad me quieres: ¡te importa de mí! Y por lo tanto, aunque sea doloroso aceptarlo, si no te importa de mí, será porque no me quieres. Esto no tiene nada de malo, no habla mal de vos que no me quieras, solamente es la realidad, aunque sea una triste realidad.
Hay muchas cosas que yo puedo hacer para demostrar, para mostrar, para corroborar, confirmar o legitimar que te quiero, pero hay una sola cosa que yo puedo hacer con mi amor, y es quererte, ocuparme de vos, actuar mis afectos como yo los sienta. Y como yo lo sienta será mi manera de quererte. Tú puedes recibirlo o puedes negarlo, puedes darte cuenta de lo que significa o puedes ignorarlo supinamente. Pero esta es mi manera de quererte, no hay ninguna otra disponible.
Querer y mostrarte que te quiero pueden ser dos cosas distintas para mí y para ti. Y en estas, como en todas las cosas, podemos estar en absoluto desacuerdo sin que necesariamente alguno de los dos esté equivocado. Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti. Cuando alguien te quiere, sus acciones dejan ver claramente cuánto le importas.
Yo no creo que el amor sea un espacio de sacrificio. Yo no creo que sacrificarse por el otro garantice ningún amor, y mucho menos creo que esta sea la pauta que reafirma mi amor por el otro.
El amor es un sentimiento que avala la capacidad para disfrutar juntos de las cosas y no una medida de cuánto estoy dispuesto a sufrir por ti, o cuánto soy capaz de renunciar a mí. A medida que recorro el camino del encuentro, aprendo a aceptar que quizás no me quieras.
El afecto es una de las pocas cosas cotidianas que no depende sólo de lo que hagamos nosotros, ni exclusivamente de nuestra decisión, sino de que, de hecho, suceda. Sucede o no sucede, y si no sucede, no hay manera de hacer que suceda, ni en mí ni en ti.
Si me sacrifico, me mutilo, y cancelo mi vida por ti, podré conseguir tu lástima, tu desprecio, tu conmiseración, quizás hasta gratitud, pero no conseguiré que me quieras, porque eso no depende de lo que yo pueda hacer.
No sólo no podemos hacer nada para que nos quieran, sino que tampoco podemos hacer nada para dejar de querer.
Jorge Bucay
23 octubre 2012
Tú dices
Tú dices que amas la lluvia, sin embargo usas paraguas cuando llueves.
Tú dices que amas el sol, pero siempre buscas una sombra cuando el sol brilla.
Tú dices que amas el viento, pero cierras las ventanas cuando el viento sopla.
Por eso que me da miedo cuando dices que me amas
Bob Marley.
Bob Marley.
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Photo by Edith
22 octubre 2012
¿Quien Eres?
Un Maestro ZEN pregunta a un discípulo que lo había nombrado cachorro de Dragón, dime ¿quién eres?.
el discípulo contesta - pues soy un monje.
el maestro le dice - te dije que me dijeras quien eres no a que te dedicas.
Y TU ¿QUIEN ERES?
el discípulo contesta - pues soy un monje.
el maestro le dice - te dije que me dijeras quien eres no a que te dedicas.
- soy un cultivador de vegetales.
- quien eres no que haces.
- soy un alumno zen.
- pregunte quien eres no que estudias.
- soy un alma
- no me interesa saber si poses o no poses alma quiero saber quien eres.
- no se quien soy.
El Maestro le dijo, se requiere ser honesto para poder acceder a esa sabiduría y enfrentar esa realidad de "no saber".
- quien eres no que haces.
- soy un alumno zen.
- pregunte quien eres no que estudias.
- soy un alma
- no me interesa saber si poses o no poses alma quiero saber quien eres.
- no se quien soy.
El Maestro le dijo, se requiere ser honesto para poder acceder a esa sabiduría y enfrentar esa realidad de "no saber".
Y TU ¿QUIEN ERES?
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19 octubre 2012
El poder de la bondad (II)
En "El poder de la bondad", nos hace una lista de una serie de cualidades (18) que nos inducen a ello y nos permiten vivir una vida más sana y feliz.
10. La paciencia.
La virtud de la paciencia se demuestra en primer lugar al tratar con personas difíciles, las que se niegan a escuchar la voz de la razón, las que pierden los estribos a la primera de cambio, las que se niegan a ceder. Nuestra reacción al enfrentarnos a ellas suele ser de irritación, o bien expresamos nuestro enojo o sufrimos en silencio. Pero también cabe la posibilidad de practicar el arte de la paciencia y ayudar a esas personas a que se sientan mejor consigo mismas.
La paciencia no es tan enojosa y aburrida como creemos, es una percepción distinta del tiempo.
11. La generosidad.
Ser generoso es arriesgado. La generosidad significa derrotar viejos temores (a la pérdida), y significa también redefinir nuestros límites. Entonces se produce en nosotros una profunda transformación. Para la persona generosa los límites son permeables. Lo que es tuyo -tu sufrimiento, tus problemas- también es mío: esto es compasión. Lo que es mío -mis bienes, mi cuerpo, mis conocimientos y facultades, mi tiempo y mis recursos, mi energía- también es tuyo: esto es generosidad.
12. El respeto.
La forma en que miramos a los demás nunca es neutral, puesto que transformamos lo que vemos. El respeto consiste en molestarte en conocer a fondo a la persona que tratas, reconocerla como una persona real y única. No tratarla como algo invisible o un estereotipo, sino como merecedora de interés y apreciación. Tratar con ella no sólo porque responde a una demanda y la necesitas, sino por ser quien es. No dejarla atrapada en la falsa idea que tienes de ella, sino aceptarla por lo que es y, sobre todo, por lo que puede llegar a ser. El respeto consiste en ver realmente a la otra persona como alguien que existe.
Con frecuencia los juicios de valor van acompañados del deseo de controlar, algo muy alejado del respeto.
13. La flexibilidad.
La flexibilidad es una forma de sabiduría práctica, una inteligencia que vive en el presente, que intuye el cambio y posee la maleabilidad necesaria para adaptarse a las nuevas circunstancias. Un tipo de sabiduría que nos ayuda a comprender que no podemos controlar cada elemento de nuestra existencia. La flexibilidad no es sólo una estrategia útil sino una cualidad espiritual. Significa librarnos de las ataduras, prestar atención al presente, aceptar las cosas como son. Si somos capaces de renunciar incluso a las creencias a las que estamos más apegados, podremos abrirnos a otras nuevas, a la paradoja y el absurdo. Esto es creatividad. Una actitud que se convierte en una forma de vida e incluso en un camino espiritual.
14. La memoria.
En nuestra mente narcisista, las otras personas sólo existen cuando las vemos, las tocamos, las escuchamos o cuando pensamos en ellas. Recordar es vivir. Olvidar es morir. Las personas que pertenecen a nuestra historia forman parte de nosotros, y necesitamos su presencia y apoyo para sentirnos fuertes e íntegros. Incluidas aquellas que ya no nos son útiles.
No comprenderemos las relaciones que mantenemos con los demás si no entendemos profundamente hasta qué punto nuestras vidas están entretejidas con el pasado, el presente y el futuro, hasta qué punto forman parte unas de otras, y hasta qué punto cada uno de nosotros es todos los demás.
15. La lealtad.
La capacidad de durar a pesar de los momentos difíciles y problemáticos es un ingrediente esencial de la bondad, se llama lealtad. A las personas que no son leales les aterroriza analizar sus sentimientos, pues temen lo que puedan hallar. Temen sostener unas ideas propias, pues eso equivale a arriesgarse demasiado. Su autoestima es baja, por lo que tienen que sobrevivir como mendigos, pidiendo apoyo aquí y allá. Al carecer de seguridad y carácter, les cuesta más ser leales. Lealtad significa "estar con"; respetar lo que cuenta por encima de todo y seguir haciéndolo a pesar de los obstáculos.
16. La gratitud.
La gratitud es ante todo una actitud mental. Se basa en reconocer el valor de lo que la vida nos ofrece, y el hecho de comprenderlo libera nuestras emociones. Si reconoces el valor de lo que posees te sentirás rico y afortunado; si no, te sentirás pobre y desgraciado.
La auténtica gratitud nace cuando están presentes la solidaridad y la conciencia del mal; de lo contrario sólo se trata de un optimismo falso y superficial.
Con gratitud la vida resulta más fácil, dejamos de gemir y de quejarnos, no tenemos que emprender batallas sangrientas ni de alcanzar victorias imposibles. Comprobamos que la felicidad ya está aquí. Que ya existe, delante de nuestros ojos.
17. El servicio.
Cuando alguien tiene un gesto amable con nosotros solemos recordarlo durante mucho tiempo, quizás siempre. Puedes prestar pequeños servicios en detalles cotidianos como sostener la puerta para dejar que pase alguien, demostrar tu aprecio, ofrecer tu asiento en el autobús. Intenta hacer de tu trabajo, de tu rutina, un servicio amable siempre que puedas. El servicio no es sólo lo que uno hace sino lo que uno es. En ocasiones una persona, con su mera presencia, hace que nos sintamos mejor, más en contacto con nosotros mismos y más contentos. Un gran servicio.
Otra forma de servicio es cualquier forma de voluntariado o ayuda gratuita a otras personas.
18. La alegría.
Es nuestro estado natural, estamos programados para ser alegres. La alegría constituye la base de la bondad porque la auténtica bondad sólo puede ofrecerse con alegría. Y el sentido del humor es un gran ingrediente. El perfeccionismo o el sentido de culpa obstaculizan la alegría, pero el simple hecho de detectarlos nos acerca un poco más a esa puerta. También ayuda preguntarnos qué nos hace felices y regalarnos esas situaciones siempre que podamos. Con la práctica, cualquier cosa que lleguemos a hacer, incluso aquéllas que requieran esfuerzo y sacrificio, pueden llegar a ser realizadas con alegría.
Cualquier acto de bondad, con alegría, será más auténtica y mejor recibida por ambas partes.
10. La paciencia.
La virtud de la paciencia se demuestra en primer lugar al tratar con personas difíciles, las que se niegan a escuchar la voz de la razón, las que pierden los estribos a la primera de cambio, las que se niegan a ceder. Nuestra reacción al enfrentarnos a ellas suele ser de irritación, o bien expresamos nuestro enojo o sufrimos en silencio. Pero también cabe la posibilidad de practicar el arte de la paciencia y ayudar a esas personas a que se sientan mejor consigo mismas.
La paciencia no es tan enojosa y aburrida como creemos, es una percepción distinta del tiempo.
11. La generosidad.
Ser generoso es arriesgado. La generosidad significa derrotar viejos temores (a la pérdida), y significa también redefinir nuestros límites. Entonces se produce en nosotros una profunda transformación. Para la persona generosa los límites son permeables. Lo que es tuyo -tu sufrimiento, tus problemas- también es mío: esto es compasión. Lo que es mío -mis bienes, mi cuerpo, mis conocimientos y facultades, mi tiempo y mis recursos, mi energía- también es tuyo: esto es generosidad.
12. El respeto.
La forma en que miramos a los demás nunca es neutral, puesto que transformamos lo que vemos. El respeto consiste en molestarte en conocer a fondo a la persona que tratas, reconocerla como una persona real y única. No tratarla como algo invisible o un estereotipo, sino como merecedora de interés y apreciación. Tratar con ella no sólo porque responde a una demanda y la necesitas, sino por ser quien es. No dejarla atrapada en la falsa idea que tienes de ella, sino aceptarla por lo que es y, sobre todo, por lo que puede llegar a ser. El respeto consiste en ver realmente a la otra persona como alguien que existe.
Con frecuencia los juicios de valor van acompañados del deseo de controlar, algo muy alejado del respeto.
13. La flexibilidad.
La flexibilidad es una forma de sabiduría práctica, una inteligencia que vive en el presente, que intuye el cambio y posee la maleabilidad necesaria para adaptarse a las nuevas circunstancias. Un tipo de sabiduría que nos ayuda a comprender que no podemos controlar cada elemento de nuestra existencia. La flexibilidad no es sólo una estrategia útil sino una cualidad espiritual. Significa librarnos de las ataduras, prestar atención al presente, aceptar las cosas como son. Si somos capaces de renunciar incluso a las creencias a las que estamos más apegados, podremos abrirnos a otras nuevas, a la paradoja y el absurdo. Esto es creatividad. Una actitud que se convierte en una forma de vida e incluso en un camino espiritual.
14. La memoria.
En nuestra mente narcisista, las otras personas sólo existen cuando las vemos, las tocamos, las escuchamos o cuando pensamos en ellas. Recordar es vivir. Olvidar es morir. Las personas que pertenecen a nuestra historia forman parte de nosotros, y necesitamos su presencia y apoyo para sentirnos fuertes e íntegros. Incluidas aquellas que ya no nos son útiles.
No comprenderemos las relaciones que mantenemos con los demás si no entendemos profundamente hasta qué punto nuestras vidas están entretejidas con el pasado, el presente y el futuro, hasta qué punto forman parte unas de otras, y hasta qué punto cada uno de nosotros es todos los demás.
15. La lealtad.
La capacidad de durar a pesar de los momentos difíciles y problemáticos es un ingrediente esencial de la bondad, se llama lealtad. A las personas que no son leales les aterroriza analizar sus sentimientos, pues temen lo que puedan hallar. Temen sostener unas ideas propias, pues eso equivale a arriesgarse demasiado. Su autoestima es baja, por lo que tienen que sobrevivir como mendigos, pidiendo apoyo aquí y allá. Al carecer de seguridad y carácter, les cuesta más ser leales. Lealtad significa "estar con"; respetar lo que cuenta por encima de todo y seguir haciéndolo a pesar de los obstáculos.
16. La gratitud.
La gratitud es ante todo una actitud mental. Se basa en reconocer el valor de lo que la vida nos ofrece, y el hecho de comprenderlo libera nuestras emociones. Si reconoces el valor de lo que posees te sentirás rico y afortunado; si no, te sentirás pobre y desgraciado.
La auténtica gratitud nace cuando están presentes la solidaridad y la conciencia del mal; de lo contrario sólo se trata de un optimismo falso y superficial.
Con gratitud la vida resulta más fácil, dejamos de gemir y de quejarnos, no tenemos que emprender batallas sangrientas ni de alcanzar victorias imposibles. Comprobamos que la felicidad ya está aquí. Que ya existe, delante de nuestros ojos.
17. El servicio.
Cuando alguien tiene un gesto amable con nosotros solemos recordarlo durante mucho tiempo, quizás siempre. Puedes prestar pequeños servicios en detalles cotidianos como sostener la puerta para dejar que pase alguien, demostrar tu aprecio, ofrecer tu asiento en el autobús. Intenta hacer de tu trabajo, de tu rutina, un servicio amable siempre que puedas. El servicio no es sólo lo que uno hace sino lo que uno es. En ocasiones una persona, con su mera presencia, hace que nos sintamos mejor, más en contacto con nosotros mismos y más contentos. Un gran servicio.
Otra forma de servicio es cualquier forma de voluntariado o ayuda gratuita a otras personas.
18. La alegría.
Es nuestro estado natural, estamos programados para ser alegres. La alegría constituye la base de la bondad porque la auténtica bondad sólo puede ofrecerse con alegría. Y el sentido del humor es un gran ingrediente. El perfeccionismo o el sentido de culpa obstaculizan la alegría, pero el simple hecho de detectarlos nos acerca un poco más a esa puerta. También ayuda preguntarnos qué nos hace felices y regalarnos esas situaciones siempre que podamos. Con la práctica, cualquier cosa que lleguemos a hacer, incluso aquéllas que requieran esfuerzo y sacrificio, pueden llegar a ser realizadas con alegría.
Cualquier acto de bondad, con alegría, será más auténtica y mejor recibida por ambas partes.
Piero Ferrucci
18 octubre 2012
El poder de la bondad (I)
"La bondad hace a las personas más sanas y felices. Es la actitud más económica y pragmática que existe, puesto que nos permite ahorrar mucha energía en sospechas, preocupaciones, resentimientos, manipulación y reacciones a la defensiva."
Piero Ferrucci en su libro nos demuestra que, en este momento crucial para la humanidad, la bondad no es un lujo sino una necesidad. Ser bondadoso con los demás es hacerse, además, el mejor regalo a uno mismo.
Está convencido de que, como seres humanos, sólo tendremos futuro si pensamos con el corazón.
En "El poder de la bondad", nos hace una lista de una serie de cualidades (18) que nos inducen a ello y nos permiten vivir una vida más sana y feliz.
1. La honestidad.
Ser transparentes es un alivio, el no tener que fingir simplifica nuestra vida. Debes dejar que los otros te conozcan sin mentiras ni dobleces. Tan pronto como te vuelvas realmente transparente, empezarás a sentirte mejor. Pero la honestidad es una conquista. Debemos aprender paulatinamente, lo cual hace que seamos más fuertes y maduros.
Escribir sobre nosotros mismos es una buena forma de conectar con nuestras emociones, una autorrevelación.
2. El calor humano.
El efecto del calor y la bondad son duraderos. Piensa cómo un encuentro con una persona cálida y amable hace que te sientas mejor. Cuando acariciamos a un gato que ronronea de gozo, ¿quién da y quién recibe calor? O cuando disfrutamos de la compañía de alguien, ¿quién da y quién recibe ternura? Si damos calor, no terminamos sintiendo frío; el beneficio es simétrico.
El calor no sólo confirma lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser.
3. El perdón.
El perdón significa que no deseas seguir albergando ira debido a una vieja ofensa y, por ende, amargándote la vida. A veces el perdón es el único remedio para aliviar un intenso sufrimiento. Una persona incapaz de perdonar es comparable a una ciudad con el tráfico congestionado: calles bloqueadas, coches atascados con el motor en marcha, que no pueden circular, exhalando humos que contaminan el ambiente. Ese es el estado del resentimiento: la energía vital bloqueada, entorpeciendo el pensamiento, envenenando la vida.
4. El contacto.
El aislamiento social se considera un peligro tan grave para la salud como el fumar. Está ligado a una mayor incidencia de enfermedades cardiacas, trastornos del sueño, depresión, dolor de espalda, deterioro de la memoria, etc. Es la tragedia de una persona incapaz de abrirse a las demás, que se siente como si proviniera de otro mundo, que pide lo imposible, que se distancia de todos. Desarrollar el contacto humano (emocional o físico) nos ayuda a sentir en conexión y derrite las armaduras más difíciles.
5. Sentirse integrado.
Formar parte de un grupo o una comunidad te reporta numerosos beneficios. Hace que te sientas reconocido, te permite interactuar con las demás personas y elimina el terrible espectro de la soledad. Pero es importante evitar que la pertenencia a un grupo te separe más de "los otros". La clave reside en la bondad de la mirada.
6. La confianza.
Confiar es apostar. Cada vez que confiamos en alguien, nos la jugamos. Pero la alternativa es peor, porque si no nos arriesgamos no conseguimos nada. La confianza tiene la propiedad de relajar las inhibiciones y resolver viejos traumas. Las dudas, los temores y los recelos que arrastramos no sólo nos impiden progresar sino que erosionan nuestra energía. La confianza nos aproxima a los demás. Sin embargo, espera sólo lo que las personas quieran ofrecer libremente; vigila tus exigencia. Las personas que esperan demasiado (sin consultar a las demás) son las que luego van quejándose de que "el mundo no es de fiar" y "la gente les falla".
7. Prestar atención.
Lo único que realmente cuenta es el momento presente. Deshazte de miedos y preocupaciones y sumérgete en el momento que te toca vivir, disfrutarás mejor lo que te ocurre y evitarás desaprovechar oportunidades que pasan por tu lado continuamente. Lo único que diferencia a las personas "afortunadas", que sienten que su vida está llena de casualidades a su favor, de las demás, es que éstas están más relajadas y tienden a ver no sólo lo que buscan sino también lo que no buscan, abiertas a lo novedoso e inesperado, y capaces de reconocer sus oportunidades.
8. La empatía.
Se trata de la expansión de la conciencia. Si te muestras insensible a las emociones de los demás cada relación se convierte en una farsa imposible. La empatía es el mejor medio de construir y mejorar una relación. Pero ésta no es una cualidad fácil, alegre y desenfadada. Para que sea plena y auténtica, debes mantener una relación saludable también con tu sufrimiento y el de los demás.
9. La humildad.
Recuerda: no eres la única persona que cuenta. En ocasiones la humildad es dura, incluso dolorosa. Pero en todo caso, siempre es beneficiosa. Con frecuencia nos volvemos más humildes después de un fracaso; comprendemos que somos falibles y vulnerables. Y ese descubrimiento nos acerca a las demás personas. Porque en nuestras imperfecciones, nos reconocemos en las imperfecciones de los demás, y eso hace nuestros juicios más suaves y nuestra aceptación más plena.
Piero Ferrucci en su libro nos demuestra que, en este momento crucial para la humanidad, la bondad no es un lujo sino una necesidad. Ser bondadoso con los demás es hacerse, además, el mejor regalo a uno mismo.
Está convencido de que, como seres humanos, sólo tendremos futuro si pensamos con el corazón.
En "El poder de la bondad", nos hace una lista de una serie de cualidades (18) que nos inducen a ello y nos permiten vivir una vida más sana y feliz.
1. La honestidad.
Ser transparentes es un alivio, el no tener que fingir simplifica nuestra vida. Debes dejar que los otros te conozcan sin mentiras ni dobleces. Tan pronto como te vuelvas realmente transparente, empezarás a sentirte mejor. Pero la honestidad es una conquista. Debemos aprender paulatinamente, lo cual hace que seamos más fuertes y maduros.
Escribir sobre nosotros mismos es una buena forma de conectar con nuestras emociones, una autorrevelación.
2. El calor humano.
El efecto del calor y la bondad son duraderos. Piensa cómo un encuentro con una persona cálida y amable hace que te sientas mejor. Cuando acariciamos a un gato que ronronea de gozo, ¿quién da y quién recibe calor? O cuando disfrutamos de la compañía de alguien, ¿quién da y quién recibe ternura? Si damos calor, no terminamos sintiendo frío; el beneficio es simétrico.
El calor no sólo confirma lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser.
3. El perdón.
El perdón significa que no deseas seguir albergando ira debido a una vieja ofensa y, por ende, amargándote la vida. A veces el perdón es el único remedio para aliviar un intenso sufrimiento. Una persona incapaz de perdonar es comparable a una ciudad con el tráfico congestionado: calles bloqueadas, coches atascados con el motor en marcha, que no pueden circular, exhalando humos que contaminan el ambiente. Ese es el estado del resentimiento: la energía vital bloqueada, entorpeciendo el pensamiento, envenenando la vida.
4. El contacto.
El aislamiento social se considera un peligro tan grave para la salud como el fumar. Está ligado a una mayor incidencia de enfermedades cardiacas, trastornos del sueño, depresión, dolor de espalda, deterioro de la memoria, etc. Es la tragedia de una persona incapaz de abrirse a las demás, que se siente como si proviniera de otro mundo, que pide lo imposible, que se distancia de todos. Desarrollar el contacto humano (emocional o físico) nos ayuda a sentir en conexión y derrite las armaduras más difíciles.
5. Sentirse integrado.
Formar parte de un grupo o una comunidad te reporta numerosos beneficios. Hace que te sientas reconocido, te permite interactuar con las demás personas y elimina el terrible espectro de la soledad. Pero es importante evitar que la pertenencia a un grupo te separe más de "los otros". La clave reside en la bondad de la mirada.
6. La confianza.
Confiar es apostar. Cada vez que confiamos en alguien, nos la jugamos. Pero la alternativa es peor, porque si no nos arriesgamos no conseguimos nada. La confianza tiene la propiedad de relajar las inhibiciones y resolver viejos traumas. Las dudas, los temores y los recelos que arrastramos no sólo nos impiden progresar sino que erosionan nuestra energía. La confianza nos aproxima a los demás. Sin embargo, espera sólo lo que las personas quieran ofrecer libremente; vigila tus exigencia. Las personas que esperan demasiado (sin consultar a las demás) son las que luego van quejándose de que "el mundo no es de fiar" y "la gente les falla".
7. Prestar atención.
Lo único que realmente cuenta es el momento presente. Deshazte de miedos y preocupaciones y sumérgete en el momento que te toca vivir, disfrutarás mejor lo que te ocurre y evitarás desaprovechar oportunidades que pasan por tu lado continuamente. Lo único que diferencia a las personas "afortunadas", que sienten que su vida está llena de casualidades a su favor, de las demás, es que éstas están más relajadas y tienden a ver no sólo lo que buscan sino también lo que no buscan, abiertas a lo novedoso e inesperado, y capaces de reconocer sus oportunidades.
8. La empatía.
Se trata de la expansión de la conciencia. Si te muestras insensible a las emociones de los demás cada relación se convierte en una farsa imposible. La empatía es el mejor medio de construir y mejorar una relación. Pero ésta no es una cualidad fácil, alegre y desenfadada. Para que sea plena y auténtica, debes mantener una relación saludable también con tu sufrimiento y el de los demás.
9. La humildad.
Recuerda: no eres la única persona que cuenta. En ocasiones la humildad es dura, incluso dolorosa. Pero en todo caso, siempre es beneficiosa. Con frecuencia nos volvemos más humildes después de un fracaso; comprendemos que somos falibles y vulnerables. Y ese descubrimiento nos acerca a las demás personas. Porque en nuestras imperfecciones, nos reconocemos en las imperfecciones de los demás, y eso hace nuestros juicios más suaves y nuestra aceptación más plena.
Piero Ferrucci
17 octubre 2012
El asno y el camello
Un asno y un camello caminaban juntos. El camello se movía con pasos largos y pausados; el asno lo hacía con impaciencia y avanzando con tropiezos frecuentes.
Desesperado, el jumento le preguntó a su compañero:
—¿Por qué tengo tantos problemas para caminar? Aunque miro cuidadosamente al suelo mientras camino, me tropiezo, me caigo, me rasguño las patas. En cambio tú, aunque pareces no estar consciente de lo que te rodea, pues llevas los ojos fijos en el horizonte, mantienes un paso rápido y fácil.
— Tu problema es que tus pasos son demasiados cortos —respondió el camello—. Cuando ves algún obstáculo, ya es demasiado tarde para corregir tus movimientos. Miras a tu alrededor, pero no evalúas lo que ves. Piensas que la prisa es prioridad, imaginas que mirando puedes ver, crees que ver cerca es lo mismo que ver lejos.
—Yo miro el horizonte —continuó el camello—. Pero lo que realmente hago es reflexionar sobre lo que tengo que hacer cuando lo lejano se convierta en cercano. También recapacito sobre lo que ha sucedido antes; así no tengo que mirar hacia atrás con riesgo de tropezar. Este modo de andar, que a ti te parece confuso y raro, es algo en verdad claro y sencillo.
Cuento sufí
Desesperado, el jumento le preguntó a su compañero:
—¿Por qué tengo tantos problemas para caminar? Aunque miro cuidadosamente al suelo mientras camino, me tropiezo, me caigo, me rasguño las patas. En cambio tú, aunque pareces no estar consciente de lo que te rodea, pues llevas los ojos fijos en el horizonte, mantienes un paso rápido y fácil.
— Tu problema es que tus pasos son demasiados cortos —respondió el camello—. Cuando ves algún obstáculo, ya es demasiado tarde para corregir tus movimientos. Miras a tu alrededor, pero no evalúas lo que ves. Piensas que la prisa es prioridad, imaginas que mirando puedes ver, crees que ver cerca es lo mismo que ver lejos.
—Yo miro el horizonte —continuó el camello—. Pero lo que realmente hago es reflexionar sobre lo que tengo que hacer cuando lo lejano se convierta en cercano. También recapacito sobre lo que ha sucedido antes; así no tengo que mirar hacia atrás con riesgo de tropezar. Este modo de andar, que a ti te parece confuso y raro, es algo en verdad claro y sencillo.
Cuento sufí
13 octubre 2012
Testimonio Nick
Un testimonio que me dejó sin palabras... lo comparto
Enjoy!!
Enjoy!!
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12 octubre 2012
7 principios del Gallo
Nunca digas que no sirves, para Dios todos sirven (aunque no todos para lo mismo). Si Dios pudo usar un simple gallo para confrontar al Apóstol Pedro, también puede usarte a ti.
Sigue sencillamente estos principios bien gallones
1- El gallo se levanta temprano y emprende la tarea que Dios le ha confiado.
2- El gallo nunca se queja de tener que hacer siempre lo mismo, de que no hay variedad y novedad en su trabajo.
3- El gallo cantará aunque nadie lo anime ni se lo agradezca. En realidad, no espera que nadie lo haga.
4- El gallo despierta a los que duermen. Su tarea es bastante impopular, pero muy necesaria.
5- El gallo proclama buenas noticias: “Amaneció. Aquí esta tu nuevo día que Dios te da, lleno de oportunidades.”
6- El gallo es constante y fiel cumplidor de su tarea. Se puede contar con él. Aunque llueva, truene o relampaguee él nunca falla.
7- El gallo nunca dejara de cantar porque hay otras aves como los ruiseñores que cantan más bonito o los pericos que son más graciosos. Hace lo fue hecho para hacer y lo hace lo mejor posible.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Colosenses 3:23
Adaptado por Ariel Ruiz
Sigue sencillamente estos principios bien gallones
1- El gallo se levanta temprano y emprende la tarea que Dios le ha confiado.
2- El gallo nunca se queja de tener que hacer siempre lo mismo, de que no hay variedad y novedad en su trabajo.
3- El gallo cantará aunque nadie lo anime ni se lo agradezca. En realidad, no espera que nadie lo haga.
4- El gallo despierta a los que duermen. Su tarea es bastante impopular, pero muy necesaria.
5- El gallo proclama buenas noticias: “Amaneció. Aquí esta tu nuevo día que Dios te da, lleno de oportunidades.”
6- El gallo es constante y fiel cumplidor de su tarea. Se puede contar con él. Aunque llueva, truene o relampaguee él nunca falla.
7- El gallo nunca dejara de cantar porque hay otras aves como los ruiseñores que cantan más bonito o los pericos que son más graciosos. Hace lo fue hecho para hacer y lo hace lo mejor posible.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Colosenses 3:23
Adaptado por Ariel Ruiz
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