Mejora tu
bienestar en esta temporada de fin de año.
En la
época de fin año nos reencontramos con amigos y familiares que quizá no hemos
visto en meses anteriores porque viven lejos o, simplemente, porque la rutina
de las ocupaciones diarias nos impide reunirnos. Algunas personas esperan con
entusiasmo estos reencuentros, pero otras los esperan con ansiedad...
aunque exista un lazo de sangre, la falta de comunicación a lo largo del
año en muchas ocasiones nos vuelve desconocidos unos para otros, no sabemos por
dónde comenzar a platicar.
La
psicología positiva ha descubierto que el factor que hace más felices a las
personas es mantener buenas relaciones con los demás. Lamentablemente, algunas
reuniones familiares no son buenas, en ocasiones incluso dejan un mal sabor de
boca. La psicología positiva también nos muestra que podemos elegir nuestros
pensamientos y conductas y de esta manera mejorar nuestro bienestar y, en
consecuencia, el de las personas con las que convivimos.
Primer
paso: escuchar
Al
iniciar la conversación con un amigo o familiar, escúchalo con toda tu
atención. No te preocupes de lo que le vas a contestar, no trates de quitarle
la palabra, de darle un consejo o de hacer prevalecer tu opinión. Simplemente
escúchalo y obsérvalo como si apenas lo estuvieras conociendo. ¿Qué estado de
ánimo comunica con su postura y con sus palabras? ¿Te comunica alegría o sufrimiento?
¿Descubres algo nuevo en él o ella? Simplemente obsérvalo con apertura y
aceptación. Muchas veces tenemos ideas sobre las personas que ya no
corresponden a la realidad. Incluso puedes ahora encontrar puntos de
coincidencia con personas con las que antes no tenías tema de conversación.
Segundo
paso: menos quejas y más aprecio
Hazte
consciente del contenido de la conversación. Algo muy común en nuestras
reuniones es encontrar motivos de queja. Una palabra que nos alerta de que la
queja está a punto de surgir es la palabra “pero”. Por ejemplo: “Me gusta esta
época, pero la comida es muy engordadora”; “Me gustan las posadas, pero me
choca desvelarme”; “Sí, iremos de viaje, pero la carretera seguro estará
congestionada”... De alguna manera al expresar lo que estamos viviendo con un
pero y convertirlo en una queja, nos excusamos de estar viviendo algo bueno,
por ejemplo: de poder celebrar y tener ricos alimentos, de tener invitaciones a
fiestas, de poder salir de vacaciones. Esta costumbre pellizca nuestro disfrute
e impide que lo vivamos con plenitud. El tono de queja es como una cortesía
para no ser presumidos, como diciendo: “Sí, es bueno, pero no creas que
tanto”. Sin embargo, la queja pone el enfoque en lo negativo. Si en lugar de la
queja expresas tu dicha con aprecio y gratitud lograrás compartir tu alegría
con sencillez y autenticidad, al mismo tiempo que aumentas tu
positividad.
Tercer
paso: Acepta lo que no se puede cambiar
Las
fiestas navideñas y de fin de año evocan muchos recuerdos y tradiciones. En
ocasiones nos inunda la nostalgia por las personas que ya no están, o porque no
podemos estar cerca de nuestra familia de origen. Pero esta nostalgia puede
impedirnos el disfrute del momento que estamos viviendo. No te pido que seas
insensible, sino que identifiques qué te causa nostalgia y observes si hay
alguna tradición que puedas recuperar o adaptar a tu vida actual. También que
aceptes lo que no se puede cambiar. Si alguien murió, recuerda con gratitud lo
que pudiste compartir con él o ella. Si estás lejos de tu familia, busca una
forma de estar en contacto con una videollamada o por teléfono. Si estás fuera
de tu país, tómalo como una oportunidad para aprender nuevas tradiciones.
Cuando aceptamos nuestras emociones y situaciones podemos poner más atención a
lo que ocurre en nuestro presente y construir momentos con mayor bienestar.
Tomado de:
http://cienciasdelafelicidad.mx/blog/reuniones-familiares-positivas?locale=es-MX#sthash.Gk1NubJX.dpuf
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