Los últimos días de un año son buenos ya que por alguna extraña razón el calendario nos marca un momento para terminar, y otro para iniciar. Terminamos haciendo un recuento, pero más que eso volteamos por un momento atrás para contar las bendiciones, agradecer todo lo que nos deja un año, y volteamos nuevamente hacia adelante con ojos de principiante, sabiendo que en nuestras manos se despliega un nuevo año tan fascinante y hermoso como nosotros lo deseemos.
Agradezco hoy, porque siempre es buen momento para hacerlo, a cada uno de ustedes, mis lectores, amigos (presenciales y virtuales), familia, compañeros de viaje, hermanos, maestros, por haber caminado conmigo durante el 2014, por ser testigos silenciosos (a veces no tanto) de estos pasos que dimos juntos. Agradezco infinitamente a Dios por mi mamá y mi familia, por estar siempre ahí haciendo mi vida mejor. Fue un buen año y no pudo ser de otra manera. Gracias por los aprendizajes los fáciles y también los difíciles. Gracias por los viajes, los nuevos amigos, y gracias también por el trabajo que nos da sustento. Gracias, Gracias, Gracias.
Brindo por un 2015 lleno de entusiasmo, alegría, amor, sabiduría, pasión, compasión, etc... que este año podamos reírnos más, disfrutarnos más, llorar un poco, y que caigamos de rodillas de tanta gratitud, de ver y palpar tantas maravillas preparadas por Dios para nosotros, pero sobre todo que podamos abrir los ojos para ver esos tesoros en tiempo presente.
Los abrazo con mi corazón
Edith Reyna